jueves, 8 de octubre de 2015

Con Alicia Escardó, escritora, editora, creadora de la Semana Negra Uruguay

Cuando la ficción reflexiona sobre crímenes reales

Entre el 7 y el 14 de agosto de 2015 el Centro Cultural de España convocó a editores, escritores y lectores de literatura policial y novela negra. En ocho noches de conferencias, mesas redondas, tertulias, exposiciones, exhibiciones cinematográficas, música, teatro, intervenciones plásticas, gastronomía, actividades para niños, miles de uruguayos debatieron en el sitio y también a través de los medios sobre la diversidad de un género tan apasionante como popular. “Nos inspiramos en otros festivales similares, el de Gijón es un ejemplo mayor, para crear y desarrollar un proyecto de carácter uruguayo”, afirma Alicia Escardó. “Al mismo tiempo que lo literario, reflexionamos sobre la criminalidad real y sus vínculos con el arte a través de la participación de profesionales del derecho y la criminología. La Semana Negra es una oportunidad para pensar un problema acuciante, visto desde el poder, la sociedad, la economía y la educación”, concluye  la gestora cultural montevideana que compartió la responsabilidad organizativa del encuentro con sus colegas Sussy Asuaga y Manuel Rivoir.

Sobre la base de la entrevista publicada en el N° 85 la revista Ábaco (Gijón, España, Octubre 2015): http://www.revista-abaco.es/

—¿Cómo surgió la iniciativa de crear una Semana Negra?
—Soy una seguidora del género desde siempre, y hacía tiempo que me preguntaba si era posible realizar un encuentro de este tipo en Uruguay, si el público lo seguiría. La primera edición en La Floresta (tradicional villa de verano de la Costa de Oro del departamento de Canelones, sobre el Río de la Plata, ubicada a 60 kilómetros de Montevideo) fue una forma de probar con una dimensión más reducida, y ver qué propuestas funcionaban y cuáles no. Realmente fue un éxito, para ser una localidad pequeña y con los medios con los que contamos, así que nos animó a intentarlo en Montevideo, y luego de esto estoy convencida de que Semana Negra Uruguay llegó para quedarse. 

Portada del N° 85 de Ábaco.
—¿Cuánto influyeron otras actividades de divulgación del género, en especial la Semana Negra de Gijón? 
—Sin dudas influyeron, ya que la idea de combinar literatura con otras actividades, cine, comic, gastronomía, y otras disciplinas como periodismo, criminología, es una idea original que puso en práctica Paco Ignacio Taibo II en Gijón. Por supuesto, cada país, cada localidad le da su impronta particular, territorial. Todos los escritores a los que convocamos aceptaron con muy buena disposición, Milton Fornaro, Hiber Conteris, Rodolfo Santullo y otros, habían estado en Gijón, en Buenos Aires y en encuentros similares. 

—¿En qué ha evolucionado la gestión desde la primera vez? 
—En la primera edición contamos sobre todo con apoyos públicos, ministerios del Poder Ejecutivo, Intendencia de Canelones. En esta segunda, por ser un año post electoral y de muchas restricciones, no nos pasó lo mismo. Nos presentamos a los Fondos Concursables, un clásico de la gestión cultural uruguaya, todavía no salieron los resultados de la convocatoria 2015. Ganamos el Fondo de Incentivo Cultural que es un mecanismo diferente, porque el Estado no aporta dinero, pero permite que las empresas auspicien, deduciendo impuestos; una especie de mecenazgo. Así conseguimos recursos, y por supuesto fue invalorable el apoyo del Centro Cultural de España, que asumió la organizó conjunta, que aportó capacidad de producción, de logística, nos dio el local y personal calificado para gestionar las salas. Para el año que viene, dada la difusión y éxito obtenidos, esperamos y necesitamos contar con más apoyos. En esta oportunidad lo hispanoamericano estuvo muy presente, por influencia del CCE. que con toda lógica convocó a sus autores. Estamos planificando cambios de temática, iremos variando. Nos ha contactado la representación diplomática de otro país, estamos en las negociaciones preliminares, ellos están interesados en convocar a sus escritores; así iremos rotando la presencia protagónica de diversas literaturas nacionales y regionales. 

—¿Cómo evalúan el desarrollo de Montevideo? 
—Hicimos 22 mesas con dos, tres o cuatro expositores, de temáticas muy variadas, una revista de cuentos policiales, películas de cine, gastronomía, cortos policiales, exhibiciones de laboratorio de huellas, drones, móviles policiales, elementos técnicos de espionaje. Más de 3000 asistentes, y una gran presencia en los medios. Estamos ahora mismo recopilando la presencia en medios (radio, prensa escrita, televisión) y es tremendo, nosotros mismos estamos sorprendidos con la gran repercusión. Comprobamos el impacto positivo de la Semana Negra en la literatura policial y la novela negra uruguaya. Varios escritores del género han sido convocados a entrevistas en prensa escrita y televisión, algo que siempre ayuda. Mucha gente no estaba enterada de que en Uruguay tenemos una colección propia dedicada exclusivamente al género, Cosecha Roja de Editorial HUM, que ya lleva varios años publicando. Hubo mucha difusión. 

—La Semana Negra en La Floresta, su primera experiencia, ha sido tan innovadora en Uruguay que les animó a ir por más. 
—En La Floresta hemos hecho Ferias del Libro, Bienales de Escultores, en las que artistas de distintos países se instalaron diez días, hicieron sus obras, en granito fundamentalmente, y las dejaron en la localidad. La Floresta ya tiene más de 30 esculturas al aire libre, el desafío es cuidarlas y mantenerlas, el problema que tenemos ahora. También en La Floresta se hace la Noche Blanca, originada en la Nuit Blanche de París, en la que 30.000 personas pasean por el balneario disfrutando de mas de 40 espectáculos en vivo, músicos, pintores, artistas callejeros, espectáculos de todo tipo. Tenemos la intención de repetir en La Floresta y apuntamos a crecer en Montevideo, incorporando otras propuestas, trayendo mas escritores extranjeros, aumentando las mesas y participantes, y a realizar una edición reducida por año en localidades del interior del país. Este año también realizamos una edición similar en la ciudad de San José de Mayo. 

—¿Qué podemos contarle a un lector español e hispanoamericano sobre la literatura policial y la novela negra uruguaya?
—Está en un buen momento, y cada vez tenemos más escritores. Por primera vez una novela negra ha ganado el Premio Nacional de Narrativa: Matufia, de Rodolfo Santullo, publicada en 2012. Creo que se va consolidando un género que deja de ser considerado "menor". 

Una tercera edición de la Semana Negra se realizó en el Instituto Cultural Español de San José de Mayo, entre el 10 y el 13 de setiembre de 2015. 

La mesa de los misterios 
La Semana Negra en Montevideo 2015 fue la oportunidad para compartir una tertulia sobre “Gastronomía y Novela Negra”, con dos expertos de primer nivel: la antropóloga Ana Valdés Caravia y el periodista Ángel Ruocco. Con tan notables compañeros nos vincula la pasión por el patrimonio cultural, una notoria ascendencia asturiana, el gusto por la sidra,  la fabada y un buen queso cabrales madurado en cuevas de los Picos de Europa. Valdés Caravia es descendiente de gijoneses y luarcanos; Rucco, pese a su primer apellido italiano, por linea materna desciende de ovetenses. 
“En busca de los sabores y las aromas de los detectives hispanoamericanos de ficción”, fue el tema que expusimos el 14 de agosto, ante el auditorio del Centro Cultural de España, un complemento del profundo saber con Ana y Ángel narraron historias sobre las gastronomías escandinava e italiana.
Don Isidro Parodi, el investigador argentino creado por otro personaje de ficción, Honorio Bustos Domecq, seudónimo compartido por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, primero en la historia del género policial que resolvía sus casos encarcelado por un crimen que no cometió. Parodi comía muy bien, la guardia le daba todos los gustos, mucha carne, asada, a la plancha o estofada, guisos pulsudos en invierno, buena pasta, humitas, locro y empanadas en primavera y verano, postre y hasta algún buen vino. Es muy probable que el alimento, cuidado y abundante, fuera una forma de comprar su silencio y compensar su injusto encierro. Atendía los casos cebando mate en un jarrito celeste que siempre ofrecía a sus clientes. 
Ruben Bevilacqua, el más popular detective español de la actualidad, concebido por el madrileño Lorenzo Silva, nació en la Ciudad Vieja de Montevideo y le prepara chivitos (sándwich de carne típico de Uruguay) a la mujer que ama. Le encanta el cocido madrileño, la menestra, el pescado a la plancha con ensalada y filet vacuno de La Verónica, un restaurante con toques argentinos que existe realmente en el barrio madrileño de Huertas; en Barcelona suele probar los calçots. 
Mario Conde, el investigador habanero creado por Leonardo Padura, es una celebridad global. El Conde resuelve sus casos estudiando antecedentes, pistas, sospechosos, mediante premoniciones, iluminaciones y certezas, analizando datos estadísticos, huellas e intentando evitar algo tan engañoso y equívoco como los prejuicios. Su pasión por la gastronomía cubana tiene una guía material e inmaterial, Josefina, madre de El Flaco, su mejor amigo, experta en preparar tamal en cazuela, ajiaco a la marinera, pavo relleno con arroz congrí, arroz frito y con pollo, quimbombó con carne de puerco. 
Alberto Mattos, un comisario honrado e independiente creado por el brasileño Rubem Fonseca para narrar su novela criminal Agosto, sobre el suicidio del presidente Getulio Vargas, toma mucha leche, para cuidar su úlcera crónica, mientras disfruta las recetas livianas de sus dos amantes cariocas: Alice y Elianne. 
Héctor Belascoarán Shayne, el detective narrado por el gijonés Paco Ignacio Taibo II, tímido, burlón, autor de su propio método inductivo, recorre la Ciudad de México en metro, a pie, detrás de su instinto. Le gusta el bistec con jitomate, cebolla, chiles y pimienta; quesadillas; tacos del pastor y de chuleta; bolillos de jamón; para beber algún cubalibre. 
Los investigadores chilenos  Cayetano Brulé, de Roberto Ampuero, y Heredia, de Ramón Díaz Eterovic, comparten un gusto por los frutos del Pacífico. Heredia vive en Santiago, donde consume  latas de jurel tipo salmón al estilo Simenon, aliñada con limón y ají. Brulé vive en el puerto de Valparaiso, desayuna sopaipillas con café o Kuchen de murras, moras en el sur de Chile. Almuerza y cena: corvina al horno con arroz graneado y ensalada de lechuga, palta y apio, puerco asado con moros y cristianos, plátanos maduros y yuca con mojo; carpaccio de pulpo y raviolis al pesto, siempre regados con pisco sour doble. 
La muy diversa Cate Maynes,  descripta por la española Clara Asunción García, adora la sopa de pollo, la de almejas con queso brie, tostas de salmón con base de crema ácida y alcachofa asada, chuletas de cordero con patatas, sándwich de jamón y queso, pizza de espinacas, para beber: cerveza, ron, tequila o chupito de orujo. 
La joven detective Bruna Husky, imaginada por Rosa Montero, desayuna café y tostadas, huevos fritos con fetas de jamón de soja, salchichas con sabor a pollo y queso con pipas tostadas. Almuerza y cena: sopa de miso (soja), bocadillo de algas fritas y piñones, croquetas de pescado prensado, hamburguesas de soja con algas, arroz con tofu, sopa con sabor a pollo, que en realidad es medusa como casi todos los alimentos reconstruidos, pastelito de sucedáneos de perdiz. Bruna es una rep, una androide en la Madrid futurista del 2109, Estados Unidos de la Tierra.
AOR

 Lorenzo Silva, creador del detective Ruben Bevilacqa, estuvo en Montevideo en 2013 para presentar su novela La marca del meridiano, cuando recién había ganado el Premio Planeta. "Elegí Uruguay como lugar de origen para mi personaje por ser un país más pequeño, menos conocido, y desde luego como un homenaje a Onetti", fue su confesión, que arrancó aplausos del auditorio. 

Alicia Escardó, Manuel Rivoir, Sussy Asuaga



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BIO
Alicia Escardó 
Gestora cultural, escritora, editora, guionista, montevideana. Ha participado en dos libros colectivos, Los martes un gato y Lapislázuli. Obtuvo una mención en el Concurso Literario de la Revista Posdata 2001 por la novela Para llegar al final y el Primer Premio en el Concurso Internacional Horacio Quiroga 2011 por el libro El poder invisible, publicado por Banda Oriental. También incursionó en la novela para adolescentes, con La ventana de enfrente, Ediciones Trilce, 2012, fundó la revista literaria LetraNueva, dedicada a la ficción, un gran esfuerzo de cinco años, en el que escribió, editó, vendió y repartió ejemplares puerta a puerta. Ha recibido una mención por Niños cómo pájaros en el concurso de Narrativa del Ministerio de Educación y Cultura 2013, categoría Literatura Infantil y Juvenil, y el segundo premio en 2014 por la novela El chico que se sentaba en el rincón, publicada por Fin de Siglo, presentada en la Feria del Libro de Montevideo 2015. 
Como gestora cultural, en 2013 ganó los Fondos Concursables del MEC para el Ciclo de Exposiciones de Juan Capagorry presentado en nueve localidades del interior uruguayo. Fue creadora de la Feria del Libro de La Floresta 2013, Semana Negra de La Floresta 2014 y la Noche de San Juan 2015 en Ciudad Vieja, barrio fundacional de la capital uruguaya, donde se rescataron tradiciones coloniales iberoamericanas.
—La organización de la Semana Negra en Montevideo, desarrollada entre el 7 y el 15 de agosto de 2015, fue compartida con Sussy Asuaga y Manuel Rivor, también gestores culturales que vienen de la educación. “El trabajo en equipo es fundamental para desarrollar un proyecto de esta complejidad, que propone tantas exigencias, tantas dificultades. Hay muchos imprevistos, momentos de estrés, por lo que es imprescindible el entendimiento entre quienes asumen responsabilidades de gestión”, afirma Alicia Escardó.
 
Resumen fotográfico de la Semana Negra en Montevideo: https://www.youtube.com/watch?v=x2JZTS_6-p0

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