jueves, 20 de agosto de 2015

Semana Negra Uruguay 2015. En busca de los sabores y las aromas de los detectives hispanoamericanos de ficción

La mesa de los misterios


Don Isidro Parodi, el investigador argentino creado en 1942 por otro personaje de ficción, Honorio Bustos Domecq, seudónimo compartido por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, primero en la historia del género policial que resolvía sus casos encarcelado por un crimen que no cometió. Los uruguayos Dorteros, del pionero Carlos María Federici y Ramón Mendoza, protagonista de Cadáver se necesita, de Milton Fornaro. Ruben Bevilacqua, el más popular detective español de la actualidad, creado en 1998 por el escritor madrileño Lorenzo Silva. Bevilacqua conserva particularidades muy uruguaya: nació en la Ciudad Vieja de Montevideo y le prepara chivitos a la mujer que ama.
Logo de la Semana Negra Uruguay 2015.
Mario Conde, el investigador cubano creado por el habanero Leonardo Padura, es una celebridad global de la novela negra hispanoamericana. El Conde resuelve sus casos estudiando antecedentes, pistas, sospechosos, mediante premoniciones, iluminaciones y certezas, analizando datos estadísticos, huellas e intentando evitar algo tan engañoso y equívoco como los prejuicios. Alberto Mattos, el comisario honrado e independiente creado en 1990 por el brasileño Rubem Fonseca para narrar su novela criminal Agosto, sobre el suicidio del presidente Getulio Vargas. Héctor Belascoarán Shayne, el detective mexicano concebido en 1976 por Paco Ignacio Taibo II, tímido, burlón, autocrítico. Creador de su propio método inductivo, recorre la Ciudad de México en metro, a pie, detrás de su instinto. Los chilenos  Cayetano Brulé, de Roberto Ampuero, y Heredia, de Ramón Díaz Eterovic, la muy diversa Cate Maynes,  descripta por la española Clara Asunción García, la androide Bruna Husky, de Rosa Montero. Son los detectives hispanoamericanos de ficción que estuvieron dispuestos a contar sus experiencias gastronómicas en la Semana Negra Uruguay.

Texto preparado para una mesa  con la antropóloga Ana Valdés y el periodista Ángel Ruocco, Centro Cultural de España, 14 de agosto de 2015.

Resumen fotográfico de la Semana Negra 2015: https://www.youtube.com/watch?v=x2JZTS_6-p0

Carne de parodia
Honorio Bustos Domecq es el autor de una memorable colección argentina de relatos detectivescos: Seis problemas para don Isidro Parodi (1942). Según el prólogo del actor de ficción Gervasio Montenegro, agradecido personaje de una de las historias de la serie, nació en 1893, en Pujato también llamada Colonia Clodomira, Provincia de Santa Fe. Escritor precoz, a los diez años publicaba en la prensa de Rosario. Fue polígrafo y defensor de pobres en la presidencia de Ramón Castillo, al final de la Década Infame argentina (1930-1943).
Isidro Parodi es el primer detective encarcelado de la historia, sabia mezcla de Martín Fierro con el Caballero Augusto Dupin, primigenio del género creado por Edgard Allan Poe, que apareció en El crimen de la calle Morgue (1841), luego en El misterio de Marie Rogêt (1842), y en La carta robada (1844), y con el Padre Brown descripto en El oráculo del perro (1922) de Gilbert Keith Chesterton. De Brown toma su intuición, su capacidad de comprender el comportamiento humano y su experiencia en el confesionario. De Dupin, la deducción, la creatividad y la increíble capacidad de ponerse en la mente del criminal. Con el gaucho Fierro comparte la viveza, la perspicacia, el olfato y una severa adicción al asado y al mate.
Parodi era un discreto peluquero porteño cuando en 1919 fue condenado a 21 años de reclusión por la muerte del carnicero Agustín R. Bonorino, quien en el corso de Belgrano disfrazado de cocoliche recibió un botellazo de Bilz Sinalco en la sien. Todos sabían que el verdadero asesino era un matón de la barra de Pata Santa, pero, por intereses políticos la policía montó un estrado con testigos falsos que identificaron a Don Isidro.
En diciembre de 1941 resolvió el primer caso, Las doce figuras del mundo, encerrado en la celda N° 273 de la Penitenciaría Nacional. Era un cuarentón, obeso, de cabeza afeitada, espíritu resignado y mirada sabia. En Las Noches de Goliadkin apareció Gervasio Montenegro, el actor y prologuista agradecido. Los otros casos resueltos hasta octubre de 1942: En el Dios de los Toros, Las Previsiones de Sangiácomo, La Víctima de Tadeo Limardo, La Prolongada Búsqueda de Tai An. En 1946 fue Benito Suárez Lynch, discípulo de Bustos Domecq, que publicó nuevas hazañas de Isidro Parodi, en Un modelo para la muerte, prologado por su maestro. Dos décadas después salió Crónicas de Bustos Domecq (1967) y Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977).
Gastronomía. Isidro Parodi comía muy bien, la guardia le daba todos los gustos, mucha carne, asada, a la plancha o estofada, guisos pulsudos en invierno, buena pasta, humitas, locro y empanadas en primavera y verano, postre y hasta algún buen vino. Es muy probable que el alimento, cuidado y abundante, fuera una forma de comprar su silencio y compensar su injusto encierro. Atendía los casos cebando mate en un jarrito celeste que siempre ofrecía a sus clientes.
Honorio Bustos Domecq es un seudónimo que reúne el apellido de un bisabuelo materno de Jorge Luis Borges (Bustos) y el de la abuela paterna de Adolfo Bioy Casares (Domecq).

Un alquimista uruguayo en Madrid
Ruben Bevilacqua es un psicólogo, guardia civil en la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid, que prefiere que le llamen Vila porque no le gusta la sonoridad italiana de su apellido. Nacido en la Ciudad Vieja de Montevideo, su padre también es uruguayo y su madre de Salamanca. Antes de los diez años fue llevado a la capital española, desde entonces perdió el contacto paterno, un vínculo que desea recuperar con intensa nostalgia.
No es un policía común, caustico e irreverente, la melodía de su celular es el tema Estado policial de Robe Iniesta. Investiga con paciencia sabiendo que siempre será mayor el tiempo que él tiene para la pesquisa que el que tuvo el criminal para planificar su golpe. 
Virginia Chamorro tenía con 24 años, apenas uno de experiencia, cuando fue asignada como compañera de Vila. Gaditana, hija de militar, astrónoma vocacional que oculta su pasión científica, su aspecto es muy atractivo aunque un poco seca y bastante tímida. Sus relación con los hombres ha sido frustrante, hasta que descubre que puede amar a su jefe uruguayo; ambos se entienden sin hablar. El trío se completa con el novato Juan Arnau. Son ingeniosos, originales, pero se han ganado el aprecio de millones de hispanoparlantes "por ser personas corrientes, como cualquiera".
En El alquimista impaciente, un cadáver desnudo, sin rastros de violencia, aparece atado a una cama en un motel de ruta. ¿Es un crimen? La investigación no es una mera pesquisa policial. Bevilacqua y Chamorro deberán llegar al lado oscuro e inconfesable de la víctima, a su vida secreta, a las personas que la rodeaban, a su familia y a los empleados de la central nuclear donde trabajaba. La clave, como en la alquimia, está en la paciencia; la que necesitarán los investigadores, la que les faltó a los personajes con los que se cruzan en la búsqueda de la verdad.
En La marca del meridiano, es asesinado un antiguo compañero guardia civil. Bevilacqua, Chamorro y el novato Juan Arnau viajan a La Rioja y más tarde a Barcelona para desentrañar una trama que hunde sus raices en la corrupción policial y en la explotación de mujeres.
Gastronomía. A Vila le encanta el cocido madrileño (guiso de garbanzo, verduras, carnes, tocino de cerdo con algpún embutido), la menestra (guiso típico español con verduras variadas, disponibles en la huerta de temporada, caldo de cebolla y apio), pescado a la plancha con ensalada y filet vacuno de La Verónica, un restaurante con toques argentinos que existe realmente en el barrio madrileño de Huertas. En Cataluña suele probar los calçots, típícos de la gastronomía local, una variedad de la cebolla tardía de Lérida. Un dato que habla de cuán profundas son sus raíces uruguayas: nuestro compatriota enamoró a la guardia Chamorro, preparándole un chivito en su casa madrileña.
Libros de Bevilacqua y Chamorro. El lejano país de los estanques, 1998. El alquimista impaciente, 2000, Premio Nadal 2010. La niebla y la doncella, 2002. La reina sin espejo, 2005. La estrategia del agua, 2010. La marca del meridiano, 2012, Premio Planeta 2012. Los cuerpos extraños, 2014.
Filmografía. El alquimista impaciente, 2002, dirigida por Patricia Ferreira, interpretada por Ingrid Rubio (Chamorro), Roberto Enríquez (Bevilacqua). La reina sin espejo, 2009, telefilme, España, dirigido por Antonio Onetti, interpretado por Mariona Ribas (Chamorro), Jesús Noguero (Bevilacqua). Un asunto conyugal, 2009, telefilme, España, dirigido por Antonio Onetti, interpretado por Mariona Ribas (Chamorro), Jesús Noguero (Bevilacqua), pendiente de estreno.
Lorenzo Silva Amador es abogado y escritor, nacido en el barrio de Carabanchel, el 7 de junio de 1966. Cuando en 2013 vino a presentar La marca del meridiano, le contó a Montevideo Portal: "Pensé en un detective de apellido y carácter rioplatenses, elegí Uruguay por ser un país más pequeño, menos conocido, y desde luego como un homenaje a Juan Carlos Onetti."
 
Sabor a la mexicana
Héctor Belascoarán Shayne debe sus poco recordables apellidos a un marinero vasco, pirata y luchador antifacista y a una cantante de folk irlandesa. Nació en México en 1944 y hasta los 30 años trabajó como ingeniero electromecánico en la General Electric. Cuando se interesó por los asesinatos en serie de un estrangulador que se llamaba a sí mismo Cerevro, abandonó la seguridad de su empleo multinacional, realizó un curso de detective por correspondencia, compró una pistola y alquiló un despacho a medias con un plomero. En la radio de su oficina casi siempre suenan Pablo Milanés, Paco Ibáñez, Armando Manzanero, José Feliciano, Atahualpa Yupanqui, Leonard Cohen.
Mientras la policía tortura delincuentes o paga coimas para conseguir información, él crea su propio método inductivo, recorre la Ciudad de México en metro, a pie, detrás de su instinto. Busca inspiración en diarios personales, recorta periódicos, reorganiza listados, elabora tablas, busca coincidencias en las víctimas o alguna pista que revele la identidad del atacante. Le ayuda su secretaria, Marina Hernández, estudiante de Filosofía.
En la novela Cosa fácil trascurre, de 1977, Héctor investiga si el legendario prócer mexicano Emiliano Zapata está realmente muerto, qué motivos tiene para intentar suicidarse la hija de una actriz y el asesinato de un ingeniero del que se culpa a un sindicato. Duerme poco o nada, apenas cabecea en el ómnibus, dormita en su departamento de la Colonia Roma Sur o en el despacho que al poco tiempo compartió con un tapicero y un ingeniero de cloacas.
Belascoarán es tímido, burlón, autocrítico, un hombre débil y sensible, un duro por obligación. Se enfrenta al crimen privado aunque sabe que son mucho mayores las cifras del delito de Estado.
Gastronomía. Le gusta el bistec a la mexicana con jitomate, cebolla, chiles y pimienta; quesadillas (tortilla mexicana); tacos del pastor y de chuleta; bolillos (refuerzos) de jamón; comida china. Para beber, muchas pepsicolas y algún cubalibre.
Libros de Héctor Belascoarán Shayne. Días de combate, 1976. Cosa fácil, 1977. Algunas nubes, 1985. No habra final feliz, 1989. Regreso a la misma ciudad y bajo la lluvia, 1989. Amorosos fantasmas, 1989. Sueños de frontera, 1990. Desvanecidos difuntos, 1991. Adiós Madrid, 1993. Muertos incómodos (falta lo que falta), 2005.
Filmografía. Días de combate, 1982, México, dirigida por Alfredo Gurrola, con guión de P. I. Taibo II y Jorge Patiño, protagionizado por Pedro Armendáriz Jr. (Belascoarán Shayne). Cosa fácil, 1982, México, dirigido por Alfredo Gurrola, con guión de P. I. Taibo II y Jorge Patiño, protagonizado por Pedro Armendáriz Jr. Amorosos fantasmas, 1994, México, dirigido por Carlos García Agraz, con guión de P. I. Taibo II, protagonizado por Sergio Goyri (Belascoarán Shayne). Días de combate, 1994. México, dirigido por Carlos García Agraz, con guión de P. I. Taibo II, protagonizado por Sergio Goyri. Algunas nubes, 1995, México, dirigido por Carlos García Agraz, con guión de P. I. Taibo II, protagonizado por Sergio Goyri.
Francisco Ignacio Taibo Mahojo, más conocido como Paco Ignacio Taibo II, nació en 1949, en Gijón, Asturias, norte de España. Su padre Paco Ignacio Taibo I fue un reconocido escritor y periodista. En 1958 la familia se exilió a México, donde estudió Sociología, Literatura e Historia en la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM) y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). En 1968 militó en el Movimiento Estudiantil, cuyo nacimiento narra en un corto realizafodo en aquel mismo año: Ardiendo en el sueño. En 1973 dirigió La venda en los ojos.
Fue coordinador de investigación de la revista Historia Obrera (1979-1980) y jefe de información de Fin de Siglo. Colaboró en Unomásuno (1982), en Historia 16 y Tiempo de Historia, fue codirector de La Semana, Información Obrera (1982-1985). En 1986 fundó la Asociación Internacional de Escritores Policíacos (AIEP) y al año siguiente creó la Semana Negra de Gijón, el mayor encuentro hispanoamericano del género.

El Conde de La Habana
Mario Conde nació en 1955 en Calzada, un barrio humilde de La Habana. Estudió el secundario en La Vibora, donde conoció a sus mejores amigos y se enamoró por primera vez. Siempre quiso ser escritor, pero al abandonar sus estudios de Psicología le ofrecieron ingresar en la Policía. En 1989, con 34 años y 12 de servicio, era teniente investigador en La Habana. Al poco tiempo abandonó su trabajo para recuperar su vocación de escritor.
El Conde, así le llaman todos, fuma dos paquetes diarios de cigarrillos, odia el ejercicio, subir escaleras le deja sin aliento, se siente amenazado por una calvicie incipiente. Vive con un pez peleador, al que llama Rufino por su abuelo criador de gallos de riña. 
Su mejor amigo es Carlos, El Flaco, postrado en una silla de ruedas a causa de las heridas que sufrió en la guerra de Angola. Juntos se emborrachan, miran partidos de béisbol y escuchan una ecléctica colección de música que abarca desde los Beatles y Credence, a Fórmula V y Joan Manuel Serrat. 
El Conde es un hombre triste y agobiado, un "recordador de mierda" o "un cabrón recordador" en palabras de El Flaco, que evoca momentos sin darse cuenta que a veces la memoria es engañosa.
Resuelve sus casos estudiando antecedentes, pistas, sospechosos, con premoniciones, iluminaciones y certezas, analiza datos estadísticos, huellas y es un desprejuiciado enemigo de los prejuicios. Sus triunfos se basan en la investigación y en el conocimiento de la gente. Aunque su trabajo suele ponerlo frente al lado oscuro de la vida, no le gusta que los delincuentes se salgan con la suya. Le veremos investigar la desaparición de un empresario afín al régimen de Fidel Castro, el asesinato de una profesora, la muerte de un travesti.
Padura evoca la Cuba de 1989, previo a la implosión del bloque soviético. Adora su país, su clima a sus compatriotas, muestra su realidad sin pudor: el racionamiento, las desigualdades entre clases, que no son sólo el resultado de la herencia sino de la militancia propia o familiar. Las motivaciones de los que se han ido y los que se quedan. Los recuerdos de una época no muy lejana cuando los homosexuales y otras minorías eran perseguidas, juzgadas, reeducadas.
Gastronomía. El Conde ama la cocina cubana de Josefina Jose, madre de El Flaco que ya no es flaco. Padura recrea una mesa imposible en una Cuba dominada por la escasez: tamal en cazuela, ajiaco a la marinera, pavo relleno con arroz congrí, arroz frito y con pollo, quimbombó con carne de puerco y jamón, ensaladas de lechuga y rábano, o de aguacate, berro y tomate y las viandas (acompañamientos): fríjoles, los plátanos. Josefina también se asoma a otras gastronomías y prepara un grandioso cocido madrileño, pollo a la Villeroi o bandeja paisa colombiana. De postre: mermelada de guayaba con queso blanco.
Libros de Mario Conde. Pasado perfecto, 1991-Invierno 1989. Vientos de cuaresma, 1992-Primavera 1989. Máscaras, 1995-Verano 1989. Paisaje de otoño, 1998-Otoño 1989, son novelas que forman parte de la serie Las cuatro estaciones, donde la primera fecha muestra el año en que fue escrita, la segunda el año en que trascurre la trama. La cola de la serpiente, 2001-1989, reescrito en 2011. Adiós, Hemingway, 2001–1997. La neblina del ayer, 2003-Verano 2003. Herejes, 2013-Setiembre 2007.
Leonardo Padura Fuentes nació en 1955, el  mismo año que El Conde. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de La Habana, en la década de 1980 se incorporó a la revista El Caimán Barbudo y publicó sus primeros cuentos. En 1984 escribió su primera novela corta: Fiebre de caballos. Hasta 1989 publicó reportajes sobre temas culturales e históricos. En 1990 comenzó su primera novela protagonizada por Mario Conde. Ha escrito guiones para documentales: Yo soy, del son a la Salsa, 1996, colaboró en la película Malabana, 2002. En 2015 obtuvo el Premio Princesa de Asturias de las Letras.

Un océano de diversidad
Catherine Simone Cate Maynes es  investigadora privada en Océano, una ciudad ficticia sin ubicación geográfica. Fue policía en Illica, su pueblo natal, hasta que a los 26 años, cuando estaba enamorada de Helen, algo salió mal en la relación y en su vida, así se fue a vivir a una metrópolis de dos millones de habitantes. Su creadora, Clara Asunciíon García, cuenta que a los 27 años la original detective cumple con el mandato de sus colegas: un corazón destrozado, muchas mujeres, demasiado alcohol.
Propietaria de la Agencia de Investigaciones Maynes, tiene el despacho encima de una lavandería y vive en el edificio de al lado, siempre lleva su arma, una muda de ropa y un botiquín. Morocha, atractiva, adicta al paracetamol, no por vicio, apenas para recuperarse de los golpes y las resacas en jornadas repletas de estrés. Es una mujer perdida y desolada, con la autoestima por el piso, hasta considerarse una tonta. Sus amigos son Caroline, una vecina y Leng, exbanquero transformado en travesti que le pasa información y le presta ropa para verse bien.
El primer caso de Cate Maynes cuenta la historia de Elora Brust, dama de la alta sociedad de Océano, que la  contrata para averiguar quién está chantajeando a su hija. Con una narración cercana a la novela romántica, abundan intensos toques de erotismo y fuerte carácter policíaco; la protagonista es una chica dura, pero con rasgos sensibles, casi femeninos. En Un perro llamado Úrsula, su primer caso, un niño le encarga encontrar al asesino de su mascota. En El camino de su piel, una mujer la contrata como escolta para protegerse de una antigua pareja, muy violenta.
Gastronomía. Cate adora la sopa de pollo, la de almejas con queso brie, tostas de salmón con base de crema ácida y alcachofa asada, chuletas de cordero con patatas, sándwich de jamón y queso, pizza de espinacas. Para beber: cerveza, ron, licor de whisky, tequila o chupito de orujo.
Clara Asunción García es una escritora española nacida en Elche, Alicante, en 1968. Sus novelas más difundidas: El primer caso de Cate Maynes, 2011. Los hilos del destino, 2014.

Halcones, solitarios, trasandinos
Ramón Díaz Eterovic es el creador de Heredia, un detective privado de Santiago de Chile. Su novela más conocida es Ángeles y solitarios que trata el tema del tráfico de armas en su país. Fue uno de los impulsores y comisario del Festival Iberoamericano de Novela Policial Santiago Negro, organizado por el Centro Cultural de España, sede Chile, en 2009 y 2011.
Gastronomía. Heredia consume tostadas con café para desayunar, consomé y agua mineral cuando tiene resaca. Para cenar: lata de jurel (pez) tipo salmón que le copia a Simenon, aliñada con limón y ají. En un restaurante coreano, que tanto le gustan, consume pocillos con tallos de acelgas adornados con ají, empanadillas rellenas con hígado de cerdo, sardinas fritas, raíz de mote y arroz frío.
Roberto Ampuero nació en Valparaíso, en 1953. Su detective privado, Cayetano Brulé, es un emigrante cubano de La Habana que vive en el mayor puerto chileno, sobre el Pacífico. Se trata de un personaje inconfundible, de bigote a lo Pancho Villa y anteojos de varias dioptrías, según él mismo, "jodedor" como los cubanos y lo "kantiano" como los chilenos. Se considera un proletario de la investigación, maneja un auto ruso Lada, consiguió el carné de detective en un curso a distancia, es camaleónico, ocurrente, improvisador. Posee una interesante red de informantes de confianza, pero su más leal ayudante se llama Suzuki, hijo de un marinero japonés.
Halcones de la noche es una novela policíaca y un thriller en el que su autor aporta su visión sobre la vida en la Cuba actual. Viaja de Chile a San Petersburgo, Chicago, Miami y La Habana, para descubrir cómo trabajan los antiguos servicios secretos comunistas, e investigar la situación de los exiliados cubanos.
Gastronomía: Cayetano Brulé desayuna sopaipillas (torta fritas) con café o Kuchen (pastel alemán) de murras (moras en el sur de Chile). Para almorzar o cenar prefiere corvina al horno con arroz graneado y ensalada de lechuga, palta y apio; puerco asado con moros y cristianos (arroz con frijoles negros), plátanos maduros y yuca con mojo; carpaccio de pulpo y raviolis al pesto. Bebe mucho pisco Sour doble, mojitos y café.
Libros de Cayetano Brulé. ¿Quién mató a Cristián Kustermann?, 1993. Boleros en La Habana, 1994. El alemán de Atacama, 1996. Cita en el Azul Profundo, 2004. Halcones de la noche, 2005. El caso Neruda, 2008, que tiene lugar en 1973. Bahía de los misterios, 2013.


Con aroma a Rosa
Bruna Husky es una androide, replicante o tecnohumana que trabaja como detective en Madrid, Estados Unidos de la Tierra, 2109. Como todos los rep de su  mundo fue creada con 25 años, guarda recuerdos implantados de una infancia dichosa, rota por la muerte de su padre cuando ella tenía nueve. Fabricada para el combate, trabajó dos años para la compañía que la creó y luego obtuvo su libertad.
Sus aventuras le encuentran con 31 años, la quedan cuatro de vida, antes de morir, como el resto de los androides, por un cáncer TTT (Tumor Total Tecno). Alta y atlética, de cráneo rapado, ojos felinos de pupila rasgada. Una línea vertical tatuada cruza el lado izquierdo de su cuerpo. Su sentido del olfato, del equilibrio, su coordinación motora y empatía son superiores a la media.
Hermosa, feroz, implacable, esta poseída por un odio seco y puro, pero en un instante puede pasar de la furia a la calma. La dureza es un arma que utiliza para contrarrestar su dolor. Demasiado humana para ser tecno, demasiado tecno para ser humana.
Salió unos años con Merlín, replicante como ella. Sus amigos son Yiannis Liberopoulos, un humano que trabaja en los archivos centrales; Oli, inmensa camarera de bar y el policía Paul Lizard. Vive en apartamento de Madrid, con una cocina-comedor y un dormitorio. Le gusta hacer puzzles, enfrenta los enigmas procurando descubrir dibujos fragmentados y dispersos. Cuando investiga se guía por intuiciones, sabe que su inconsciente es más sabio que su consciencia. Su mirada descubre cosas que otros no pueden ver.
En Lágrimas de lluvia, una replicante ataca a Bruna en su casa y termina arrancándose los ojos. La detective es contratada por Myriam Chi, la jefa del MRR (Movimiento Radical Replicante) para investigar la muerte de otros androides.
En El peso del corazón se hace cargo de una niña rusa a la que rescata de la Zona Cero. Durante un reconocimiento médico le detectan niveles de radiación que más tarde son borrados de su historial. Alguien le encarga investigar la desaparición de los restos de una persona.
Gastronomía. Bruna desayuna cereales, café y tostadas, huevos fritos con fetas de jamón de soja, salchichas con sabor a pollo, huevos fritos, pizzas, queso con pipas tostadas y pancitos calientes. Para almorzar o cenar: sopa de miso (soja), bocadillo de algas fritas y piñones, croquetas de pescado prensado, hamburguesas de soja con algas, arroz con tofu, sopa con sabor a pollo, que en realidad es medusa, como casi todos los alimentos reconstruidos, pastelito de sucedáneo de perdiz, sándwich de pollo auténtico.
Libros de Bruna Husky. Lágrimas en la lluvia, 2011. El peso del corazón, 2015.
Cómic. Lágrimas en la lluvia, 2011, con guión: Rosa Montero, Damián Campanario y dibujos de Alessandro Valdrighi.
Rosa Montero nació en 1951, en el barrio madrileño Cuatro Caminos, su padre Pascual fue un banderillero que abandonó la profesión para fundar una fábrica de ladrillos. En la niñez sufrió tuberculosis y anemia, permaneció en cama durante cuatro años sin poder ir al colegio. Leía mucho, comenzó a escribir, y creó la revista De todo un poco.  A los 17 se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras que abandonó para estudiar Periodismo.
Trabajó en el diario Informaciones de Alicante, también en las publicaciones Pueblo y Arriba, colaboró en las revistas Garbo, Contrastes, Hermano Lobo y realizó entrevistas para Fotogramas. En 1977 ingresó a El País de Madrid, donde sus reportajes y sus columnas semanales alcanzaron prestigio internacional. En 1979 publicó su primera novela, Crónica del desamor. A su esposo, el periodista Pablo Lizcano, fallecido en 2009, le dedicó Lágrimas en la lluvia.

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