miércoles, 31 de agosto de 2011

Alfredo Baeza, creador del Sistema Automático de Riego (SAR)

"Inventor se nace, pero innovar es una tarea de equipo"
"Innovar es una profesión que nace
como una vocación individual y se
transforma en una tarea de equipo."

(Alejandro Sequeira, 2011)

Su penúltimo desarrollo tecnológico, el SAR, puede transformarse en un producto de demanda a nivel nacional e internacional: un sistema automático de riego portátil, diseñado por un equipo de técnicos uruguayos que cuenta con el respaldo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII). “La capacidad de inventar es un don natural que muchas personas poseen, pero que no todos saben que lo tienen", afirma el ingeniero industrial y profesional de la innovación.


–¿Cuánto ha influido la Facultad de Ingeniería en su carácter innovador?
–La Universidad nos aporta herramientas metodológicas para encarar un problema, pero ese "ver algo distinto", donde todos ven lo mismo, es un don natural. Siempre digo que inventor se nace, pero innovar es una tarea de equipo que se desarrolla y se mejora con el tiempo, y con el conocimiento. Dicho esto, también considero que la Facultad nos hace perder parte de nuestra capacidad innata de observar libremente, porque nos condiciona con principios y conceptos que no podemos dejar de lado. 

–¿Inventar es una vocación?
–Al principio hubo bastante de ideal, pero ahora, para mí es una profesión, un trabajo, porque trato de vivir de mis desarrollos. Crear, inventar, forma parte de mi tarea diaria, con todo lo que ello significa, porque hay muchas satisfacciones, pero también muchas presiones, muchas incertidumbres. Es como el que encontró petróleo en el fondo de la casa, que puede venderla o dedicarse a la extracción de forma profesional; y por lo tanto necesita que salga petróleo. Esto es igual, uno necesita que salgan ideas todos los días.
 
–¿Es posible vivir de la inventiva?
–Es posible, siempre y cuando adquiramos una metodología y una organización profesional, y sepamos trabajar en equipo. Justamente, con el objetivo de descubrir innovadores, y darles un espacio para sus desarrollos, es que estamos creando una fábrica de ideas en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro. En una primera etapa recibimos proyectos de egresados y estudiantes de los últimos años de las ex UTU, pero también estamos abiertos a toda persona que tenga una idea, y que aspira a transformarla en un prototipo. Armamos una lista de inventos e innovaciones que pueden transformarse en desarrollos concretos. Estamos formando un equipo de trabajo para desarrollar el proceso de una idea, desde que nace hasta que es explotada, porque una innovación que no es explotada por el mercado, no pasa de ser un hobbie.
–¿Tiene nombre esta incubadora de proyectos?
–Se llama Desarrollos Innovadores Uruguayos (DEINUR), y cuenta con apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, del Ministerio de Industria, Energía y Minería, de la Intendencia de Montevideo que nos facilita el espacio en el PTI, y del Consejo Nacional de Educación Técnica (ex UTU). Deinur es nuestra mejor idea, por su objetivo, ser de utilidad para los creadores, y porque principalmente trata de ser un aporte para el país.

ANII
"Es una herramienta invalorable, porque apuesta a los proyectos de investigación y desarrollo, que pueden llegar a definir el nivel de desarrollo de un país. Es bastante conocida, quizá más de nombre que por sus funciones, pero no tanto como debiera", subraya Alfredo Baeza, cuando se refiere a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación. "Cuanta más inversión tenga un país en investigación y desarrollo, también habrá más patentes registradas, más invenciones, más capital que se invierte en ideas; y por lo tanto, un país más desarrollado. La ANII es un mecanismo que no sólo apoya financieramente, sino que por su metodología de trabajo, es un factor de estímulo para los innovadores", anota.

"Es muy versátil, portátil, fácilmente trasladable, y cumple con un objetivo del proyecto: su automatismo lo independizan del tractor."
Alfredo Baeza

Sistema Automático de Riego (SAR)
Fue la gran atracción de la Expo Prado 2010. El SAR es un aparato robotizado, complejo en su concepción pero sencillo en su manipulación que incluye dos alas telescópicas livianas, que cuando se despliegan según el modelo tienen un largo de ala que puede llegar hasta 50 metros, que están dotadas de boquillas para distribuir agua de manera uniforme sobre el suelo. "Tiene varias características novedosas, pero lo fundamental es que es capaz de regar grandes superficies desplazándose totalmente solo, sin necesidad de tractor ni operario. Uno de los modelos de SAR utiliza como fuente de energía el agua que corre por la manguera.
Esto se logra mediante una bomba relativamente chica y, por tanto, de bajo consumo", explica Alfredo Baeza. El equipo se mueve mediante un conjunto de ruedas de traslación que van dentro de la estructura central, que avanzan o giran de acuerdo a lo que el usuario programa previamente desde el comando. Las alas forman parte integral de su cuerpo compacto, y se repliegan fácilmente, hasta quedar en un mínimo de tres metros de largo.
La mayoría de los sistemas anteriores, se basaban en ejes centrales de riego, en forma de grandes compases que estaban anclados en un punto, que iban girando en redondo. El SAR fue pensado para extensiones que van desde 5 hasta 50 hectáreas. Un solo operario arma las alas telescópicas que no requieren tensores para su estabilidad, y que pueden llegar hasta 2.40 metros de altura. "Su programación es simple: se establecen los milímetros de riego necesario, luego se define la distancia a recorrer en el cultivo y el movimiento hacia la siguiente área. Una vez terminada esta etapa, se enciende el equipo, que desde ese momento funciona solo", señala Baeza.
El riego se inicia cuando se elevan las ruedas de traslación, que seguirán el sentido del cultivo. Una vez que recorrió la distancia programada, el equipo enrolla su tubería que fue desplegando en el camino, hasta que vuelve al punto desde donde se inició la operación, donde se corta el riego y bajan automáticamente las ruedas de traslación.
El SAR fue concebido para racionalizar el uso del agua, y así cuidar el medio ambiente. "El equipo logra una aplicación sin escurrimientos ni pérdidas, porque riega la mitad del suelo a la ida y la otra mitad al regresar, de esta forma se disminuye la erosión del terreno por una mejor infiltración. Las boquillas por donde sale el agua están diseñadas para emular el tamaño de una gota de agua de lluvia y caen como si se tratara de una precipitación natural promedio. El SAR siempre se traslada sobre terreno seco, dado que el riego central solo se activa cuando el equipo está retornando. Esto evita el marcado innecesario del suelo, preservando de esa manera dicho valioso recurso", explica el innovador.
El tema energético fue clave en su desarrollo. Sus creadores estudiaron distintas soluciones para el riego, pero que no necesariamente se adecuaban a la realidad uruguaya. Los equipos tradicionales requieren una presión de entrada bastante grande, de unos siete bars. El mayor desafío que se plantearon Baeza y su equipo, fue hacer una máquina que además de novedosa, regara con menos presión. Luego de estudios, experimentaciones y muchos cálculos, desarrollaron un sistema que permite trabajar con la cuarta parte de la energía que necesita uno similar.

Equipo
Además del ingeniero industrial Alfredo Baeza colaboraron en el desarrollo del SAR los ingenieros agrónomos Jorge Doglio (consultor responsable), Mario García Petillo, Claudio García y Daniel Araújo.

4 comentarios:

HUGO GABRIEL FERNANDEZ dijo...

gracias por no incluir mi nonbre en el equipo ,de las personas que nombro nunca vi a nadie resolver los errores de diseño que tuvo el ingeniero ,ni armar nada de nada jamas se ensusiaron las manos ni pasaron el frio de las largas noches de trabajo en el invierno que estuve trabajando en mi taller.despues de proponerme y prometerme ser parte del emprendimiento.
GABRIEL

Unknown dijo...

Cuando hablamos de una innovación no se trata de errores, sino de cambios en base a pruebas para llegar al prototipo hoy definido como el robot de riego S.A.R. Los ingenieros nombrados ayudaron a el ingeniero e inventor Alfredo Baeza a concretar las necesidades que el agro maneja, para lograr un riego eficiente. Por lo que se les esta enormemente agradecidos.
Por consultas sobre el S.A.R comunicarse a nuestra empresa Deinur s.a al 23118187.

Christian Modernel Gallarreta dijo...

Hola.Es un gran honor poder comunicarme con Uds. Tenemos una idea y que remos saber si la podemos llevar a cabo. Cómo me contacto con el ing.Alfredo Baeza? Muchas gracias. Mi cel. es 091465570. Christian Modernel.

Armando Olveira Ramos dijo...

Hola Christian, gracias por tu interés en el artículo, para comunicarte con el ingeniero Alfredo Baeza, podés llamar a la empresa Deinur, 23118187. Saludos. Armando