Las
huellas arqueológicas demuestran que al norte del Mar Rojo, en la
actual frontera entre Egipto e Israel, vivió un Homo sapiens
avanzado que 100.000 años antes del presente bebía un jugo
embriagante, elaborado con raíces, cereales y frutos silvestres que
masticaba para desencadenar su fermentación. No muy lejos de allí,
al sur de la Mesopotamia, en Sumeria, la civilización más antigua
del mundo, fue creado un producto alcohólico, ligeramente ácido,
que conservaba sus propiedades vigorizantes y refrescantes; dos
virtudes imprescindibles para la subsistencia en una región árida y
calurosa. Era un licor «alegre, extrovertido y feliz» realizado con
una fórmula casera: se cocía el pan, se deshacía en migas, se
mezclaba con agua y se fermentaba. Caldeos, sumerios, asirios, y luego los
elamitas, le llamaron Sikaru.
Sobre la base de los capítulos 1, 2 y 3 del libro Historia de la Cerveza en Uruguay (Koi Books-FNC, Montevideo, diciembre de 2011).
La cerveza es uno de los alimentos más antiguos del hombre. Aunque podría tener una prehistoria de hasta diez milenios, su consumo está referido en escritos cuneiformes sobre tablas de arcilla con 5.000 años de antiguedad, encontradas en el templo caldeo de Ur la patria de Abraham.
No mucho tiempo después, el rey sumerio Gilgamesh, mitológico fundador de Uruk la primera ciudad construida por el hombre, recibía en ofrenda cuatro tipos de caldos: Labiru (viejo), Tabu (bueno), Damku (muy bueno), Restu (primera calidad). También existían las variedades comerciales: Kas sigl (dorada), Kas gi (negra), Kas si (roja), Ulusinu (dulce, preferida por las mujeres), Kurunnu (premium). La nutrición de los pueblos babilonios se basaba en granos, frutas, verduras, cebolla y Sikaru, aquel precursor de la cerveza que se tomaba en vasijas enormes, sorbiendo con unas largas cañas compartidas por la familia o por amigos.
Sobre la base de los capítulos 1, 2 y 3 del libro Historia de la Cerveza en Uruguay (Koi Books-FNC, Montevideo, diciembre de 2011).
La cerveza es uno de los alimentos más antiguos del hombre. Aunque podría tener una prehistoria de hasta diez milenios, su consumo está referido en escritos cuneiformes sobre tablas de arcilla con 5.000 años de antiguedad, encontradas en el templo caldeo de Ur la patria de Abraham.
No mucho tiempo después, el rey sumerio Gilgamesh, mitológico fundador de Uruk la primera ciudad construida por el hombre, recibía en ofrenda cuatro tipos de caldos: Labiru (viejo), Tabu (bueno), Damku (muy bueno), Restu (primera calidad). También existían las variedades comerciales: Kas sigl (dorada), Kas gi (negra), Kas si (roja), Ulusinu (dulce, preferida por las mujeres), Kurunnu (premium). La nutrición de los pueblos babilonios se basaba en granos, frutas, verduras, cebolla y Sikaru, aquel precursor de la cerveza que se tomaba en vasijas enormes, sorbiendo con unas largas cañas compartidas por la familia o por amigos.
La cerveza babilónica. |
El libro de leyes más primitivo que se conoce, expuesto en el Museo del Louvre, preveía castigos a los taberneros que adulteraban la bebida y reparación moral para los afectados por una venta deshonesta.
Los
chinos preparan desde siempre el Kiu y los japoneses el Sake, ambos
con arroz; los rusos el Kvas, con harina de centeno; los
centroafricanos el Ulanzi, con caña de azúcar; los pueblos
americanos precolombinos aún elaboran un licor de maíz, pero la
cuna natural de la cerveza fue Egipto. La Henekt, también llamada
Buza en lengua egipcia, era un regalo de Osiris, dios de la
resurrección, la agricultura y la fertilidad, y de su esposa Isis,
que combinado con el pan simbolizaban el poder del Ojo de Horus, rey
de los cielos y deidad fundacional de la civilización.
Fue
una evolución del remoto elixir sumerio, enriquecido con malta y
fabricado según una fórmula original anotada en papiros que
permanecen en el Museo Nacional de El Cairo. «Se dejan macerar los
granos germinados de cebada en agua del Nilo. Se los humedece con
agua clara y se los escurre en una bandeja con agujeros en su base.
Después se secan y se inflan al sol, bajo el poder de Osiris.»
Aquel alimento cotidiano, que los griegos apodaron Zythum, se tomaba
como una sopa a la que le agregaban dátiles, trigo, mijo, espelta y
centeno, para multiplicar su sabor, además de azafrán, miel,
jengibre y comino, para conseguir renovados aromas y colores.
Relatos egipcios. |
Eran
tan apreciadas sus propiedades alimenticias, y tan creíble su
promesa de vida eterna, que la adulteración de su color era una
afrenta a los dioses Osiris e Isis y un delito grave que se castigaba
con la muerte física, y peor aun: la eterna condena espiritual. La
cerveza tenía sus propias ferias y fiestas: Sed y Shoiak, las más
populares, convocaban a multitudes en colosales éxodos nacionales.
En el reinado de Ramsés III, siglo XIII antes de Cristo, hubo una
escasez de la mágica poción que provocó la primera huelga general
de la historia, alentada por autoridades regionales y soldados que la
recibían honrados, como parte de sus salarios. Del mismo faraón se
cuenta que vivió tan preocupado por calmar su sed hasta después de
su muerte, que ordenó que una vez momificado en su sarcófago sus
siervos le ofrecieran cada día una jarra del caldo de Osiris.
Por más de tres milenios, el pan y la cerveza fueron las principales ofrendas funerarias, «para la vida después de la muerte». Se han encontrado vasijas que contuvieron líquido en tumbas de todos los períodos dinásticos de Egipto: Antiguo, Medio y Nuevo. Era común una inscripción mortuoria como alegoría de alimento y vida: «Pan y Cerveza». Fue una bebida sorprendente, que cautivó a los viajeros griegos y embriagó a los legionarios romanos, que la embarcaron a través del Mediterráneo, como un «vino alegre y festivo hecho con cebada».
Por más de tres milenios, el pan y la cerveza fueron las principales ofrendas funerarias, «para la vida después de la muerte». Se han encontrado vasijas que contuvieron líquido en tumbas de todos los períodos dinásticos de Egipto: Antiguo, Medio y Nuevo. Era común una inscripción mortuoria como alegoría de alimento y vida: «Pan y Cerveza». Fue una bebida sorprendente, que cautivó a los viajeros griegos y embriagó a los legionarios romanos, que la embarcaron a través del Mediterráneo, como un «vino alegre y festivo hecho con cebada».
Ofrendas funerarias
—Por más de tres milenios, el pan y la cerveza fueron las principales ofrendas funerarias, «para la vida después de la muerte». Se han encontrado vasijas que contuvieron líquido en tumbas de todos los periodos dinásticos de Egipto: Antiguo, Medio y Nuevo. Era común una inscripción mortuoria como alegoría de alimento y vida: «Pan y Cerveza».
Péluse
—Fue la capital de la cerveza egipcia, ubicada en el noroeste del valle del Nilo donde se elaboraba bajo secreto religioso y estrictos controles de calidad.
—Los antiguos babilonios fueron los primeros fabricantes cerveza, y se lo tomaban tan en serio que una mala producción era castigada arrojando al responsable al líquido fallido.
—La mitología egipcia dice que Osiris, dios de la Agricultura, enseñó a la humanidad el arte de fabricar cerveza.
Alimento de filósofos
La cebada es
preferida por los cerveceros de todos los tiempos, porque es más
fácil de convertir en malta y produce mayor cantidad de azúcares
fermentables, pero también lo fue por los zitólogos egipcios que le
atribuían virtudes de eterna juventud. Era el alimento líquido recomendado
por Platón, Hipócrates y Pitágoras a sus alumnos, el mejor para
promover la capacidad de pensar, concentrarse y atender. Además de
las escuelas filosóficas, médicas y matemáticas de la Edad de Oro
griega, también lo consumían los guerreros, según contaba Homero
en La Ilíada y La Odisea, mientras Galeno lo indicaba
en su forma de “agua” para todas las enfermedades agudas. Sin
tantas expectativas, la Medicina actual reconoce sus excelentes
propiedades terapéuticas y nutricionales.
Platón. |
La
cebada (Hordeum vulgare)
es una planta anual de la familia de las gramíneas, la quinta más
cultivada en el planeta. Es el cereal más antiguo en cuanto a su
empleo alimenticio, el más utilizado en la destilación de bebidas
muy populares (cerveza, whisky, malta, gin) y en nutrición animal.
Su origen documentado se sitúa hace 12.000 años en África
Nororiental, donde se realizaron los primeros panes que comió el
Hombre, que eran oscuros y algo pesados. Por ambas razones, fue
sustituida por la harina de trigo.
Hipócrates. |
Aunque
es conocido como un cereal de invierno, en realidad se cosecha en
primavera: abril y mayo en el Hemisferio Norte, setiembre y octubre
en el Hemisferio Sur. Su distribución territorial es similar a la
del trigo, pero tiene la virtud de crecer en suelos que no necesitan
ser tan fértiles. Se distinguen dos tipos de cebada: Tremesina
(Hordeum distichon),
la de mejor actitud cervecera y para la panificación, y Castellana
(Hordeum hexastichon),
más utilizada en alimentación animal.
Galeno. |
—Las primeras cerveceras profesionales nobles egipcias de Péluse, eran seleccionadas entre las más hermosas y de familias nobles. Ls pocos hombres que podían fabricarla eran sacerdotes.
—Era un manjar tan presente en la cultura egipcia, que cuando alguien recibía una visita en su casa, lo saludaba: ‘tu boca está llena de pan, carnes, dulces, vinos y cerveza’.
Ceres enseñando agricultura al rey Triptolemo, Louis Jean François Lagrenee, óleo, 1769. (Petit Trianon, Palacio de Versalles) |
Cuenta
una leyenda que la diosa de la agricultura recorría los campos de
los alrededores del monte Aventino, una de las siete colinas de Roma,
para cuidar las cosechas de sus fieles. Eran espacios tan extensos y
sinuosos, que cuando terminaba la jornada, al caer el sol, sentía
una gran sed. Fue una mañana del mes de Maius,
en plena primavera boreal, que Ceres decidió que, además de
alimento y ofrenda, necesitaba un líquido que calmara su continuo
deseo de beber. Convertida en una bella mujer, sedujo a un campesino
a quien le colocó en la bolsa unos granos parecidos al trigo. Luego
de cada noche de amor le enseñaba a cultivarlos y a transformarlos
en un caldo de color Succinum,
similar al ámbar, la piedra medicinal que aplacaba dolores y
cansancios. De esta forma, los romanos contaban el génesis del
cultivo de la cebada y de la fabricación de la bebida procesada más
antigua que conoce el Hombre. El término cerveza, tal cual lo
conocemos, proviene del latín clásico Cerevisia,
en referencia a la deidad que inspiró la mitología latina de su
creación.
Los restos arqueológicos más antiguos de producción cervecera en Europa datan de 2.400 antes de Cristo y fueron descubiertos en el valle castellano de Ambrona, cercano a la ciudad de Soria. También se han encontrado evidencias de actividad fechada en 1.100 antes de Cristo, en el yacimiento de Genó, ubicado en los alrededores de la Lérida catalana. Dos hallazgos que demuestran que los celtas la consumían al mismo tiempo que en la Mesopotamia asiática. A esa bebida de trigo malteado le llamaron Cwrw, un término emparentado con el galés que se pronunciaba sin vocales. Cuando la cultura celta se extendió al territorio continental pasó a llamarse Coirm, en gaélico, sobre la base de una fórmula sin cebada, compartida con la antigua Britania. Por más de dos milenios, antes de ser romanizados, los celtíberos llevaron consigo este conocimiento por la Península.
Cerveceras nobles en Péluse, Egipto. |
La
cerveza no tenía consumidores visibles en las clases altas
helénicas, que preferían el jugo de uvas, al que disfrutaban como
un “líquido de los dioses”. Su distribución fue un negocio de
bajos fondos, por ser más barata. Era una costumbre popular,
asociada con la prostitución que con toda ambigüedad se ofrecía en
las “casas de Zythum”.
El paso de las décadas, y la habilidad estratégica de sus
importadores, la posicionaron como un producto más respetable, pero
con dos calidades sociales: una común, que el pueblo bebía con
cañitas de río, y otra “filtrada”, que los nobles paladeaban en
tubos de oro. Con el tiempo hubo una mayor democratización de su
consumo, asociado con un gusto cosmopolita y con una sensibilidad
republicana muy distinta a la tradición aristocrática de su eterno
rival: el Vinum.
Plinio El Viejo. |
La
difusión popular de la leyenda de Ceres, como inspiradora de una
bebida que los mercaderes romanos llamaron Cerevisia,
tuvo que ver con un edicto del emperador Domiciano, que en el año 92
prohibió el cultivo de la vid en todas las tierras donde se podía
plantar cereales. Fue un decreto desesperado para calmar la inquietud
de una inmensa ciudad-estado que sufría escasez de alimentos, y que
permitió la expansión del caldo a todo el territorio latino y a sus
dominios europeos. Desde entonces nunca faltaba en las fiestas
familiares, las solemnidades religiosas y la celebración de triunfos
sobre los enemigos. Una tradición mejorada por los agricultores de
las Galias, históricos productores y consumidores, y por los
artesanos de la brava Germania, la tierra que desarrolló la cerveza
como ninguna otra en el planeta.
—El
rey de Macedonia, Media y Persia, líder del Período Helenístico y
faraón de la Dinastía Macedónica de Egipto, fue un influyente
cultor del sabor de la cerveza. El notable conquistador, que en 322
antes de Cristo fundó Alejandría, la culta ciudad donde se formaban
los más admirados zitólogos egipcios, compartió una pasión
cervecera con su maestro, el filósofo Aristóteles, con quien solía
beberla en la intimidad.
Cerevisia
—La
bebida romana se fabricaba con trigo, avena y era endulzada con
dátiles, al igual que su similar oriental, también con miel, que le
aportaba un sabor aún más azucarado, o con ajenjo, que era una
variedad amarga. Aquella denominación original, según los
filólogos, fue continuada por la Cervisia
gala, la Caelia celta,
la Crevoise francesa,
la Cervegia italiana,
la Cerveja portuguesa,
la Cervexa gallega, la
Cervesa catalana y la
Cerveza española.
Seis carreras
—Era el tipo de espiga de cebada puesta en la ceca de una antigua moneda de la colonia griega de Metapontum, que floreció en una planicie fértil del Golfo de Tarento, en la actual provincia italiana de Lucania. En la cara de este ejemplar arqueológico, que data del 340 antes de Cristo, está grabado el rostro de Leucippus, el primer griego que desarrolló la idea del átomo.
Seis carreras
—Era el tipo de espiga de cebada puesta en la ceca de una antigua moneda de la colonia griega de Metapontum, que floreció en una planicie fértil del Golfo de Tarento, en la actual provincia italiana de Lucania. En la cara de este ejemplar arqueológico, que data del 340 antes de Cristo, está grabado el rostro de Leucippus, el primer griego que desarrolló la idea del átomo.
Plinio
el Viejo
—El
término germánico apareció en la Edad Media, con la
utilización del lúpulo, al que siguió la Beer británica, y del
que derivan, más modernamente, las muy coloquiales Bière francesa y
Birra italiana. En inglés también se utiliza la palabra Ale,
equivalente a Öl, su denominación escandinava.
—Las recetas cerveceras documentadas más antiguas fueron redactadas hace 5.000 años, en forma de canciones sobre tablas de piedra.
—La cervecería más antigua del mundo se llama Bayerische Staasbrauerie Wheihenstephan, fundada en 1040 en Múnich, Alemania.
—Los vikingos creían que una cabra gigante que emanaba un chorro infinito de cerveza les estaba esperando en el Valhalla, su versión mitológica del paraíso católico.
—Las recetas cerveceras documentadas más antiguas fueron redactadas hace 5.000 años, en forma de canciones sobre tablas de piedra.
—La cervecería más antigua del mundo se llama Bayerische Staasbrauerie Wheihenstephan, fundada en 1040 en Múnich, Alemania.
—Los vikingos creían que una cabra gigante que emanaba un chorro infinito de cerveza les estaba esperando en el Valhalla, su versión mitológica del paraíso católico.
La
leyenda data del siglo XII y recrea el mito vinculado con un
personaje real: el conde Jean Primus de Fresnes, luego coronado como
Jean I, emblemático rey de Flandes, de la Casa de Constantinopla,
que gobernó once años hasta 1257. Gambrinus es el patrono
mundial de la cerveza. De él se cuenta que era un hombre amable y
bromista, de cuerpo grueso, como buen cervecero, que vivió 300 años
y que antes de morir dijo: “si hubiera bebido más habría vivido
más”.
Gambrinus
era un joven aprendiz de vidriero que se enamoró de Flandrine, una
hermosa joven que con su indiferencia le causaba un insoportable
dolor amoroso que lo puso al borde del suicidio. Para quitarse la
vida se internó en un bosque cercano, donde no habría amigos ni
testigos, pero cuando estaba a punto de hundirse una espada en el
pecho, se le apareció el diablo para proponerle un pacto a cambio de
su alma. El maligno le prometió dones para ganar la pasión de la
doncella, pero de no ser así le enseñaría como olvidarla.
Aquella
habilidad demoníaca convirtió a Gambrinus en un magnífico
bailarín y músico, pero ni aún así pudo enamorar a Frandine. Fue
cuando el diablo debió cumplir la segunda parte del acuerdo: lo
llevó a una bodega y le enseñó a fabricar un brebaje amargo, con
cebada, levadura y lúpulo. Aquel extraño vino sin uvas lo dejaba en
un estado de alegría y exaltación tal, que el joven vidriero
aplacaba su dolor. Lo bebía con tanta veneración, que pronto se
popularizó en tabernas que los belgas medievales llamaban “Del
Diablo”. Era una sustancia espumosa que le permitió vencer su mal
de amores para siempre y que lo convirtió en el patrono mundial de
la cerveza.
Jarras alemanas de la Edad Media. |
La mención literaria más antigua de Gambrinus data de 1543, cuando el poeta alemán Burkart Waldis contaba que aprendió el arte de elaborar cerveza de la diosa egipcia Isis.
Bier—Alemania
Beer—Gran Bretaña
Bière—Francia
Birra—Italia
Ale—Irlanda
Öl—Escandinavia
San
Arnoldo
Es el patrono francés de la cerveza, nacido en Metz a mediados del VI, en cuya catedral se guarda su anillo, que está junto a la capa de Carlomagno. Arnoldo de Soissons fue obispo de la Abadía Benedictina de San Medard, por petición del pueblo y como era casado su mujer no tuvo más remedio que hacerse monja. El santo comenzó a elaborar cerveza y alentó a los vecinos a beberla en lugar de agua por sus beneficios para la salud. “Es más sana porque se hierve y por lo tanto quema todo el mal que trae en su interior”, decía, adelantándose el procedimiento científico de pasteurización.
Fue canonizado luego de la demostración de sus milagros, entre tantos, el más fabuloso habría ocurrido en julio de 642, cuando trasladaban sus reliquias. Era un verano boreal sofocante y el cortejo estaba sediento. Entre la multitud salió un devoto que llevaba una jarra con cerveza fresca y espumosa, tapada con un paño. Se cuenta que de ese recipiente salieron tantos litros de líquido, que dieron para refrescar a más de 200 personas.
Es el patrono francés de la cerveza, nacido en Metz a mediados del VI, en cuya catedral se guarda su anillo, que está junto a la capa de Carlomagno. Arnoldo de Soissons fue obispo de la Abadía Benedictina de San Medard, por petición del pueblo y como era casado su mujer no tuvo más remedio que hacerse monja. El santo comenzó a elaborar cerveza y alentó a los vecinos a beberla en lugar de agua por sus beneficios para la salud. “Es más sana porque se hierve y por lo tanto quema todo el mal que trae en su interior”, decía, adelantándose el procedimiento científico de pasteurización.
Fue canonizado luego de la demostración de sus milagros, entre tantos, el más fabuloso habría ocurrido en julio de 642, cuando trasladaban sus reliquias. Era un verano boreal sofocante y el cortejo estaba sediento. Entre la multitud salió un devoto que llevaba una jarra con cerveza fresca y espumosa, tapada con un paño. Se cuenta que de ese recipiente salieron tantos litros de líquido, que dieron para refrescar a más de 200 personas.
"En la vida me llamaba Gambrinus,
rey
de Flandes y Brabante.
He
hecho de la cebada, la malta,
y
fui el primero que inventó
cómo
producir cerveza.
Es
por eso que los cerveceros
pueden
pretender con razón
que
su maestro es un rey."
(Poema
popular anónimo, que puede leerse en el Museo de la Cervecería de
Múnich)
“San
Arnoldo, ¡oh! Buen patrón, yo os requiero
San Arnoldo. |
Que
os plazca dejarme beber vuestra cerveza
Y
tano tiempo como vuestra cerveza beberé
Todos
los días de mi vida serviré.”
(Poema
del siglo XVI dedicado al santo francés)
Magnus
—Su
leyenda nació alrededor del año 700 en la abadía de San Galo. Fue
un monje germánico, santo de los cultivadores de lúpulo, que luego
fue patrono de los cerveceros alemanes.
San Arnoldo
—La
fiesta del santo cervecero francés se celebra en tres fechas distintas, según la
región: 19 de agosto en Metz y Verdún, 18 de Julio en Nancy-Toul y
21 de julio en Saint Dioé.
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