"Lágrima Ríos, Rosa Luna, Martha Gularte, patrimonio espiritual del Candombe". (Comparsa de Isla de Flores) |
Sobre la base de la serie Biografías Uruguayas, producción de Trocadero Gabinete DDiseño para el diario El País (Montevideo, 2011).
Rosa Luna (1937-1993)
La flor del candombe
Nació
llamándose Rosa Amelia Luna, un 20 de junio, en una pieza del
conventillo Mediomundo, del barrio Palermo, cuna simbólica de la
cultura afrouruguaya y sitio emblemático de la comunidad negra del
Uruguay. Desde niña se vinculó al carnaval, al lado de su padre
Luis Alberto Fino
Carvallo, y a los 14 años debutó en la comparsa
Granaderos del Amor. Con el tiempo formó parte de las agrupaciones:
Zorros Negros, Morenada, Farándula Negra, Serenata Africana, La
Candombera, Piel Morena, Festival Carnavalero, Fantasía Negra,
Esclavos de Nyanza, Raíces, Marabunta, Kanela y su Barakutanga,
Palán Palán y Añoranzas Negras.Rosa Luna. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
Compuso
canciones, entre ellas: Candombera
de mi raza,
Recuerdos
de mi barrio,
Te
saludo Cuareim,
Chas,
chas borocoto,
África
mi corazón,
No
calles nunca moreno.
Publicó una autobiografía en la que miró su infancia y juventud
llamada: Sin
tanga y sin tongo.
Como muchas mujeres negras de este país, tuvo una vida difícil,
pero no dejó de desbordar vitalidad hasta su último día. Una
paradoja del destino quiso que muriera a miles de kilómetros de su
amada calle Cuareim, en una lejana ciudad de la fría Canadá. Ella,
que era puro fuego.
Martha
Gularte (1919-2002)
En la ruta, vida
Fue
la primera vedette que brilló en el carnaval uruguayo y en la
porteña calle Corrientes. En su pueblo tacuaremboense de Paso del
Novillo se llamaba Fermina, descendiente de esclavos brasileños que vivió una infancia entre orfanatos, el último, el asilo Dámaso Antonio Larrañaga del barrio Palermo. Con el tiempo adoptó el seudónimo Martha, desde entonces unido a su vocación artística: candombe, charleston, zapateo americano.
Martha Gularte. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
En 1982 fundó la comparsa Tanganika, con sus hijos: la bailarina y cantante Kathy y el músico Jorginho, que recorrieron los teatros del país, desde el clásico Solís al veraniego y carnavalero Ramón Collazo. Cuando cumplió medio siglo en el baile, en 1997, protagonizó un espectáculo memorable con la comparsa Kanela y su Barakutanga, de su colega y amigo Julio Sosa, Piel Kanela.
Su
autobiografía fue de los libros más vendidos de 1999, por el
irresistible atractivo de su título: Martha Gularte. También
escribió poemas y hasta tuvo tiempo para ser actriz de cine, en la
película uruguaya En la puta vida, de Beatriz Flores Silva. Ella
reivindicaba sus raíces africanas con orgullo y también con cierto
dolor. Mirando a su entorno, fue capaz de preguntar: "¿Por qué
tiraron abajo los conventillos? ¿Acaso no hay casas de pobres en
todas partes del mundo? Fue un ataque a los negros." Así se
refería a la demolición del recordado Medio Mundo, en tiempos de la
última dictadura.
Martha Gularte Bautista falleció a los 83 años,
comprometida con el Barrio Sur, despedida con plumas y tambores.
Afrouruguayas
Tres
notables mujeres fueron recordadas en la edición 2007
del Día del Patrimonio. Las vedettes Rosa Luna y Martha Gularte, y
la cantante Lágrima Ríos, fueron tres figuras históricas del
candombe. A ellas se suma la inolvidable Gloria Pérez Bravo, más
conocida como la Negra
Johnson,
primera vedette del carnaval uruguayo.
Candombe
Mural de tres figuras históricas del candombe: Lágrima Ríos, Martha Gularte y Rosa Luna. (Museo del Carnaval) |
Entre 1751 y 1810
Montevideo recibió grandes contingentes de africanos en barcos
ingleses, portugueses y españoles. Su dignidad humana fue sojuzgada
pero no su necesidad de expresión, que se liberaba a través del
tambor.
El Candombe es la supervivencia del acervo ancestral de esa población multiétnica y culturalmente muy variada. El término, es genérico para todos los bailes de negros: sinónimo de danza y evocación del ritual de la raza. Su espíritu musical trasunta las añoranzas de los desafortunados seres humanos, que de súbito se vieron transplantados a América, para ser vendidos y sometidos a duras faenas. Eran almas doloridas, que guardaban nostalgias incurables de su tierra. En época de colonia, los africanos recién llegados llamaban a sus tambores con el nombre de tangó, y con ese mismo vocablo señalaban el espacio donde realizaban sus danzas. Con la palabra Tangó se designaba el lugar, el instrumento y por extensión el baile de los negros.
Un día al año era
para ellos: San Valentín o San Baltasar. En esa fecha, estaban
autorizados por sus patrones a gozar de vacaciones, descansar y
divertirse disfrazándose como sus amos e imitarlos. Sus rasgos
culturales -añoranza, gesticulación, permanente vivir en el
presente, pensar que todo va a cambiar mañana- se mezclaron con la
cultura europea de Montevideo.
La expresión "Negros
Lubolos", blancos pintados de negros, data de 1876, como informa
el diario La Tribuna, del 26 de febrero de ese año. El cronista no
ocultaba su sorpresa por aquellos blancos que “bailan y cantan con
la misma perfección que hemos visto más de una vez a los propios
negros ejecutar en sus sitios o candombes”.
"Negrito"
La Candombe palabra
resulta de la combinación de dos ideas: Ka (reunión) y Ndongue
(negro). Para unos significa “sí”, para otros “lugar de
reunión”, también hay quienes creen que es una onomatopeya, y
algunos se atreven a describirlo como un diminutivo: “Negrito”.
El más antiguo
registro escrito de la palabra Candombe data del 27 de noviembre de
1834, cuando en el periódico El Universal de Montevideo, las
sociedades africanas publicaban el Canto patriótico de los
negros, celebrando a la ley de vientres y a la Constitución.
Llamadas
Portada del disco "Canción para mi pueblo", de Lágrima Ríos. |
El moderno Desfile de
Llamadas se realiza desde febrero de 1956, a impulso de Oscar
Larraura y Ruben Galloza, como una gran expresión festiva de la
cultura afro–uruguaya. Su escenario original era el conventillo
Medio Mundo, los barrios Sur y Palermo, y la tan particular calle
Ansina. Morenada y Fantasía Negra, adversarias de toda la vida, se
enfrentaban “pico a pico”, a pura lonja y madera, y entre ellas
Añoranzas Negras, con la inigualable Martha Gularte y los Esclavos
de Nyanza, por años ganadores del concurso oficial. En esos tiempos
memorables también brillaba el recordado Carlos Pirulo Abín y su
heredero, Julio Kanela Sosa, la última leyenda viviente del
Candombe.
Tras aquellas comparsas
gloriosas, siguieron otros nombres: Miscelánea Negra, Serenata
Africana, Lonjas del Cordón, Marabunta, Kanela y su Barakutanga,
Raíces, Sarabanda, Concierto Lubolo, Sierra Leona y las muy
actuales, Yambo Kenia, Cuareim 1080, que evoca la memoria del Medio
Mundo, La Chilinga, La Gozadera, La Figari, La Zabala, entre tantas.
Sin
tanga y sin tongo. Autobiografía
de Rosa Luna.
Ediciones Deltaller, 1988.
Rosa
y Martha
“Es
interesante separar colegas de rivales. Colegas tuve y tengo un
millón. Rival, una sola: Martha Gularte. Rival porque sin
proponérmelo iba a robarle de un zarpazo la corona. Porque los
jóvenes deben saber que Martha supo ser la mejor por las décadas de
1940 y 1950.”
“Yo
bailo sin parar, como un boxeador al que le están pegando y no
afloja. Muevo mis carnes. Y te puedo asegurar que camino como nadie
sobre unos zapatos taco aguja de trece centímetros que me llevan
casi al metro noventa.”
Rosa Luna, en una
entrevista concediada a la periodista Adela Dubra.
Martha Gularte. Betseller autobiográfico, 1999.
Canción
para Rosa
Tapa del libro "Kanela, sin plumas, sin censura", de José Cozzo y Fernando Tetes. |
Rosa del carnaval. Flor
de los negros que tu raza plantara en el barrio Palermo. Naciste
hecha de bronce carbón y calle para alzarte absoluta, potente y
frágil. Frágil porque eres sólo flor de los carnavales, cuando Sur
y Palermo levantan vuelo y se ponen encima los estandartes...
Mientras dure tu
esplendor moreno te llevarán al centro de la ronda ritual del
carnaval. Después serás recuerdo, como antes fueron la Gularte y la
Johnson. Y arriarán tu bandera con respeto.
Ha de surgir una negra
sucesora que encienda las hogueras donde se templen las lonjas de las
llamadas carnavaleras.
Y tu rosa de luna, la
rosa de tu nombre, la luna de tu raza, alumbrará las calles
empedradas, los pobres callejones que te vieron pasar bajo los
balcones al compás que marcaban con sus manos las oscuras comparsas
de tambores.
Rosa de los morenos.
Rosa de los tambores. Con pechos gigantescos de carbón y de bronce.”
Canción
para Rosa Luna,
del maestro minuano Wilson Mesa.
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