martes, 27 de octubre de 2015

The Southern Star, Gazeta de Montevideo, El Sol de las Provincias Unidas, los primeros periódicos que circularon en territorio oriental

Tipos que cuentan historias

Gazeta de Montevideo, N° 0.
La primera prensa de Montevideo fue traída en 1807 en la etapa final de las Invasiones Inglesas, allí se editó el periódico bilingüe The Southern StarLa Estrella del Sur. La primera imprenta del Cabildo español fue donada por la princesa Carlota Joaquina de Borbón a las autoridades coloniales de la ciudad. El comandante José María Salazar, jefe del Apostadero Naval, le había solicitado “encarecidamente” a la hermana del rey Fernando VII una herramienta para contrarrestar la propaganda antimonárquica de Buenos Aires. La máquina arribó el 24 de setiembre de 1810, con dos tipógrafos portugueses que trajeron una caja de seis tipos y una carta de Carlota a Salazar. “Para evitar los males que seguramente causaría a esas provincias la pérfida impostura con que esa cábala de facciosos pretende alucinar a los Pueblos […] yo os [la] remito, para que uséis de ella con el decoro y prudencia que os caracteriza…”, escribió la española casada con Juan de Braganza, príncipe regente de Portugal, desde Río de Janeiro. Los "facciosos" finalmente triunfaron y el virrey capituló. Cuando la imprenta pasó a manos de la Provincia Oriental autónoma, en 1815, fue utilizada para imprimir el Prospecto ordenado por José Artigas, escrito por el sacerdote Mateo Vidal, pionero histórico de la prensa uruguaya.

Tipo.  En el lenguaje coloquial: individuo, sujeto. En tipografía: cada una de las clases de letra. En las antiguas artes gráficas: pieza de metal en que estaba realzado un signo. 

—La Carlota era una buena imprenta, pequeña pero bastante eficiente para la época, podía imprimir hasta en dos tintas, una posibilidad muy interesante que nadie utilizó.
“Tenía cierto uso, evidenciaba desgaste, a tal punto que Salazar cuando le agradeció a la princesa, también le solicitó una máquina más grande; algo que ella nunca concedió. En los cuatro años que estuvo al servicio del poder colonial también se imprimieron bandos y documentos de la administración. Cinco años después, en las páginas del Periódico Oriental se notaba el desgaste de algunos tipos”, afirma Wilson González Demuro, historiador, docente de Facultad de Humanidades, investigador de la prensa previa a la independencia uruguaya.

Gazeta de Montevideo
Así era un ejemplar idéntico a La Carlota, según el Museo de la Imprenta de Brasil.
—Editado entre octubre de 1810 y junio de 1814, fue el primer periódico impreso en La Carlota, un semanario al servicio del Virreinato del Río de la Plata, al principio con la fugaz dirección de Nicolás de Herrera.
—El administrador y editor periodístico de la publicación conservadora y antirrevolucionaria, hasta el retiro españolista, fue el franciscano Cirilo de Alameda y Brea, un monárquico recalcitrante, atípico en aquel contexto de religiosos de su orden expulsados de la ciudad por alentar la sublevación.
—Los franciscanos más conocidos en la ciudad, entre ellos Mateo Vidal que no era del orden, fueron imputados de traidores en mayo de 1811, “que se vayan con sus amigos los matreros”, fue la orden del gobierno españolista.

Alameda, sin embargo, fue del riñón monárquico, vivió más de 90 años despotricando contra las revoluciones americanas. Como editor trató de poner orden en la imprenta, redujo costos.
 La situación económica de Montevideo, luego del segundo sitio se puso muy difíci. Era un administrador bastante prolijo, un día se animó a recortar los envíos gratuitos a funcionarios, “si quieren leer La Gazeta que la paguen”, solía responder cada vez que un burócrata se quejaba.
—El último número de Gazeta salió en junio de 1814, cuatro o cinco días antes del ingreso del general porteño Carlos María de Alvear a Montevideo.

Aquel ejemplar es muy interesante, porque la nota principal es una exhortación, un llamado resignado a la población: “Traten de aceptar la situación tal como está y cuídense”.  

El trabajo gráfico en el siglo XIX.
—Existe una edición fascimilar de Facultad de Humanidades que recoge los números editados entre octubre de 1810 y junio de 1811, la serie está organizada en dos tomos, el primero creado a principios de la década de 1940, recién fundada la institución, el segundo en la década de 1950.
La recopilación está acompañada por un estudio preliminar de Blanca Paris de Oddone y Sarandy Cabrera, ellos observaron algo evidente, no había noticias locales.
Leyendo la Gazeta de aquellos años no hay forma de enterarse que estaba ocurriendo en el entorno de Montevideo, solo se hablaba de España.
Recién en 1812, cuando el cura Alameda tuvo las riendas del periódico, mientras la situación se fue complicando cada día más, no hubo otro remedio que informar sobre el estado de la ciudad.
Con las noticias también se publicaban editoriales con críticas a los revolucionarios, que eran tratados de “malos españoles y asesinos”.
—Hasta 1812 casi ni se hablaba de Artigas, ni de otros caudillos revolucionarios, después del segundo sitio de Montevideo hubo un primer giro: comenzaron las críticas al movimiento artiguista. Anarquistas, bárbaros, taridores, asesinos, matereros, forajidos, eran los adjetivos mas usuales.
 
Hacia 1814 se avizoraba la caída definitiva del último reducto virreinal, cuando en Montevideo advirtieron la ruptura entre Artigas y Buenos Aires hubo un segundo giro en los artículos de la Gazeta. Sus artículistas cambiaron el discurso, los que antes eran “asesinos” pasaron a ser “hermanos”.
 El periódico llegó a plantear una alianza entre Montevideo y Artigas, contra Buenos Aires, pero ningún revolucionario mordió el anzuelo.
La prensa porteña, que era punzante sobre la base de un potente aparato propagandístico, se burlaba de la Gazeta, criticaban su localismo, su anacronismo, sus escasas luces políticas.
Estaba claro que el regimen colonial estaba acabado en el Río de la Plata. El cura Alameda regresó a España con el depuesto virrey, terminó siendo arzobispo de Toledo, Burgos y Las Habana.

Los periódicos coloniales, por su carácter imperial, ofrecían abundante información comercial sobre esclavos. Una costumbre que continuaron los medios republicanos uruguayos hasta 1842 cuando fue abolida oficialmente la trata hunmana, hasta entonces estaba penado el tráfico de personas pero no la posesión.

El Sol de las Provincias Unidas
El Sol de las Provincias Unidas, N° 1.
—Fue el segundo periódico impreso en La Carlota, entre julio y setiembre de 1814, vocero del gobierno de Buenos Aires ocupante de Montevideo.
Con frecuencia semanal, fue editado por Manuel Moreno, hermano de Mariano, secundado por el gallego Antonio Díaz, el periodista más influyente del siglo XIX en territorio uruguayo, para él fue una experiencia iniciática en la prensa, un oficio que luego ejerció toda su vida.
—Aquel trabajo tuvo un doble valor republicano, por fue el primer vocero independentista en territorio oriental, expresado en una prensa  que pasó a manos insurgentes.
—La pluma de Díaz militó en favor de la Revolución de Mayo y del Gobierno de Buenos Aires, fue vocero del ejército ocupante porteño al mando del general Carlos María de Alvear luego de la capitulación española, un activo difusor del proyecto político de unidad del antiguo virreinato incorporado a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
—Los artículos de El Sol planteaban temas constitucionales, una preocupación por el progreso de la economía y la unidad territorial entre Buenos Aires, la Provincia Oriental y sus aliados de la Liga Federal.
—Cuando José Artigas se enfrentó con Buenos Aires, el periódico nada informaba sobre el Jefe de los Orientales y la revolución que por entonces dominaba la mayoría del territorio, la estrategia propagandística era clara: sobre el enemigo no se escribe.
—Lo nombraron por primera vez cuando Buenos Aires le restituyó los honores ciudadano, revocando una declaración de "traidor a la patria" firmada dos años antes por el director porteño Gervasio Antonio de Posadas. 

El Sol de las Provincias Unidas solía salir los sábados,  sin embargo su último ejemplar, N° 14, fue publicado el domingo 18 de setiembre de 1814.
—La Carlota fue la única imprenta de Montevideo hasta 1817, cuando la ciudad era gobernada por el portugués Carlos Federico Lecor, comandante del ejército invasor que derrotó a la Provincia Oriental independiente gobernada por José Artigas. En 1821 fue alquilada a Francisco de Paula Pérez, editor de El Pacífico Oriental de Montevideo.
En 1822, luego de la independencia de Brasil, cuando Lecor se retiró a Canelones y San José, la arrendó el porteño Manuel Torres director de El Patriota, un periódico que simpatizaba con Bernardino Rivadavia a vista y paciencia del gobernador portugués Álvaro Da Costa enemigo de los "abrasilerados" lecoristas.
Es probable que fuera desarmada después de 1828, parte de la herramienta era de madera, las mesas de trabajo, las cajas donde iban los tipos. 

El primer diario en el territorio oriental fue El Publicista Mercantil, fundado en 1824 también fue el pionero local en la presentación de publicidad.

The Southern StarLa Estrella del Sur
The Southern Star, Prospectus.
La primera imprenta en territorio oriental fue instalada en la etapa final de las Invasiones Inglesas, en un edificio de la antigua calle San Diego N° 4 (actual Washington), a metros de la costa portuaria (Juan Lindolfo Cuestas).
Allí fue editado el periódico bilingüe The Southern StarLa Estrella del Sur, vocero del gobierno de ocupación. Su primer número apareció el 23 de mayo de 1807, con una innovación editorial: publicó contenidos publicitarios.
El semanario de cuatro páginas salió siete números regulares, dos Extraordinarios, hasta que las fuerzas criollas de resistencia derrotaron al ejército invasor.
Dos semanas antes había sido presentado su Prospectus que planteaba: La Estrella del Sur incluirá noticias generales y estará abierta para la inserción de los avisos y las varias materias que vengan en el orden de la publicación en el día señalado a la aparición periódica de la gazeta.” 
—La publicación salía los sábados a un precio de suscripción de cinco pesos fuertes cada tres meses.
Su último número fue acompañado por un suplemento con anuncios comerciales, y la nómina de buques españoles e ingleses llegados a Montevideo, y una hoja que anunciaba su cierre.
Resulta significativa la reproducción de algunos avisos publicados en este semanario, con los errores ortográficos que constan en el original.

The Southern Star, N° 1.
Jayme Barton y Compa (James Barton and co.)
Tienen para vender por mayor todos suertes de Géneros Ingleses, incluyendo, Bayetas, Musselinas, Paño, Sarasas, Mayon obscuro, dos Panas, Amascates, Colonias, Pañuelos, Lino de Irlanda y Inglaterra sombreros &&&; Escritorio, Nº 19 Calle St. Vicente.

Harrison´s & Hayman
Tienen para vender en el Nº 67, calle de San Fernando, los efectos siguientes: Panos anchos azules, granas & de diferentes Calidades. Musselinas, cotonias, pana lisa y rayada, Sillas inglesas, Cerveza en Botellas, ropas hechas, quitasoles y Paraguas de seda y de Algodón. Agujas, Alfileres y todo genero de quinquillería.

Cacao, Lana Cobre, Quinquina, Aguardientes & co.
El lunes de la semana que viene una cantidad de dichas haciendas se han de vender en Almoneda, en la oficinas de las Presas a las once de la mañana. El cacao se puede ver en los Almacenes de Madamo Gracia, calle de San Francisco. El cobre esta en el muelle, y exemplares de los demás se mostraran al tiempo de vender…

—En agosto de 1807, cuando los ingleses fueron expulsados de Montevideo, por unas horas dudaron si dejaban o se llevaban su imprenta.
Así era la imprenta Estrella del Sur.
¿Qué hicieron? Con británico pragmatismo la vendieron, porque la carga les resultaba pesada, una molestia más para un viaje de regreso repleto de frustración y agobio.
Lo curioso fue que la compró el gobierno colonial de Buenos Aires, su antiguo enemigo, preocupado porque no hubiese una imprenta libre para ser utilizada por los revolucionarios criollos que comenzaban a movilizarse. 
Por entonces, la prensa escrita era la más temible arma de ataque y respuesta política.
La jugada les salió mal, porque luego del triunfo de la Revolución de Mayo se incrementó la capacidad de producción para emitir propaganda antimonárquica contra Montevideo, el último bastión españolista que quedó en el Río de la Plata.
En aquella Buenos Aires revolucionaria de 1810 hubo dos imprentas: la de los Niños Expósitos, de los jesuitas, y la Estrella del Sur, ambas muy utilizadas por los porteños para difunfir la ideas insurgentes en toda América del Sur.

Tipos españoles de la colonia.
El Periódico Oriental, cuyo único ejemplar fue editado en 1815, es reconocido como el primer antecedente histórico de la prensa uruguaya.
—Concebido como un periódico semanal, fue el cuarto que circuló en el territorio de la por entonces Provincia Oriental, el tercero solo en español, impreso en La Carlota recuperada por el Cabildo Gobernador de Montevideo.
Solo fue publicado el Prospecto, N° 0, escrito por el sacerdote Mateo Vidal, que conserva la Biblioteca Pablo Blanco Acevedo, en la Casa de Lavalleja del Museo Histórico Nacional.
La fecha de aprobación de su contenido, por José Artigas, un 23 de Octubre, inspiró la Ley 16.154 del Día del Periodista uruguayo.


Prensa viajera
El Pacífico Oriental, N° 6, 1822.
Entre las clases más ilustradas la circulación de periódicos llegaba a escala continental. En la colección del cura Dámaso Antonio Larrañaga había prensa de sitios lejanos, Santiago de Chile, Chuquisaca, Lima, la última capital españolista de América del Sur hasta 1824, Caracas, México, Estados Unidos, también de medios europeos. Más allá de prohibiciones y listas negras, a un puerto como Montevideo llegaba de todo en los barcos.
La prensa era traída por viajeros, ellos mismos eran quienes lo llevaban a la campaña. También circulaban muchas publicaciones de Brasil, en 1808 llegó la primera imprenta a Río de Janeiro, pronto también a Bahía, fue cuando los emperadores portugueses instalaron su corte carioca escapando de Napoleón.
La prensa brasileña se desarrolló mucho luego de la independencia, en 1822 cuando fue creada la Provincia Cisplatina hubo un contacto aún mayor, en esa etapa, la información formaba parte de la estrategia imperial.
La compra y venta de esclavos era una propuesta recurrente en el período colonial y los primeros años del Estado Oriental del Uruguay independiente.
El comercio esclavista anunció en los diarios entre avisos de compra y venta de los más diversos objetos, a modo de antecesores de los actuales avisos clasificados.
Reproducimos algunos avisos publicados por El Universal, citados por Enrique Méndez Vives en su trabajo La Gente y las cosas en el Uruguay de 1830.

Cocinero se vende
Se vende. Un negrito de edad de 12 a 14 años; tiene principios de cocinero, y es muy activo para todo servicio, sin vicios, o se cambia por una mulatilla de igual edad…”

Se fugó un negro
Se ha fugado un negro de la Villa de Durazno llamado Mariano, tiene un tajo en la cara de la boca para la barba, bajo de estatura, de oficio zapatero y cocinero, de edad como de 28 años… sus vicios son de ladrón, borracho, huidor y pitador…”

Negra medio bozal
Se vende. Una negra medio bozal a 13 a 14 años de edad, sin vicio alguno conocido, por razón de necesitarse una que pueda planchar…” 

—A The Southern StarLa Estrella del Sur bilingüe continuaron otras publicaciones montevideanas, todas en español: Gazeta de Montevideo (1810), El Sol de las Provincias Unidas (1814), El Periódico Oriental (Prospecto, 1815), La Aurora, El Pampero, El Pacífico Oriental (1822), El Publicista Mercantil (1824), El Oriental (1826), Semanario Mercantil (1827), El Observador Oriental (1829), El Universal (1829).

Antonio Díaz, el primer periodista uruguayo
Antonio Díaz.
—El inmigrante gallego nacido en La Coruña, el 26 de mayo de 1789, fue guerrero de la revolución rioplatense, personalidad sobresaliente en los años de formación del Estado Oriental del Uruguay y en su consolidación política, social, cultural.
—Antonio Felipe Díaz fue pionero del oficio periodístico, editor y redactor responsable de gacetas memorables: El Sol de las Provincias Unidas El PamperoLa Aurora, El Aguacero, El Piloto, El Correo Nacional, El Universal, El Defensor de la Independencia Americana.
“Su trabajo en edición fue una proeza, casi siempre en tiempos de conflicto. El gallego fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, autodidacta, un cronista inteligente y profundo, un innovador de la prensa en el Río de la Plata", afirma Wilson González Demuro, docente e investigador de la prensa que circuló en el actual territorio uruguayo en la primera mitad del siglo XIX.

Fue notable su obra periodística, iniciada en El Sol de las Provincias Unidas. En 1822 dirigió otros periódicos rebeldes, La Aurora y El Pampero, que desafiaba la ocupación brasileña que derrotó a la Provincia Oriental concebida y liderada por José Artigas, y posteriormente El Correo Nacional de Buenos Aires, que levantaba el espíritu de porteños y orientales.
Al inicio de la Cruzada Libertadora de 1825 estaba en la capital argentina, y desde allí publicó El Piloto, que abordaba temas de la política oriental desde el exilio porteño.En 1829 asumió la dirección de El Universal, que fundó como trisemanal y continuó como diario hasta 1838: publicó 2.746 números. Fue el primer medio escrito que defendió la línea política de la Divisa Blanca, cerrado por la partida de Manuel Oribe a Buenos Aires luego de sufrir el golpe de Estado de su enemigo Fructuoso Rivera, jefe de la Divisa Colorada y aliado del Partido Unitario argentino.Díaz retomó su contacto con la prensa en 1844, cuando participó en El Defensor de la Independencia Americana que en la Guerra Grande fue vocero del gobierno blanco del Cerrito, sitiador de Montevideo, aliado del Partido Federal argentino liderado por Juan Manuel de  Rosas.
El Defensor fue publicado hasta 1851, bajo el lema ¡Vivan los defensores de las leyes! ¡Mueran los salvajes unitarios! Al gallego acompañaron otros redactores memorables: Carlos de Villademoros, Eduardo Acevedo y Maturana, Francisco Solano Antuña, Bernardo Berro, Juan Francisco Giró, y el entonces capitán Leandro Gómez, entre tantos.
“Dictó cátedra de periodismo y dejó páginas de indudable valor histórico, pero además reflexionó con sensibilidad e inteligencia sobre temas de educación, anticipándose a la visión del reformador José Pedro Varela”, expresa el Dr. Carlos Zubillaga Barrera, erudito historiador y su biógrafo.Escribió unas pacientes Memorias que nunca publicó, pero que su hijo y homónimo tomó como fuente para su Historia militar y política de las Repúblicas del Plata. Eduardo Acevedo Díaz, fue su nieto más conocido, que lo admiraba como “escritor y periodista de singular cultura, que hablaba y leía el inglés”, pero también como “caudillo clemente” y “depositario de una misión colectiva de consolidación de la patria”, según anotó en el diario El Siglo, seis días después de la muerte del anciano gallego, el 13 de setiembre de 1869. 

Encabezado de El Sol de las Provincias Unidas.
—"El Autor de este periódico se gloria de tener algún derecho al título de apasionado de la libertad [...] y se halla vivamente animado del deseo de oponerse a esas preocupaciones afrentosas con las pocas fuerzas que sus luces le permiten..." 
Comentario editorial publicado en el Prospecto de El Sol de las Provincias Unidas, sábado 2 de julio de 1814.

—"La imparcialidad es una obligación del escritor, dando cuenta de los hechos que pudieran ser de interés  de  la  opinión  pública,  único  objeto  a  que  consagra  sus  tareas, sin mucho elogiar las medidas que adoptan las autoridades llenando uno de sus deberes." 

Antonio Díaz, en La Aurora N° 7, 1 de febrero de 1823.


Lecturas consultadas:
Imprenta de los Niños Expósitos.
Historia y bibliografía de la prensa en Montevideo 1810—1865, Dardo Estrada, Librería Cervantes—José María Serrano Editor, 1912.
Montevideo Antiguo. Tradiciones y Recuerdos, Tomo II, Isidoro de María, Colección Clásicos Uruguayos, 1957.
Historia de la prensa en el Uruguay. Desde la Estrella del Sur a Internet, Daniel Álvarez Feretjans, Fin de Siglo—Búsqueda, 2008.
El Sol de las Provincias Unidas: un comentario sobre el periodismo, la revolución y la difusión de ideas en Montevideo a fines de la época colonial, ensayo, Wilson González Demuro, Colonial Latin American Historical Review, , Universidad de Nuevo México, Albuquerque, EEUU, 2006.
Periodismo y libertad de imprenta en vísperas de la independencia uruguaya: la coyuntura de 1822 a 1823, ensayo, Wilson González Demuro, III Jornadas de Historia de la Patagonia, Bariloche, 2008. 
Prensa periódica y circulación de ideas en la Provincia Oriental, entre el final de la dominación española y la Independencia (18141825), Wilson González Demuro, tesis  de Maestría en Ciencias Humanas opción Historia Rioplatense, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UDeLaR, Montevideo, 2013.
—Las portadas de The Southern StarLa Estrella del Sur (Prospectus), Gazeta de Montevideo N° 0, El Sol de las Provincias Unidas N° 1, El Pacífico Oriental N° 6, deben ser acreditadas a la página web Anáforas Publicaciones Periódicas del Uruguay (http://anaforas.fic.edu.uy).
—La portada de The Southern Star N° 1, debe ser acreditada a la Colección Daniel Álvarez Ferretjans.

viernes, 23 de octubre de 2015

Una crónica del Periódico Oriental y de Mateo Vidal, el primer editor uruguayo, en el Día del Periodista

Memorias de un escritor público

Portada del Prospecto Oriental.
(Biblioteca Pablo Blanco Acevedo, Museo Histórico Nacional)

Su tamaño sorprende, por lo pequeño, apenas 15 centímetros por 10. Su lectura conmueve, porque en sus cuatro páginas está expresada la sensibilidad de la Patria Vieja, un tiempo tan breve, tan fermental, inspirador de las mayores utopías que conoció este territorio. José Artigas propuso su nombre al Cabildo de Montevideo, nada tuvo de ingenuidad, por entonces “Oriental” era sinónimo de revolucionario radical. Su editor, el cura patriota Mateo Vidal, apreciaba el papel del periodista como “escritor público”, oficio o profesión liberal, comprometido con la educación y la cultura ciudadana. Solo fue publicado el Prospecto, N° 0 que conserva en silencio el Museo Histórico Nacional. Luego de más de diecisiete décadas de olvido, un grupo de la Asociación de la Prensa Uruguaya liderado por el profesor Héctor Surroca y el maestro Ruben Acasuso, se inspiró en aquel 23 de octubre para promover la ley (16.154) que en 1990 declaró el Día del Periodista. “La fecha posee un profundo significado artiguista”, afirma Wilson González Demuro, investigador de la prensa anterior a la independencia.

Sobre la base del reportaje publicado en el semanario Brecha, (Montevideo, 23/10/2015).

La idea de fundar un Periódico Oriental fue expresada en el Cabildo Gobernador de Montevido, ni bien el general Carlos María de Alvear ordenó la evacuación de las autoridades y las tropas porteñas en febrero de 1815.
Una iniciativa periodística liderada por los hermanos Miguel y Manuel Barreiro, ambos muy cercanos a José Artigas, pero en minoría dentro de la nueva dirección política de la ciudad.
“No es insensato suponer que el proyecto en general fuera concebido en Purificación, bajado a tierra por el cura (José) Monterroso, alguien que parece haber tenido una gran influencia en el pensamiento de Artigas. Los poderes revolucionarios hacían lo imposible por tener un periódico y una imprenta propia”, cuenta Wilson González Demuro, docente de Historia Americana en la Facultad de Humanidades.
Al principio hubo un inconveniente mayor, la Imprenta del Cabildo, conocida como “La Carlota”, había sido desmontada y transportada a Buenos Aires en setiembre de 1814, cinco meses antes del retiro del ejército ocupante de Alvear, un enemigo declarado de Artigas.
Los cabildantes montevideanos no dudaron en que el más apto para recuperarla era el cura Mateo Vidal, quien con Dámaso Antonio Larañaga eran los orientales que gozaban de mayor prestigio entre los gobernantes argentinos.
“Vidal viajó a principios de mayo. Fue una negociación de cabildo a cabildo, facilitada por el acercamiento entre Artigas y el Directorio porteño, luego del Motín de Fontezuelas (3 de abril de 1815) que se saldó con la caída de Alvear. La devolución de la prensa fue un gesto de inusual amistad. Fue el reconocimiento a una decisión militar de Artigas, sobre la que los historiadores todavía discuten si resultó estratégicamente eficaz, su orden de regreso a Santa Fe al caudillo federal Eusebio Hereñú quien en apariencia tenía los recursos para ocupar Buenos Aires”, interpreta González Demuro.
Artigas redacta, Monterroso escribe, en Purificación.
Cuando la imprenta arribó a Montevideo hubo celebraciones, y un oficio enviado desde Purificación por Artigas el 3 de agosto: “Habida con sus operarios póngala V. S. en ejercicio, ya por un tanto a cargo de algún editor, ya por cuenta de ese Cabildo.” 
También hubo dificultades para reemsamblarla, recién quedó pronta a fines de setiembre. Había tres candidatos naturales a la dirección del Periódico Oriental, los tres sacerdotes: Dámaso Antonio Larrañaga, Mateo Vidal, Manuel Barreiro.
Vidal, el elegido por el Cabildo de Montevideo, no era un incondicional del curso de la revolución, pero estuvo de acuerdo con Artigas en que su contenido debía ser pedagógico, accesible a la comprensión de la mayoría.
El Prospecto salió el 15 de octubre de 1815, con una declaración de principios.Como en todo N° 0, anunciaba la diversidad de una publicación con carácter miscelánico típico del temperamento ilustrado de principios del siglo XIX. Surge muy clara la misión de la prensa como herramienta educativa en el tratamiento de los temas actuales: decisiones de gobierno, relaciones regionales e internacionales, defensa del territorio, seguridad, economía, trabajo, comenta González Demuro, investigador de la prensa oriental hasta 1825. 
El editor impulsaba el papel político y social del periodista definido como “escritor público”, un oficio comprometido con la educación, la libertad de expresión y la cultura ciudadana.

Periódico Oriental no era una denominación ingenua, no se refería solo a lo territorial, en el Río de la Plata de principios del siglo XIX la palabra “oriental” era sinónimo de “radical”.

Un teatro, no un circo
Ficha del Cabildo que informa existencia de ejemplares del Periódico Oriental en la imprenta, c. 1830.
—“Hablar al pueblo con aquella libertad y modestia que reclaman la sana política y buena educación, instruyéndole en lo sacrosanto de sus derechos, obligaciones y deberes, disipando las ofuscaciones y tinieblas, de donde nace la ignorancia, formando las costumbres y suministrando noticias de todos los sucesos que forman la historia de los tiempos, ponen en contacto las más remotas edades, reproducen las épocas y dan al hombre parte o interés en la sociedad, es el objeto más digno de un periódico.”
—“La industria, agricultura y comercio, artes, ciencias, así como las ocurrencias del día, tanto por lo que respecta a nuestro suelo, como a las demás regiones, provincias y reinos extranjeros, formarán una instructiva y agradable miscelánea, de que resultará organizado el periódico.”
—“En todas sus páginas se cuidará de no ofender jamás la decencia y honestidad de costumbres (que forman la base de la felicidad de los pueblos), con sarcasmos, burlas y demás indecencias, que al paso que manifiestan debilidad en el que arguye, repugna a la moral. El idioma nativo es rico y abunda en frases y expresiones con que explicar los conceptos sin recurrir a tan indecorosos medios. En una palabra, un periódico es un teatro de enseñanza pública y no un circo donde se desfoguen las pasiones.”
Pasajes del texto redactado por Mateo Vidal.

 —“Escritor público” era una expresión de la Patria Vieja que definía la función pedagógica del periodismo.  

Una fecha artiguista
Artículo de Héctor Surroca en El Periodista, 1991.
El Prospecto fue enviado a Purificación, desde donde Artigas respondió el 23 de octubre con una sentencia: “Está juicioso, merece mi aprobación”. 
La fecha defendida por el cronista, profesor de Historia y dirigente sindical Héctor Surroca, primer presidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya luego de la recuperación democrática, cuando en 1990 con un grupo de compañeros de profesión presentó el proyecto de creación de Día del Periodista.
—“He recibido el primer fruto de la prensa del Estado y conveniente para fomentar la ilustración de nuestros paisanos. Yo propenderé por mi parte a desempeñar la confianza que en mí se ha depositado con los escritos que crea convenientes a realzar tan noble como benéfico empeño. Entretando V. S. debe velar por que no se abuse de la imprenta. La libertad de ella al paso que proporciona a los buenos ciudadanos la utilidad de expresar sus ideas y ser benéficos a sus semejantes, imprime en los malvados el prurito de escribir con brillos aparentes y contradicciones perniciosas a la sociedad...”
—“La solidez de nuestras empresas ha dado la consistencia a nuestra situación política y es difícil se desplome esta grande obra si los escritos que deben perfeccionarla ayudan a fijar lo sólido de sus fundamentos...”
—“Por lo tanto incite V. S. por medio del periódico a los paisanos que con sus luces quieran coadyuvar a nuestros esfuerzos, excitando en los paisanos el amor a su país y el mejor deseo por ver realizado el triunfo de la libertad... Tengo la honra de saludar a usted con toda mi afección. Cuartel General, 23 de octubre de 1815.”

El Prospecto se vendía a un real en librerías, era barato, también tenía prevista una suscripción trimestral.

¿Por qué Mateo?
Panteón de Mateo Vidal en La Recoleta.
A principios de noviembre Artigas recibió la nota que confirmaba un presagio negativo. Vidal renunciaba argumentando “achaques habituales”, al tiempo que el Cabildo le solicitaba que proveyera el "sugeto capaz de llenar las miras, y principios que deben de dificil combinacion y desempeño".
La respuesta estuvo repleta de disgusto: "Para mi es muy doloroso que no haya en Montevideo un solo paisano que encargado de la prensa de a luz sus ideas ilustrando a los orientales y procurando instruirlos en sus deberes. Todo me penetra de tan poca decisición y la falta de espíritu público que observo en ese Pueblo. Yo deposité en usted esta confianza, ansioso de verla desempeñada y una frialdad degradante ha ocupado el asiento de las resoluciones. Más energia, más actividad, de lo contrario tomaré providencias más ejecutivas.”
¿Era real el problema de salud de Vidal? —González Demuro responde:“Sospecho que fue un pretexto. No tengo una base documental, pero estaba bastante complicada la relación entre Artigas y Montevideo, es muy probable que hubiese preferido evitar mayores problemas políticos. El contexto comenzaba a ser adverso, todavía no se avizoraba una invasión potuguesa, pero se especulaba con una expedición de reconquista de Fernando VII. Vidal añoraba a Buenos Aires, una ciudad donde siempre vivió muy cómodo. No creo que tuviera problemas graves de salud, ni que no hubiera algún vecino apto para editar un semanario. Artigas también lo tenía claro, lo demostró en su réplica al Cabildo.”
¿Por qué no quiso seguir con el Periódico? “No tengo documentos que avalen mi hipótesis pero es notorio que la revolución continuó radicalizándose después que le encomendaron la tarea, un proceso que incluyó algunos hitos como la aprobación del Reglamento de Tierras, en setiembre. No es ilógico pensar que Vidal advirtió que la Provincia Oriental llevaba un curso con el que no estaba de acuerdo”, anota el historiador.
A Larrañaga le ofrecieron el cargo de “Revisor de Prensa” y sustituto del renunciante, que rechazó porque la tarea no era compatible con sus “muchas y graves obligaciones”, ni la censura“con los sentimientos liberales sobre la libertad de imprenta y el don de la palabra que como uno de sus primordiales derechos reclaman los pueblos". Larrañaga le sugirió al Cabildo que designe a otra persona o mejor aún que elimine la función.
La deserción de Mateo Vidal quedó firme en diciembre de 1815, la invasión portuguesa a la Provincia Oriental comenzó a definirse en enero de 1816 y las primeras acciones militares fueron a mediados de ese año. “La energía se fue para otro lado”, concluye Wilson González Demuro. 

El Prospecto de cuatro paginas fue atípico en una época en que los N° 0 se hacían de una carilla. 

  Imprenta similar a La Carlota..
15 x 10
Es la sorprendente medida en centímetros del Prospecto, en la época conocida como “1/8”.
La Imprenta Carlota permitía trabajar con una hoja de hasta 43 x 31, un tamaño utilizado en bandos, proclamas y gacetas extraordinarias, pero no en periódicos. Los criollos rioplatenses estaban acostumbrados a la prensa clandestina, que solía ser pequeña para esconderla y pasarla rápido de mano en mano.
El formato periodístico más usual era “1/4” (20 x 15), y en tiempo de mayor estrechez económica salieron ejemplares de “1/16” (7.5 x 5 centímetros).
El papel era muy caro y de mala calidad. Los españoles lo traían de Europa, los orientales de Buenos Aires y cuando se rompió el vínculo, de Brasil o del sitio donde hubiera una buena oferta.

Entre 400 y 500
Fue su más probable tirada. Un balance realizado en enero de 1817, cuando el portugués Carlos Lecor gobernaba Montevideo, informaba un remanente de 112 ejemplares que habían quedado en la imprenta.

Artículos Comunicados
Artigas estaba de acuerdo con Vidal en la estrategia de animar el envío de cartas al director. En las décadas de 1810 y 1820 las colaboraciones espontáneas se editaban en un formato distinto a las notas periodísticas, no se exigía una firma. Eran los Artículos Comunicados, sueltos que abrían o picaban los debates políticos desde el anonimato. 

Escritor público
Era una expresión de la Patria Vieja, sinónimo de periodista, que definía la función de alguien que iba más allá de informar, se refiería a una tarea pedagógica de la escritura pública.
El Periódico Oriental tenía la misión revolucionaria de llegar con su prédica a todo el territorio, que lo leyeran los ilustrados y que su contenido fuera trasmitido a la población.
“Tras lectura de sus textos surge la influencia del espíritu de Buenos Aires en la pluma de Vidal, queda la sensación de que se trataba de alguien con experiencia como editor. Sabía qué decir y qué no decir, también por eso lo elegieron”, explica González Demuro.

Estaba anunciada su salida semanal, los viernes, por entonces la prensa no era matutina, ni vespertina, solo declaraba un día que no siempre cumplía.

Taller de tipografía del siglo XIX.
Tipógrafo, fundidor
En la Imprenta Carlota trabajaban entre diez y quince personas, un director, componedores, tipógrafos, encargados de las balas de tinta.
No había correctores, el editor tenía varios oficios, manejaba la imprenta, trataba con los escritores públicos, recibía las colaboraciones espontáneas, realizaba una edición del original similar a la corrección de estilo, se veía con muy buenos ojos que supiera fundir tipos para reponer las letras.
“Hay que verlo al tipógrafo gateando en una habitacion con el piso lleno de platos con los tipos de plomo”, cuenta una crónica del trabajo gráfico en la década de 1810.

Pocos títulos
El manuscrito era entregado al componedor que armaba la caja también a mano, tipo por tipo, hasta completar la página. Lo normal era que solo hubiera titulares en la portada, en el interior el diseño era muy homogéneo, vistos hoy no es fácil distinguir entre los artículos.

Distribución
Como uno de los objetivos de Artigas era repeler la propaganda de Buenos Aires fueron enviados ejemplares a cabildos, iglesias, pulperías de todo el territorio; los párrocos estaban obligados a leerlo en voz alta antes y después de las misas dominicales.

Fernández Cutiello y Yáñez 
Las librerías de Jose Fernández Cutiello y Yáñez fueron los mayores centros de difusión e información cultural en tiempos de la Patria Vieja. Ambas exhibían libros, prensa rioplatense y extranjera autorizada, convocaban a tertulias con Dámaso Antonio Larrañaga y otros ilustrados que solían llegar de nochecita. 
El librero cobraba una comisión por cada venta, en el Archivo General de la Nación se conservan notas que Fernández Cutiello elevó al Cabildo para informar cuántos ejemplares había comercializado y cuánto lo correspondía cobrar.
 Fernádez Cutiello era el librero más antiguo de la ciudad, con comercio instalado en la actual calle Juan Lindolfo Cuestas, muy cerca del puerto. Fue un hombre de cierta riqueza, que terminó arruinado por su adhesión a la causa independentista rioplatense. 
La consigna de su competidor era: “En la librería de Yañez darán razón.”

Tipos españoles del siglo XIX.
Semanarios, quincenarios, mensuarios
El periódico se armaba en cajas, se entintaba la plancha de plomo que luego se imprimía sobre el papel, el proceso era muy engorroso, llevaba días, hasta semanas.
Un periódico podía salir tres semanas seguidas y no salir por un mes, la discontinuidad se solucionaba con un pedido de disculpa a los lectores. 

Mateo sin calle
Dos cuadras del barrio La Blanqueada reciben el mismo nombre del sacerdote patriota, diputado ante la Asamblea Constituyente del Año XIII electo en el Congreso de Tres Cruces; pero no es él. Mateo Vidal (1780—1855) nació en Montevideo, fue uno de los fundadores de la nacionalidad argentina, miembro del Congreso que sancionó la Constitución de 1826.
Sus intercambios epistolares con Larrañaga fueron inspiradores de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Su panteón en el Cementerio de La Recoleta evoca los honores recibidos por un patriota. La calle montevideana se refiere a un antiguo vecino colonial, pionero de la Cofradía de San José y Caridad de la que fue enfermero mayor.

Los prensa rioplatense de principios del siglo XIX utilizaba “papel trapo”, de menor calidad, parecido a la estraza pero con poros más grandes.

Dixit
La Patria Vieja fue escenario de la construcción de un tiempo nuevo y por tanto “diversas modalidades se ensayaron para formar al nuevo ciudadano”. La inminente derrota militar de Buenos Aires, la convocatoria a un congreso provincial, el traslado de los enemigos a Purificación “para su regeneración”, los Reglamentos de Tierras y Aduanero, las “Escuelas de la Patria”, la Biblioteca Pública, el Periódico Oriental... era (todo ello) una ocasión propicia para reafirmar los valores cívicos” predicados por la “pedagogía” revolucionaria.”
Jesualdo Sosa, artículo “La Escuela de la Patria”, Revista Nacional Nº 124, 1949.

Por mucho tiempo me pregunté: ¿por qué el Día del Periodista se celebra el 23 si el Prospecto apareció el 15 de octubre? Con el tiempo, profundizando en los hechos, comprendí que la fecha pone un interesante foco en el mensaje de Artigas al Cabildo de Montevideo; es una fina manifestación de artiguismo.” 
Wilson González Demuro.

Lecturas consultadas:
Periódico Oriental, Prospecto (Mateo Vidal, 15 de octubre de 1815), Biblioteca Pablo Blanco Acevedo, Museo Histórico Nacional, Casa de Lavalleja, Montevideo.
Historia y bibliografía de la prensa en Montevideo 1810—1865, Dardo Estrada, Librería Cervantes—José María Serrano Editor, 1912.
Montevideo Antiguo. Tradiciones y Recuerdos, Tomo II, Isidoro de María, Colección Clásicos Uruguayos, 1957.
 Libertad de prensa y actividad de la imprenta durante el artiguismo, ensayo, Arbelio Ramírez, Boletín Histórico N° 98/99, Estado Mayor General del Ejército, 1963.
Archivo Artigas, Tomo XXI, Ministerio de Educación y Cultura—Impresores Monteverde, 1987.
Historia de la prensa en el Uruguay. Desde la Estrella del Sur a Internet, Daniel Álvarez Feretjans, Fin de Siglo—Búsqueda, 2008.
El Sol de las Provincias Unidas: un comentario sobre el periodismo, la revolución y la difusión de ideas en Montevideo a fines de la época colonial, ensayo, Wilson González Demuro, Colonial Latin American Historical Review, , Universidad de Nuevo México, Albuquerque, EEUU, 2006.
Periodismo y libertad de imprenta en vísperas de la independencia uruguaya:
la coyuntura de 1822 a 1823
, ensayo, Wilson González Demuro, III Jornadas de Historia de la Patagonia, Bariloche, 2008. 

Prensa periódica y circulación de ideas en la Provincia Oriental, entre el final de la dominación española y la Independencia (18141825), Wilson González Demuro, tesis  de Maestría en Ciencias Humanas opción Historia Rioplatense, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UDeLaR, Montevideo, 2013.