viernes, 23 de octubre de 2015

Con Daniel Lema, expresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya, en el Día del Periodista, 200 años después

Mucho para celebrar, poco para festejar

Daniel Lema, visto por Agesor, 2012.
La dos siglos del Periódico Oriental, las siete décadas del gremio y los 25 años del Día del Periodista, lo encuentran en el final de su segundo mandato que se cerrará en 2016. Inestabilidad laboral, remuneraciones a la baja, demora en los acuerdos de un Consejo de Salarios repleto de dificultades, dentro de un grupo que discrimina a los trabajadores del interior que ganan hasta 50% menos que los de Montevideo. Un Código de Ética creado para aurorregular el ejercicio periodístico incumplido en casos de repercusión pública, una Ley de Medios que en la práctica no se ejecuta en toda su letra. ”Nuestra prioridad sigue siendo la unidad, porque solo juntos vamos a mejorar la calidad de nuestro trabajo”, afirma Daniel Lema en una fecha tan señalada.

Sobre la base de la entrevista publicada en el semanario Brecha (Montevideo, 23/10/2015).

¿En APU perciben que se ha consolidado el valor simbólico del Día del Periodista?
Fue un logro emblemático, que todavía está evolucionando en su alcance, su contenido y en su valor unitario para los trabajadores de la comunicación social. Aquellos compañeros visionarios, liderados por Héctor Surroca, fueron los mismos que mantuvieron vivo al sindicato en la clandestinidad durante la dictadura y que le dieron un nuevo impulso luego de la recuperación democrática. A la declaración del Día del Periodista hay que comprenderla como una tarea militante, tan significativa como otras iniciadas a mediados de la década de 1980. Surroca era profesor de Historia, apasionado por la etapa artiguista, lo que explica por qué propuso el 23 de octubre, la fecha cuando Artigas envió al Cabildo de Montevideo un mensaje de aprobación del contenido del Periódico Oriental y una exhortación a promover la libertad de prensa. Veinticinco años después de aprobada la Ley 16.154, nuestro gremio se encuentra en una etapa compleja pero a la vez de desafíos muy interesantes; entre tantos, la unidad. Pensando en sumar, vamos a insistir en el Parlamento para que la fecha sea transformada en Día del Periodista y de los Trabajadores de los Medios de Comunicación.

¿Cuáles son las prioridades de la Asociación de la Prensa?
La más urgente es cerrar acuerdos en el Consejo de Salarios. No es tarea sencilla porque la mayoría de las empresas enfrentan problemas, que en algunas de prensa son graves, no fueron las más beneficiadas por la bonanza económica de la última década. Nuestro grupo, N° 18, está muy retrasado en las negociaciones, objetivamente enfrentamos serias dificultades. Es el único que diferencia entre trabajadores de Montevideo e interior, una discriminación absurda. A su vez, el interior está dividido en tres franjas, en la tercera hay compañeros que perciben remuneraciones hasta 50% menores que en Montevideo. Muchos de ellos, además de ganar poco, están sometidos a la multitarea, al multiempleo, y no gozan de beneficios sociales. Otro desafío urgente es la difusión del Código de Ética aprobado en 2013, pensando en consolidarlo lanzamos una campaña pública de información y apoyo a su valor como instrumento de autoregulación del ejercicio periodístico.

Un asunto que los enfrenta con las empresas es la Ley 19.307 de Servicios de Comunicación Audiovisual, defendida por el gremio y rechazada por las patronales...
La Asociación participó en la redacción de dos capítulos, el que otorga al periodista el derecho a la objeción de conciencia y el que rige la protección de niños y adolescentes. Para la APU no es una “ley mordaza”, ni afecta la libertad de expresión, sino que la garantiza. Su texto está alineado con valores presentes desde nuestra fundación hace siete décadas: independencia, libertad editorial, no a la censura previa. La objeción de conciencia es fundamental. Los periodistas tenemos derecho a negarnos a acompañar aquellos contenidos que, aún siendo sus autores originales, hayan sido sustancialmente modificados sin nuestro consentimiento. La Ley promueve la diversidad más amplia, habilita la creación de una defensoría de la audiencia y establece garantías para evitar monopolios y oligopolios, fomenta la producción audiovisual uruguaya. Nos preocupa que en la práctica se incumpla su texto. Hubo dos casos recientes que merecieron nuestra atención, uno referido a los derechos de niños, niñas y adolescentes (programa Santo y Seña) y otro sobre la emisión por medios públicos gratuitos de partidos de fútbol y básquetbol en “instancias definitorias” (Uruguay—Bolivia por las Eliminatorias).
Sede de APU, San José y Ejido, Montevideo.
¿El periódico en papel y el editor profesional son dos especies en extinción a causa de Internet y las redes sociales?
Es verdad que las nuevas tecnologías han cambiado nuestro oficio, a veces para bien, a veces para mal, pero no estoy de acuerdo con quienes auguran el fin de la prensa. Por el contrario, aún tiene un futuro por escribir. Buenos ejemplos son las pequeñas y medianas publicaciones de cercanía, hay muchas en el interior, que difunden noticias locales, que alcanzan tiradas importantes a precio bajo. El mayor problema lo tienen los llamados “grandes medios” de Montevideo. En este caso sí parece que Internet ha creado una nueva tendencia: muchos lectores están convencidos de que no deben pagar por contenidos informativos. Tampoco creo que esté en riesgo el oficio. Se puede subir una noticia como testigo espontáneo, y vale, pero nunca sustituir la experiencia del periodista para su profundización y continuidad. La formación hace la diferencia al decidir qué y cómo se publica, en ese momento la responsabilidad profesional es insustituible.

Desde aquellos escritores públicos rioplatenses de principios del siglo XIX, de Mariano Moreno, Antonio Díaz, Mateo Vidal, hasta los actuales comunicadores en su mayoría con formación universitaria, rodeados de tecnología, ¿qué valores se mantienen permanentes en estos dos siglos?
La ética y la independencia siempre deben estar presentes el compromiso con lo que se ofrece al público: informar lo que el poder de turno no desea que se sepa. La ética como herramienta imprescindible para ejercer el periodismo responsable se ha transmitido desde los inicios hasta hoy, de generación a generación. Lo que más ha evolucionado en estas últimas décadas, además de la tecnología, es la formación. Está muy bien que la mayoría de los comunicadores posea un título, pero los valores periodísticos fundamentales solo se adquieren en la “cancha”, trabajando todos los días.

El periodismo uruguayo por casi dos siglos fue partidario, pero la dictadura cortó esa historia. Los medios opositores de entonces se transformaron en pluri ideologicos, luego, cuando regresó la democracia nos dimos cuenta de que aquella tradición política había cambiado.”

37
Fueron los ataques contra periodistas uruguayos hasta junio de 2015, según el “Monitoreo Libertad de Expresión” del Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (CAINFO), una investigación apoyada por la Asociación de la Prensa. Dos casos fueron de nivel “Alto”, 25 “Medios” y diez “Leves”. En Montevideo se produjeron 15 amenazas, en el interior la mayor cantidad se registró en Soriano (7) y Colonia (4).

1944
El 25 de octubre de aquel año fue fundada la Asociación de la Prensa Uruguaya, por iniciativa de un comité coordinador de periodistas de diarios, revistas, personal de administración y agencias de noticias. El primer presidente fue José Nicodemo, del desaparecido vespertino El Plata, y el secretario general Alfredo Mélen, de El País. El Acta Fundacional de APU fue firmada por Andrés De León, Ideal López, Aníbal Tejera, José Sánchez, José Nicodemo, Juan José Díaz, José Machado, Eduardo Nicolazzo, Armando del Campo, Manuel Orgambide, Washington Beltrán Martínez.

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