“Ni
acostadas, ni rasuradas, ni cortadas”
Foto de Santiago Mazzarovich (Brecha). |
Sobre la base de la entrevista publicada en el semanario Brecha (Montevideo, 21 de setiembre de 2012), actualizada en 2014.
-¿Cuánto
influyó su experiencia inicial en Salud Pública, en su definición
por el parto en casa?
-No
es que tenga definición terminante, creo que es una opción, y
respeto el derecho a decidir donde parir. Mi primera actividad
profesional fue en el Servicio de Asistencia Externa del MSP, en
Sierra (actual Daniel Fernández Crespo) y Paysandú, allá por
mediados de la década de 1960. En cada turno dos parteras cubríamos
la guardia, tanto de día como en la noche, de ocho a ocho. Nos
trasladábamos en una ambulancia con chofer y una enfermera, para
atender llamados de personas que vivían en áreas de extrema
pobreza, en la periferia de Montevideo, sin cobertura sanitaria. No
eran partos coordinados, todo lo contrario: ¡eran desesperados! Nos
llamaban cuando había una mujer sangrando, un trabajo de parto
avanzado, o un nacimiento ya producido. Muchas de aquellas madres
vivían entre las privaciones y la falta de higiene, en casitas de
lata y cartón con muchos niños y rodeadas de perros. Siempre
recuerdo lo vivido por una compañera, que después de atender un
nacimiento, tomó la placenta en sus manos para observar si estaba
completa; un perro hambriento se abalanzó y se la quito para
comérsela.
-¿Qué
es la Red de Parto Humanizado?
-Un
movimiento internacional que respeta los derechos sexuales y
reproductivos, que defiende el derecho de la mujer a elegir
libremente sobre el nacimiento de sus hijas e hijos; a decidir donde
parir, cómo y con quien. Promovemos la humanización del parto,
tanto en la salud pública como la privada, y el derecho a realizarlo
en el domicilio, si lo prefiere la embarazada, su pareja, su
familia. El hogar es un sitio de paz, compartido con nuestros seres
queridos, con los objetos y las percepciones que amamos, en cambio,
las maternidades son medios hostiles, donde entran y salen
desconocidos, con iluminación excesiva, y dominadas por la
parafernalia médica. La embarazada no es una enferma, aunque se le
llame 'paciente', un término que nos despersonaliza, que nos vuelve
vulnerables, cuando en el momento del trabajo de parto, y en el
parto, lo que más necesitamos es sentirnos personas. Yo nací en mi
casa, mi primer hijo nació en su casa. Mi nuera tuvo hace nueve
meses a nuestra nietita acá en casa, con el acompañamiento y la
contención de dos apreciadas parteras. ¡Fue una experiencia repleta
de vida, tranquilidad y seguridad! También tuvimos dos nietitas en
la maternidad, una por rotura prematura de membranas y la otra porque
fue necesario el forceps. Cuando se necesita, bienvenida sea la
atención médica.
-Pero,
los argumentos a favor de los partos hospitalarios, son sanitarios...
-Sí,
es la versión oficial, que nos preocupa aún más cuando viene de
las autoridades de Salud Pública de un gobierno progresista. Ellos
se oponen al nacimiento en el domicilio, con el argumento de que el
parto institucionalizado bajó la mortalidad; una verdad relativa,
sólo admisible en aquellos casos en que no existe cobertura de
salud, o cuando la inserción social y económica es compleja. Desde
siempre las parteras han atendido en domicilios, y no hay datos de
accidentes. En mi pueblo, Trinidad, cuando era niña había una casa
de partos a la que iban las familias del campo para tener su bebé,
sin medicalización, ni imposiciones. ¿Quién gana con el nacimiento
en las maternidades? Las opiniones a su favor, más que sanitarias,
provienen del poder médico. Cuando una mujer es ingresada en trabajo
de parto, lo primero que le hacen, además de otras rutinas inútiles,
es introducirle una vía en el brazo. ¿Saben para qué?
-¿Para
controlar las contracciones y facilitar el nacimiento?
-Nos
inyectan oxitocina para que el parto sea mas rápido, cuando en
realidad lo natural es esperar, tomarnos nuestro tiempo. El organismo
produce la oxitocina que necesitamos cada vez, tanto para el
alumbramiento como para el placer en nuestras relaciones sexuales: es
la hormona del amor como dice Michel Odent. No necesitamos que nos
apuren, sino que nos ayuden a estar relajadas, disfrutando. No es
verdad que las complicaciones y la morbi-mortalidad materna aumenta
en los partos domiciliarios. Los accidentes son causados por el
descuido, la desinformación, la falta de controles y las condiciones
de vida paupérrimas. En una casa limpia hay menos agentes
infecciosos que en un sanatorio; eso lo sabemos todos. La familia que
opta por el parto en casa tiene, con su partera, todo organizado para
enfrentar los imprevistos. Son imprescindibles los controles durante
el embarazo y la planificación del parto, pero no es necesario un
médico en el nacimiento, salvo que sea un “humanista”, como lo
es nuestro amigo y compañero Carlos Guida (se sonríe) ¡que será
bienvenido!
-Usted
señala al “poder médico” como responsable de la pérdida de
naturalidad del parto. ¿Cómo se ha institucionalizado esa
imposición?
-La
primera etapa fue sacar a las mujeres de su casa, de su espacio
natural, para llevarlas al hospital, con supuestos fines de seguridad
sanitaria. Así se transformó al nacimiento en un acto
médico-quirúrgico, ahora llevado al máximo de su agresión por la
universalización de las cesáreas. La cesárea es un negocio, que se
ubica en el extremo de la cadena, pero hay otras rutinas que sólo
sirven para darle poder al médico; no aconsejadas por la
Organización Mundial de la Salud. ¿Para qué nos rasuran, si el
bebé nace por el orificio vaginal? El rasurado del pubis es tan
grosero como innecesario, y desde hace un tiempo, en algunas
maternidades se está dejando de realizar. ¿Para qué nos acuestan
en una camilla primero, y en una sala después, como si estuviéramos
enfermas? En realidad, debiéramos caminar, disfrutar con nuestra
familia, ¡en libertad! ¿Para qué la vía de oxitocina? Para
controlar un hecho natural, que debiéramos percibir como un placer,
no como una enfermedad o hecho doloroso. ¿Para qué la episiotomía?
Un corte innecesario, que deja secuelas, infecciones, dolor,
incomodidad, y que sólo es aceptable en casos muy especiales, por
ejemplo, para evitar un desgarro cuando nuestros tejidos no están
relajados. No nos dejan tomar agua, ni alimentarnos, ni caminar,
menos colocarnos en cuclillas o en otra posición que no sea
acostada. La medicalización no nos deja disfrutar el nacimiento.
¡Todo es no, no y no!, con argumentos totalmente irracionales. En
cambio, el parto domiciliario es una experiencia afirmativa. Podemos
caminar, tomar agua, un juguito de frutas, comer algo liviano,
escuchar música, darnos una placentera ducha tibia. Estamos con
nuestra pareja, con nuestros hijos, gozando en nuestro medio.
-¿Qué
opina sobre la controversia creada por la vacuna del virus del
papiloma humano (VPH)?
-El
único dato no controvertido es que le aporta ganancias millonarias a
los laboratorios que las producen. La respuesta está en la revista
feminista “Mujer Salud” (Nº 2, 2009): la vacuna reporta
altísimas ganancias a las empresas que la producen y la comercian:
500 millones de dólares anuales. ¡Es otro negocio! Su valor
preventivo es muy parcial, porque ataca sólo a un par de cepas del
papiloma, cuando existen muchas más. Una mujer vacunada corre el
mismo riesgo de transmisión del virus, se vacune o no, cuando el
hombre no usa preservativo. El tema está mal manejado en los medios
de comunicacion, un poco por falta de conocimiento, pero también
porque hay políticos, médicos algunos de ellos, que dicen
falsedades que preocupan. La prevención se basa en el cuidado en
las relaciones y en el papanicolau que todas las jóvenes deben
realizarse a partir del inicio de su vida sexual. ¡Que quede claro!
“El poder médico es androcéntrico, aunque también sea ejercido por mujeres que siguen los mandatos masculinos y reproducen los roles en forma acrítica.”
Elvira
Nacida
en Trinidad, el 2 de diciembre de 1935, estudió Magisterio antes de
radicarse en Montevideo a los veinte años, con su primer esposo y su
primer hijo. “Vinimos a vivir a la calle Guadalupe, en el barrio
Goes, y luego nos mudamos al Barrio Reus. Allí conocí a Aurelia una
partera mayor, que me motivó en la formación y el activismo en
favor de los derechos de la mujer. La escuché, y sentí que era una
buen idea, que me ayudaría a despejar algunas dudas sobre mi futuro.
Estudié con mucho sacrificio, porque trabajaba, estaba separada del
padre de mis dos primeros hijos, y concurría a la Escuela de
Parteras de la Facultad de Medicina, hasta que me recibí en 1964.”
Su
actividad profesional se inició en las guardias de la Maternidad del
Hospital Pereira Rossell, y luego en el Servicio de Asistencia Externa
del MSP, de donde fue despedida por la dictadura “en forma
confidencial y sin explicación”. Con una experiencia en
policlínicas de contexto crítico (Monterrey y Colonia Nicolich) en
1968 ingresó como voluntaria en la Asociación Uruguaya de
Planificación Familiar (AUPFIR), creada por el eminente médico
obstetra Hermógenes Álvarez. “El profesor estaba preocupado por
la muerte de muchísimas mujeres por abortos mal realizados, estaba
convencido, y con razón, de que una forma de atenuarlos era un
servicio de atención e información sobre métodos anticonceptivos.”
Hasta 1992 trabajó como jefa de Educación de AUPFIR, en una dupla
técnica memorable con su esposo, el psicólogo Arnaldo Gomensoro. En
2002 participó en la fundación de filial uruguaya de la Red de
Parto Humanizado, que dos años antes había sido creada en
Fortaleza, Brasil. “Fue un encuentro realizado en la Intendencia de
Montevideo, con tantas queridas colegas y compañeras militantes,
entre las que recuerdo a Gilda Vera, coordinadora para América del
Sur de la Relacahupan; Laura Valli, actual directora de la Escuela de
Parteras; Cecilia Fernández, la directora anterior.” Elvira Lutz
fue integrante del Claustro de la Escuela de Parteras de la Facultad
de Medicina por el orden docente, y coordinadora de la Relacahupan
Uruguay. En la actualidad es consultora latinoamericana sobre Parto
Humanizado y activista por los derechos sexuales y reproductivos de
la mujer.
“La mujer se ha liberado mucho y el hombre no se ha liberado nada, pero, ¡oh paradoja! los tabúes más arcaicos perpetúan el poder masculino, quizá, el más conservador de la naturaleza.”
Besos
de amor
“Tengo
un texto, 'Parir con placer', que menciona el efecto de los besos
eróticos, durante el trabajo de parto. Cuando una mujer entreabre su
boca en actitud de entrega, también sus órganos genitales responden
placenteramente, los músculos de la base de la pelvis se relajan, se
distienden y el bebé se desliza naturalmente. La partera
norteamericana Ina May Gaskin participó en la travesía hippie, de
costa a costa de los Estados Unidos, que se desplazaba en la década
de 1970. Ella expone un caso emblemático de esa experiencia, sobre
una pareja que realizaba el trabajo de parto, desnudos ambos,
besándose apasionadamente, que tuvo su bebé luego de contracciones
más intensas y más efectivas. El beso es el mejor productor de
oxitocina. Tan natural, tan amoroso, tan erótico.”
“Mujeres y hombres no somos iguales, afirmarlo es desconocer nuestra naturaleza, pero debiéramos ser equivalentes, con nuestras diferencias.”
Salud
sexual y reproductiva
“Estoy
de acuerdo con la Ley (18.426) de la Defensa de los Derechos Sexuales
y Reproductivos en toda su extensión, incluido el capítulo que le
quitaron. Creo en el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.
A lo largo de mi vida interrumpí algunos embarazos, y no me siento
culpable, para nada, porque eran situaciones insostenibles en las que
no se podía continuar. Fueron actos meditados, conscientes,
decididos en libertad. Ninguna mujer aborta por frivolidad. Es una
decisión muy fuerte, pero que previene situaciones más complejas.”
“La represión sexual se mantiene intacta. Al nene se le festeja que tenga tres novias, y a la nena se le exige pudor, porque su sexualidad no le pertenece.”
Violencia
de género
“En
los últimos años los casos se han multiplicado en cantidad y en
crueldad. No sólo es una 'sensación térmica' porque se denuncie y
se informe más. La violencia contra la mujer ha evolucionado en una
escalada de sufrimiento y muerte ¿Por qué? No existe una sola
explicación, pero, en su base se encuentra un hecho irrefutable: la
frustración del hombre educado como dominador, cazando, proveyendo
el sustento de la familia, manejando las armas y apropiándose de la
mujer para su propio provecho, que no soporta que ella gane en
independencia y en capacidad de decisión. El macho que pierde el
control de algunas de las atribuciones culturales de su poder,
declara una guerra íntima, al principio contra la mujer que se
somete, luego contra la que lo cuestiona, y su ira descontrolada se
profundiza cuando ella lo abandona. No seguimos las estadísticas,
pero no son necesarias para observar que describen un fenómeno
escalofriante, que involucra a víctimas, victimarios y cómplices.”
“Algunas letras de tango asustan por su sexismo: 'Te cortaré la cara de oreja a oreja. La prueba de la infamia la traigo en la maleta, las trenzas de mi china y el corazón de él' (A la luz del candil).”
Machismo,
sexismo
“La
violencia de género es un drama humanitario, cada vez menos
silencioso, pero, que no existe sola. La primera violencia es la de
tantos padres sobre sus hijas e hijos, continuada por la de tantos
docentes contra sus alumnas y alumnos, la de los más grandes hacia
los pequeños, la de los novios celosos que someten a sus novias.
También hay otras violencias modernas que alimentan al machismo: las
guerras vistas como un espectáculo cinematográfico de poder, la
abundante difusión de las crónicas policiales vistas como un
entretenimiento trivial, los modelos sexistas que dominan los medios
de comunicación.”
“En situaciones extremas, una mujer puede tener sola a su bebé, salvo que haya alguna complicación, un cordón enrollado, o un accidente imprevisto.”
Cesáreas
“La
OMS dice que no debieran haber más de 15% en el total de partos,
pero, en la salud pública uruguaya ronda el 24%, y en la privada,
45% de las intervenciones son evitables. Hasta los partos en podálica
pueden ser espontáneos y por vía baja, si la partera o el obstetra
son experimentados. La cesárea indiscriminada, a ojos vista, tiene
objetivos económicos: más cirugías, más honorarios.”
El segundo sexo
“Es un libro de Simone de Bouvoir, que mantiene toda su vigencia. La inequidad de género, por encima de los espacios ganados, se mantiene perpetuada por la represión de toda manifestación erótica femenina. Antes era así, y hoy sigue siendo así.”
El segundo sexo
“Es un libro de Simone de Bouvoir, que mantiene toda su vigencia. La inequidad de género, por encima de los espacios ganados, se mantiene perpetuada por la represión de toda manifestación erótica femenina. Antes era así, y hoy sigue siendo así.”
Parto
Humanizado
“Estamos
convencidas de que garantiza intimidad, privacidad, además de
respeto por el tiempo biológico y psicológico, por las pautas
culturales de la mujer y su familia, y por el proceso instintivo
natural del nacimiento. Evita prácticas invasivas o suministro de
medicación que no se justifica, porque es el resultado de la
planificación compartida: información, afecto, libertad de
movimientos, alimentación saludable.”
Placer y peligro
“Es el título de un ensayo de la estadounidense Carol Vance, que reflexiona sobre la presunta revolución sexual femenina, que se da en una sociedad fuertemente sexista, donde la mujer es objeto de manipulación doméstica, erótica y reproductiva.”
Placer y peligro
“Es el título de un ensayo de la estadounidense Carol Vance, que reflexiona sobre la presunta revolución sexual femenina, que se da en una sociedad fuertemente sexista, donde la mujer es objeto de manipulación doméstica, erótica y reproductiva.”
AUPFIR
“Nuestro
trabajo de treinta años en la Asociación Uruguaya de Planificación
Familiar, nos sensibilizó como profesionales de la salud y
militantes en favor de los derechos humanos de la mujer. En el
Pereira Rossel atendimos a miles de interesadas en la anticoncepción,
que en su mayoría llegaban con una angustia parecida: se sentían
utilizadas por compañeros que las sometían a diversas formas de
violencia física, psicológica, económica. Cada día me pregunto:
¿cuánto ha cambiado en este tiempo?”
Parto y erotismo
“Ella
sentía un dolor extremo y
la técnica usual de respiración
profunda
no estaba dando resultado.
Su marido parecía estar a punto de
estallar.
Recordando a la pareja que se había
besado durante cada contracción,
intuí
que los ayudaría si en ese momento
les
contaba
esa historia.
La dilatación estaba casi completa
y pensé que un buen beso sería la
mejor
manera
de aflojar la rigidez que yo
sentía en su cuello, especialmente
durante
las
contracciones.
Se besaron, pero había un problema,
no
eran muy buenos haciéndolo, ya que
apenas lograban un contacto
verdadero.
Cuando terminó la contracción le
sugerí
a la mujer, que cuando comenzar la
próxima
abriera su boca lo suficientemente
grande
como para envolver la boca de su
marido.
Yo ya había observado que cuando
las
mujeres
abren la boca, la vagina y los
músculos
perineales se relajan notablemente,
incrementando el flujo de sangre que
necesita para expandirse.”
Ina May Gaskin
Arnaldo
“Supe
de su existencia cuando le llevó a mi segundo esposo, Mario Pazos,
los originales de su libro 'Educación
y Crisis' (Cooperativa Obrera Gráfica, 1965). Mario era un muy buen
gráfico, anarquista, con quien compartía la tarea de corrección de
textos. Así comencé a leer su pensamiento, que me resultó
interesante, recién después lo conocí personalmente en la
militancia social. Luego construimos un matrimonio que comparte amor,
trabajo, ideales, y muchas vidas, entre hijos, nietos y amigos.”
Arnaldo Gomensoro (1922-2013) fue, es, un referente de la salud mental aplicada a la
sexualidad, que hasta los 90 años produjo reflexión sobre
sexología, educación sexual, relaciones de pareja.
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