Con una sensibilidad abierta a todas
las diversidades y renovados circuitos turísticos y patrimoniales, Montevideo Manual del Visitante 2012, es una publicación de 312 páginas a calor, de
formato 16 por 16 centímetros, declarada de interés cultural por el Ministerio
de Educación y Cultura. Juana de Ibarbourou, Eladio Dieste, Mario Benedetti, Joaquín Torres García, Juan Antonio Scasso, son algunos de los talentos uruguayos descriptos
a través de sus espacios montevideanos. También está presente el Barrio Peñarol,
sinónimo de industria ferrocarrilera y gloria deportiva, en un mismo plano que
la rambla costera y sus playas de arena suave que conviven con el Río de la
Plata, las librerías que conocieron escritores de fama universal, y las
arquitecturas Art Déco y contemporánea que multiplican formas culturales. La
obra propone una mirada original de la ciudad, desde sus islas: de
Ratas, de las Gaviotas y la legendaria Isla de Flores, con todo el encanto de
su misterio y de sus mitos. Las imágenes son del fotógrafo Ignacio Naón, y los
textos del periodista Armando Olveira Ramos están traducidos al inglés.
“Montevideo es la ciudad donde el candombe y el tango
se fusionan naturalmente para ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Es el
escenario del Desfile de Llamadas, del carnaval más largo del mundo y es el
hogar de La Cumparsita. Su espléndida rambla, que mira al Río de la Plata, está
en el génesis del fútbol sudamericano que comenzó a jugarse allí, entre marinos
ingleses y criollos de creatividad sin par. No por casualidad, fue sede del
Primer Campeonato Mundial ganado por la legendaria selección uruguaya desde
siempre vestida de celeste, y su Estadio Centenario es el único Monumento
Histórico del Fútbol Mundial”, dice la introducción de Montevideo, Manual del Visitante 2012.
La
obra editada por Koi Books y el fotógrafo Ignacio Naón, presenta un acervo de
imágenes inéditas de Montevideo, con los textos y la edición del periodista
Armando Olveira Ramos, además de infografías, gráficos y capítulos especiales
dedicados a contarle al visitante como se prepara un buen mate amargo o un
asado a la uruguaya. “Es un producto pensado
y diseñado para mostrar Montevideo y todas sus facetas. Tiene un formato
práctico, cómodo y estéticamente atractivo que nos invita a descubrir y conocer
la ciudad en un recorrido fotográfico con contenido histórico y anecdótico.
Montevideo merecía tener un material así.” afirma Daniela De Ritis,
productora ejecutiva de Montevideo.
Manual del visitante 2012.
El
libro está traducido al inglés y posee un formato pensado para su utilización
por un visitante que necesita información ágil y organizada de acuerdo a los
intereses más diversos, similar al de publicaciones editadas en las grandes
capitales y ciudades del mundo. Fue declarado de interés turístico por el
Ministerio de Turismo y Deporte. “Cuando comenzamos a trabajar, la primera idea fue brindarle al turista
un servicio que la ciudad no tenía, pero cuando fuimos conociendo e
investigando en profundidad cada sitio, con sus personajes y sus historias, nos
dimos cuenta el potencial del proyecto, que con un enfoque creativo y práctico,
podía tornarse sumamente interesante para el visitante y para el local.
Llegamos a un modelo y a un método de trabajo que seguimos desarrollando y
perfeccionando, y que ya estamos aplicando para otras ciudades”, concluye
Diego Praderi, productor ejecutivo de la obra.
Montevideo es el mejor puerto natural de
América del Sur, concebido como una fortaleza marítima de
excelentes condiciones naturales y geográficas que le llevaron a ser el
Apostadero Naval del Atlántico Sur con influencia en las posesiones hispanas
desde las Malvinas hasta las islas africanas Fernando Poo y Annobón en el golfo
de Guinea. El Nuevo Puerto fue inaugurado el 25 de agosto de 1909 y desde
entonces es un centro económico, histórico y turístico de la ciudad, que desde
1992 goza de los beneficios del régimen internacional de free port, para la recepción y
distribución de mercadería en la región. Su relevancia geopolítica se
multiplica por ser la puerta marítima de entrada a la hidrovía Paraná-Paraguay
y el primer eslabón del eje vial Santiago-Buenos Aires-San Pablo.
En
2006 la capital uruguaya fue calificada por la consultora Mercer Human
Resources Consulting como la ciudad más segura y con la mejor calidad de vida
en América Latina. Para los urbanistas más expertos su dimensión es ideal: una
población de escala humana con todos los beneficios de una gran metrópolis”,
describe la introducción de Montevideo.
Manual del Visitante 2012.
Patrimonio
Histórico
Barrio
Peñarol
Su
nombre es sinónimo de historia, industria, trabajo y gloria deportiva porque
allí nació el mundialmente famoso Club Atlético Peñarol. Creado en 1891 por la
compañía inglesa Ferro Carril Central del Uruguay o Central Uruguay Railway, el
enclave industrial está compuesto por las casas de los jefes, el puente
peatonal, las casas de los obreros, el taller, el Centro Artesano, la sala de
teatro y cine, el Trading, la casa
del médico, las instalaciones donde se jugaba críquet, polo y tenis, el
misterioso “trompo” y una estación que cuenta con un museo donde se recrea como
era a principios del siglo XX. El barrio ofrece un circuito histórico-cultural
de siete cuadras, único en América Latina, que se puede recorrer a pie y que
posee todos los méritos para ser
Patrimonio de la Humanidad.
Patrimonio
arquitectónico
“Si
Buenos Aires es la capital americana del Art
Nouveau, la mayoría de los barrios de Montevideo lo son del Art Déco. La ciudad mantiene un tórrido
romance con la corriente arquitectónica arribada a mediados de la década de
1920, cuando el estilo recién comenzaba a proyectarse desde Paris al mundo.
Brotó muy bien entre los montevideanos, mejor que las vanguardias puras, que
dieron algunas obras significativas y nada más. Multiplicó su presencia en los
edificios del Centro, fue por casi dos décadas el toque de distinción
característico en las residencias con pretensión moderna, delineó el perfil de
las garitas policiales y las estaciones de nafta, decoró cervecerías y cafés,
salones de baile y cines.
Un notable exponente es el Palacio Rinaldi, creado en
1929 por los arquitectos Guillermo Armas y Albero Ísola. Está ubicado en la
acera norte de la avenida 18 de Julio que enfrenta a la Plaza Independencia. El
geometrismo de su fachada, el dibujo diverso de sus balcones, los elementos
decorativos en los ángulos superiores, lo instalan de manera decidida en la
estética Art Déco. Todas sus líneas
sugieren una sensación ascendente al observador, al punto que en primera mirada
parece mucho más alto de lo que es en realidad. Sus creadores, seguramente
buscaron que no quedara desairado al estar tan cerca del edificio más alto de
América del Sur por entonces.”
Eladio
Dieste
La arqueóloga española Nuria Sanz,
jefa de Sección América Latina y el Caribe del Centro del Patrimonio Mundial de
UNESCO, estuvo en Montevideo el 25 de
abril de 2011, para conocer los sitios de la capital uruguaya propuestos a la
selecta Lista Indicativa del organismo. La experta no ocultó su emoción tras el
contacto con la obra del creador del sistema constructivo conocido como
cerámica armada y sus bóvedas gausas. “Es la utilización de algo tan clásico,
como el ladrillo, transformado en un canto a la forma, a la luz, a la
comunicación”, afirmaba Sanz.
Un
circuito representativo del trabajo Dieste se inicia en su vivienda familiar de
la calle Mar Antártico 1227, referente del barrio Punta Gorda (1958), la iglesia del Cristo Obrero en la
Estación Atlántida (1959), el galpón portuario del
Depósito Montevideo (1976), y el Montevideo Shopping (1985), primer centro
comercial del Río de la Plata. “Su casa de Punta Gorda es un autorretrato de él
y de su familia, un obra de autor fundamental, no ya de Uruguay o de América,
sino de la arquitectura universal”, afirmaba Nuria Sanz.
El
ingeniero Eladio Dieste nació en 1917, en Artigas, una ciudad del norte
uruguayo, y falleció en 2000, en Montevideo. Sus trabajos son editados en todo
el mundo, al mismo nivel que Le Corbusier,
Frank Lloyd Wright, Frank Gehry, Aldo Rossi o Louis Sullivan. “Su creatividad
no se puede encuadrar en un estilo. La mayor innovación arquitectónica del
siglo XX comienza con Gaudí y finaliza con Dieste”, opina el arquitecto
argentino Pablo Castro, realizador del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Patrimonio Cultural
“Montevideo es sinónimo de diversidad. En
su Rambla 25 de Agosto de 1825 entre Piedras y Maciel está ubicado el Museo del
Carnaval. Su acervo, que incluye vestimentas, instrumentos musicales, maquetas
y elementos de uso personal de figuras del carnaval más largo del mundo, en
2009 recibió el VI Premio Reina Sofía a la Conservación y Restauración del
Patrimonio Cultural. Desde allí el visitante puede caminar unas pocas cuadras
hasta el Palacio
Taranco, construido en estilo Art Nouveau por los arquitectos
franceses Charles Louis Girault y Jules León Chifflot, los mismos que
realizaron el Arco del Triunfo parisino. Allí funciona el Museo de Artes
Decorativas. A muy pocas cuadras del mayor refinamiento francés está el Museo
de Arte Precolombino e Indígena, conocido como MAPI, con un acervo de 700
piezas de culturas latinoamericanas y de pueblos originarios que habitaron el
territorio uruguayo.”
Patrimonio deportivo
El
Estadio Centenario fue construido en tiempo record de siete meses con planos
del arquitecto Juan Antonio Scasso. Dentro de su estructura casi circular, que
tiene una superficie cercana a la del
Coliseo de Roma, caben 70.000 espectadores que pueden observar cada partido con
la mayor comodidad y con el mejor ángulo visual, aún desde los sectores más
altos de sus cuatro tribunas: América, Olímpica, Ámsterdam y Colombes. “Nunca
vi ninguno tan completo. Es el primero del mundo que está destinado
exclusivamente al fútbol”, reconoció el francés Jules Rimet, histórico
presidente de FIFA, antes del partido Uruguay-Perú, jugado el 18 de julio de
1930.
En
el centro de la Tribuna Olímpica, a cien metros de altura, se eleva su símbolo
máximo: la Torre de los Homenajes, diseñada como un esbelto tributo a los
campeones olímpicos de 1924 y 1928. Es el mayor ejemplo del expresionismo
arquitectónico nacional, que de noche está realzada por grandes reflectores que
la muestran tal cual es: monumental. En el interior del Centenario funciona un
museo de fama internacional que preserva documentos, objetos e imágenes de la
selección celeste y de las instituciones afiliadas a la Asociación Uruguaya de
Fútbol. Está organizado en dos pisos de 3.000 metros cuadrados. En la planta
alta hay una exposición permanente, con dos atracciones principales: la
camiseta N° 5 que utilizó el legendario Negro
Jefe Obdulio Varela en la gesta de Maracaná y los objetos del Mariscal José Nasazzi, el capitán de
capitanes de la época de oro del deporte uruguayo. Cientos de casacas
deportivas, botines, banderas y trofeos, forman parte de un tesoro histórico.
Un mural fotográfico conmueve al visitante: la colocación de la piedra
fundamental del Estadio.
La
Celeste
Es
el color que todas las selecciones deportivas uruguayas llevan por el mundo
desde hace más un siglo. Un símbolo cultural del país que nació en 1910 con
motivo de la disputa de la VI Copa Lipton, un histórico enfrentamiento
futbolístico entre los vecinos del Río de la Plata. En aquella oportunidad los
argentinos comunicaron oficialmente que habían adoptado la camiseta celeste y
blanca. Fue el dirigente Ricardo Le Bas, delegado del Montevideo Wanderers FC,
que propuso que Uruguay hiciese lo mismo. Por ese entonces el River Plate FC de
Montevideo había vencido al poderoso Alumni argentino, con una camiseta de alternativa
de color cielo. Fue en homenaje a ese gran logro, que la Asociación Uruguaya de
Fútbol se viste con la gloria del Celeste.
Patrimonio
natural
Montevideo es una metrópolis con todo el carácter de
modernidad del siglo XXI que convive con la infrecuente diversidad biológica de
su territorio rural. A menos de 20 kilómetros del centro de la ciudad está el
Parque Natural Municipal de los Humedales de Santa Lucía, una amplia zona de
20.000 hectáreas que los montevideanos comparten con sus vecinos de Canelones y
San José. Un ecosistema salino único en la región, ubicado en las orillas
inundables del Santa Lucía, un río interior que recibe la intensa influencia
marítima del Río de la Plata. Allí
existe una flora y una fauna que crece en suelos de alto contenido de
humedad. En el lugar se encuentran los últimos montes indígenas del
departamento, donde se refugia una fauna nativa, terrestre y acuática, y 130
especies de aves de las 446 existentes en Uruguay.
La rambla
“Es el paseo preferido de los montevideanos, que
bordea la orilla del Río de la Plata, a muy pocas cuadras del Centro de la
ciudad. Es una avenida de 25 kilómetros de longitud que transcurre, sinuosa y
pintoresca, desde el Barrio Sur, saliendo del puerto, hasta Carrasco, en el
límite con el departamento de Canelones. Allí están sus playas emblemáticas:
Ramírez, Buceo, Malvín, La Mulata, de
los Ingleses, Punta Gorda, Carrasco, y la muy popular Pocitos.
Pocitos es una celebridad turística regional,
que hasta
mediados del siglo XIX fue un punto alejado, al que las lavanderas iban a
cumplir su trabajo. De la antigua tradición de las negras que excavaban
pequeñas cachimbas o pocitos para acumular agua, solamente quedó el nombre. Ni
siquiera permanece el legendario arroyo que parecía una leve ondulación blanca,
por la ropa que se tendía a secar. Hoy es el barrio más habitado de Montevideo,
y un balcón encantador al Plata.”
Gastronomía y paseos
El
primer mercado de Montevideo se instaló en 1836, muy cerca de donde hoy está
ubicada la Puerta de la Ciudadela. Casi dos décadas después, en 1859, fue
creado Mercado del Este o de la Abundancia, en la calle San José, entre Ejido y
Yaguarón, con la finalidad de abastecer a una ciudad que apenas superaba los 50
mil habitantes. Casi al terminar el siglo fue destruido por un incendio y se
dispuso la construcción de un nuevo edificio. En 1904 el ingeniero Leopoldo
Peluffo elaboró un proyecto inspirado en el revolucionario mercado de Les Halles de París: una estructura
metálica con pilares de hierro fundido y cerchas que permiten generar grandes
espacios con pocos puntos de apoyo. En 1909 fue inaugurado el nuevo Mercado de
la Abundancia y en 1996 se le integró un centro cultural. Desde entonces es uno
de los enclaves más singulares de la ciudad donde conviven el tango, las
verduras de estación, el teatro, las artesanías nacionales, los frutos de mar,
libros y opciones gastronómicas.
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