lunes, 12 de diciembre de 2011

Montevideo Manual del Visitante 2012

Crónicas de una ciudad abierta

Con una sensibilidad abierta a todas las diversidades y renovados circuitos turísticos y patrimoniales, Montevideo Manual del Visitante 2012, es una publicación de 312 páginas a calor, de formato 16 por 16 centímetros, declarada de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura. Juana de Ibarbourou, Eladio Dieste, Mario Benedetti, Joaquín Torres García, Juan Antonio Scasso, son algunos de los talentos uruguayos descriptos a través de sus espacios montevideanos. También está presente el Barrio Peñarol, sinónimo de industria ferrocarrilera y gloria deportiva, en un mismo plano que la rambla costera y sus playas de arena suave que conviven con el Río de la Plata, las librerías que conocieron escritores de fama universal, y las arquitecturas Art Déco y contemporánea que multiplican formas culturales. La obra propone una mirada original de la ciudad, desde sus islas: de Ratas, de las Gaviotas y la legendaria Isla de Flores, con todo el encanto de su misterio y de sus mitos. Las imágenes son del fotógrafo Ignacio Naón, y los textos del periodista Armando Olveira Ramos están traducidos al inglés.

Montevideo es la ciudad donde el candombe y el tango se fusionan naturalmente para ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Es el escenario del Desfile de Llamadas, del carnaval más largo del mundo y es el hogar de La Cumparsita. Su espléndida rambla, que mira al Río de la Plata, está en el génesis del fútbol sudamericano que comenzó a jugarse allí, entre marinos ingleses y criollos de creatividad sin par. No por casualidad, fue sede del Primer Campeonato Mundial ganado por la legendaria selección uruguaya desde siempre vestida de celeste, y su Estadio Centenario es el único Monumento Histórico del Fútbol Mundial”, dice la introducción de Montevideo, Manual del Visitante 2012.
La obra editada por Koi Books y el fotógrafo Ignacio Naón, presenta un acervo de imágenes inéditas de Montevideo, con los textos y la edición del periodista Armando Olveira Ramos, además de infografías, gráficos y capítulos especiales dedicados a contarle al visitante como se prepara un buen mate amargo o un asado a la uruguaya. “Es un producto pensado y diseñado para mostrar Montevideo y todas sus facetas. Tiene un formato práctico, cómodo y estéticamente atractivo que nos invita a descubrir y conocer la ciudad en un recorrido fotográfico con contenido histórico y anecdótico. Montevideo merecía tener un material así.” afirma Daniela De Ritis, productora ejecutiva de Montevideo. Manual del visitante 2012.
El libro está traducido al inglés y posee un formato pensado para su utilización por un visitante que necesita información ágil y organizada de acuerdo a los intereses más diversos, similar al de publicaciones editadas en las grandes capitales y ciudades del mundo. Fue declarado de interés turístico por el Ministerio de Turismo y Deporte“Cuando comenzamos a trabajar, la primera idea fue brindarle al turista un servicio que la ciudad no tenía, pero cuando fuimos conociendo e investigando en profundidad cada sitio, con sus personajes y sus historias, nos dimos cuenta el potencial del proyecto, que con un enfoque creativo y práctico, podía tornarse sumamente interesante para el visitante y para el local. Llegamos a un modelo y a un método de trabajo que seguimos desarrollando y perfeccionando, y que ya estamos aplicando para otras ciudades”, concluye Diego Praderi, productor ejecutivo de la obra.
Montevideo es el mejor puerto natural de América del Sur, concebido como una fortaleza marítima de excelentes condiciones naturales y geográficas que le llevaron a ser el Apostadero Naval del Atlántico Sur con influencia en las posesiones hispanas desde las Malvinas hasta las islas africanas Fernando Poo y Annobón en el golfo de Guinea. El Nuevo Puerto fue inaugurado el 25 de agosto de 1909 y desde entonces es un centro económico, histórico y turístico de la ciudad, que desde 1992 goza de los beneficios del régimen internacional de free port, para la recepción y distribución de mercadería en la región. Su relevancia geopolítica se multiplica por ser la puerta marítima de entrada a la hidrovía Paraná-Paraguay y el primer eslabón del eje vial Santiago-Buenos Aires-San Pablo.
En 2006 la capital uruguaya fue calificada por la consultora Mercer Human Resources Consulting como la ciudad más segura y con la mejor calidad de vida en América Latina. Para los urbanistas más expertos su dimensión es ideal: una población de escala humana con todos los beneficios de una gran metrópolis”, describe la introducción de Montevideo. Manual del Visitante 2012.

Patrimonio Histórico
Barrio Peñarol
Su nombre es sinónimo de historia, industria, trabajo y gloria deportiva porque allí nació el mundialmente famoso Club Atlético Peñarol. Creado en 1891 por la compañía inglesa Ferro Carril Central del Uruguay o Central Uruguay Railway, el enclave industrial está compuesto por las casas de los jefes, el puente peatonal, las casas de los obreros, el taller, el Centro Artesano, la sala de teatro y cine, el Trading, la casa del médico, las instalaciones donde se jugaba críquet, polo y tenis, el misterioso “trompo” y una estación que cuenta con un museo donde se recrea como era a principios del siglo XX. El barrio ofrece un circuito histórico-cultural de siete cuadras, único en América Latina, que se puede recorrer a pie y que posee todos los  méritos para ser Patrimonio de la Humanidad.

Patrimonio arquitectónico
“Si Buenos Aires es la capital americana del Art Nouveau, la mayoría de los barrios de Montevideo lo son del Art Déco. La ciudad mantiene un tórrido romance con la corriente arquitectónica arribada a mediados de la década de 1920, cuando el estilo recién comenzaba a proyectarse desde Paris al mundo. Brotó muy bien entre los montevideanos, mejor que las vanguardias puras, que dieron algunas obras significativas y nada más. Multiplicó su presencia en los edificios del Centro, fue por casi dos décadas el toque de distinción característico en las residencias con pretensión moderna, delineó el perfil de las garitas policiales y las estaciones de nafta, decoró cervecerías y cafés, salones de baile y cines.
Un notable exponente es el Palacio Rinaldi, creado en 1929 por los arquitectos Guillermo Armas y Albero Ísola. Está ubicado en la acera norte de la avenida 18 de Julio que enfrenta a la Plaza Independencia. El geometrismo de su fachada, el dibujo diverso de sus balcones, los elementos decorativos en los ángulos superiores, lo instalan de manera decidida en la estética Art Déco. Todas sus líneas sugieren una sensación ascendente al observador, al punto que en primera mirada parece mucho más alto de lo que es en realidad. Sus creadores, seguramente buscaron que no quedara desairado al estar tan cerca del edificio más alto de América del Sur por entonces.”

Eladio Dieste
La arqueóloga española Nuria Sanz, jefa de Sección América Latina y el Caribe del Centro del Patrimonio Mundial de UNESCO, estuvo en Montevideo el 25 de abril de 2011, para conocer los sitios de la capital uruguaya propuestos a la selecta Lista Indicativa del organismo. La experta no ocultó su emoción tras el contacto con la obra del creador del sistema constructivo conocido como cerámica armada y sus bóvedas gausas. “Es la utilización de algo tan clásico, como el ladrillo, transformado en un canto a la forma, a la luz, a la comunicación”, afirmaba Sanz.
Un circuito representativo del trabajo Dieste se inicia en su vivienda familiar de la calle Mar Antártico 1227, referente del barrio Punta Gorda (1958), la iglesia del Cristo Obrero en la Estación Atlántida (1959), el galpón portuario del Depósito Montevideo (1976), y el Montevideo Shopping (1985), primer centro comercial del Río de la Plata. “Su casa de Punta Gorda es un autorretrato de él y de su familia, un obra de autor fundamental, no ya de Uruguay o de América, sino de la arquitectura universal”, afirmaba Nuria Sanz.
El ingeniero Eladio Dieste nació en 1917, en Artigas, una ciudad del norte uruguayo, y falleció en 2000, en Montevideo. Sus trabajos son editados en todo el mundo, al mismo nivel que Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Frank Gehry, Aldo Rossi o Louis Sullivan. “Su creatividad no se puede encuadrar en un estilo. La mayor innovación arquitectónica del siglo XX comienza con Gaudí y finaliza con Dieste”, opina el arquitecto argentino Pablo Castro, realizador del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Patrimonio Cultural
“Montevideo es sinónimo de diversidad. En su Rambla 25 de Agosto de 1825 entre Piedras y Maciel está ubicado el Museo del Carnaval. Su acervo, que incluye vestimentas, instrumentos musicales, maquetas y elementos de uso personal de figuras del carnaval más largo del mundo, en 2009 recibió el VI Premio Reina Sofía a la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural. Desde allí el visitante puede caminar unas pocas cuadras hasta el Palacio Taranco, construido en estilo Art Nouveau por los arquitectos franceses Charles Louis Girault y Jules León Chifflot, los mismos que realizaron el Arco del Triunfo parisino. Allí funciona el Museo de Artes Decorativas. A muy pocas cuadras del mayor refinamiento francés está el Museo de Arte Precolombino e Indígena, conocido como MAPI, con un acervo de 700 piezas de culturas latinoamericanas y de pueblos originarios que habitaron el territorio uruguayo.”

Patrimonio deportivo
El Estadio Centenario fue construido en tiempo record de siete meses con planos del arquitecto Juan Antonio Scasso. Dentro de su estructura casi circular, que tiene una superficie cercana a la del Coliseo de Roma, caben 70.000 espectadores que pueden observar cada partido con la mayor comodidad y con el mejor ángulo visual, aún desde los sectores más altos de sus cuatro tribunas: América, Olímpica, Ámsterdam y Colombes. “Nunca vi ninguno tan completo. Es el primero del mundo que está destinado exclusivamente al fútbol”, reconoció el francés Jules Rimet, histórico presidente de FIFA, antes del partido Uruguay-Perú, jugado el 18 de julio de 1930.
En el centro de la Tribuna Olímpica, a cien metros de altura, se eleva su símbolo máximo: la Torre de los Homenajes, diseñada como un esbelto tributo a los campeones olímpicos de 1924 y 1928. Es el mayor ejemplo del expresionismo arquitectónico nacional, que de noche está realzada por grandes reflectores que la muestran tal cual es: monumental. En el interior del Centenario funciona un museo de fama internacional que preserva documentos, objetos e imágenes de la selección celeste y de las instituciones afiliadas a la Asociación Uruguaya de Fútbol. Está organizado en dos pisos de 3.000 metros cuadrados. En la planta alta hay una exposición permanente, con dos atracciones principales: la camiseta N° 5 que utilizó el legendario Negro Jefe Obdulio Varela en la gesta de Maracaná y los objetos del Mariscal José Nasazzi, el capitán de capitanes de la época de oro del deporte uruguayo. Cientos de casacas deportivas, botines, banderas y trofeos, forman parte de un tesoro histórico. Un mural fotográfico conmueve al visitante: la colocación de la piedra fundamental del Estadio.

La Celeste
Es el color que todas las selecciones deportivas uruguayas llevan por el mundo desde hace más un siglo. Un símbolo cultural del país que nació en 1910 con motivo de la disputa de la VI Copa Lipton, un histórico enfrentamiento futbolístico entre los vecinos del Río de la Plata. En aquella oportunidad los argentinos comunicaron oficialmente que habían adoptado la camiseta celeste y blanca. Fue el dirigente Ricardo Le Bas, delegado del Montevideo Wanderers FC, que propuso que Uruguay hiciese lo mismo. Por ese entonces el River Plate FC de Montevideo había vencido al poderoso Alumni argentino, con una camiseta de alternativa de color cielo. Fue en homenaje a ese gran logro, que la Asociación Uruguaya de Fútbol se viste con la gloria del Celeste.

Patrimonio natural
Montevideo es una metrópolis con todo el carácter de modernidad del siglo XXI que convive con la infrecuente diversidad biológica de su territorio rural. A menos de 20 kilómetros del centro de la ciudad está el Parque Natural Municipal de los Humedales de Santa Lucía, una amplia zona de 20.000 hectáreas que los montevideanos comparten con sus vecinos de Canelones y San José. Un ecosistema salino único en la región, ubicado en las orillas inundables del Santa Lucía, un río interior que recibe la intensa influencia marítima del Río de la Plata. Allí  existe una flora y una fauna que crece en suelos de alto contenido de humedad. En el lugar se encuentran los últimos montes indígenas del departamento, donde se refugia una fauna nativa, terrestre y acuática, y 130 especies de aves de las 446 existentes en Uruguay.

La rambla
“Es el paseo preferido de los montevideanos, que bordea la orilla del Río de la Plata, a muy pocas cuadras del Centro de la ciudad. Es una avenida de 25 kilómetros de longitud que transcurre, sinuosa y pintoresca, desde el Barrio Sur, saliendo del puerto, hasta Carrasco, en el límite con el departamento de Canelones. Allí están sus playas emblemáticas: Ramírez, Buceo, Malvín, La  Mulata, de los Ingleses, Punta Gorda, Carrasco, y la muy popular Pocitos.
Pocitos es una celebridad turística regional, que hasta mediados del siglo XIX fue un punto alejado, al que las lavanderas iban a cumplir su trabajo. De la antigua tradición de las negras que excavaban pequeñas cachimbas o pocitos para acumular agua, solamente quedó el nombre. Ni siquiera permanece el legendario arroyo que parecía una leve ondulación blanca, por la ropa que se tendía a secar. Hoy es el barrio más habitado de Montevideo, y un balcón encantador al Plata.”

Gastronomía y paseos
El primer mercado de Montevideo se instaló en 1836, muy cerca de donde hoy está ubicada la Puerta de la Ciudadela. Casi dos décadas después, en 1859, fue creado Mercado del Este o de la Abundancia, en la calle San José, entre Ejido y Yaguarón, con la finalidad de abastecer a una ciudad que apenas superaba los 50 mil habitantes. Casi al terminar el siglo fue destruido por un incendio y se dispuso la construcción de un nuevo edificio. En 1904 el ingeniero Leopoldo Peluffo elaboró un proyecto inspirado en el revolucionario mercado de Les Halles de París: una estructura metálica con pilares de hierro fundido y cerchas que permiten generar grandes espacios con pocos puntos de apoyo. En 1909 fue inaugurado el nuevo Mercado de la Abundancia y en 1996 se le integró un centro cultural. Desde entonces es uno de los enclaves más singulares de la ciudad donde conviven el tango, las verduras de estación, el teatro, las artesanías nacionales, los frutos de mar, libros y opciones gastronómicas.

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