"A la guerra con un escarbadientes"
El sábado 1 de febrero de 2014 vence
el plazo otorgado por la UNESCO para que los uruguayos informemos sobre la creación de un Plan de Ordenamiento Territorial y cuánto se ha avanzado
en la conservación del Barrio Histórico de Colonia del Sacramento. "En el último de los siete informes se
constata la necesidad de tomar medidas concretas para su protección porque se
deja entender que no se ha hecho suficiente. Ahora es urgente satisfacer este
requerimiento", advierte el español Jorge Benavides Solís. Alberto Quintela, director
de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, afirma que no corre peligro
la categoría de Patrimonio Histórico de la Humanidad que el sitio consiguió en
1995. “Contra viento y marea hemos intentado cumplir, hoy (viernes 31 de enero) enviamos un informe.” Ex miembros del
Consejo Ejecutivo Honorario (CEH) para la preservación del Barrio Histórico disuelto,
en 2011, están de acuerdo con Quintela en que “no existe riesgo de que el bien
sea descendido a la categoría de Patrimonio en Peligro. Vecinos colonienses afirman que el
estatus actual, “más allá del honor sólo sirve más como eslogan turístico pero
poco como soporte para la conservación de los bienes patrimoniales.”
Colonia del Sacramento se encuentre en medio de un clima de acusaciones cruzadas entre vecinos, ex- miembros del Consejo Ejecutivo Honorario del Barrio Histórico, la Intendencia de Colonia y la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación. Los pobladores señalan la desidia que significa "haber esperado hasta el último día para presentar el informe solicitado por la UNESCO". El plazo del organismo internacional vence el sábado 1 de febrero, y la CPCN presenta el dossier en la tarde del viernes 31 de enero. A la tensa situación se suman las advertencias por lo que expertos nacionales e internacionales señalan como "una insatisfactoria gestión del Barrio Histórico". Para algunos el riesgo llega hasta la propia declaración de
Patrimonio Histórico de la Humanidad, aunque los técnicos más cercanos señalan que "ese peligro no es real".
“Es fácil observar las consecuencias
del insuficiente control urbanístico”, apuntó Jorge Benavides
Solís, profesor de la Universidad de Sevilla y técnico del Consejo
Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Para el experto español, lo "más urgente y acuciante" es el deterioro del edificio
de la exPrefectura, hoy propiedad de Buquebus. Según el
inventario vigente, el sitio posee Grado de Protección 4 (máxima posible), pero
se deteriora a pasos acelerados. La lluvia ha ingresado por las ventanas sin
vidrios y las puertas carcomidas: la descomposición del piso de madera, según
técnicos que lo observaron, es “casi irreversible”.
"En el año 2006 había sido colocado un
cartel de 'Inmueble en Restauración', pero, según los vecinos colonienses,
recién a fines de 2013 se limpió el
predio. Allí se están realizando cateos arqueológicos en su interior. La
empresa también es dueña de viejas construcciones en los alrededores que, a
pesar de tener el mismo cartel, son terrenos baldíos. Son postales que provocan dolor”, dijo al diario El Observador, el arquitecto Miguel Ángel Odriozzola Guillot, experto en Patrimonio
Edificado e hijo de Miguel Ángel Odriozzola, impulsor de la declaración
del Barrio Histórico de Colonia del Sacramento como Patrimonio de la Humanidad.
“Duele que se roben las marcas de bronce de la muralla que señalan la altura de
la edificación original, o que siga creciendo el palán palán ya casi de dos
metros de altura en el techo del Museo Español, también con un Grado de
Protección 4, o que el museo Casa de Nacarello tenga cubiertas las tejas
portuguesas con un pastizal." Miguel Odriozzola padre fue quien recuperó 70% de
las tejas originales del Museo Español. “Hoy es imposible”, afirma su continuador. “Es un patrimonio muy frágil, no es
monumental. No es una ruina, es un núcleo vivo que soporta una enorme presión
urbanística proveniente del turismo”, anota Odriozzola.
Colonia del Sacramento, ¿en peligro? Una de cal y dos de arena
Reflexiones del arquitecto Nery González en su blog "Acerca de patrimonios varios algunas reflexiones sobre nuestros lugares de la memoria" (16/12/2013).
http://blogs.montevideo.com.uy/blognoticia_66785_1.html
Colonia del Sacramento, ¿en peligro? Una de cal y dos de arena
Reflexiones del arquitecto Nery González en su blog "Acerca de patrimonios varios algunas reflexiones sobre nuestros lugares de la memoria" (16/12/2013).
http://blogs.montevideo.com.uy/blognoticia_66785_1.html
El Ministerio de Educación y Cultura
(MEC) comenzó a trabajar en el único inmueble de su propiedad. Se limpió y se
apuntaló la Casa de María Moreno (padrones 31 y 32). Alberto Quintela, director
de la CPCN la definió como “una ruina”, pero explicó que “no se puede
intervenir en las propiedades privadas a las que sólo se les puede imponer
ciertas condiciones, dado que tampoco se dispondrían de los fondos para
proceder con posibles expropiaciones.”
Odriozzola recuerda la tarde cuando apareció
una retroexcavadora en el padrón 29, frente al Banco República, que arrancó un
pedazo de muro de los tiempos de la colonia y movilizó tierra sin haber hecho
ninguna prospección arqueológica, o cuando se promovió desde la intendencia un
edificio de siete pisos en la zona de cautela, alrededor del Barrio Histórico.
Ambas fueron contravenciones a las normas de conservación.
El arquitecto coloniense señala otra falta
grave a la conservación. "Que se siga permitiendo que se pinten las fachadas
con colores estridentes −amarillo, naranja y casi fucsia−, sin respetar una
paleta acorde con la historia. U otra cotidiana: no se cumple con la
prohibición de circulación de vehículos grandes en el casco histórico." Odriozzola y Quintela coinciden en que Colonia no corre un riesgo
inminente de que sea incluida en la lista de patrimonio en peligro (paso previo
a quitarle el título), pero sí que se debe avanzar en su conservación. El director nacional del Patrimonio recordó que Uruguay
ha cumplido con dos exhortaciones de la UNESCO: no se aprobó el proyecto
Marinas del Sacramento, un emprendimiento hotelero y puerto de yaces del
empresario argentino Juan Carlos López Mena, y se presentó el plan de gestión.
El 6 de julio de 2012 la UNESCO le
encomendó a Uruguay una serie de tareas imprescindibles en el Barrio Histórico
de Colonia del Sacramento, pero“no se avanzó en ninguna”, según ex miembros de la CEH, enfrentada con la Comisión del Patrimonio. El director Quintela admitió que hubo faltas por “desidia política”, pero señaló que “han pesado
más las rencillas internas entre vecinos, representantes políticos y la
intendencia. Por ejemplo, esto no ha permitido que se avanzara en la creación
de Plan de Ordenamiento Territorial. Todo este tiempo hemos buscado pacificar”,
acotó el director de la CPCN.
Una tarea era la aprobación local y
nacional del Plan de Gestión presentado ante el organismo ese mismo año. Un
requisito era que se volviera a formar un Consejo Ejecutivo Honorario. El
anterior fue disuelto en 2011 tras la renuncia de nueve miembros. Quintela informó
que han sido seleccionados 20 personas que integrarán un “macroconsejo” de
carácter consultivo y que trabajará sobre los informes que les proporcionarán
los equipos técnicos y que deberán expresarse luego en ordenanzas municipales. Queda
pendiente la inclusión de la bahía y las islas como Patrimonio Histórico de la
Humanidad. Para Odriozzola no hubo avances en la redacción de un Plan de
Conservación por “falta de voluntad política para avanzar en una gestión
eficiente del sitio”.
Colonia es el principal punto de
ingreso al país y en la última década fue el segundo destino del turismo a
Uruguay, detrás de la costa rochense, que presentó mayor crecimiento en la
última década: 251%. “El turismo es como el fuego, sirve para preparar los
alimentos pero también puede ocasionar un desastre”, afirma el español Jorge
Benavides Solís. “Esta actividad, deseada y perseguida, es una de las
principales del departamento de Colonia pero, sin regulación, presiona a la
ciudad que vive y sufre según sus caprichos”, subraya Odriozzola.
Eduardo Caballero, ex-miembro del Consejo Ejecutivo Honorario de Colonia del Sacramento,
un futuro Plan de Conservación debe incluir una política turística. “Es un
sitio muy visitado, muy querido, pero se lo visita como cosa bonita sin vida”,
afirmó. Su familia, instalada desde 1997 en el pasaje hacia el viejo muelle,
casi no tiene vecinos en varias cuadras a la redonda. Tampoco los tiene la
familia de Cristian Pos, licenciado en Turismo y solitario vecino de la calle San Pedro. Su casa es la
única habitada en la tradicional vía empedrada, mientras uno amigo de su infancia es el único que vive de
forma permanente en la calle de Los Suspiros. “El problema más
grande del barrio sur es la enorme comercialización de los espacios y el
vaciamiento de los vecinos. Y al no estar el vecino se descuida el barrio”,
comentó Caballero. Pese a las quejas y
las denuncias de pasividad oficial, la Intendencia de Colonia tomó una medida
cautelar: solo se pueden instalar locales comerciales en donde antes hubo una
actividad comercial o administrativa.
El Barrio Histórico de Colonia del Sacramento
Informe de Miguel Ángel Odriozzola Guillot, Alejandra Gavilán Pampillón, José Assandri Arricar, Lucía Raimondo Reinante (Colonia, 2011)
http://www.sau.org.uy/content/ Colonia_Barrio_Historico.pdf
El Barrio Histórico de Colonia del Sacramento
Informe de Miguel Ángel Odriozzola Guillot, Alejandra Gavilán Pampillón, José Assandri Arricar, Lucía Raimondo Reinante (Colonia, 2011)
http://www.sau.org.uy/content/
Desidia
de burócratas
“Los uruguayos, por tener una país
de pocos kilómetros cuadrados en comparación con sus vecinos, en cambio han
tenido intelectuales de gran dimensión: el mismo Artigas, Rodó, y para acortar
la lista, Benedetti, Galeano, Gardel, Quijano, etcétera. En cambio, en cuanto a su patrimonio
cultural tangible, lo han descuidado. Colonia de Sacramento no es una ciudad
monumental, ni especialmente bonita si se compara con Quito, Cuzco, Arequipa o
cualquier pueblito mexicano Patrimonio de la Humanidad. No; pero en cambio, de
alguna forma, es la partida de nacimiento de la identidad histórica y cultural
de Uruguay, aquella escrita en castellano, no en portugués, en castellano, no
en porteño.
Pues bien, el encargado de conservar
y proteger este patrimonio como si fuera sólo suyo, pero pensando en el país,
fue el arquitecto Miguel Ángel Odriozola, un excelente dibujante y sabio
arquitecto; su misión la ha heredado su hijo, también arquitecto. Joven lleno
de ideales y propuestas que chocan con frecuencia con la desidia de los
burócratas que no se ocupan como corresponde de la conservación y protección de
Colonia del Sacramento, Patrimonio de la Humanidad.”
Jorge Benavides Solís, docente de la
Universidad de Sevilla, experto del Consejo Internacional de Monumentos y
Sitios (ICOMOS).
“No
se ha hecho lo suficiente”
“Colonia del Sacramento es uno de
los bienes del Patrimonio de la Humanidad que en Hispanoamérica ha merecido más
informes de la UNESCO. En el último se constata la necesidad de tomar medidas
concretas para su protección porque se deja entender que no se ha hecho
suficiente. En este año se deberá satisfacer este requerimiento.
En un Encuentro de Trabajo de
Expertos del ICOMOS realizado en Madrid en mayo de 2013 se conoció que la
gestión de Colonia de Sacramento podía mejorar considerablemente. Basta pasear
por el barrio y constatarlo. Es fácil observar las consecuencias del
insuficiente control urbanístico.
La situación no es satisfactoria,
precisamente porque no se han actualizado y puesto en vigencia los planes y el
control da la impresión de no ser especializado. Por otra parte, los
instrumentos legales vigentes no guardan correspondencia entre ellos y están
alejados de la realidad. Sin un Plan de Conservación y de Protección no es
posible redactar ni poner en vigencia el indispensable Plan de Gestión o de
Manejo sugerido por el Comité de Patrimonio de la Humanidad.
El turismo siempre va a impactar en
la conservación de un sitio. Es como el fuego, sirve para preparar los
alimentos pero también puede ocasionar un desastre; por eso es indispensable
tener precaución, o sea, una política turística vinculada también en forma
directa con un Plan de Gestión del Barrio Histórico, Patrimonio de la
Humanidad.”
Jorge Benavides Solís, experto
español, al diario El Observador (Montevideo, 31/1/2014).
Malignas del Sacramento
Desde 1998, la empresa Buquebus
pretendía construir un hotel casino en el antiguo edificio de la Prefectura de
Colonia, luego ampliado a un proyecto más ambicioso: un puerto de yates y el
barrio Marinas del Sacramento. “Solo el hotel tendría un impacto bárbaro,
porque eran tres manazanas, se proyectaba techar la calle de la Prefectura con
vidrio, con una estructura fraraonica, lo que obligó a crear una Comisión
especial para analizar estas inicitivas”, dice el arquitecto y docente Andrés Mazzini,
quien hasta su renuncia a la Comisión del Patrimonio, en 2009, fue técnico del
Consejo de Colonia, una entidad dedicada al estudio y protección del Barrio
Histórico.
Una primera misión de UNESCO llegó
en 2002 para inspeccionar las condciones del anunciado hotel casino que se iba
a ubicar en pleno muelle patrimonial coloniense. En aquel momento vino el
experto argentino Carlos Pernaut, el mismo que hizo el informe en 1994 para que
el Barrio Histórico fuera declarado Patrimonio Mundial al año siguiente.
Pernaut realizó una segunda visita de evaluación en 2004, confirmando que el
emprendimiento debía ajustarse a las características del sitio.
“En 2006 estuve en el primer
Encuentro Internacional de Ciudades Patrimoniales de Origen Portugués, en
Coimbra. Cuando hablé de Colonia y expuse el caso de Marinas de Sacramento, se
me acercó un alemán de UNESCO, y me dijo: “le puedo asegurar que si ese
proyecto se concreta Colonia deja de ser Patrimonio de la Humanidad”. Yo intuía
que era un proyecto agresivo para el sitio, pero alli tomé conciencia de la
gravedad de la situación”.
Marinas era un negocio de Buquebus,
con un puerto de yates y un emprendimiento inmobiliario que significa una
superficie similar al 75% del tamaño del Barrio Histórico. “Se iba a crear un
nuevo barrio, con edificios de más de siete pisos, con una torre de oficinas y
un hotel y centro de convenciones, viviendas escalonadas y todos los servicios
relacionados con el puerto de yates. Hay que imaginar una verdadera ciudad al
lado de un lugarcito de 300 padrones, al que le quedan 300 habitantes”, evoca.
El argentino Edgardo Venturini encabezó
la tercera misión de UNESCO que en 2008 evaluó el proyecto en su totalidad, y
fue muy claro: su ubicación no es viable porque afecta el valor patrimonial de
Colonia. “Desde Sevilla, en julio mandé un mail a los compañeros del Consejo,
describiendo como el Valle del Elba perdió su calidad de Patrimonio de la
Humanidad, porque me impactó mucho. Y terminé diciendo: que suerte que tuvimos
con nuestra querida Colonia, que logramos evitar que terminara en una situación
similar. Si no se hubiera hecho todo el proceso de UNESCO, el proyecto se
realizaba. Hubiese sido algo realmente muy malo para el país”, asegura Mazzini.
“A Colonia”, “La Colonia”
22 de enero de 1680. Ese viernes de
calor agobiante el maestre de campo Manuel de Lobo, gobernador de Río de
Janeiro, desembarcó en un insignificante islote rioplatense ubicado a pocas
millas de Buenos Aires. Tres días después, cruzó a la península de San Gabriel,
punto ideal para la construcción de una cerrada fortaleza de doce hectáreas.
El 4 de febrero, una guardia hispana
del afluente río San Juan fue sorprendida por cañonazos y disparos de mosquetes
y fusilería, que evidenciaban un festejo. Al aproximarse a la saliente del
territorio, observaron a una eufórica dotación portuguesa, mientras cientos de
esclavos levantaban la primera muralla de “A
Nova Colonia do Santísimo Sacramento”.
La respuesta no demoró. José de
Garro, gobernador bonaerense apoyado por Tucumán, Corrientes, Santa Fe y las
Misiones, envió un ejército regular –con fieros guaraníes– que tomó la plaza el
7 de agosto del mismo año. Lisboa lanzó un severo ultimátum que derivó en
triunfo diplomático por el Tratado Provisional del 7 de mayo de 1681. Hubo
restitución del poblado, devolución de prisioneros, armas y pertrechos y
castigo para Garro, organizador de la victoriosa campaña.
Fue la síntesis perfecta de casi un
siglo de intrigas bélicas y políticas, que aún cautivan a los historiadores.
Madrid recuperaba el estratégico enclave por la fuerza, pero sus negociadores
eran humillados por colegas lusitanos que, con elegante voracidad, ganaban el
derecho a posesión de la margen oriental del Río de la Plata. El objetivo de
Lisboa era evidente: dominar el contrabando regional para compartirlo con su
aliada Londres.
En 1718 se radicaron las sesenta
familias lusitanas más influyentes y tradicionales, oriundas de la provincia de
Tras-os-Montes. Embarcadas en Oporto, en el navío Sao Thomaz, pisaron tierra en
la nochecita del jueves 10 de febrero, previo naufragio a dos leguas marítimas.
Desde entonces, la Nova Colonia se desarrolló sitiada por los campos de bloqueo
de San Carlos y Vera, pero, jamás, hubo una estrategia española de
neutralización de su creciente influencia. En respuesta, el astuto lisboeta
Manoel Gomes Barbosa planteó el avance sobre las despobladas bahías de
Montevideo y Maldonado, ubicadas a cientos de kilómetros, camino al sur de
Brasil.
Máximo esplendor coloniense
El historiador Fernando Assunçao lo sitúa
hasta el penúltimo asalto español, de 1761. Por entonces era un dinámico centro
urbano, económico y político, desde donde se manejaba mucho más que la navegación
rioplatense. “Fue una verdadera Atenas sudamericana. La mayor luminaria
rioplatense del siglo XVIII, más moderna y progresista que Buenos Aires e
incomparable con la incipiente Montevideo. En esa época descolló la figura del
carismático Pedro Antonio de Vasconcelos, talentoso creador de prosperidad y
fuerza militar; impulsor del libre comercio y de sus luces culturales[...] Fue
la primera ciudad oriental, pero, paradójicamente, o quizá por eso mismo, no
era una posesión hispana.”
Tanto brillo tenía una contracara.
El fuerte era abrigadero de bandeirantes y contrabandistas de la londinense
South Sea Company. La naviera se dedicaba a introducir esclavos para clientes
particulares e influyentes órdenes religiosas de Córdoba y Tucumán. El tráfico
humano era cruel y aberrante, pero, apenas se trataba de un escaparate para el
transporte ilegal de oro y plata del Alto Perú.
Los negros se pagaban con cuero y
odres de cebo. Los lingotes eran traídos en reatas de mulas o en carretas,
cruzados al Delta del Tigre bonaerense y escondidos entre la mercadería
perecedera de bergantines piratas que retornaban al Golfo de Guinea. La misión
era entregar el metal a buques de bandera, con destino a los principales
puertos ingleses. Un negocio redondo, solventado con sangre africana.
El jueves 6 de enero de 1763 el
estuario rioplatense era un polvorín. Portugal exigía la devolución de Colonia,
todavía bajo transitorio control hispano. Esa mañana la defensa era alertada
sobre la insólita presencia de tres barcos piratas –Lord Clive, Ambuscade y
Gloria– contratados por la South Sea Company para “restablecer el orden y matar
castellanos, con la ayuda de Dios”. La respuesta fue lógica y terminante: dos
andanadas de sesenta cañones navales y más de cien terrestres.
El Lord Clive –al mando de Robert
McNamara, amigo personal del primer ministro británico Sir William Pitt– se
transformó en una dantesca hoguera flotante, a pocas millas de la playa.
Murieron cientos de marinos, entre ellos el capitán que se hundió con su barco,
en uno de los más fantásticos naufragios de la historia sudamericana. Poco
después, la diplomacia lusitana recuperaba la disputada plaza por última vez.
3 de junio de 1777
Aquella tardecita del martes, el sol
se ponía sobre la costa oriental del Río de la Plata y las nubes trazaban
violáceos caminos en el cielo. Los últimos rayos se colaban por las calles
angostas cubiertas con piedras en forma de cuña, mientras las imponentes
murallas se teñían de ocre. El paisaje era atentamente vigilado por uno de los
más calificados mariscales de la corona.
Estaba allí, con nueve mil soldados,
más de mil indios y otros tantos zapadores, para poner fin a las argucias
portuguesas, para suprimir el libre comercio clandestino y transformar al “Mare nostrum” en el “Río ancho como mar”. Si fuera necesario
a sangre y fuego. Buscaba un flanco débil en aquella sólida silueta gris,
erizada de cañones. Carlos III le daba una segunda oportunidad. Debía
apoderarse de la isla de Santa Catalina y reconquistar “La Colonia”.
En su informe previo señalaba con
franqueza la inconveniencia de su presencia en el ataque: “Con nuestras fuerzas
debiera ir un oficial de campo a quien apreciase la tropa y que sea más moderno
que Vértiz, por que no se embarace en el mando.” A tal fin, señaló a Víctor de
Navia Osorio, notable militar asturiano, jefe del Cuerpo de Reales Guardias
Españolas.
El general Navia de Osorio fue quien
reconoció la costa y tomó posesión del fuerte, casi sin disparar armas, con
cuatro compañías de Granaderos. La acción era seguida, desde corta distancia,
por quien luego se llevó toda la gloria: Pedro de Cevallos, primer virrey del
Río de la Plata.
Celtas, godos y castizos
El martes 1 de abril de 1783, el
antiguo puerto coloniense recibió a los labradores hispanos establecidos por
orden del virrey Juan José Vértiz y Salcedo y de Manuel Ignacio Fernández,
intendente de Buenos Aires. Se iniciaba así un lento proceso de renacimiento,
aunque ni siquiera cercano a su glorioso y pretérito esplendor portugués. Juan
Alejandro Apolant, en Los primeros pobladores españoles de la Colonia del
Sacramento, informaba la procedencia de las familias pioneras: once
castellanas, diez asturianas y ocho gallegas, a quienes se sumaron criollos,
indios y mestizos.
En esa fecha arribaron: 1) Tomás
Martínez, Isabel Alonso e hijos, de San Miguel del Valle, Valladolid. 2) Santos
Cela y Felipa Pérez, de Santa María de la Bañeza, Astorga, provincia de León y
Palencia, Castilla La Vieja, respectivamente. 3) Manuel González, Luisa López e
hijos, de San Julián, Astorga. 4) Antonio Constanzo y María Castañeda, de San
Andrés de Benavente, Oviedo y Fuentelagaña, Zamora, respectivamente. 5)
Fernando Estevan, Manuela Alonso e hijos, de Torres de Fredes, Zamora, Castilla
la Vieja.
El segundo grupo se instaló entre el
10 de julio y el 8 de diciembre de 1873: 6) Domingo Antonio Cañas y Pascuala do
Campo, de San Pedro de Bisma, La Coruña. 7) José Patiño, de Santa María de Oza,
La Coruña. 8) Francisco Antonio Álvarez, de Santa María de Castro, Trasancos,
Betanzos de Galicia. 9) Santiago Bedoya, de Arnuzco de Palencia, Castilla la
Vieja. 10) Manuel Sánchez y Manuela Sánchez, de Medina de Rioseco, Palencia,
Castilla la Vieja. 11) Francisco Pérez, Juliana Herrero y Mateo Pérez, de
Palencia, Castilla la Vieja. 12) Ramón Carro, Teresa Alonso e hijos, nacidos en
San Miguel del Valle, Valladolid, Castilla la Vieja, vecinos de Roales de León.
13) Blas Toreiro, María Antonia Agra e hijos, de Santa María de Basadre, Lugo.
14) Jaime Serrat, María Antonia Lablé e hijos, de Ribadavira, Gerona de La
Coruña y La Coruña, respectivamente. 15) Manuel Delgado Blanco, Isabel Martínez
e hijos, de Fuentes de Nabas, Palencia, Castilla la Vieja. 16) Vicente González
y Josefa de las Heras, de Medina de Rioseco, Palencia, Castilla la Vieja.
El tercero se radicó entre el 4 de
julio y el 16 de octubre de 1784: 17) Antonio Palacio Vigil, Josefa de la Vega
e hijos, nacidos en San Juan de Muñoz, Siero, vecinos de Llanes. 18) José
García, Manuela Villar e hijos, nacidos en Llosa, Santo Tomás de Coro, vecinos
de San Cosme de Tornón, Villaviciosa. 19) María Rubiera e hijos, de San
Clemente de Quintueles, Gijón. 20) Francisco Costales, Manuela Fernández e hijos,
de Quintes de Villaviciosa. 21) José Carbajal, María Arce e hijos, de San
Clemente de Quintueles, Gijón. 22) José Menéndez, Agustina de la Fuente e
hijos, de San Julián de Somió, Gijón. 23) Antonio Saura y Teresa Martínez,
nacidos en Venasco, Barbastro de Aragón, vecinos de Zamora.
El 8 de setiembre de 1786 llegaron:
24) Juan Antonio Carbajal y Teresa Muñiz, de San Clemente de Quintueles, Gijón.
25) Manuel González Amores, Teresa Muñiz e hijos, de San Cosme de Bobes, Siero.
26) María Manuela de la Fuente, casada en segundas nupcias con Juan Roquete, de
Santa María de Veira, La Coruña. 27) María García, casada en segundas nupcias
con Bernardo Gayán, de Moderes, Salamanca. 28) José Moris y Manuela Génova, de
Quintes de Villaviciosa. 29) Manuel Génova y Bárbara Fernández, de Quintes de
Villaviciosa.
Juego de damas
La imponente muralla de Manuel de
Lobo era sencilla hacia el río y más fortificada del lado de tierra. Tenía
cuatro poderosos baluartes: San Miguel, San Antonio, San Juan y Del Carmen. El
diseño original de dos portones fue sustituido en 1745, por un gran portal de
piedra labrada. El gobernador Pedro Antonio de Vasconcelos creó nuevas
posiciones defensivas y aumentó el cinturón de chacras y establecimientos de
corambre. La ciudad contrastaba con el tradicional estilo español. Un damero de
calles perpendiculares y angostas, con plazas y plazuelas perfectamente
integradas al conjunto. En el centro estaba el Palacio del Gobernador, rodeado
por la Iglesia Mayor, el Colegio Jesuita, el hospital y la Maestranza.
El fuerte remoto fue vencido por los
reconquistadores hispanos y por el paso del tiempo. A mediados del siglo
pasado, vecinos emprendedores comenzaron a soñar con su reconstrucción, con
fines de difusión cultural y turística. Una quijotada que culminó con la
creación del Barrio Histórico, reubicado en su sitio original, el extremo oeste
de la península de San Gabriel. Sobre derruidas viviendas de época, fueron
rescatadas más de tres centurias de memoria militar, civil y religiosa. Para la
UNESCO constituye “un notable testimonio, por su plano y sus monumentos, de la
índole y los objetivos de una ciudad colonial europea”, de finales del siglo
XVII. En Berlín, en 1995, fue declarado Patrimonio Cultural Histórico de la
Humanidad.
Instituto del Patrimonio
Es la propuesta de Andrés Mazzini como
ente regulador del patrimonio cultural del país. “Aunque la base sería la
actual Comisión, un Instituto tendrá mayor autonomía y libertad de acción. Debe
tener una dirección más pequeña, profesionalizada, que tenga vinculación con el
Ministerio de Educación, está bien, pero con un margen mayor de independencia.
Creo que un buen ejemplo es el LATU, con su capacidad de gestión, monitoreo e
investigación. Otro tema es la redefinición de categorías. No alcanza con la
figura de Monumento Histórico Nacional, porque existe una gran dificultad para
aplicar la actual legislación por ejemplo al patrimonio inmaterial. Hay bienes
que no necesitan ser protegidos con una figura tan potente, por eso debe
sumarse el concepto de Bien de Interés Cultural (BIC), que es una categoría
genérica que puede cubrir a todos los bienes. Otro asunto de interés es la
necesidad de tener herramientas legales para controlar la entrada y salida de
bienes culturales. La Comisión ahora libera guías para una multiplicidad de
bienes: pinturas, esculturas, equipamiento, relojes, armas, pianos, cualquier
vehículo, pero falta una normativa. A eso se suma que la tarea de contralor se
hace con muy pocos funcionarios y sin especialistas. La Comisión no tiene un
historiador del Arte. Hoy por hoy, ocurre que se ponen objetos bajo la órbita
de la Comisión, pero sin protección específica. Lo único que se dice es que ese
bien no puede salir del país. Y muchas veces no es una decisión práctica,
porque no hay un seguimiento, ni siquiera se sabe dónde está. La nueva ley debe
abordar el concepto de trazabilidad de los bienes. Un ejemplo: nosotros
cautelamos aquel Blanes, Entre dos luces, pero no sabemos dónde está. Se pudo
haber ido, o estar guardado en una casa. ¿Y si no sabemos dénde está, para qué
lo cautelamos? Uruguay tiene una cantidad de convenios bilaterales de
cooperación contra el tráfico ilícito de bienes, pero está en situación de
riesgo porque los controles son difíciles.”
Comité del Patrimonio Mundial
Andrés Mazzini participó en tres
reuniones generales del Comité del Patrimonio Mundial de UNESCO: Vilna
(Lituania) 2006, Quebec 2008 y Sevilla 2009. En estos encuentros de los 176
países adherentes a la Convención del Patrimonio Cultural de la Humanidad se
dan a conocer los ingresos, cambios de estatus y salidas de la lista de 890
sitios declarados Patrimonio de la Humanidad.
“Cuando se ingresa a la lista es una
satisfacción enorme festejada por un país, pero cuando un sitio es declarado
patrimonio en peligro, no es solo un problema nacional. También es una preocupación
para UNESCO, porque es una medida extrema, y desde ese momento se compromete
más para que salga de esa situación”.
En la reunión de Sevilla fue la
segunda vez, en tres décadas del Comité del Patrimonio Mundial, que un sitio
fue quitado de la lista: el Valle del Elba, en Dresde. Allí están construyendo
un puente que según UNESCO pone en riesgo el valor natural y cultural del
paisaje. La medida fue aprobada en votación secreta de los 21 países que
integran el ejecutivo del Comité.
“Yo intuí que era algo muy fuerte,
se notaba en el ambiente. Hubo un silencio total y un clima de pesadumbre.
Luego hablé con la española Nuria Sanz, jefa de la región América Latina del
Comité, que me dijo: 'lo que pasa Andrés, que esto es una derrota para
nosotros'. Yo pensaba que los alemanes debían estar horrible, pero no, peor
estaba la gente de UNESCO”. El primer sitio quitado de la lista
de patimonios de la humanidad fue el Santuario de Orix árabe en Omán.
Mazzini
Recibido de arquitecto en 1982,
especializado en patrimonio, es profesor agregado, grado 4, del Instituto de
Historia de la Arquitectura, encargado del Centro de Documentación de Historia
de la Arquitectura y el Urbanismo de su facultad.
En 1980 se sumó al Grupo de Estudios
Urbanos. “Vista en la perspectiva del tiempo fue una gran campaña
comunicacional, que creó un movimiento de reflexión opositora a la dictadura. A
partir de un tema muy específico, la arquitectura, se captaron inquitudes muy
diversas, quizá, porque había un paralelismo entre la pérdida de valores de
identidad y del pasado y tradiciones muy fuertes que el país necesitaba
recuperar: libertad, democracia, cultura, educación”.
Liderado por Mariano Arana (“un
verdadero innovador de la enseñanza de la arquitectura”), en ese equipo también
estaban su hermanas hermanas Elena y Laura Mazzini, Carmen Canoura, Fernando
Giordano, Nelson Inda, Pilar Pérez, Lina San Martín, entre tantos. En su sede
de la calle Ciudadela, el GERU realizó los memorables audiovisuales Montevideo
ciudad sin memoria. Realizó los primeros inventarios urbanos de Montevideo:
Ciudad Vieja, Barrio Sur, Barrio Reus al sur, Aguada, Plan Fénix, y Carrasco,
con la arquitecta Laura Cesio. También relevó ciudades del interior: Colonia,
Salto, Tacuarembó, Rivera, San José, Pando.