Frente del Hotel del Prado, sobre la avenida Delmira Agustini, luego del último reciclaje. (Estudio Giordano/Lorente) |
El
rey Eduardo VIII estuvo allí en 1925, cuando todavía era el
Príncipe de Gales heredero al trono británico. Cuenta una leyenda
del Hotel del Prado que sus jardines inspiraron algunas cartas románticas de
quien once años después abdicó por amor a una plebeya, para pasar
a la historia como el Duque de Windsor. En aquel 1936 fue
recibido el presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt,
quien no ocultó su admiración por el encantador ecleticismo del
edificio, por la sugestiva presencia de la cercana Fuente Cordier, por la forma y los tonos del "Rosarium".
Sobre la base de un artículo realizado por el aniversario del Hotel del Prado y el Capítulo "Patrimonio Natural" del libro "Montevideo Manual del Visitantes 2013".
Sobre la base de un artículo realizado por el aniversario del Hotel del Prado y el Capítulo "Patrimonio Natural" del libro "Montevideo Manual del Visitantes 2013".
Fuente Cordier con sus tres imágenes que simbolizan a los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata. (Intendencia de Montevideo) |
A su frente, cruzando
la avenida, la fuente del francés Luis E. Cordier (1848-1925) anuncia la
ecléctica suntuosidad del Hotel del Prado. La obra de los arquitectos Juan
Veltroni y Jules Knab fue inaugurada el 15 de setiembre de 1912, sobre
los cimientos del antiguo Hotel El Recreo, otrora lujosa posada
preferida por los recién casados del siglo XIX para compartir las
lunas de miel más románticas.
La fuente en 1922, el año de su traslado desde la Plaza Independencia al Prado. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
El proyecto de recuperación patrimonial, del Estudio Giordano/Lorente, en 1999 obtuvo el Premio de la Sociedad de Arquitectos a la Mejor Obra Realizada en materia de Reciclajes. El trabajo aún evoluciona, con la dirección de Fernando Giordano.
Hotel del Prado en 1912, el año de su inauguración. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
El trazado de sus
caminos interiores siempre conduce a la Fuente Cordier. Un monumento
inaugurado el 25 de agosto de 1916, en el centro de la Plaza
Independencia, y en marzo de 1922 trasladado a la terraza del Hotel
del Prado. Sus
tres figuras femeninas, una de ellas sentada, y las otras reclinadas
tocando con sus manos la de la central, simbolizan a los ríos
Uruguay, Paraná y de la Plata.
El Hotel del Prado y su
entorno mantienen toda su vigencia como sitio de encuentros familiares, citas románticas, fiestas y
reuniones, en la misma dirección de Gabriela Mistral 4223. Un siglo
después, nuevos emprendedores evocan cada día, aquel sitio que
convocaba a una multitud en la legendaria Quinta de Buschental.
Jardín Botánico en otoño. |
Ubicado a sólo tres kilómetros del Centro montevideano es un amplio espacio verde de 106 hectáreas, en torno al arroyo Miguelete, que le sirve de columna vertebral. Inicialmente fue la Quinta del Buen Retiro del inmigrante francés José de Buschental, que su compatriota el célebre paisajista Juan Lasseaux pobló de especies forestales, flores y plantas frutales traídos de todo el mundo. En 1873 el predio original, sumado a otras casas quinta, fue transformado en parque público y sitio de recreo.
En
1902 el paseo incorporó un jardín botánico que desde hace décadas
se denomina Museo Jardín Profesor Atilio Lombardo, y que funciona
como centro de actividades científicas, información y divulgación
general sobre la ciencia vegetal. En sus recorridos temáticos, uno
ecológico, otro geográfico y otro botánico, el visitante puede
conocer la flora más diversa del planeta y una extensa muestra de
plantas selváticas, acuáticas, de lugares secos, de sombra e
interiores.
Rosarium, Rosedal, Rosaleda
Atardecer en la Rosaleda. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
Fue inaugurada el
17 de diciembre de 1912. La obra del paisajista francés Charles Racine, inspirada en los jardines del Palacio Malmaison, en aquel entonces se llamó Rosarium. Su diseño
urbanístico fue creado por el arquitecto Eugenio Baroffio. Luego fue El Rosedal y actualmente se denomina Rosaleda Juana de Ibarbourou, en honor a la mayor poetisa uruguaya. Su entorno fue enriquecido por una una Galería a
Cielo Abierto del Centro de Fotografía de Montevideo que todo el año
expone imágenes en el Pasaje Clara Silva, frente a la orilla sur del arroyo Miguelete.
El camino de las rosas. (CFM) |
La Rosaleda está conformada por cuatro pérgolas de 60 metros de largo coronadas por ocho cúpulas, entre las cuales florecen las Rosas de Banksia, ejemplares chinos que, cada año, son las primeras que anuncian el inicio de la primavera montevideana.
En medio del emblemático espacio, que desde hace un siglo convoca a los enamorados de la ciudad, se encuentra una fuente de bronce rodeada por veinte columnas. En ellas hay rosales antiguos y exóticos de diferentes colores, que se contornean para crear las más diversas formas. Desde el centro parten ocho caminos que invitan al visitante a descubrir otras variedades que crecen en el jardín más popular de Montevideo.
Las rosas de la Rosedala del Prado. (CFM) |
De las antiguas civilizaciones de Mesopotamia aún se conservan frescos con dibujos de rosas. Una iconografía que demuestra que en la legendaria Babilonia ya se cultivaban rosales y se los utilizaba para adornar los jardines colgantes de la ciudad.
Fotogalería a Cielo Abierto del Prado, en el Pasaje Clara Silva esquina Delmira Agustini, próximo a la Rosaleda. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
La célebre Josefina Beauharnais, esposa de Napoleón Bonaparte, era una enamorada de las rosas. Fue a principios del siglo XIX que transformó en un hermoso rosedal, el jardín del castillo Malmaison. Un elegante espacio natural que era referente para expertos botánicos y paisajistas.
Aunque el jardín de Josefina no se conservó hasta nuestros días, en la capital uruguaya se mantiene viva su memoria en una rosa llamada "Souvenir de Malmaison", que florece y conquista a los visitantes de la Rosaleda del Prado.
Las
avenidas del Prado llevan nombres de escritoras: María Eugenia Vaz
Ferreira, Delmira Agustini, Esther de Cáceres, Gabriela Mistral,
Alfonsina Storni. Su trazado alberga bajo sus frondosos árboles, o
próximo al lago y los juegos infantiles que lo rodean, estatuas y
monumentos emblemáticos: El peón de
estancia, el poeta independentista Bartolomé
Hidalgo, la educadora María
Stagnero de Munar o la poetisa María
Eugenia Vaz Ferreira, hermana del célebre
filósofo.
La Diligencia, de José Belloni. |
En el antiguo Paso de
la Duranas del Prado, a orillas del arroyo Miguelete, llama la
atención un palacio de 1870 que evoca las clásicas villas
renacentistas italianas. Allí está el Museo Municipal de Bellas
Artes Juan Manuel Blanes, rodeado por un gran parque que corona un
majestuoso Jardín Japonés. Juan Manuel Blanes, fue el Pintor
de la Patria, con obras como el emblemático
Juramento de los Treinta y Tres Orientales.
También expone pinturas de Pedro Figari, Rafael Barradas, José
Cúneo y de artistas extranjeros: Gustave Courbet, Maurice de
Vlaminick y grabados originales de Joan Miró, Pablo Picasso y
Francisco Goya.
Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes. |
El Museo Nacional de Antropología, en la avenida de las Instruccciones, conserva y expone la colección arqueológica donada por el profesor Francisco Oliveras. Se trata de 20.000 piezas de material lítico, óseo y cerámico representativo de los diferentes grupos de cazadores recolectores que poblaron el territorio nacional durante los diez mil años que duró el período prehistórico, entre otras piezas arqueológicas que se encuentran en exhibición.
Centro Cultural y Museo de la Memoria. |
Al este del
Prado, la Residencia de Suárez y Reyes es el alojamiento ofcial del
Presidente de la República. Una vivienda de tres plantas construida
en 1908 por el arquitecto Juan María Aubriot, para la familia Fein
Lerena. Años después fue adquirida por la Intendencia de
Montevideo, que la cedió al Poder Ejecutivo para cumplir funciones
protocolares. En 1947 fue reformada por el arquitecto Juan Scasso,
para que fuera a vivir el presidente Luis Batlle Berres, con su
esposa Matilde Ibáñez Tálice.
Castillo Soneira. |
A cien metros de allí,
donde las avenidas Suárez y Millán se cruzan con Luis
Alberto de Herrera, la estatuta del histórico caudillo blanco
Aparicio Saravia,
vestido de gaucho, es un homenaje ecuestre del escultor José Luis
Zorrilla de San Martín.
Fundada
en 1871, la Asociación Rural del Uruguay es la entidad agropecuaria
más antigua del país. Su sede ferial, la Rural del Prado, de Lucas
Obes y Buschental, fue inaugurada en 1883 con motivo de una
Exposición Nacional de la Producción. Fue en 1913 que la ARU
organizó su primera Exposición Internacional de Ganadería, Muestra
Internacional Agroindustrial y Comercial, más conocida como Expo
Prado, que en ediciones modernas convoca a más de medio millón de
personas cada año. La Semana Criolla es un antiguo certamen de
habilidades gauchescas, y también uno de los nombres que la
tradición laica uruguaya le otorga a la Semana Santa católica.
Alrededor de la Rural
del Prado hay cuatro escenarios deportivos. Dos son linderos: el
Estadio Alfredo Viera, del Montevideo Wanderers Fútbol Club, y el
Parque Federico Saroldi, del Club Atlético River Plate. A pocos
metros se encuentra el Círculo de Tenis del Prado y cruzando una
calle, el Parque José Nasazzi, del Club Atlético Bella Vista, evoca
la memoria del inolvidable capitán de las selecciones uruguayas
campeonas olímpicas en 1924 y 1928, y del Mundial de 1930.
La muerte de Celia
Fue uno de los mayores escándalos de la primera década del siglo XX, protagonizado por figuras del país y narrado por el escritor Ángel Rama en su ensayo-prólogo del libro Psalmo a Venus Cavallieri y otras prosas, que recoge la obra del poeta Roberto de las Carreras (Bolsilibros Arca, 1967). “Me refiero al doble asesinato del Hotel del Prado donde murieron Celia Rodríguez Larreta y su marido (el teniente Adolfo) Latorre. Celia, en el decir de la época, había sucumbido a los encantos de un joven abogadito algo donjuanesco, llamado Luis Alberto de Herrera, lo que había provocado el distanciamiento de los esposos. Por mediación de Teófilo Díaz, el muy gourmet, muy gentleman Tax, que fuera embajador, ministro de la Suprema Corte de Justicia, y siempre causeur chispeante y articulista mundano, se logró la reconciliación conyugal.”
El 26 de diciembre de 1904, Celia y su marido fueron a festejar su reencuentro al Hotel El Recreo (luego del Prado), donde cenaron y luego se retiraron a su habitación. Pero, unas horas más tarde, alrededor de las dos y media de la madrugada, sonaron dos disparos. Latorre apareció diciendo que había discutido y en un momento de furia, había matado a su esposa. “No bien enterado, en las primeras horas de la mañana, Teófilo Díaz corre al lugar del hecho y, abalanzándose sobre Latorre lo balea. Eso le valió a Tax la reclusión perpetua en una quinta de las afueras de la ciudad, aduciéndose insana y en verdad tratando de ahorrar a una de las personalidades del país la cárcel a que obviamente debía ser condenado”, evocaba Rama.
Celia fue velada en la casa de sus padres, con capilla ardiente, paredes revestidas de colgaduras negras y flores naturales. En pleno velatorio, sorpresivamente, se abrió paso Roberto de las Carreras, famoso poeta de la época, custodiado por dos de sus habituales secretarios y, frente al féretro, comenzó una larga declamación. “¡Yo te arrojo todas mis rosas helénicas, oh amante arrebatada a la gloria del Beso! No se concibe que una mano sacrílega haya podido herirte. El ara de los dioses ha sido profanada y el Olimpo está triste.” Era la Oración pagana, cuyas hojas fue dejando caer teatralmente sobre el féretro a modo de homenaje póstumo, para luego retirarse con toda solemnidad seguido por sus acólitos
“En 1904 el suceso conmueve a la ciudad y los anarquistas lo utilizan para encarecer sus tesis sobre el 'amor libre'. Un periodista de la época elogió al Tax justiciero, con esta frase: 'Una víctima más ha caído ultimada por la brutalidad del macho antropoide', y ni corto ni perezoso aprovecha para poner un aviso a favor de la ley del divorcio. 'Hay que desligar el crimen de las cosas del amor. La sanción de la ley del divorcio absoluto se impone, si no queremos ver que las libertadas hermosas caigan bajo el plomo feroz del primer tipo lombrosiano que se les presenta con el contrato matrimonial en una mano, escondiendo el revólver homicida en la otra, crispada de nerviosismos criminales', escribió Francisco Caracciolo Aratta.”
El doble crimen del Hotel El Recreo fue evocado en un famoso editorial del diario El Día, publicado en 1906. Era la respuesta de José Batlle y Ordóñez, por entonces Presidente de la República, a Luis Alberto de Herrera el rival blanco que había señalado su “miedo” a las honras fúnebres en honor de los mártires nacionalistas de la Guerra Civil. El último gran conflicto armado entre las divisas tradicionales del país, había finalizado el mismo año de la muerte de Celia Rodríguez Larreta. El suelto titulado ¿Quién dijo miedo?, afirmaba: “¡Oh tú, bellísima e irreflexiva niña, que no tuviste a tu lado un varón fuerte en los días de peligro, como lo habías tenido débil en los de la falta, álzate de tu olvidado lecho de piedra y dinos quién dijo miedo!”
La relación personal entre los dos grandes caudillos civiles nunca se recompuso.
La
leyenda del árbol
Puente del arroyo Miguelete, cercano a la antigua caballeriza de Buschental, donde hoy se encuentra el Cuerpo de Radio Patrullla de Montevideo. |
La muerte de Celia
Fue uno de los mayores escándalos de la primera década del siglo XX, protagonizado por figuras del país y narrado por el escritor Ángel Rama en su ensayo-prólogo del libro Psalmo a Venus Cavallieri y otras prosas, que recoge la obra del poeta Roberto de las Carreras (Bolsilibros Arca, 1967). “Me refiero al doble asesinato del Hotel del Prado donde murieron Celia Rodríguez Larreta y su marido (el teniente Adolfo) Latorre. Celia, en el decir de la época, había sucumbido a los encantos de un joven abogadito algo donjuanesco, llamado Luis Alberto de Herrera, lo que había provocado el distanciamiento de los esposos. Por mediación de Teófilo Díaz, el muy gourmet, muy gentleman Tax, que fuera embajador, ministro de la Suprema Corte de Justicia, y siempre causeur chispeante y articulista mundano, se logró la reconciliación conyugal.”
Casa Quinta de Carlos Vaz Ferreira. |
Iglesia de las Carmelitas, histórico edificio religioso, ubicado en Irigoitya y 19 de Abril, a metros de Lucas Obes. |
“En 1904 el suceso conmueve a la ciudad y los anarquistas lo utilizan para encarecer sus tesis sobre el 'amor libre'. Un periodista de la época elogió al Tax justiciero, con esta frase: 'Una víctima más ha caído ultimada por la brutalidad del macho antropoide', y ni corto ni perezoso aprovecha para poner un aviso a favor de la ley del divorcio. 'Hay que desligar el crimen de las cosas del amor. La sanción de la ley del divorcio absoluto se impone, si no queremos ver que las libertadas hermosas caigan bajo el plomo feroz del primer tipo lombrosiano que se les presenta con el contrato matrimonial en una mano, escondiendo el revólver homicida en la otra, crispada de nerviosismos criminales', escribió Francisco Caracciolo Aratta.”
Monumento a Bartolomé Hidalgo, el Poeta de la Revolución, en la plazoleta Hermanos Ruíz, de Agraciada y Capurro. |
La relación personal entre los dos grandes caudillos civiles nunca se recompuso.
Lago del Prado con el monumento al Poseidón griego, el Neptuno romano. |
Se
conocieron en los jardines del Hotel del Prado. Él pertenecía a una
clase social muy baja, pero ella era adinerada, hija de una familia
de alcurnia. En la década de 1930, su joven edad y la diferencia
social convirtió su relación en una situación prohibida de
antemano.
A
pesar de ello, sus encuentros furtivos fueron haciéndose cada vez
más frecuentes. Paseaban a la sombra de los árboles de un arroyo
Miguelete aún cristalino, bordeando luego los parques y las
rosaledas del hotel. Con el verde de un barrio sin mancillar como
telón de fondo, fue creciendo una pasión tan prohibida como
inevitable y que jamás pudieron disimular.
Edificio patrimonial del Jardín Botánico de Montevideo. (Guillermo Chaves) |
Curso del arroyo Miguelete por el Prado y la isla central unida al parque por un puente. |
El
árbol aún sigue en pie, y aunque cuando despunta la mañana es
imposible identificarlo, cuentan los vecinos que al caer la tarde, si
uno se acerca lo suficiente, pueden escucharse los suspiros finales
de los jóvenes amantes. Por las noches, algunas veces, aparece
extrañamente iluminado y quien pasa por allí tiene la inquietante
sensación de que alguien o algo lo observa, y que no es sólo el
árbol lo que respira en esa zona mágica del Prado.
BIO
José de Buschental (1802-1870)
Banquero, inversionista y emprendedor franco-uruguayo, nacido en una familia luterana de Estrasburgo. Emigró muy joven rumbo a Río de Janeiro, donde se casó con Maria Da Gloria De Sorocaba, nieta del Emperador del Brasil. Pronto
conoció a José Longinos Ellauri, embajador de una república recién fundada por entonces: Uruguay. A los 47 años se radicó en Montevideo, para fundar el Establecimiento de Carnes y Conservas de la Trinidad, uno de los principales abastecedores de los ejércitos franceses a mediados del siglo XIX. Buschental trajo uno de los primeros barcos a vapor que navegó en el Río de la Plata, introdujo los toros de la raza británica Durham y el ganado lechero de origen suizo.
BIO
José de Buschental (1802-1870)
Banquero, inversionista y emprendedor franco-uruguayo, nacido en una familia luterana de Estrasburgo. Emigró muy joven rumbo a Río de Janeiro, donde se casó con Maria Da Gloria De Sorocaba, nieta del Emperador del Brasil. Pronto
conoció a José Longinos Ellauri, embajador de una república recién fundada por entonces: Uruguay. A los 47 años se radicó en Montevideo, para fundar el Establecimiento de Carnes y Conservas de la Trinidad, uno de los principales abastecedores de los ejércitos franceses a mediados del siglo XIX. Buschental trajo uno de los primeros barcos a vapor que navegó en el Río de la Plata, introdujo los toros de la raza británica Durham y el ganado lechero de origen suizo.
En 1867 compró el ultimo
fraccionamiento de tierra incorporado a la Quinta del Buen Retiro, de 62.000 metros cuadrados de superficie. Construyó la primera casa quinta de la zona, que fue su residencia, donde planificaba vivir hasta el final de sus días, pero su esposa, radicada en España, jamás quiso venir a Montevideo.
Buschental residió allí hasta 1870, cuando regresó a Europa para morir. Tres años después fue habilitado el primer paseo público de la ciudad, en la ex Quinta del Buen Retiro. Desde entones, llamado Prado Oriental.
Que bueno sería poder contribuir de una manera u otra con todas estas "nuevas historias" a las que estamos escribiendo en un rinconcito de este maravilloso Montevideo como es el Paso del Molino. Justamente allí quien se comunica por este medio con ustedes, junto a un grupo de soñadores inquietos , emprendedores y contribuyente para impulsar el rescate de los recursos patrimoniales tangibles e intangibles, que nos identifican como montevideanos en todas partes del mundo estamos desde el año 2008 reconstruyendo la historia, los hábitos y las costumbres desde la fundación de nuestra ciudad capital en este "paso natural" que permitía llegar desde la ciudad amurallada al territorio oeste de la Banda Oriental. estamos ubicados en el edificio construido en 1860 para posta de diligencias en la esquina del entonces Camino real al Cerro ( actual Agraciada)y La Calle de la Iglesia ( actual Zufriategui). E edificio ha sido recientemente refaccionado y recuperado para instalar un multiespacio cultural de recreo y cultura, El Paseo del Hotel. El material que descubrimos en este , tu blog es de gran aporte para los trabajos que junto a vecinos y visitantes conexos a nuestra misión estamos atesorando para difundir desde el Paseo del Hotel la conservación y difusión de nuestro patrimonio. Espero poder compartir el trabajo que estamos realizando en próximos contactos.
ResponderEliminarmuchas gracias por vuestra atención.
Arq. Ariane Bergara Lens. directora Ejecutiva del Paseo del Hotel. paseodelhotel@gmail.com
FBpaseodelhotel