jueves, 1 de septiembre de 2011

Juan Grompone, investigador de la creatividad aplicada a la innovación

“El tasajo fue el invento más relevante en la historia del país”

Aunque señala a Eladio Dieste como el mayor inventor uruguayo, asegura que el tasajo fue la creación que cambió la forma de consumo de la carne vacuna en el mundo. Este montevideano nacido en 1939, es ingeniero industrial, escritor y empresario informático. Grompone fue fundador de Interfase (1974) y Tilsor (1990), especializadas en comunicación. Premiado como Ingeniero Eminente por la Región Latinoamericana (IEEE, 1991), es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería (1993), y de la Academia Nacional de Letras de Uruguay (1996). Fue asesor del Plan Ceibal hasta 2007.
 

Sobre la base de la entrevista publicada en el Nº1 de la serie Inventos Uruguayos, El País, 24 de agosto de 2011.

—¿Qué es inventar?
—Prefiero llamarle innovar, porque un invento, literalmente, es algo no conocido antes, y no creo que haya más de dos o tres innovaciones concebidas de la nada o casi de la nada. Me refiero a la rueda, que por algo es considerada la primera construcción humana; la jabalina, como arma lanzada a distancia y el alfabeto, quizá, la más grandiosa innovación del hombre, porque transformó ideas en signos abstractos comprensibles y transmisibles. Todos los otros, por más importantes que fueran, nacieron de una acumulación de conocimiento. Un aparato que podría ser considerado un invento neto es el teléfono, por lo extraño para su época, pero, en verdad antes había sido creada la bobina, y previamente el fenómeno eléctrico.

—¿Una misma invención nace más de una vez?
—Siempre es así, porque las ideas no son propiedad de una sola comunidad. Los instrumentos, hasta los más complejos, fueron descubiertos muchas veces. Un ejemplo es la transformación del hierro en utensilios, ¡una evolución formidable! Los europeos se arrogan su autoría, pero sabemos que al mismo tiempo fue utilizado en Asia Menor y en la China. Es un caso claro de simultaneidad. Quizá, la única innovación concebida de una sola vez haya sido esa maravilla del ingenio que es la escritura alfabética. 

—¿Cómo fue eso?
—Es una historia muy divertida sobre lo que yo llamo “invento crítico”. El alfabeto deriva de los jeroglíficos utilizados en Egipto. Como se trataba de un gran imperio que debía comunicarse con pueblos tan diversos, sus escribas utilizaban complementos fonéticos para interpretar como se leía un jeroglífico. Esos complementos eran signos más simples, pero abstractos, a los que se les adjudicaba un sonido oral. Los egipcios no estaban obligados a su uso, inclusive era considerado un acto de cortesía hacia el extranjero; pero era bastante frecuente sobre todo para comunicarse con las culturas de más allá del Sinaí. Fue en Palestina, unos 1.000 años antes de Cristo, que comenzaron a utilizar sólo los complementos fonéticos. La idea fue ampliada y mejorada por los griegos, y así nació el alfabeto; que por algo comienza con alfa y beta. 

—De todas formas, existe casi unanimidad en que el invento más relevante de la historia de la Humanidad fue la rueda, que muchos señalan como el resultado de observar las rocas rodantes.
—No estoy de acuerdo. La rueda fue inventada a fines del Neolítico, en la actual Ucrania, bastante antes que en la Mesopotamia que suele ser señalada como su lugar de origen. Se trató de una innovación vinculada con el caballo, que hasta ese momento era utilizado sólo como alimento. En las cavernas podemos ver cómo los hombres los cazaban, al igual que a los bisontes o cualquier bicho. Luego se dieron cuenta que a la hembra podían sacarle la leche. Los ucranianos descubrieron que era amansable y que se podía cabalgar, y eso cambió todo; porque comenzó una selección de equinos cada vez más grandes para transporte. Así nació el concepto de invasión a otros pueblos, facilitada por la velocidad del caballo. Al mismo tiempo comprendieron que podían ser utilizados para cargar, pero les faltaba algo que les sirviera para arrastrar un peso. Así nació la rueda, que de poco servía en aquel entonces si no tenía un animal que la tirara. La rueda es el producto de la domesticación del caballo, y de allí salió también la aplicación del hierro y la rueda armada. 

—Mencionaba también al fuego, del que se dice que es el invento más antiguo.—Tiene más de un millón de años. Para comprender cómo fue fabricado, es necesario saber que los bosques se incendian naturalmente cada 25 años, por un mecanismo de renovación. Cuando el hombre de los bosques vio una rama encendida, lo primero que hizo fue conservarlo, y recién después aprendió a crearlo. Se suele decir que el primer hombre que dominó el fuego vivió en África, pero allí no hay grandes bosques, si no grandes selvas húmedas que no se incendian. Es más racional pensar que el fenómeno ocurrió en el norte de Europa, una región boscosa donde hay mucho frío y el calor es imprescindible para subsistir. El conservador del fuego era un hombre muy influyente en su comunidad, todos trabajaban a su alrededor, acumulando leña para mantenerlo vivo. Todo cambió cuando aprendieron a fabricarlo, porque una llama dominada también les sirvió para cocinar. Por entonces se construía el primer cuchillo de piedra. No olvidemos que el hombre necesita herramientas cortantes para sustituir a las garras de los animales. La buena caza significaba buen carne, que era trozada y cocida para que fuera más digerible. 

—¿El cuchillo evolucionó en un arma lanzable? 
—Ese fue otro invento crítico, porque el hombre descubrió que podía matar animales a distancia. Un recurso que poco tardó en ser utilizada contra otros hombres, por lo que siempre digo que la guerra nació con las armas lanzables: la jabalina y el arco y la flecha.

—¿Uruguay tiene inventos críticos?
—No me atrevo a llamarle así, porque lo crítico se refiere a cambios colosales, pero tenemos uno, del que se habla poco, que sin dudas fue revolucionario: el tasajo.

—¿Está seguro que el tasajo es uruguayo?
—Hay una lógica muy sustentable: en ningún otro sitio hubo tanta materia prima, ni tanta necesidad de salar la carne. La historia está vinculada con la influencia jesuítica y las estancias que la congregación poseía en lo que hoy es la Mesopotamia argentina, que destinaron a la ganadería. Hernandarias, que era un dependiente de ellos, en 1611 introdujo el ganado vacuno a este territorio para que se criara lejos de faeneros y bandeirantes que tenían un negocio depredatorio: la extracción del cuero. Fueron los jesuitas de la Banda Oriental, los primeros que comenzaron a conservar la carne. Los saladeros aparecieron en el siglo XVIII para fabricar un producto que sus propietarios llamaron tasajo.
 
—¿Los primeros saladeros del mundo también fueron uruguayos?
—Los hubo desde principios de aquel siglo, pero el primero oficial, con todas las de la ley, data de 1780 cuando el español Manuel Melián se estableció a orillas del río San Salvador, actual departamento de Soriano, para abastecer de carne a la Armada Española que operaba en la región y a su guarnición en las islas Malvinas. Cinco años después fue el catalán Juan Ros que inició las ventas a ingenios azucareros, cafetaleros y tabacaleros de, Brasil, Cuba y todo el Caribe. El tasajo era un alimento de esclavos y un negocio comparable por su volumen al de las mayores multinacionales actuales.

—Pero, ¿en Europa no se procesaba la carne?
—Hay que entender algo básico. En la Europa del siglo XVIII, y en el resto de América, no existía una cantidad de vacunos que permitiera procesar su carne en grandes cantidades. Las dietas europeas tradicionales se basan en otros animales: ovejas, aves, cerdos, peces. Entonces, la vaca servía para gestar terneros y dar leche, y como mucho se la sacrificaba para sacarle el cuero y consumir su carne en el momento, pero jamás para conservarla salada. El buey tenía un papel estratégico en la agricultura, porque era el tractor de los labradores; y que yo sepa ningún productor se ha comido su tractor (se ríe).

—“Uruguay debe ser el país donde se patentaron más formatos de tapones para termos; se pueda hacer una colección con todos los registrados.”
 
Conmutador y Urupac
—“Mi trabajo siempre fue algo muy normal en ingeniería. En 1980 automatizamos la red de télex, que era estratégica para la comunicación internacional y los negocios, y que antes era manejada por operadores. Así nació un sistema de conmutadores que en 1986 estaba extendido a todo el país. También creamos la primera red nacional de datos, Urupac, que dejó de existir por la llegada de internet, cuando se comenzó a comprar tecnología extranjera.”
 
Medina, Maciel, Lafone
—En 1788, Francisco de Medina puso su saladero en la margen derecha del arroyo Rosario, actual departamento de Colonia, mientras Francisco Antonio Maciel se instalaba en el arroyo Miguelete, por entonces muy lejos de Montevideo. A principios del siglo XIX comenzaron a vender también la grasa, que era empleada en el alumbrado público y en la fabricación de velas y jabones, además de subproductos como carne ahumada, lenguas saladas, cueros, cornamentas y crines. En 1840, Samuel Lafone abrió un establecimiento saladeril en La Teja, que después de la Guerra Grande (1843-1851) llegó a faenar 1.200 vacunos al día.

Después, los argentinos
—El primer saladero bonaerense fue creado en 1790, en la zona conocida como Barracas al Sud; pero el más célebre fue Las Higueritas, fundado en 1815 por la sociedad de Juan Manuel de Rosas, Juan Terrero y Luis Dorrego. Tenía la fábrica en Quilmes, flota marítima propia y un puerto en la bahía de Ensenada. Fue la mayor industria cárnica de su tiempo, pero muy posterior a las orientales.
 
—“La pizza es napolitana por donde se la mire y el fainá nació en las panaderías de Génova, pero la pizza a caballo es una creación enteramente uruguaya.”

Dieste
—“Fue el mayor innovador uruguayo, creador de formas artísticas puras basadas en la geometría y el cálculo matemático. Su aporte universal fue la bóveda de ladrillos basada en la curva catenaria, que es la forma como los eslabones de una cadena se sostienen cuando caen libremente. Eladio dio vuelta la cadena y así armó una bóveda sólida y confiable, con ladrillos que se empujaban por el mismo principio físico. Fue una genialidad, por la simpleza de su concepción y por su influencia en la arquitectura moderna. Eladio Dieste fue nuestro más grande inventor.”

De Massera a Genexus
—“El matemático José Luis Massera fue un genio que creó un teorema de relevancia mundial, y lideró la Escuela Matemática de Montevideo. Fue una rareza en un país donde esa disciplina se enseña tan mal, pero tiene una explicación: los alumnos que sobreviven suelen alcanzar un excelente nivel, tan alto que se destacan en un ámbito competitivo como la informática, que es una bisnieta de la matemática. Un ejemplo a toda vista es el fenómeno Genexus.”

SUN
—“Fue un invento muy creativo, pero nunca me pareció relevante más allá del ingenio de alguien que diseñó un calentador para que entrara en un termo. Aunque siempre lo encontré peligroso reconozco que tuvo su utilidad cuando las botellas eran de vidrio; ahora que son de metal quedó fuera de vigencia.”

Inventos críticos
—Así denomina Grompone a las doce innovaciones que cambiaron la historia del hombre: el fuego, el cuchillo, la rueda, el arma lanzable (jabalina, arco y flecha), la numeración, el alfabeto, la imprenta, el motor a vapor, la electricidad, el plástico, la penicilina y la computadora.

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