Castelao en su discurso del Estadio Centenario, el 14 de abril de 1943. (Archivo Dr. Carlos Zubillaga Barrera) |
Nacido en 1886, en la Rianxo coruñesa, fue político, escritor, pintor, dibujante y notable humorista. Aunque estudió Medicina, confesaba: "Fixeme médico por amor ó meu pai; non exerzo a profesión por amor á humanidade" ("Me hice médico por amor a mi padre; no ejerzo la profesión por amor a la humanidad"). Murió en el exilio, el 7 de enero de 1950, en el sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires y fue enterrado dos días después en el Cementerio de la Chacarita. Su cuerpo, símbolo galleguista y republicano, fue repatriado en 1984, y desde entonces reposa en el Panteón de Gallegos Ilustres, en el monasterio compostelano de Santo Domingo de Bonaval.
Sobre la base del libro Galicia en Uruguay
Ignacio Naón (fotos), AOR (investigación y textos).
Montevideo, 2009 (versión española).
Santiago de Compostela, 2010 (versión gallega).
Ignacio Naón (fotos), AOR (investigación y textos).
Montevideo, 2009 (versión española).
Santiago de Compostela, 2010 (versión gallega).
Xesús Canabal, Alfonso Rodríguez Castelao
y Manuel Meilán, a mediados de 1940, en la
Biblioteca de Casa de Galicia, Montevideo.
(Archivo Manuel Losa Rocha)
|
La
elección no fue antojadiza. Además de la simpatía popular, los desterrados
sabían que el gobierno y los principales partidos políticos uruguayos apoyaban
su causa. Fue ese mismo miércoles que el presidente Juan José de Amézaga,
otorgó honores de estado a Diego Martínez Barrio, titular de las Cortes de
España –sustituto de Manuel Azaña– y al mítico general José Miaja, jefe de la
Defensa de Madrid.
Más
de cien dirigentes galleguistas habían cruzado, desde una indiferente Buenos
Aires, en el “Vapor de la Carrera”. Entre ellos, Alfonso Daniel Rodríguez
Castelao, padre del nacionalismo gallego,
y el rebelde poeta Rafael Dieste, recibidos por sus amigos lucenses,
Luis Tobío y Manuel Meilán.
Su foto más conocida. (Archivo Castelao) |
El
primer orador fue el asturiano Enrique Cabal, anfitrión y presidente del Centro
Republicano Español de Montevideo.“Queridos amigos, héroes y paisanos.
Bienvenidos al país de la libertad, que acogió a tantos de nosotros, exiliados
de una cruel dictadura. Bienvenidos, queridos compatriotas, al país de José
Batlle y Ordóñez.”
Autoretrato, 1927. |
El
socialista Emlio Frugoni lucía su tradicional moño rojo en el cuello. “¡Madrid,
capital española, ya formas parte de la trilogía de ciudades inmortales de
nuestros días, junto con Londres y Stalingrado, que debieron resistir el embate
totalitario!”
Retrato de Castelao en el Patronato de la Cultura Gallega de Montevideo. (Archivo Dr. Carlos Zubillaga Barrera) |
Castelao se refirió a Uruguay como “un país ejemplar en el culto de
la democracia”, en un discurso conmovedor, improvisado con una bandera gallega en la mano
derecha, levantada al cielo, y una escarapela “tricolor” en la solapa izquierda. “El
12 de abril de 1931, todas las clases sociales, con su voto, mayoritariamente
proclamaron un nuevo régimen, cancelando una monarquía que había buscado el
sostén en las bayonetas. En junio de ese glorioso año, el pueblo volvió
ratificar su fe republicana a elegir las Cortes Constituyentes. En 1933, el
voto popular volvió a ser republicano. En 1936, por cuarta vez en cinco años,
la soberanía popular votó la República. Ante esos hechos, hijos de la libertad,
no existía otra opción. Un gobierno al servicio de la Ley, que por ser voluntad
del pueblo, era inviolable.” Hubo una última pausa antes de la conclusión. Sus
pulmones necesitaban aire, su corazón un descanso.
Vitoreado
por decenas de miles de compatriotas, recordó “la lucha del pueblo español
durante tres años contra las fuerzas totalitarias, desangrándose en doloroso
sacrificio como primera fuerza de choque de la causa por la que luchan ahora los
Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados”. El mundo estaba en medio de la
Segunda Guerra Mundial.
Castelao por él mismo, c. 1910. (Patronato de la Cultura Gallega) |
Era
tiempo de optimismo republicano, a la espera de una implosión del régimen. “El
hecho de nuestra derrota momentánea no disminuye los títulos de legitimidad de
nuestra posición. Somos los representantes del auténtico pueblo español, de su
verdadero espíritu, la expresión de su pasión y de su voluntad política. Cuando
caigan vencidos Hitler y Mussolini, también caerá Franco”, afirmaba Castelao.
Para
el final quedó el mensaje más aguardado. El general José Miaja, vestido de
civil, hizo vibrar el gris cemento. Fraternalmente silenciado por la multitud,
solicitó varias veces que cesaran los aplausos. Fue en vano. Cuando pudo
hablar, se refirió al dictador. “Tras la traición convirtió su juramento en un
perjurio. Reemplazó la bandera por un trapo. Convirtió al ejército español en
una organización delictiva.” Por más que lo intentó, el general asturiano no
pudo seguir. Abrazado por Castelao, el viejo soldado, lloró.
Consejo
de Galicia
Castelao en reunión con galleguistas de Montevideo, cuando regresaba de una reunión del exilio republicano español en México, 1945. (Archivo Manuel Losa Rocha) |
Aunque
es más conocido como Consello de Galiza, su denominación en gallego, la
emblemática entidad política fue creada en Montevideo, el 15 de noviembre de
1944, y se constituyó formalmente en Buenos Aires, el 8 de diciembre. El
Consejo fue el movimiento democrático que reunió a los diputados gallegos,
galleguistas y republicanos, por encima de partidos políticos, para dotar de un
órgano político a Galicia en el exilio. Basaba su legitimidad en el resultado
positivo del plebiscito del Estatuto de Autonomía de Galicia, aprobado poco
antes del estallido de la Guerra Civil. De un total de 1.343.253 votantes
habilitados, el “Sí” recogió 991.476 voluntades, en la más clara decisión
electoral de la historia europea.
Daniel por Daniel, c. 1930. (Archivo Castelao) |
Daniel
"Sempre en Galiza", obra literaria cumbre de Castelao. (Patronato de la Cultura Gallega) |
Estudió Medicina en Santiago de Compostela. Durante sus años en la
universidad despertó su interés por el dibujo y la pintura y en especial por la
caritacura. En 1908 expuso en Madrid y comenzó a colaborar con la revista Vida Gallega donde dibujaba campesinos y pescadores de su tierra. Entre 1909 y 1910 realizó
un curso de doctorado en Madrid, participó en la III Exposición Nacional de
Humoristas y colaboró como ilustrador con El
Cuento Semanal. Se especializó en obstetricia y al terminar se instaló en
su Rianxo natal. Durante este período colaboró en la fundación del semanario El Barbero Municipal (1910-1914), en el
que escribió atacando el tradicional caciquismo gallego, mientras ingresaba en
la vida política local como militante de la línea maurista del Partido Conservador.
En
su primera conferencia, de marzo de 1911, en Vigo, habló sobre la caricatura, y
a lo largo de los años siguientes expuso sus caricaturas en diversas ciudades
gallegas. En 1912 se adhirió al movimiento Acción Gallega y el 19 de octubre
del mismo año se casó Virxinia Pereira. Durante esta época colaboró en
múltiples publicaciones periódicas: El
Liberal, El Gran Bufón, La Ilustración Gallega y Asturiana, Mi Tierra, Suevia, La Voz de Galicia de Buenos Aires, periódicos
que popularizaron sus caricaturas.
Ficha de ingreso al Centro Republicano Español de Buenos Aires, 1943. (Patronato de la Cultura Gallega) |
Con
Vicente Risco, Ramón Otero Pedrayo y otros fundó la revista Nós (Nosotros),
alrededor de la cual brotó la vida política y cultural de Galicia entre 1920 y
1936. Por una beca de la Junta de Ampliación de Estudios, viajó a Francia,
Bélgica y Alemania para estudiar arte. Fruto de ese viaje fue el diario que
escribió y que publicó parcialmente en la revista Nós y que apareció como libro en 1977 con el título de Diario 1921. En 1926 fue nombrado
académico de número de la Real Academia Gallega.
El
3 de enero de 1928 murió su hijo Alfonso, a los 14 años, y se marchó a
Bretaña con su mujer en viaje para estudiar los cruceros bretones, una tarea
que publicó en mayo de 1930, en el libro As
Cruces de Pedra na Bretaña (Las
Cruces de Piedra en la Bretaña). En 1931 resultó elegido diputado como
galleguista independiente para las Cortes Constituyentes de la Segunda
República y participó en la constitución del Partido Galeguista.
Castelao en su etapa de médico, c. 1920. (Archivo Castelao) |
El golpe franquista que dio origen a la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, pero se instaló en Valencia y luego en la Barcelona libertaria. Exiliado en Nueva York en 1938 y de allí a Buenos Aires, dos años después, viajaba regularmente a Montevideo con el pretexto de exponer sus dibujos, aunque tenía dos objetivos vitales: alentar a los republicanos desterrados en el Río de la Plata y crear un Consejo de Galicia que iba a ser presentado en la “capital de los gallegos libres”. Fue ministro sin cartera del gobierno republicano en el exilio presidido por José Giral (1946-1947). Su voz grabada en el Teatro Solís y los actos galleguistas de Casa de Galicia y el Ateneo de Montevideo, son testimonios entrañables de su compromiso con la libertad, la democracia y la autonomía de su nación. Tras la muerte de Daniel, en 1950, llorada en todo el mundo, su amigo Antón Crestar Faraldo solicitó al escultor coruñés José Escudero Couceiro que realizara un busto para Casa de Galicia, llevado después a Rianxo, para ser el primer monumento de Castelao en Galicia.
Creador
Castelao en grabado, c. 1936. (Patronato de la Cultura Gallega) |
Sus
dibujos, complementados con agudos textos, muestran a Galicia rural, el
caciquismo, los pobres, los ciegos, los desamparados, el pueblo que sufre,
desde una visión realista, crítica pero humorística. En el álbum Nós (1931) recogió dibujos hechos entre
1916 y 1918. En los últimos álbumes habitan los horrores de la Guerra Civil.
Se
inició en la narrativa con la colección de relatos cortos Un ollo de vidro (Un ojo de
vidrio) en 1922. En Cousas (Cosas), Retrincos (Pedazos) y Os dous de sempre (Los dos de siempre), establece un conjunto único en la narrativa
gallega que culmina con la colección de ensayos Sempre en Galiza, conectando literatura, política y teoría del
galleguismo. Su visión literaria tiende a desmitificar los tópicos
costumbristas con un humorismo sarcástico y, de vez en cuando, esperpéntico. Daniel ha sido el gallego más notable del siglo XX.
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