Carne de cañón
La anécdota es mínima, en apariencia. La carta de un joven soldado que padeció el desembarco aliado de Gallipoli, en la Primera Guerra Mundial, alienta el recuerdo de una de las mayores agroindustrias del planeta. La multinacional de carácter alemán con capital anglo—belga, luego totalmente británica, puso en valor productivo las investigaciones de Justus von Liebig, fundador de la química orgánica: extracto de carne, sopa en cubos, conservas enlatadas y café soluble. La planta fabril recibió decenas de miles de trabajadores de más de sesenta naciones, en casi doce décadas de actividad. Solo entre 1914 y 1918 comercializó cien millones de OXO cubes y doscientos millones de latas de corned beef, que alimentaron a ejércitos y exploradores. Tenía haciendas en la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, un puerto propio de aguas profundas, dos company town —el Barrio Anglo en Fray Bentos y el Pueblo Liebig en la entrerriana Colón— y una zona residencial para gerentes y diplomáticos, alrededor de la legendaria Casa Grande, sede real del viceconsulado inglés en el Río de la Plata. El gigante cayó en un acelerado proceso de decadencia luego de la segunda posguerra mundial, víctima de la reconstrucción económica europea. Lo compró el Estado uruguayo en 1971. Parecía un buen negocio pero los británicos se llevaron sus inversores, sus contactos y su instinto voraz. La planta cerró definitivamente en 1979, tras el tiro de gracia dictatorial. Hoy es sede de un museo único en la región que custodia una memoria gloriosa, que evoca aquél tiempo de "vacas gordas" cuando Fray Bentos era la Cocina del Mundo. Cuando el nombre de la ciudad—puerto del río Uruguay era sinónimo de "lo mejor". Un sello de calidad irrepetible aún presente en la memoria colectiva de millones de consumidores, que en julio de 2015 consiguió una merecida declaración de UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, porque allí nació la revolución industrial sudamericana.
Sobre la base del trabajo presentado con René Boretto Ovalle en las Jornadas INCUNA 2005 (Gijón, España).
Publicado en el libro “Patrimonio Industrial e historia militar: nuevos usos en el urbanismo y en la cultura”, Colección Los ojos de la Memoria Nº 6, Miguel Álvarez Areces (coordinador), CICEES, Gijón, 2006, ISBN: 84-934613-4-8.
El antiguo Frigorífico Anglo y su chimenea. |
La anécdota es mínima, en apariencia. La carta de un joven soldado que padeció el desembarco aliado de Gallipoli, en la Primera Guerra Mundial, alienta el recuerdo de una de las mayores agroindustrias del planeta. La multinacional de carácter alemán con capital anglo—belga, luego totalmente británica, puso en valor productivo las investigaciones de Justus von Liebig, fundador de la química orgánica: extracto de carne, sopa en cubos, conservas enlatadas y café soluble. La planta fabril recibió decenas de miles de trabajadores de más de sesenta naciones, en casi doce décadas de actividad. Solo entre 1914 y 1918 comercializó cien millones de OXO cubes y doscientos millones de latas de corned beef, que alimentaron a ejércitos y exploradores. Tenía haciendas en la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, un puerto propio de aguas profundas, dos company town —el Barrio Anglo en Fray Bentos y el Pueblo Liebig en la entrerriana Colón— y una zona residencial para gerentes y diplomáticos, alrededor de la legendaria Casa Grande, sede real del viceconsulado inglés en el Río de la Plata. El gigante cayó en un acelerado proceso de decadencia luego de la segunda posguerra mundial, víctima de la reconstrucción económica europea. Lo compró el Estado uruguayo en 1971. Parecía un buen negocio pero los británicos se llevaron sus inversores, sus contactos y su instinto voraz. La planta cerró definitivamente en 1979, tras el tiro de gracia dictatorial. Hoy es sede de un museo único en la región que custodia una memoria gloriosa, que evoca aquél tiempo de "vacas gordas" cuando Fray Bentos era la Cocina del Mundo. Cuando el nombre de la ciudad—puerto del río Uruguay era sinónimo de "lo mejor". Un sello de calidad irrepetible aún presente en la memoria colectiva de millones de consumidores, que en julio de 2015 consiguió una merecida declaración de UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, porque allí nació la revolución industrial sudamericana.
Sobre la base del trabajo presentado con René Boretto Ovalle en las Jornadas INCUNA 2005 (Gijón, España).
Publicado en el libro “Patrimonio Industrial e historia militar: nuevos usos en el urbanismo y en la cultura”, Colección Los ojos de la Memoria Nº 6, Miguel Álvarez Areces (coordinador), CICEES, Gijón, 2006, ISBN: 84-934613-4-8.
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Estrecho
de los Dardanelos, mayo 27 de 1915.
Amada
madre:
No
sé como contarte lo que estoy sintiendo en este momento. No deseo
provocarte más angustia, que ya es demasiada por la muerte de Papá,
también a causa de esta guerra inmunda. Pero, es inevitable que
sepas la verdad. Las noticias que reciben ustedes desde aquí, son
todas mentiras. El desembarco fue espantoso. Los turcos nos están
masacrando. Casi no quedan compatriotas en mi división, aún así,
nadie retrocede.
Madre,
ojalá sobreviva, pero, presiento que voy a morir! No retornaré a
Liverpool, no volveré a ver a mis amadas hermanas, Hill y Ely, no
podré obsequiarte el título de médico que tantas veces te prometí.
Mi amor, Becky, enviudará sin habernos casado.
Disculpa
madre, por el dolor que sé que te provocarán estas líneas, pero es
la verdad. Ojalá te lleguen, mientras yo esté con vida. No sé si
será posible, porque están censurando nuestra correspondencia. Te
ama y te necesita desesperadamente. Hugh.
PD:
Por favor, te lo suplico! Reza por mi vida y envíame OXO!
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—Justus von Liebig nunca estuvo en Fray Bentos, aunque conocía cada rincón, de cada casa del mínimo poblado. Por interés empresario y científico, pero, también, por conmovido agradecimiento. Más allá de su soberbia, a flor de piel, siempre reconoció una deuda moral con el remoto litoral uruguayo donde su genial innovación fue rescatada de injusto confinamiento en un oscuro laboratorio del minúsculo pueblo renano de Giessen.
—Justus von Liebig nunca estuvo en Fray Bentos, aunque conocía cada rincón, de cada casa del mínimo poblado. Por interés empresario y científico, pero, también, por conmovido agradecimiento. Más allá de su soberbia, a flor de piel, siempre reconoció una deuda moral con el remoto litoral uruguayo donde su genial innovación fue rescatada de injusto confinamiento en un oscuro laboratorio del minúsculo pueblo renano de Giessen.
—La
intensa relación se inició en 1862. Había descubierto, tres
lustros antes, una novedosa fórmula de Extracto de Carne concebida
con orgullo germano para alimentar a la humanidad.
—La mantuvo en celosa custodia, a la espera del proyecto industrial que le asegurara una calidad suprema y, por que no, que le entregara gloria y dinero. El tiempo fue pasando, pero la propuesta soñada no llegaba. Aunque la matera prima –ganado vacuno y ovino– podía ser faenada a bajo costo, también exigía que el producto final careciera de humedad y grasitud. Ningún resultado le conformaba.
—La mantuvo en celosa custodia, a la espera del proyecto industrial que le asegurara una calidad suprema y, por que no, que le entregara gloria y dinero. El tiempo fue pasando, pero la propuesta soñada no llegaba. Aunque la matera prima –ganado vacuno y ovino– podía ser faenada a bajo costo, también exigía que el producto final careciera de humedad y grasitud. Ningún resultado le conformaba.
—Al
año siguiente recibió una oferta del ingeniero Georg Christian
Giebert, un hamburgués afrancesado, por entonces radicado en
Montevideo, que había leído artículos relacionados con la receta.
Al audaz viajero se le ocurrió elaborarla en gran escala,
entusiasmado por la considerable cantidad de animales que se criaban
en el Río de la Plata.
—Giebert
vivió algún tiempo en la casa de otro alemán, Guillermo Hoffmann,
que lo llevó a la estancia Nueva Mehlem, en el departamento de Río
Negro, administrada por su hermano Augusto. Juntos fueron a ver un
sitio ideal para el emprendimiento, conocido como Puntas de Fray
Bentos, que les pareció un puerto fluvial muy apto para la llegada
directa de los veleros que luego deberían transportar mercadería
hacia Europa.
—En
otoño, el ingeniero escribió a la Farmacia Real, el laboratorio de
Liebig en Múnich, a cargo de Max Pettenkoffer. Reseñó ideas y
perspectivas en estas tierras americanas y le propuso una sociedad
para fabricar el extracto de carne, pero, el sabio, cansado y
desanimado por tantos fracasos, no lo tomó con interés.
—Mientras tramaba fantasías de riqueza, el osado Giebert se preparaba para insistir hasta el final. Al no recibir respuesta, viajó para presentar su proyecto. Advertido sobre la inflexibilidad de Liebig, no fue directamente a su despacho. Antes sedujo a Pettenkoffer, a quien convenció del seguro éxito del negocio, mientras le solicitaba instrucción sobre el proceso tecnológico.
—Mientras tramaba fantasías de riqueza, el osado Giebert se preparaba para insistir hasta el final. Al no recibir respuesta, viajó para presentar su proyecto. Advertido sobre la inflexibilidad de Liebig, no fue directamente a su despacho. Antes sedujo a Pettenkoffer, a quien convenció del seguro éxito del negocio, mientras le solicitaba instrucción sobre el proceso tecnológico.
Envase original del Extracto de Carne Liebig. (Archivo René Boretto) |
—El resultado tenía un formato atractivo, impensado, y su sabor, indudablemente, era mejor que el conseguido en Alemania. Sin dudarlo, otorgó la autorización para contactar a inversores, que aportarían los rubros primarios.
—El
lunes 21 de abril de 1863 quedó constituida Giebert et Compagnie,
que compró tierras al sur de las Puntas de Fray Bentos, incluida la
estancia La Pileta, ubicada a quince kilómetros de la incipiente
Villa Independencia, con 6.000 cabezas de ganado vacuno y 5.000
ovejas. Por todo pagó 30.000 libras esterlinas.
—Fue una hazaña comercial, cuando el general Venancio Flores lanzaba su Cruzada Libertadora, un eufemismo que en realidad era un golpe de Estado contra el presidente Bernardo P. Berro.
–El poder de convencimiento del ambicioso ingeniero parecía ilimitado. En noviembre de ese año consiguió los terrenos del saladerista Ricardo Bannister Hughes —que recibió el 27 de julio de 1865 a causa de la guerra civil— y tiempo después sumó capitales ingleses y belgas, por gestión del siempre presente banquero Barón de Mauá. Un aporte decisivo, que dio lugar a la multinacional Liebig’s Extract of Meat Company.
—Fue una hazaña comercial, cuando el general Venancio Flores lanzaba su Cruzada Libertadora, un eufemismo que en realidad era un golpe de Estado contra el presidente Bernardo P. Berro.
–El poder de convencimiento del ambicioso ingeniero parecía ilimitado. En noviembre de ese año consiguió los terrenos del saladerista Ricardo Bannister Hughes —que recibió el 27 de julio de 1865 a causa de la guerra civil— y tiempo después sumó capitales ingleses y belgas, por gestión del siempre presente banquero Barón de Mauá. Un aporte decisivo, que dio lugar a la multinacional Liebig’s Extract of Meat Company.
—Giebert, hábil y cautivante, también fue un inventor talentoso, que innovó
en el proceso y la maquinaria industrial. En 1866, encargó a la
firma Milwall Co de Glasgow, la construcción de la "Nueva Fábrica" que comenzó a funcionar con ocho meses de demora, porque se extravió
uno de los diez barcos en que despacharon las herramientas. Era una
decisión estratégica para atender miles de pedidos que se
amontonaban en los escritorios de la Farmacia Real de Múnich.
—La
única fuerza que debemos utilizar es la de la gravedad –solía
decir el emprendedor hamburgués. Con ese concepto planificó y
desarrolló el espacio fabril que iniciaba la cadena productiva en
los pisos altos, a donde los vacunos llegaban caminando para ser
sacrificados, y finalizaba en la planta baja. También fue diseñado
en forma declinante, el camino desde la expedición hasta la estiba
portuaria. Para ahorrar dinero, pero, no energía.
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—En
Fray Bentos se encendió la primera lamparita eléctrica del país,
en 1883, al mismo tiempo que en Río de Janeiro y La Plata. Fue
comprada a la Edison Co, e importada directamente desde la planta
estadounidense de Ohio.
—"Se colocaron sesenta picos idénticos a los del gas en la playa de matanza, en el galpón de la fabricación del extracto, en los salones que ocupa la escuela y en el club. Antes de haber adquirido toda su intensidad se midió aquella, dando como resultado igual a la luz de diez y nueve velas de estearina por cada lámpara o pico." La crónica del diario El Ferrocarril, de agosto de ese año, fue un homenaje al departamento de Río Negro.
–"Le cabrá la gloria de ser el primero donde se haya reemplazado el candil y la lámpara de kerosene por la luz eléctrica, una de las más grande conquistas del progreso humano." Recién a mediados de junio de 1886, se inauguraron diez picos de luz en la Plaza Constitución de Montevideo.
—"Se colocaron sesenta picos idénticos a los del gas en la playa de matanza, en el galpón de la fabricación del extracto, en los salones que ocupa la escuela y en el club. Antes de haber adquirido toda su intensidad se midió aquella, dando como resultado igual a la luz de diez y nueve velas de estearina por cada lámpara o pico." La crónica del diario El Ferrocarril, de agosto de ese año, fue un homenaje al departamento de Río Negro.
–"Le cabrá la gloria de ser el primero donde se haya reemplazado el candil y la lámpara de kerosene por la luz eléctrica, una de las más grande conquistas del progreso humano." Recién a mediados de junio de 1886, se inauguraron diez picos de luz en la Plaza Constitución de Montevideo.
El
carácter alemán
EL Saladero fraybentino en 1896. (Museo de la Revolución Industrial) |
—Era famoso en el mundo por su bajo precio, su uso sencillo y su higiene imbatible. La base de un caldo para consumo familiar, hospitalario y social, pero, pronto fue requerido por ejércitos y armadas que se movilizaban en el convulsionado Viejo Mundo, y por exploradores que avanzaban en territorios desconocidos.
—Las pequeñas latas fueron utilizadas por Fridtjof Nansen en su expedición al Polo Sur y por Robert Peary en sus aventuras árticas. Por Henry Morton Stanley y David Levingston, en sus experiencias coloniales centroafricanas y por John Allock y Arthur Brown en el primer vuelo transatlántico. Pero fue negocio multinacional a partir de la guerra franco–prusiana y tras el ingreso de las tropas británicas en el conflicto con los bóers sudafricanos.
—La
firma respondió con una diversificación de productos y subproductos
que aprovechaba decenas de miles de vacunos y lanares que se faenaban
en el saladero fraybentino.
–En la explotación intensiva y extensiva lo que más preocupó al principio fue el desecho: el contenido de las panzas, los excrementos, la sangre de los animales que diariamente caían bajo los marrones.
–En la explotación intensiva y extensiva lo que más preocupó al principio fue el desecho: el contenido de las panzas, los excrementos, la sangre de los animales que diariamente caían bajo los marrones.
—Hacia
1870 Liebig inventó un proceso de mezcla de estos residuos, secados,
centrifugados y molidos. El novedoso abono orgánico obtuvo rápida
aceptación como sustituto de las heces de aves marinas peruanas. El
fertilizante químico hecho con restos y desechos se le llamó, por
añadidura, guano.
—En
el legendario puerto de ultramar era incesante la entrada y salida de balandras,
polacras y bergantines de todas las banderas, nunca menos de medio
centenar por año. Traían sal, carbón de coque y material de
construcción, para una fábrica que se expandía.
—Transportaban a Europa extracto de carne, tasajo, cueros salados, huesos cortados y molidos en polvo fino, garras y pezuñas, cuernos y fertilizante por toneladas. En la dársena atracaban hasta tres naves juntas, que eran cargadas simultáneamente mediante pasarelas de madera. Una grúa a vapor, de las primeras del país, ayudaba en la tarea.
—Transportaban a Europa extracto de carne, tasajo, cueros salados, huesos cortados y molidos en polvo fino, garras y pezuñas, cuernos y fertilizante por toneladas. En la dársena atracaban hasta tres naves juntas, que eran cargadas simultáneamente mediante pasarelas de madera. Una grúa a vapor, de las primeras del país, ayudaba en la tarea.
—La
empresa, que tenía oficinas centrales en Londres y depósito en
Amberes, adquirió o arrendó 34 estancias, once en territorio
uruguayo, en el sur de Brasil, en la Argentina y Paraguay, hasta
sumar miles de hectáreas donde estableció centros de producción a
gran escala, como en Zeballos Cué, localidad cercana a Asunción.
—En la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, en la margen argentina del río Uruguay, fue construida una planta que no prosperó. Sí fue exitosa la ubicada cerca de Colón, algunos kilómetros al norte. A su alrededor se formó el Pueblo Liebig.
—En la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, en la margen argentina del río Uruguay, fue construida una planta que no prosperó. Sí fue exitosa la ubicada cerca de Colón, algunos kilómetros al norte. A su alrededor se formó el Pueblo Liebig.
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—En 1895 una
crónica del diario montevideano El Siglo, informaba que los
productos Liebig sólo eran aceptados como "fuera de concurso" en
las mayores exposiciones comerciales del mundo. La firma ganó todos
los premios conocidos —a la calidad, a la investigación, a la
innovación— y en 1902 fue distinguida como la primera que contrató
legalmente a mujeres.
—"Acá
lo único que se desperdicia es el mugido", era la advertencia, un
poco en broma y mucho en serio, a un operario recién ingresado. Una
frase poderosa, que guió los 116 años de funcionamiento del
saladero y frigorífico, adjudicada al implacable Giebert.
Aviso de principios del siglo XX que promocionaba el Extracto de Carne. (Museo de la Revolución Industrial) |
—A fines de 1899, el
extracto de carne se convirtió en OXO. Nadie conoce
el origen del extraño nombre. La teoría más aceptada se refiere a
unos cajones prontos para ser enviados a Europa, que tenían impreso
el tradicional identificador "OX" (buey).
—Al parecer, un obrero agregó una "O" al sello de origen, como si se tratara de dos ojos y una nariz. Así, por una viveza fraybentina habría nacido la más famosa marca agroindustrial de principios del siglo pasado, que hasta hoy se consume.
—Al parecer, un obrero agregó una "O" al sello de origen, como si se tratara de dos ojos y una nariz. Así, por una viveza fraybentina habría nacido la más famosa marca agroindustrial de principios del siglo pasado, que hasta hoy se consume.
—La
carne fluidificada fue ofrecida a los comercios londinenses, desde
junio de 1900, como una línea suplementaria del extracto original.
Pero, el mercado adoptó el producto y los pedidos se multiplicaron.
Se vendía en las cafeterías de las estaciones de trenes, en
hipódromos y pistas de carreras y muestras agropecuarias.
—La población estaba convencida que podía conseguirla, en cualquier lado. El símbolo esmaltado que la promocionaba, que aún enamora a los coleccionistas, permanece en algunas plataformas ferroviarias inglesas.
—La población estaba convencida que podía conseguirla, en cualquier lado. El símbolo esmaltado que la promocionaba, que aún enamora a los coleccionistas, permanece en algunas plataformas ferroviarias inglesas.
–OXO
fue sinónimo de salud entre millones de consumidores. Para reforzar
esa idea, la empresa organizaba la famosa caminata Londres—Brighton
y fue patrocinante de los Juegos Olímpicos de 1908, celebrados en la
city inglesa. Como parte de su estrategia entregaba su caldo a los
maratonistas y los contrataba, para que lo recomendaran.
—A fines de 1910, los químicos detectaron un serio problema de
calidad. No obstante lo delicioso y beneficioso que podía ser el
extracto, quedaba un sedimento en el fondo del recipiente, que no
resultaba agradable. Fue así, que transformaron la carne líquida en
una pasta en forma de tabletas, que conservaba la esencia vacuna, sus
fibrinas y sustancias nutritivas.
—En toda Inglaterra se le llamó OXO cube o "producto de un penique". En su lanzamiento publicitario fueron echados, debajo de las puertas, decenas de millones de panfletos que alentaban la compra de "baratos y maravillosamente convenientes cubos" empacados en cajas de seis, doce, quince o cien unidades.
—En toda Inglaterra se le llamó OXO cube o "producto de un penique". En su lanzamiento publicitario fueron echados, debajo de las puertas, decenas de millones de panfletos que alentaban la compra de "baratos y maravillosamente convenientes cubos" empacados en cajas de seis, doce, quince o cien unidades.
El saladero y su puerto en 1895, captado por el fotógrafo argentino Samuel Rimathe. (Archivo René Boretto) |
—Cuando la competencia puso en duda su valor nutritivo, la Liebig respondió con una de sus famosas cartas públicas: "Quizá ellos tengan razón pero... ¿Hay algo más querido y admirado por las amas de casa? ¿Hay algo que les simplifique y les ahorre más tiempo?"
—La
Primera Guerra Mundial fue una prueba extrema, aprobada con
sobresaliente en productividad, pero, también en mercadeo y
propaganda. Se enviaron latas a las trincheras, como ración de
emergencia.
—A su alrededor se creó el mito de que consumirlo, traía buena suerte. Había mucha fantasía, pero, también hubo historias sobre OXO y corned beef de Fray Bentos que guardados en mochilas o bolsillos, desviaban balas y piezas de metralla con sorprendente eficiencia.
—A su alrededor se creó el mito de que consumirlo, traía buena suerte. Había mucha fantasía, pero, también hubo historias sobre OXO y corned beef de Fray Bentos que guardados en mochilas o bolsillos, desviaban balas y piezas de metralla con sorprendente eficiencia.
–Una
exitosa promoción asociada fue OXO trench heater, un calentador para
trincheras. "Usted puede enviar a su hombre, a su padre, a su hijo,
un paquete con seis cubos y seis carbones especiales para encendido y
un soporte plegable para colocar la lata a calentar." Un
aviso de este producto global relacionaba la imposibilidad de encender fuego con el
fango, y al calor protector con las virtudes del producto. "Es un
recurso mágico", remataba el redactor.
—Desde
Fray Bentos partieron al frente más de cien millones de cubos y más
del doble de latas de corned beef, en casi cinco años de conflicto.
Caló tan hondo el nombre de la ciudad rionegrense que —según informa la Griffith Universityy y el Australian National Dictionary
Center en su investigación sobre palabras y coloquialismos de la
Primera Guerra— para referirse a lo que estaba bien hecho, los
soldados británicos decían "It’s a Fray Bentos", tal como los
estadounidenses usaron el "OK" en la Segunda Guerra Mundial.
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Obreros cargando una balandra
con destino Europa, c. 1880.
(Archivo René Boretto)
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—"Recibíamos las llamadas raciones de hierro, que se componían de una lata de carne conservada de la clásica marca Fray Bentos con su llave pegada para abrirla; una lata de carne con vegetales normalmente llamada para perros o una lata de carne de cerdo con porotos; dos, a veces tres, paquetes de biscochos duros; una onza de extracto de carne o cubos OXO; una ración de té y un paquete de sal."
—El canadiense guardó toda su vida dos malos recuerdos del frente: la frecuencia con que comía corned beef –en el desayuno, el almuerzo y la cena– y que en verano, con el calor, ese alimento se transformaba en una desagradable masa de grasa. "Peor era la ración de cerdo y porotos, porque muchas veces la carne de cerdo era inexistente y se convertía en grasa con porotos", contó alguna vez O’Connor.
El
paciente inglés
–Cuando
se vislumbraba la paz, los publicistas tomaron otra vez la iniciativa
con un mensaje, acogido con emoción por la opinión pública: "OXO
también ganó la guerra." Parecía que la victoria significaba un
hito en la expansión y en el proceso productivo, pero debajo de esa
superficie exitosa, había contradicciones de muy difícil
resolución.
—La empresa anglo—belga alimentó a las tropas aliadas, pero, aún estaba muy unida a los derrotados alemanes. El final de la lucha alivió tensiones y presiones, pero, también determinó una momentánea suspensión de tareas: el saladero quedó al borde del cierre en los últimos meses de 1918.
—La empresa anglo—belga alimentó a las tropas aliadas, pero, aún estaba muy unida a los derrotados alemanes. El final de la lucha alivió tensiones y presiones, pero, también determinó una momentánea suspensión de tareas: el saladero quedó al borde del cierre en los últimos meses de 1918.
La planta industrial en 1900. (Archivo René Boretto) |
—Otra vez fue decisiva la intervención de estrategas y comunicadores, que impusieron el fin del ciclo de la Liebig y su sustitución por una imagen acorde al mapa emergente de aquella posguerra.
—El
viejo saladero con ingeniería germana se transformó en un gran
frigorífico inglés, con necesidades técnicas y de infraestructura,
modificación de edificios, reasignación de funciones e introducción
de estamentos infrecuentes.
—Capitales británicos lo adquirieron en 1924, cuando pasó a denominarse Anglo del Uruguay Sociedad Anónima. El cambio de firma significó una renovación estructural importante, con una decidida planificación, orientada por la presencia colonialista de Londres. Los ingleses abrieron infinitas oficinas de venta, como dueños absolutos de la mayor agroindustria del mundo.
—Capitales británicos lo adquirieron en 1924, cuando pasó a denominarse Anglo del Uruguay Sociedad Anónima. El cambio de firma significó una renovación estructural importante, con una decidida planificación, orientada por la presencia colonialista de Londres. Los ingleses abrieron infinitas oficinas de venta, como dueños absolutos de la mayor agroindustria del mundo.
—La
tecnología del enlatado dio lugar al crecimiento del negocio de la
carne conservada. La definitiva imposición del término corned beef
fue su forma de identificarse con una tradición anglosajona. Corning
era la cura de carne mediante sal o introducida en salmuera, cocinada
después, que utilizaban los campesinos bretones cuando no existía
refrigeración.
—Nuevamente
las inestabilidades sociales y políticas signaron la suerte del
frigorífico. La Segunda Guerra Mundial, con su destrucción de la
maquinaria europea, con sus hombres en combate y urgente necesidad de
víveres, originó cambios importantes en las formas de producción y
rubros comerciales.
El saladero más grande del mundo en su tiempo, cuando comenzaban las obras de construcción del barrio obrero. (Archivo René Boretto) |
—También se ampliaron rubros a casi todos los productos y subproductos de frutas, verduras y hortalizas, conservas, comidas enlatadas, jabones, dulces, jaleas, huevos, conejos, cerdos, pavos.
—El
incontenible crecimiento fabril desató un voraz consumo de materia
prima. En la década siguiente fueron faenados más de un millón
cien mil vacunos, se utilizaron doscientas mil toneladas de carbón
irlandés de piedra y se emplearon más de 4.500 obreros.
—Uno de cada tres fraybentinos que trabajaban en tres turnos sin fin de ocho horas. Datos que todavía asombran, asociados con la organización del Barrio Anglo, un célebre company town al que anhelaban llegar mujeres y hombres de los sitos más remotos.
—Uno de cada tres fraybentinos que trabajaban en tres turnos sin fin de ocho horas. Datos que todavía asombran, asociados con la organización del Barrio Anglo, un célebre company town al que anhelaban llegar mujeres y hombres de los sitos más remotos.
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—"Es
un patrimonio único. Sus edificaciones, herramientas, maquinarias,
libros, documentos, planos y mapas, manifiestan con esplendor y
jerarquía la tecnología de la alimentación utilizada entre mitad
del siglo XIX y mitad del siglo XX", afirma la arqueóloga
industrial Sue Millar del Instituto Ironbrigde de Birmingham.
—La experta británica aún recuerda su visita a la sala donde están las máquinas de amoníaco que fabricaban frío para las gigantescas cámaras frigoríficas. "Allí se puede ver la evolución tecnológica del congelado como en ningún otro sitio, ni siquiera en Europa: dos compresores que funcionaban a vapor, dos de energía eléctrica y dos a fuel oil", describe con admiración.
—Una red de más de cien kilómetros de caños lo distribuía en el refrigerador de más de una cuadra de largo por cuarenta metros de ancho, y siete pisos de altura, que podía conservar 18 mil toneladas de carne, equivalente a la faena de 35 mil vacunos.
—La experta británica aún recuerda su visita a la sala donde están las máquinas de amoníaco que fabricaban frío para las gigantescas cámaras frigoríficas. "Allí se puede ver la evolución tecnológica del congelado como en ningún otro sitio, ni siquiera en Europa: dos compresores que funcionaban a vapor, dos de energía eléctrica y dos a fuel oil", describe con admiración.
—Una red de más de cien kilómetros de caños lo distribuía en el refrigerador de más de una cuadra de largo por cuarenta metros de ancho, y siete pisos de altura, que podía conservar 18 mil toneladas de carne, equivalente a la faena de 35 mil vacunos.
La
muda chimenea
Construida en 1906, la chimenea del
Saladero Liebig y el Frigorífico Anglo
es un símbolo histórico de Fray Bentos
y del departamento de Río Negro. (René Boretto) |
—En la década de 1950 el estado otorgó subsidios a los frigoríficos extranjeros, a fin de que permaneciesen funcionando. Eran los primeros indicios de una fuerte crisis productiva.
—A
punto de cumplir un siglo, la planta industrial estaba sometida a una
ignominiosa decadencia. Herida de muerte por el fin de la Guerra de
Corea, la reconstrucción de la segunda posguerra mundial, la
formación de bloques comerciales y la creación del Mercado Común
Europeo.
—Los siguientes sucesos estuvieron marcados por el retiro inglés y el cese prácticamente definitivo de actividades. En 1967, comenzaron las movilizaciones obreras, con reclamos de reactivación.
—Los siguientes sucesos estuvieron marcados por el retiro inglés y el cese prácticamente definitivo de actividades. En 1967, comenzaron las movilizaciones obreras, con reclamos de reactivación.
—El
1 de julio de 1971, el gobierno aprobó la compra de las viejas
instalaciones confiado en la disposición de ganado y la buena mano
de obra. Fue el último intento para sostener un emblema de la
agonizante Suiza de América. Una ilusión falsa. Con los británicos
también se fueron contratos y mercados, para las otrora requeridas
carnes uruguayas.
—La dictadura militar le pegó el tiro de gracia. El antiguo estandarte del país de las «vacas gordas», lejana metáfora del estado de bienestar, fue derrotado por un inmisericorde proceso de desindustrialización favorecido por el retraso tecnológico y la falta de ideas comerciales.
—La dictadura militar le pegó el tiro de gracia. El antiguo estandarte del país de las «vacas gordas», lejana metáfora del estado de bienestar, fue derrotado por un inmisericorde proceso de desindustrialización favorecido por el retraso tecnológico y la falta de ideas comerciales.
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—Hugh
C. Brown falleció a principios de junio de 1915, en una emboscada,
muy cerca de la playa turca de Gallipoli. Tenía veinte años. Meses
después, su madre recibió el uniforme, perforado por certeros
disparos. En un bolsillo tenía una lata de OXO sin abrir. En otro,
guardaba su última carta, pronta para enviar, salpicada de sangre.
Sus sobrinos bisnietos la conservan como un tesoro de la memoria
familiar.
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—A
principios de 1979 hubo un dudoso intento de reactivación por una
empresa de supuesto origen árabe, que fracasó. Ese fue el amargo
final de su historia productiva. En agosto se realizó la última
faena. «Hacía tiempo que escuchábamos que la fábrica se cerraba,
que se cerraba, que no había exportación aunque había pedidos de
carne. Y los estancieros subieron el precio del ganado, como no se lo
subían a los ingleses. Entonces, no pudo rematar más.» Es el
nostálgico testimonio de Edelma Gerez, obrera de la sección
Hilandería, quien durante más de treinta años hizo bolsas para
embalar corderos y paletas vacunas.
—La
década de 1980 fue de quejas y lamentos, depresivos y deprimentes.
El hondo dramatismo llegó al extremo de casos de suicidio.
Simbólicas inmolaciones, al pie de la chimenea, todavía enhiesta y
orgullosa. Pero, que nunca más pitó.
Patrimonio
de la Humanidad
René Boretto. |
—En
cada una de sus intervenciones, que fueron varias, Casanelles tuvo la
virtud de explicar con lenguaje llano, el nuevo escenario en que se
proyecta la gestión del patrimonio industrial. Volcó lo esencial de
su vasta experiencia y dio ejemplos concretos de procesos de
rehabilitación y puesta en valor no sólo de un entorno construido
sino de la memoria histórica de un entramado social y un contexto
cultural. Gracias a sus intervenciones, nadie tuvo dudas en cuanto al
futuro que espera a ese lugar: el ingreso a la lista del patrimonio
mundial.
—“Si se piensa en lo
hecho hasta ahora, esa perspectiva luce razonable. Dan crédito al
optimismo las particulares características del emprendimiento, el
carácter innovador de la técnica allí empleada y la significación
que durante décadas tuvo su producción en el mundo, la continuidad
de uso hasta años recientes y la consecuente conservación de su
estructura básica, y muy especialmente la visión y el trabajo de
quienes apostaron a su mantenimiento y recalificación. Una
prevención con la que el mismo Casanelles se encargó de marcar: el proceso
de "santificación" de UNESCO supuso un plazo no menor a cinco
años, y el éxito de una propuesta que se necesitó ser formalizada de modo
adecuado, y que dependió esencialmente de lo que hicimos los fraybentinos en particular y los uruguayos en general. Esto es,
que no bastaba con tener una herencia que se valore alto; hubo que
precisar cómo manejarla, definir claramente objetivos y
procedimientos, y hacerlos compatibles con los recursos disponibles.
Hubo que asegurar y demostrar que ese capital social llamado Pito del Anglo ofrece un retorno cultural y económico basado en un plan integral de
gestión a mediano plazo. Así el paisaje industrial fraybentino alcanzó el honor de ser nuestro segundo patrimonio de la humanidad, como ya lo había sido antes Colonia del
Sacramento.”
Nery
González, arquitecto, experto en temas del patrimonio.
Primer piso del Museo, donde se ubica la antigua administración británica. (René Boretto) |
Es
el pionero uruguayo de la materia, fundado por René Boretto Ovalle,
funcionario municipal especializado en arqueología industrial, que
en 1990 puso en práctica una propuesta turística y cultural: el
circuito de las vacas.
Funciona
en el que fuera galpón principal del antiguo saladero y frigorífico.
Una sólida estructura de dos pisos –de 540 metros cuadrados cada
uno– construida por el ingeniero Giebert en 1872 con hierro, piedra
y pinos gigantes de la selva paraguaya que todavía se pueden oler.
La planta baja está organizada como una exposición viva de objetos
y referencias arqueológicas de la Liebig (1863—1924) y del Anglo
(1924—1971).
—"Más que una muestra de máquinas, herramientas y productos, es un homenaje a miles de mujeres y hombres que participaron de una epopeya irrepetible", evoca Boretto, en la actualidad retirado de la dirección del museo.
—La planta alta, inaugurada el 29 de julio de 2004, evoca el modelo original de la Oficina de Administración y Gerencia. Es un ambiente tan real que uno tiene la sensación de que los empleados no están allí porque salieron a almorzar y regresan dentro de un rato.
—"Más que una muestra de máquinas, herramientas y productos, es un homenaje a miles de mujeres y hombres que participaron de una epopeya irrepetible", evoca Boretto, en la actualidad retirado de la dirección del museo.
—La planta alta, inaugurada el 29 de julio de 2004, evoca el modelo original de la Oficina de Administración y Gerencia. Es un ambiente tan real que uno tiene la sensación de que los empleados no están allí porque salieron a almorzar y regresan dentro de un rato.
—René Boretto Ovalle nació en Fray Bentos, el 20 de mayo de 1947. Desde joven realizó
investigaciones arqueológicas en el río Uruguay, con asesoramiento
y adhesión de universidades extranjeras. Ha participado en trabajos
de campo en el litoral binacional con técnicos de la UNESCO.
—Integró equipos académicos del Instituto Anchietano de Pesquisas de Sao Leopoldo, Universidad Nacional de La Plata, Universidad Nacional de Cuyo, Universidad Nacional de San Juan y el Smithsonian Institution de Washington. —Su penúltimo aporte cultural es una biblioteca electrónica sobre su departamento, publicada en la dirección www.rionegrotodo.com.
—Es miembro corresponsal del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial y redactor responsable del diario electrónico Patrimonio Industrial Iberoamericano, que comparten miles de expertos de todo el mundo.
—Integró equipos académicos del Instituto Anchietano de Pesquisas de Sao Leopoldo, Universidad Nacional de La Plata, Universidad Nacional de Cuyo, Universidad Nacional de San Juan y el Smithsonian Institution de Washington. —Su penúltimo aporte cultural es una biblioteca electrónica sobre su departamento, publicada en la dirección www.rionegrotodo.com.
—Es miembro corresponsal del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial y redactor responsable del diario electrónico Patrimonio Industrial Iberoamericano, que comparten miles de expertos de todo el mundo.
—Al
museo llegan cada año más de 10.000 mil personas, en su mayoría
interesados en el patrimonio industrial y turistas europeos:
británicos, alemanes, españoles, franceses y belgas.
—"Muchos lloran frente a las vitrinas y dejan escrito en el libro de visitas que se reencontraron aquí con sus padres y abuelos", suele contar Diana Cerrilla, una experimentada guía quien también es hija de obreros del Anglo.
—"Muchos lloran frente a las vitrinas y dejan escrito en el libro de visitas que se reencontraron aquí con sus padres y abuelos", suele contar Diana Cerrilla, una experimentada guía quien también es hija de obreros del Anglo.
Fray
Vento
—Augusto
Hoffmann, Manuel José Errazquin, Ricardo Bannister Hughes y Santiago
Lowry fueron comerciantes y hacendados, orientales y europeos,
dispuestos a sacudirse el voraz centralismo de Buenos Aires y
Montevideo.
—Ellos siguieron la huella del vasco francés José Hargain, instalado desde 1857 en la desembocadura del arroyo Laureles. Al año siguiente formaron una sociedad comercial que adquirió tierras en los alrededores del casco de la antigua estancia Nuestra Señora de las Mercedes del Fray Vento, y construyeron las primeras dársenas de un bello puerto de mar, en las aguas más profundas del río Uruguay.
—El 16 de abril de 1859 fundaron la Villa Independencia, como centro urbano utilitario para sus proyectos agropecuarios.
—Ellos siguieron la huella del vasco francés José Hargain, instalado desde 1857 en la desembocadura del arroyo Laureles. Al año siguiente formaron una sociedad comercial que adquirió tierras en los alrededores del casco de la antigua estancia Nuestra Señora de las Mercedes del Fray Vento, y construyeron las primeras dársenas de un bello puerto de mar, en las aguas más profundas del río Uruguay.
—El 16 de abril de 1859 fundaron la Villa Independencia, como centro urbano utilitario para sus proyectos agropecuarios.
—Fue
un emprendedor de los albores fraybentinos, de fuerte influencia en
ambos lados del Río de la Plata y del Uruguay.
—El rico empresario, nacido en Liverpool el 27 de mayo de 1810, fue el primer impulsor de lo que hoy se conoce como Hidrovía, con sus memorables viajes entre Buenos Aires y Asunción, a través del río Paraná.
—El rico empresario, nacido en Liverpool el 27 de mayo de 1810, fue el primer impulsor de lo que hoy se conoce como Hidrovía, con sus memorables viajes entre Buenos Aires y Asunción, a través del río Paraná.
—Escribió
un Diario de Viajes, muy ameno y documentado, en el que contaba sus
peripecias fluviales a bordo de un bergantín de 16 toneladas de
capacidad y nueve pies de calado.
—En invierno de 1841, Hughes y sus compañeros abrieron una vía comercial —con permiso de Juan Manuel de Rosas— luego utilizada para el envío de mercadería hacia la mesopotamia argentina.
—En invierno de 1841, Hughes y sus compañeros abrieron una vía comercial —con permiso de Juan Manuel de Rosas— luego utilizada para el envío de mercadería hacia la mesopotamia argentina.
—Amante
de la literatura y amigo de los principales escritores de su época,
uno de sus pasatiempos era la lectura e interpretación bilingüe.
Por pedido expreso del argentino José Hernández, tuvo el honor de
ser el primer traductor al inglés del Martín Fierro.
—Ricardo
Bannister Hughes falleció en Paysandú, el 29 de setiembre de 1875.
Exctractum
Carnis
—"Difícilmente
haya experimentado nunca una satisfacción más grande que cuando
recibí la carta de Mr. Giebert en la cual me anunciaba que había
enviado a Europa los primeros resultados de la fabricación del
extracto de carne. La primera muestra llegó pocos días antes a
Múnich y debo decir que en calidad aún excedió a nuestro cálculo,
si tomamos en cuenta que fue producido con carne de vacunos casi
silvestres. Mr. Giebert expresó el deseo de que el extracto de carne
fuera designado con mi nombre Exctractum Carnis Liebig y como había
sido preparado de acuerdo a método ideado por mí, accedí a tal
solicitud."
Carta de Liebig a Pettenkoffer, de principios de 1863.
LEMCO
—El
primer directorio de la firma anglo–belga estuvo integrado por
Emmanuel Boutcher (Boutcher, Mortimore & Cia), Charles
Günther (Cornelle David & Cia de Londres), Irineú
Evangelista de Souza, Barón de Mauá (London Brazilian &
Mauá Bank), Otto Gunther (presidente de la Cámara de Comercio de
Amberes, cónsul prusiano y socio de Könings & Günther) y
Félix Grisar (F. & G. Grisar Brookers, de Amberes).
—El
diario montevideano El Siglo, en su edición del 5 de mayo de 1865,
se refiere al extracto de carne.
—"Un amigo llegado ayer de Fray Bentos nos ha favorecido con estos curiosos datos sobre la fabricación de gelatina en el valioso establecimiento que en dicho pueblo posee una sociedad industrial alemana. Un animal vacuno queda reducido a nueve libras de aquella sustancia, la cual se vende a dos patacones y medio cada libra… Por medio de máquinas especiales a vapor, saca mayores ventajas de los huesos, reduciéndolos a un polvo finísimo, el cual se vende muy bien en Inglaterra, donde se mezcla con la harina para aumentar el peso de las galletas y hacerlas más alimenticias."
—"Un amigo llegado ayer de Fray Bentos nos ha favorecido con estos curiosos datos sobre la fabricación de gelatina en el valioso establecimiento que en dicho pueblo posee una sociedad industrial alemana. Un animal vacuno queda reducido a nueve libras de aquella sustancia, la cual se vende a dos patacones y medio cada libra… Por medio de máquinas especiales a vapor, saca mayores ventajas de los huesos, reduciéndolos a un polvo finísimo, el cual se vende muy bien en Inglaterra, donde se mezcla con la harina para aumentar el peso de las galletas y hacerlas más alimenticias."
—El Times londinense en artículo fechado el 27 de octubre de ese mismo
año, informaba: "El profesor Liebig describió el proceso por el
cual el extracto de carne de vacuno y ovino puede ser preparado sin
que se pusiese rancio ni enmohecerse, inclusive permaneciendo largo
tiempo en atmósferas cálidas y húmedas. Una libra de esta gelatina
soluble puede transformarse en el equivalente de 30 veces su peso en
sopas… Si es servido con trocitos de pan, papas y un poquito de
sal, es suficiente para hacer caldo para 128 hombres que obtendrán
una fuerza que ni alimentándose en los mejores hoteles."
Estrella
patronal
—Hacia
1880 la Liebig creó una institución musical y de enseñanza
instrumental, destinada a los obreros del saladero y a sus hijos, que
dio origen a la Sociedad Musical La Estrella, fundada en julio del
año siguiente como entidad social. Tanto los profesores como los
instrumentos, la vestimenta y demás necesidades del grupo, eran
solventados por la empresa.
—Construida
hacia 1868, en la principal altura de la zona adyacente a la fábrica,
era la residencia del ingeniero Georg Giebert y luego fue la vivienda
de los gerentes.
La mansión está organizada en tres sectores. Al centro se ubica la histórica construcción de la familia Giebert, que disfruta de una vista dominante sobre todo el company town y el río Uruguay. En un lateral está el albergue de visitas, completado en 1890, y en el otro, un núcleo de dependencias para personal y actividades de servicio.
La mansión está organizada en tres sectores. Al centro se ubica la histórica construcción de la familia Giebert, que disfruta de una vista dominante sobre todo el company town y el río Uruguay. En un lateral está el albergue de visitas, completado en 1890, y en el otro, un núcleo de dependencias para personal y actividades de servicio.
—Detrás
de la casa, en un desnivel escalonado que se previó desde un
principio, fue creado hacia 1903 un parque estilo Versailles con más
de medio centenar de especies exóticas, cuya diagramación cambió
por el crecimiento de grandes árboles y arbustos.
—Aquel mismo año comenzó a funcionar el viceconsulado de Alemania en Uruguay y luego el de Gran Bretaña en el Río de la Plata. El primer vicecónsul germano fue Otto Günther, que permaneció allí hasta 1915.
—Aquel mismo año comenzó a funcionar el viceconsulado de Alemania en Uruguay y luego el de Gran Bretaña en el Río de la Plata. El primer vicecónsul germano fue Otto Günther, que permaneció allí hasta 1915.
—Estaba
rodeada por un campo de golf, una cancha de tenis, una zona de picnic
y por el Anglo Club Social, el chuping para los mordaces criollos. No
obstante, la zona ejecutiva no quedaba apartada del barrio obrero, en
clara demostración del paternalismo industrial de aquel tiempo.
—El
company town del Anglo está conformado por la planta fabril, su
puerto, la zona de residencia de gerentes, con sus instalaciones
asociadas, y el barrio obrero.
—En total son 630.000 metros cuadrados sobre la costa del río Uruguay. La utilización del terreno fue progresiva y siguió diversas pautas condicionadas por el crecimiento de la productividad y las necesidades de expansión, en primera instancia para la industria y posteriormente también para el alojamiento de ejecutivos, técnicos, operarios y servicios.
—En total son 630.000 metros cuadrados sobre la costa del río Uruguay. La utilización del terreno fue progresiva y siguió diversas pautas condicionadas por el crecimiento de la productividad y las necesidades de expansión, en primera instancia para la industria y posteriormente también para el alojamiento de ejecutivos, técnicos, operarios y servicios.
—En
junio de 1885, la Liebig aceleró la construcción de los primeros
veinte "cuartos", planificados para inmigrantes que venían solos a
probar suerte. En esos edificios comunitarios ubicados a la entrada
del establecimiento —un sector que por entonces se llamó "pandilla" —eran alojados en grupos de treinta empleados según
sus actividades: ingeniería, playa, fábrica de extracto, molienda,
estiba portuaria, bomberos.
—Aunque
el barrio quedó configurado hacia 1892, hubo una segunda etapa a
partir de junio de 1889, con la construcción masiva de la "ranchería" y la definitiva profesionalización de una empresa
obligada a construir un lugar físico para la Administración y
servicios conexos.
—Después
de la última ampliación, que data de 1906, casi no hubo cambios en
el formato y aspecto original del barrio de casi 200 viviendas que
llegó a albergar a más de 1.500 personas. Pese a algunas
demoliciones y modificaciones de planos, el Barrio Anglo se mantiene
como patrimonio de la memoria colectiva de Fray Bentos. Los vecinos
aún le llaman la "ranchada".
Seis
a cero
—En
1905 fue creado el equipo de fútbol de la Liebig, con empleados y
obreros, en su mayoría extranjeros, que por entonces jugaban un
deporte casi desconocido en Fray Bentos.
—Según una leyenda popular esos pioneros participaron en el primer partido internacional que se disputó en el litoral, contra la tripulación de una balandra inglesa surta en el puerto.
—El resultado: estrepitosa goleada a favor de los locatarios. Liebig Football Club fue antecedente directo del actual Club Atlético Anglo, la más popular institución futbolera rionegrense.
—Según una leyenda popular esos pioneros participaron en el primer partido internacional que se disputó en el litoral, contra la tripulación de una balandra inglesa surta en el puerto.
—El resultado: estrepitosa goleada a favor de los locatarios. Liebig Football Club fue antecedente directo del actual Club Atlético Anglo, la más popular institución futbolera rionegrense.
Figurina,
sammelkarten
Postales de Liebig que recorrieron el planeta. |
—Con motivos muy variados y atractivos colores, eran obsequiadas en boticas y comercios donde se vendía el extracto de carne. En cada país había una versión traducida: sammelkarten en alemán, figurina en italiano. A lo que se sumó la distribución de cartas de menú en restaurantes, con recetas culinarias impresas, que se editaron durante un siglo hasta 1975.
—Existen 1.866 series, que suman más de 7.000 ejemplares, consideradas las variantes nacionales, según catálogo del Museo Liebig de Giessen.
—Cuando
el Anglo cerró, decenas de miles de coleccionistas solicitaron que
continuara la edición. Reyes, príncipes, científicos, políticos,
intelectuales, actores, deportistas, de todo el mundo, disfrutaban
intercambiando aquellas tarjetas y etiquetas, que aún son vendidas
en las más exclusivas casas británicas de remate.
Tanque
fraybentino
Tanque FB-II, trofeo de guerra, Berlín 1917. |
—Los tanques ingleses, recientemente integrados a la parafernalia de guerra, daban una gran esperanza; podrían pasar por encima de las trincheras y quitar terreno al enemigo.
—¡Señores,
será esta nuestra División de Tanques F! Cada uno tendrá su
número, pero si desean colocarle un sobrenombre... ¡qué comience
con F! –ordenó un general a la tropa lista para entrar en batalla. Los
muchachos del F—41 se miraron entre sí y clamaron sonrientes: —¡Fray
Bentos! —¡Por qué ahí adentro te sientes como la carne enlatada
que comemos todos los días!
No
uno… dos
—En
la batalla de Ypres, de ese mismo 1917, la hazaña vistió de gloria
al F—41, un tanque de catorce toneladas de peso y una velocidad de
tres millas por hora. Fue tanto el empeño de sus tripulantes por
tomar la delantera que cayó en una trinchera alemana, y allí quedó
sesenta horas bajo fuego enemigo. De los nueve soldados, sólo uno
murió y todos fueron condecorados, aunque el vehículo quedó
inservible.
—Su
gemelo, el Fray Bentos II salió a la palestra en agosto de 1918 y
fue valiente su accionar en Cambrai. En noviembre fue capturado por
los alemanes y en Navidad de ese año, bajo la nieve de Berlín, fue
paseado orgullosamente como trofeo de guerra ante el Kaiser
Guillermo.
—"¿Fray
Bentos es una ciudad sudamericana? Pero, si es la marca que más
recordamos y queremos los británicos. Mi madre me mandaba al mercado
a comprarla y con el contenido de aquellas latas maravillosas hacía
nuestros platos preferidos." Fue la sorprendente confesión de
Jeremy Lake, inspector de la Comisión de Edificios Históricos y
Monumentos de Inglaterra. El alto funcionario gubernamental supo, en
setiembre de 2005, que se pasó la vida comiendo un enlatado de
nombre uruguayo.
Como
un té
—"En
épocas de racionamiento abrir una lata de corned beef era una
verdadera ceremonia. Como la del té para los japoneses. Recién se
abría cuando estábamos todos en la mesa. Y vaya que nos costaba
hacerlo. Era como romper algo mágico." Así evocaba su niñez en
guerra un ex embajador británico en Montevideo.
En
el pecho
—¡Que
Fray Bentos te haga tan feliz como me hizo a mí! —le dijo la madre
al ingeniero que venía a trabajar a la planta procesadora de
celulosa de la ex Botnia, actual UPM.
—¡Pero
si tú nunca estuviste allí! —la respuesta fue suficiente para que
ella, lagrimeando, volviera a su niñez en la Segunda Guerra Mundial.
—Cuando sonaban las sirenas que anunciaban los ataques nazis, todos debíamos correr hacia los refugios, siempre con una lata de Fray Bentos en la mano. —Si el tiempo no nos daba para salir de casa, igualmente debíamos escondernos debajo de la cama... pero siempre con la latita de Fray Bentos pegada al pecho, junto al corazón —evocaba con emoción la británica que poco tiempo atrás despidió a su hijo que venía a la ciudad que nunca conoció, pero que siempre amó.
—Cuando sonaban las sirenas que anunciaban los ataques nazis, todos debíamos correr hacia los refugios, siempre con una lata de Fray Bentos en la mano. —Si el tiempo no nos daba para salir de casa, igualmente debíamos escondernos debajo de la cama... pero siempre con la latita de Fray Bentos pegada al pecho, junto al corazón —evocaba con emoción la británica que poco tiempo atrás despidió a su hijo que venía a la ciudad que nunca conoció, pero que siempre amó.
La
chimenea
El entorno actual del Anglo. |
—Niños,
a lavarse las manos que ya llega papá a almorzar —era la orden
materna tras el silbato que se adelantaba al mediodía, desparramado
a veinte kilómetros a la redonda. La sirena anunciaba los turnos de
7 AM, 11 AM y 5 PM.
36
—A
esta ciudad la hicieron los obreros —afirmaba Norbeto Bordolli,
nacido en el Anglo, nieto, hijo y padre de empleados del frigorífico,
fallecido a los 86 años en el barrio. —Aquí éramos todos
iguales. Un inglés vivía al lado de mi casa, pero adentro de la
fábrica eran los patrones y había que obedecer calladitos —–evocaba,
mientras sus ojos repasan, una vez más, el grupo de sombrías
construcciones que se elevan al cielo, dominadas por una silueta
gigante.
—Es
un edificio extravagante, formado por una nave central, con techo a
dos aguas y mamparas de cristal en sus flancos. Tiene dos alas
laterales rematadas por falsas torretas, erizadas de altas chimeneas,
y en su inmensa fachada se abren infinitas ventanas.
—¿Recuerda,
Norbeto, las secciones de esta planta? –fue el desafío del
visitante que lo encontró por casualidad, cuando ambos llegaban a la
mole de siete pisos. –¡Por supuesto, de memoria y sin parar!
—advertía el lúcido anciano, al tiempo que señalaba cada lugar:
—1) Embretadores 2) Playa 3) Matadero 4) Tripería y menudencia 5) Cueros 6) Grasería (grasa industrial) 7) Óleo (grasa comestible) 8) Cámara Fría (camarita de carne) 9) Picada y Depostada 10) Conserva y Envasado 11) Pintada (de tarros y envases) 12) Latería Mecánica (elaboración de tarros) 13) Muelle de Embarque 14) Patio (limpieza de la suciedad de carga) 15) Vigilancia. 16) Varios (limpieza general) 17) Subproductos. 18) Curtiembre. 19) Tonelería. 20) Hilandería y Tejido. 21) Aserradero y Cajonería. 22) Taller Mecánico. 23) Electricistas. 24) Máquinas y Calderas. 25) Fiambrería. 26) Jabonería. 27) Frutas, Verduras y Dulces). 28) Lavadero. 29) Clasificación de huevos. 30) Oficina Central. 31) Oficina de Personal. 32) Inspección Veterinaria. 33) Almacenes. 34) Despacho de productos comercializados en el país. 35) Pesadores. 36) Veterinarios.
—1) Embretadores 2) Playa 3) Matadero 4) Tripería y menudencia 5) Cueros 6) Grasería (grasa industrial) 7) Óleo (grasa comestible) 8) Cámara Fría (camarita de carne) 9) Picada y Depostada 10) Conserva y Envasado 11) Pintada (de tarros y envases) 12) Latería Mecánica (elaboración de tarros) 13) Muelle de Embarque 14) Patio (limpieza de la suciedad de carga) 15) Vigilancia. 16) Varios (limpieza general) 17) Subproductos. 18) Curtiembre. 19) Tonelería. 20) Hilandería y Tejido. 21) Aserradero y Cajonería. 22) Taller Mecánico. 23) Electricistas. 24) Máquinas y Calderas. 25) Fiambrería. 26) Jabonería. 27) Frutas, Verduras y Dulces). 28) Lavadero. 29) Clasificación de huevos. 30) Oficina Central. 31) Oficina de Personal. 32) Inspección Veterinaria. 33) Almacenes. 34) Despacho de productos comercializados en el país. 35) Pesadores. 36) Veterinarios.
—¡Cómo
olvidarlas! –comentaba Bordolli, con resignación. —Si aquella era
otra cosa... ¡otra vida! —así se despidió y siguió solo su
diaria caminata.
El
sindicato
Refrigerador del Anglo, el más grande del mundo. |
—Muchas de las tareas que se realizaban revestían peligro, como aquellas de las cámaras frías o el manejo de cuchillos. Otras eran insalubres, como la latería mecánica, por el desprendimiento de gases del plomo que provocaba saturnismo.
—"Siempre
dije, porque lo viví en carne propia, que los ingleses vinieron acá
a explotarnos, no vinieron a beneficiarnos", recordaba en 2006 el histórico
dirigente Lenin Contreras.
—"Antes
del gremio se decía que el Anglo era una república aparte. No
existían leyes de trabajo para las mujeres, ni para menores, ni
horas extra, ni descansos, ni protección por trabajos insalubres.
Allí no se acataban las leyes laborales. Costó muchas huelgas,
muchas amarguras, hasta que fuimos ganando derechos", contaba el emblemático activista sindical fraybentino.
—El
gremio marcó presencia mientras el frigorífico funcionó a pleno
—llegó a estar afiliado más del 80% del personal— pero tuvo
también un papel decisivo cuando se vislumbró el cierre. Las marchas a pie a Montevideo, fueron
memorables, para el movimiento sindical y para la ciudad. "Se luchó y se luchó, pero no pudimos evitar
lo inevitable", evocabaa Contreras con un reiterado gesto de amargura.
Los
búlgaros
—El
origen de los trabajadores casi siempre indicaba la especialización
dentro de la planta. Aquellos llegados de climas más inhóspitos se
consideraban resistentes y adaptables a las condiciones más duras.
—Camarista era un oficio, dentro de la cámara fría, que cuando usted respiraba el aire se congelaba. "Entraban solamente los búlgaros", todavía rememoran antiguos empleados.
—"¿Sabe qué comían los búlgaros? Cebolla con pan, para poder hacer plata. Venían escapados de los nazis. La cebolla los inmunizaba y no les entraban las enfermedades. Claro que con el tiempo se acostumbraron a la carne, y después comían cebolla muy de vez en cuando", aclaraba el anónimo en 2005, con una sonrisa.
—Camarista era un oficio, dentro de la cámara fría, que cuando usted respiraba el aire se congelaba. "Entraban solamente los búlgaros", todavía rememoran antiguos empleados.
—"¿Sabe qué comían los búlgaros? Cebolla con pan, para poder hacer plata. Venían escapados de los nazis. La cebolla los inmunizaba y no les entraban las enfermedades. Claro que con el tiempo se acostumbraron a la carne, y después comían cebolla muy de vez en cuando", aclaraba el anónimo en 2005, con una sonrisa.
Duartov
—Los
veteranos todavía cuentan la anécdota del younguense Juan Duarte,
un peón que se pasó semanas yendo, sin suerte.
—¿Usted, cómo se llama? —le preguntaba cada mañana un reclutador. —¡Duarte, señor! —contestaba seguro, el hombre que siempre quedaba afuera. Así fue, hasta que se dio cuenta que preferían a gente de apellido extraño: Sautov, Andonov, Popov.
—¿Usted, cómo se llama? —le preguntaba cada mañana un reclutador. —¡Duarte, señor! —contestaba seguro, el hombre que siempre quedaba afuera. Así fue, hasta que se dio cuenta que preferían a gente de apellido extraño: Sautov, Andonov, Popov.
—Dejó
pasar unos días. Una mañana se acercó, para pedir aunque sea una
changa. —¿Usted, cómo se llama? —le preguntó un capataz.
—¡Duartov, señor! —fue su rápida respuesta. El younguense Juan
Duarte trabajó, como camarista de frío por más de treinta años.
Testigo
—"En
mi larga experiencia como gestora del patrimonio, jamás había visto
un testimonio de la industria de la alimentación tan mantenido y con
tanta jerarquía", confesó Gracia Dorel Ferré, directora del
Sector Textiles y Industria de la Alimentación del TICCIH. La
arqueóloga francesa, estuvo en setiembre de 2007, para apoyar la
pretensión uruguaya de que el complejo Liebig—Anglo sea declarado
patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Edgerton
—Silencioso,
conmovido, íntimo. Fue el gesto que dominó la última caminata por Fray Bentos, en una visita reciente, del catedrático de Historia de
la Tecnología en el Colegio Imperial de Londres, fundador del Centro
para la Historia de la Ciencia, Tecnología y la Medicina.
—No era solo por pasión académica. El autor del libro The shock of the old —una obra revolucionaria, traducida al español como Innovación y Tradición: Historia de la tecnología moderna— conoce como pocos este patrimonio. David Edgerton es uno de los historiadores ingleses más referidos de la actualidad. Nacido el 16 de abril de 1959, en el Hospital Británico de Montevideo.
—No era solo por pasión académica. El autor del libro The shock of the old —una obra revolucionaria, traducida al español como Innovación y Tradición: Historia de la tecnología moderna— conoce como pocos este patrimonio. David Edgerton es uno de los historiadores ingleses más referidos de la actualidad. Nacido el 16 de abril de 1959, en el Hospital Británico de Montevideo.
—El
eminente investigador dijo del company town del Anglo: "Es un
lugar maravilloso, que ilustra no solo la historia universal de la
industria moderna, mezcla siempre de lo que parece ser nuevo y
antiguo, sino también esa especial combinación entre lo inglés y
lo uruguayo que yo también siento." Su padre fue director técnico
de una empresa de papeles y películas fotográficas, en las décadas
de 1950 y 1960.
Carne breve
El Anglo en la década de 1960. |
En
1869 se iniciaron los estudios para producir extracto de café,
antecedente del café instantáneo. La tarea fue supervisada por
Liebig en Múnich y continuada por uno de sus alumnos: Henri Nestlé.
—Entre
fines de 1869 y principios de 1870, se realizaron los primeros
experimentos para fabricar leche condensada y huevos disecados. Al
mismo tiempo era lanzado un proyecto de elaboración de albúmina de
sangre.
—Para
cooperar con el ejército alemán, en Fray Bentos se intentó
fabricar nitroglicerina como subproducto especial de la gordura de
carne. Fue un plan secreto que no se concretó por falta de
resultados.
—En
1872 el médico y químico C. Kemmerich estudió las cualidades y
usos sanitarios de la yerba mate. Poco después remitió las muestras
para que colegas alemanes estudiasen los "efectos psicológicos" de
la infusión.
—El
primer barco con sistema de frío del mundo, Le Frigorifique, realizó
su viaje inicial con productos de la Liebig, en marzo de 1873.
—El
fogón de la estancia La Pileta nunca se apagó, en más de un siglo.
Hasta allí llegaban los troperos, arreando miles y miles de vacunos
procedentes de las haciendas de la compañía.
—El
nombre de Fray Bentos fue de los primeros en llegar a la luna. El
imaginativo Julio Verne, cuando describió la dieta de sus viajeros
en la novela Autour de la lune, hizo que sus astronautas bebieran un
sustancioso caldo hecho con extracto de carne.
—Más
de dos centenares de productos surgieron de la agroindustria
uruguaya, cuando Fray Bentos gozaba de un prestigio incomparable,
como Cocina del Mundo.
—El
acorazado nazi Admiral Graf Spee, hundido luego de la célebre
batalla del Río de la Plata, llegó a estas tierras con una misión
estratégica: interrumpir el abastecimiento de carne enlatada para
las tropas aliadas en la Segunda Guerra Mundial.
—La
película Gallipolli, de 1981, dirigida por Peter Weir y
protagonizada por Mel Gibson, muestra la estiba de corned beef de
Fray Bentos en un puerto británico y una lata del producto que
alimentó a los soldados australianos, neocelandeses y británicos.
BIOS
Georg Christian Giebert
—Fue
un inmigrante alemán que arribó a tierras sudamericanas en busca de
aplicar sus conocimientos y de conseguir fortuna. Primero pasó por
Brasil, contratado para construir rutas y vías férreas, pero por
cartas de compatriotas radicados en el Río de la Plata, comprendió
que aquí estaba su oportunidad. —Estuvo en Buenos Aires y en
Montevideo, cuando buscaba un lugar para la explotación industrial
del extracto de carne de Liebig. Lo intentó en el Paso Molino, por
entonces zona rural, y estuvo a punto de promoverlo ante la Farmacia
Real de Munich. Pero, sus coterráneos, los hermanos Hoffmann, lo
llevaron a las Puntas de Fray Bentos, donde encontró excelente
materia prima vacuna y ovina.
—Georg
Christian Giebert murió en marzo de 1874, once años después de
fundar la mayor empresa agroindustrial de su tiempo. Un diario local,
El Independiente, informaba: "Desde que estamos en este pueblo, no
hemos presenciado un acto más solemne, ni una manifestación más
popular. El sitio, las severas ceremonias del tipo protestante, los
fúnebres acordes de la música, la triste armonía de los salmos
cantados por unos cuantos caballeros alemanes, impresionaba
profundamente el espíritu."
—Dos
médicos, P. Hartiny y C. Kemmerich, embalsamaron el cuerpo. El ataúd
fue llevado por el vaporcito Metta, desde el puerto de Fray Bentos a
la fragata Strassbourg, propiedad de la Liebig, que lo repatrió a su
Hamburgo natal.
Justus von Liebig
Liebig, pionero de la química orgánica. |
—Mientras estudiaba en el secundario, sin mayor brillo, trabajaba en una farmacia de Oppenheim. A los 16 años era un persistente lector de tratados de Química, al tiempo que realizaba experimentos autodidácticos, que le valieron el despido por un explosivo accidente.
—Lejos se rendirse, se inscribió en la Universidad de Bonn, donde conoció al gran maestro Kesterner, que vio sus condiciones y su vocación y lo llevó al Instituto de Erlangen. A los 19 años era el más joven doctor en Química de la historia alemana, admirado por sus compañeros, respetado por sus profesores y por el Gran Duque de Hesse, que le otorgó una beca en París. Su gran amigo, el viajero, geógrafo y científico Alejandro Humboldt, le presentó al eminente Gay Lussac, que lo contrató para su laboratorio pero no consiguió que permaneciese mucho tiempo.
—De
retorno obtuvo una plaza como profesor en la Universidad de Giessen,
una pequeña institución, que a partir de su seriedad,
respetabilidad y talento innovador pasó a ser un referente académico
de la ciencia europea. Acompañado por sus alumnos —Hoffmann,
Wiess, Fresenius, Playfair, Gregory, Johnston— dio a luz su método
de análisis orgánico y su modelo de simplicidad, aún vigentes sin
cambios.
—En 1842 publicó su Química Animal o la Química aplicada a la Fisiología y la Patología, en la que demuestra la relación bioquímica entre la conservación de la salud y los elementos que da la tierra para alimentar a los animales, y al hombre.
—En 1842 publicó su Química Animal o la Química aplicada a la Fisiología y la Patología, en la que demuestra la relación bioquímica entre la conservación de la salud y los elementos que da la tierra para alimentar a los animales, y al hombre.
—Desde
entonces se dedicó a buscar una solución a la hambruna que
devastaba a las ciudades, provocada por un incontrolable aumento
poblacional y la pobreza —a causa de la explotación
industrializadora—, y paradójicamente, por las guerras que mataban
a millones pero dejaban a más sin posibilidades de sustento.
—En el laboratorio pudo demostrar que tanto la carne como la hierba contienen los mismos elementos nutritivos: carbón, oxígeno, nitrógeno e hidrógeno con sulfuro y fósforo. Así confirmó su hipótesis de que las albúminas vegetales juegan el mismo papel en la nutrición de animales carnívoros y herbívoros. Ese fue el tema de más de 300 monografías.
—En el laboratorio pudo demostrar que tanto la carne como la hierba contienen los mismos elementos nutritivos: carbón, oxígeno, nitrógeno e hidrógeno con sulfuro y fósforo. Así confirmó su hipótesis de que las albúminas vegetales juegan el mismo papel en la nutrición de animales carnívoros y herbívoros. Ese fue el tema de más de 300 monografías.
—En
1850 obtuvo una cátedra en la famosa Universidad de Heidelberg, dos
años después creó la Farmacia Real de Múnich, y en 1854 fue
nombrado barón por Luis II de Hesse Cassel.
Espejos,
comidas y polvos
—Liebig
fue un notable teórico, pero, con un espíritu práctico que le
llevó a concebir soluciones a problemas concretos. He aquí algunos
de sus descubrimientos:
—Espejo
de plata. Fue una innovación del tradicional espejo de mercurio que
causaba muerte por intoxicación a los obreros que lo fabricaban.
–Comida
para bebés. Compuesto químico de base orgánica diseñado para
sustituir a la leche materna.
—Infusión
de carne. Sustancia reconstituyente para enfermos que no podían
alimentarse.
—Polvo
de hornear. Sustancia química de doble acción para mejorar la
fabricación del pan. Un alumno suyo, Horsford, se hizo millonario
tras venderle la fórmula a la Armada de los Estados Unidos.
—Aleación
hierro—niquel. Metal resistente a la corrosión, predecesor del
actual acero inoxidable.
—Superfosfato.
La fórmula original del actual fertilizante fosfatado.
—Clorhidrato,
Cloroformo y Pyrogalol. Tres componentes vegetales extraídos y
sintetizados por Liebig. El clorhidrato es un soporífero, el
cloroformo un anestésico y el pyrogalol un agente revelador en
fotografía.
Extracto
de carne
—Para
llegar al concentrado alimenticio más consumido en la historia de la
humanidad, Liebig introdujo carne picada en una batea rodeada hasta
la mitad por una camisa de vapor.
—La relación era de 1.800 kilos de carne por 1.800 litros de agua. En otras bateas reproducía la acción de los caldos resultantes que cada vez eran más espesos y con más concentrados de creatina, el elemento que contiene el sabor, la nutrición y estimulación de las funciones gástricas de la carne. —Mediante filtros—prensa era depurado al vacío y desgrasado, hasta pasar a una etapa final que le otorgaba 18% de humedad para su consistencia y apariencia previo al envasado.
—La relación era de 1.800 kilos de carne por 1.800 litros de agua. En otras bateas reproducía la acción de los caldos resultantes que cada vez eran más espesos y con más concentrados de creatina, el elemento que contiene el sabor, la nutrición y estimulación de las funciones gástricas de la carne. —Mediante filtros—prensa era depurado al vacío y desgrasado, hasta pasar a una etapa final que le otorgaba 18% de humedad para su consistencia y apariencia previo al envasado.
—En
principio la Farmacia Real ofrecía el producto como medicina
reconstituyente para enfermos, convalecientes y desnutridos, pero
pronto se dieron cuenta que era un alimento que podía ser
industrializado.
—En
su libro Cartas familiares de un Químico avisoró la explotación
del extracto de carne y mencionó que América del Sur, México o
Australia, podían ser los mejores sitios para conseguir la materia
prima. Ese texto animó al ingeniero Giebert, que le propuso una
factoría en Fray Bentos.
—Justus
von Liebig falleció el 18 de abril de 1873.
3 comentarios:
Que buena Investigación Armando!!!!
La carne y los alemanes son parte de mi historia tambien.pero nunca al cubo jaja
Excelente investigacion, llegue buscando datos de una empresa que intentò hacer el Ing arq. Jules Dormal en Gualeguay, de extracto y era de nacionalidad belga.
le dejo uno de mis blogs.
http://www.arquitectos-franceses-argentina.blogspot.com
Muy buen material. Muchas gracias.
Mabel García Iriburo
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