Un clásico tanguero de tres siglos, entre Guruyú, Ciudad Vieja y el Barrio de las Artes
“Al campeón del Pegulo y de la Uvita, sinceramente, Carlos Gardel 1933”, dice la foto dedicada al gallego Augusto López. (Archivo Baar Fun Fun) |
Sobre la base de los libros Galicia en Uruguay (Naón y Olveira, Montevideo, 2009), Montevideo. Manual del Visitante (Naón, Olveira y Praderi, 2011), de la serie Inventos Uruguayos (Trocadero Gabinete de Diseño para el diario El País, 2011), Boliches. El Corazón del Barrio (Canal 10/Ediciones de la Banda Oriental, 2013).
La
ñata contra el vidrio
Es muy
probable que el gallego
Juan Vázquez se fue a dormir antes de la medianoche del 15 de abril de 1794, pero dejó en el mostrador al dependiente navarro Bernardo Paniagua, para que atendiese a dos molestos
parroquianos de su pulpería. Al fin, quedó uno solo de beberaje en la
penumbra. Un hosco marinero italiano, Domenico Gambini, que horas
después trepó una balandra, todavía de madrugada, rumbo a Buenos
Aires. Poco tardó en llegar la noticia a la capital argentina.
Gambini había robado la recaudación del comercio montevideano luego de
asesinar de un hachazo furibundo al pobre Paniagua.
Casi un siglo después de la tragedia, a mediados del
siglo XIX, la "esquina" de Vázquez era el popular Almacén Del Hacha,
una despensa de bebidas y “ramos generales”. En el albor del 1900 también fue bar, y desde entonces es uno de los símbolos culturales de la zona conocida como Guruyú, en el cruce de las
calles Buenos Aires y Maciel.
Almacén Del Hacha, c. 1895, año de fundación del Fun Fun. (Centro de Fotografía de Montevideo) |
En
2004 fue adquirido por Avelino Pichu
Carballo, un hijo de coruñeses que compartió su memoria familiar
con el decano de los comercios montevideanos. Después
hubo otros emprendedores, convocados por una celebridad mayor que
mereció la edición de un sello postal propio y la declaración
como Monumento Histórico Nacional. Pero el aura patrimonial no lo
protegió contra las intermitencias comerciales.
El viernes 17
de mayo de 2013 fue reabierto una vez más, por iniciativa de Lucía
Berretta, Gabriela Pérez e Ismael Nan, ahora como centro cultural
con impronta tanguera y de música popular. El boliche bicentenario
también es restaurante y espacio plástico y audiovisual. Sus mesas
fueron intervenidas por la creatividad de once artistas: Cecilia
Vignolo, Santiago Tavella, Dani
Umpi, Rosario Pacha
Albertini,
Fabián Mendoza, Yudi Yudoyoko, Elian Stolarsky, Diego Focaccio,
Mauricio Pizzard, Fernando Corbo, Vicky
Barranguet. A pesar de los siglos, los cambios y la modernidad
siempre será El ”Viejo”
Hacha.
Las crónicas
de época cuentan que el avieso Gambini fue detenido y deportado a
Montevideo. Arribó engrillado, para su juicio sumario. Fue ahorcado
pocos días después ante la indignada presencia de Vázquez, el
noble gallego que atravesó el hacha homicida en una de las ventanas
de su almacén. Nadie se animó a quitarla de allí, hasta muchos
años después de su muerte.
“Es la
edad que está a punto de cumplir, o ya cumplió, El Hacha. Basta pensar que Artigas
pudo haber sido uno de sus primeros parroquianos, con menos de 30
años, mucho antes de la Batalla de las Piedras. Siempre hubo
historias sobre su nombre. Desde la tradicional, que cuenta la muerte
del vasco Paniagua, hasta otras más picantes. Se dice que el
legendario hachazo fue dado por el primer dueño cuando regresó a su
casa por sorpresa y su esposa estaba en la cama con un empleado. Hay
otra versión: una hija del mismo pulpero tenía un novio que no le
gustaba a la familia; un problema que se habría resuelto con la
afilada herramienta.”
“En los
sótanos del boliche funcionó el primer ring clandestino del país,
donde peleaban españoles y criollos contra los marinos ingleses que
bajaban de los barcos. Aquí nació el boxeo uruguayo, también el
fútbol y el carnaval. En sus mesas se fundó la Liga Guruyú y dos
cuadros memorables: El Hacha y el Guaraní en el que jugó Obdulio
Varela.”
Bailando tango al filo de la leyenda. (Archivo Del Hacha) |
Nelson
Laco
Dominguez, Guruyense, periodista y escritor, cronista del barrio y su gente. (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10)
“Mi padre
se pasó la vida detrás de un mostrador. Tuvo un boliche de aquellos
de época, que llamaban de 'esquina'.
Siempre quise tener un centro cultural, y El Hacha se presta por su
significado material e inmaterial. Cuando vi por primera vez su
barra, ¡me enamoré!”
Gabriela
Pérez, gestora cultural, propietaria.
“Alguien
nos contó que El Hacha estaba disponible, pero con el inconveniente
de que pasó varios años cerrado. Cuando entramos, nos miramos con
Gabriela y dijimos: ¡nos quedamos acá! Es ideal para nuestros
proyectos.”
Lucía
Berretta, gestora cultural, propietaria. (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10)
Era
una agrupación de músicos y cantantes que paraban en El Hacha. Fue
creada por Tito
Darrás, que convocó a voces carnavaleras de leyenda: Raúl
Piecito
Ferreyra, que daba los tonos, Antonio
Cachela
Casaravilla, entre otros. Cantaban tangos en formato de coro, con
tanta popularidad que eran contratados para fiestas y grandes
acontecimientos. También animaban la concentración de selecciones
uruguayas y clubes de fútbol.
El Chileno
Se llamaba
Ángel Molina. Fue un conocido poblador del Barrio Guruyú y
parroquiano del Hacha, culto, melómano, punguista de profesión,
pero, como él mismo decía “con
códigos”.
Jamás le robaba a los vecinos ni a sus amigos del boliche. Una
mañana, uno de ellos lo desafió: 'a
mi no me vas a robar sin que me de cuenta.' Al
rato buscó la billetera en su bolsillo, pero no estaba. El
Chileno
se la devolvió, mientras le decía: '¿viste
gil? te la saco cuando quiero.'
Otra vez, a un vecino le robaron una costosa pluma Parker en un ómnibus.
Habló con El
Chileno,
que le hizo dos preguntas clave:
'¿a qué hora y en qué línea?' En
el 121, a eso de los cuatro de la tarde. Al otro día, la pluma era devuelta al dueño. Molina conocía el movimiento de sus colegas, en todos los ómnibus y a toda hora.
Los tonos de una historia repleta de tango, candombe y carnaval. (Archivo Del Hacha) |
“Mi Viejo
tocaba
la armónica, ensayaba en casa, pero era aficionado. Mi tío George
era profesional. Tocaba con leyendas de la década de 1960: Manolo
Guardia, Bachicha
Lencina,
Quique Almada.
Siempre insistía con la necesidad de darle al Candombe un formato de
calidad de exportación. Todos le decían que estaba loco, en mi
familia lo peleaban, pero tenía razón. Así nacieron El
Quinto,
Tótem,
Opa,
Los
Shakers.”
“Hasta
ahora me acompaña la fortuna, porque la gente ha tomado como propia
la música que a mi me gusta También es imprescindible el trabajo,
pero un artista sincero necesita suerte. Un artista sincero es aquel
que crea para él mismo, para disfrutar y compartir su disfrute. La
opuesta es música comercial basada sólo en el marketing. Nunca me
propuse hacer un hit,
ni supe antes que un tema iba a ser preferido por el público.
Comenzaba a darme cuenta en el estudio de grabación, cuando veía el
rostro del ingeniero de sonido o al mozo que se quedaba largo rato
para escuchar. Así me pasó con La
hermana de la Coneja,
Brindis
por Pierrot,
Amándote
o Durazno
y Convención.
Me siento un músico sincero, pero compongo con la esperanza de que
mis temas le gusten a los demás.”
Sello conmemorativo, en los 200 años del Almacén Del Hacha. (Dirección Nacional de Correos) |
“El Hacha
es un boliche legendario, por sus historias, sus objetos, sus
personajes. Aquí adentro hay mucha bohemia, pero también mucho
dolor y sufrimiento. Si estas paredes hablaran, contarían historias
de tango, candombe y murga. ¡Me emociona de sólo pensarlo!”
“Los
boliches de antes eran puntos de encuentro. Mis padres salían tres
veces a la semana y siempre terminaban en alguna tertulia de café.
El boliche de barrio se ha enfrentado y se enfrenta a tres enemigos
letales: la televisión, el video y la computadora.”
“Por
suerte existe el Carnaval y los conjuntos que salen de clubes y
boliches. Durante cuatro o cinco meses de primavera y verano los
barrios recuperan a los vecinos que apagan la tele y la computadora.
La gente se junta a ver los ensayos y también ¡a charlar!”
Jaime Roos,
compositor e intérprete, parroquiano del Hacha (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10)
Un boliche
Letra: Tito Cabano
Música: Carlos Acuña
Un boliche como tantos,
una mesa como hay muchas,
un borracho que serrucha
su sueño de copetín.
Hay un tira que se asoma,
una copa sin monedas,
un punga que se las toma
y una caña sin servir.
Una partida de tute
entre cuatro veteranos,
q'entre naipes y toscanos,
despilfarran su pensión.
Y acodado sobre el mármol
agarrado como un broche,
un curda que noche a noche
se manda su confesión.
El trompa tira la bronca
porque un pebete se cuela
y un cantor con su vigüela
pide permiso y entona.
Y así,
entre naipes, curda y canto
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."
Una esquina como hay tantas,
una barra como hay muchas,
un farol que nos escucha
en su nocturno cantar.
El chistar de la vecina,
la que no cuaja en el barrio
y un galán de tranco largo
que se raja de un zaguán.
La presencia del agente
desparramando el concierto,
ya la calle es un desierto
y el rey de bastos copó.
El envite de una copa,
que de apuro va a baraja,
mientras que frente a la caja
se afana el que te afanó.
El trompa tira la bronca,
porque un pebete se cola,
y un cantor caza la viola,
pide permiso y entona.
Y así,
entre naipes, curda y canto,
de esta escena cotidiana,
se oye la voz de una nena:
"¡Papá, vamos que mamá te llama!..."
Es un barrio
adentro de la Ciudad Vieja, ubicado al este del Boulevard Sarandí,
donde la península portuaria se transforma en Rambla Sur. Es un
ancestral territorio de conventillos en los que convivieron familias
afrodescendientes tradicionales con inmigrantes de las naciones más
afines y más remotas del planeta: gallegos, italianos, portugueses,
franceses, rusos, armenios, judíos, sirio-libaneses y turcos
escapados de la guerra contra Grecia.
Guruyú es un
nombre extraño, que suena a lengua bantú o guaraní, pero que en
realidad es una deformación del apellido francés Gounouillou, tan
difícil de pronunciar que pronto fue sustituido por una sonora
versión criolla.
Domingo
Gounouillou fue un empresario naviero que a mediados del siglo XIX
construyó el primer muelle de gran escala en el puerto de
Montevideo, al final de la antigua calle Patagones, la actual Juan
Lindolfo Cuestas. También adquirió los terrenos baldíos que
quedaron tras la demolición del Fuerte San José, donde fue trazada
la corta calle Isla de Lobos, entre Piedras y Cerrito. El emprendedor
tuvo una idea original. Al lado de su dique edificó un conjunto de
casillas de madera donde los veraneantes se cambiaban de ropa para
disfrutar de una novedad: los baños de sol y mar.
La ventana donde, se dice, estuvo clavada la herramienta. (Archivo Del Hacha) |
La obra se
detuvo en 1895, por la crisis financiera derivada del quiebre del
Banco Nacional. A medio terminar pasó al Banco Hipotecario que la
finalizó y pronto arrendó a la Universidad de la República. En
1897 se instalaron las facultades de Derecho y Matemáticas, y tiempo
después la primera Facultad de Humanidades fundada por el filósofo
Carlos Vaz Ferreira.
Luego de
evacuado por su estado ruinoso, hace tres décadas, muchos fueron los
proyectos prometidos al Monumento Histórico Nacional que permanece
abandonado frente a la Plaza de Deportes que ocupa el espacio donde
alguna vez estuvieron las “casillas”
de
Gounouillou y las “piletas”
de
Reus.
Frente del almacén sobre la calle Buenos Aires. (Archivo Del Hacha) |
Barrio
Olímpico
Es
la otra denominación histórica de Guruyú, un homenaje a la
selección uruguaya liderada por El
Mariscal José
Nassazi, campeona de fútbol en los Juegos de Colombes 1924. Los
“Celestes”
inventores de la “Vuelta
Olìmpica”
se prepararon en la cancha de la Liga Guruyú, un campo conocido como
“La
Cangrejera”
porque estaba repleto de piedras que laceraban codos, muslos y
rodillas.
Fun Fun, el “estaño” de Gardel
A
fines del siglo XIX,
la Ciudad Vieja estaba
dividida en dos por el elegante Boulevard Sarandí. Hacia la Aduana y
la costa sur y oeste de la península mandaban los dueños del
Bajo, la
“zona del pecado” de
la calle Yerbal, donde prostitutas y malevos se encontraban con
marineros que bajaban de los barcos y con muchos ciudadanos
“honestos” que ocultaban sus secretos. Hacia
el norte y noreste, con la calle Buenos Aires como eje, alrededor del
Teatro Solís, el Palacio Estévez y la Plaza Independencia,
“judíos”,
“turcos”,
“gringos”
y otra “gente de
trabajo” vivían cerca
de la “Ciudad Nueva”
señalada por el inicio
de la avenida 18 de julio.
Augusto López y parroquianos, a principios del siglo pasado. (Archivo Fun Fun) |
Augusto era querido y
respetado por todos sus clientes: los del “Bajo”
que luego fundaron el Olimpia y los “vecinos
respetables”
reunidos en el Capurro, que en la década de 1930 se fusionaron en
River Plate. Fueron ellos, y también sus compañeros portuarios,
quienes lo convencieron de que abriera un boliche donde disfrutar los
dos brebajes realizados con fórmulas que aún permanecen protegidas
por un misterio cautivante.
Gonzalo Acosta López en el mostrador de su Baar Fun Fun. (Alejandro Sequeira) |
El Fun Fun también
conoció tiempos difíciles. Cambió varias veces de ubicación, por
decisiones. municipales y por tendencias socioculturales. En la
actualidad disfruta una época de esplendor, preferido por viejos
tangueros, pero también por jóvenes y curiosos seducidos por su
historia.
Uvita, para llevar. (Alejandro Sequeira) |
Uvita, Pegulo,
Miguelito
Son los tres tragos más
célebres de Augusto López. La Uvita mantiene toda su vigencia como
mezcla de vinos añejados, oporto, garnacha, más azúcar y el
secreto de la casa que lo lleva a 22 de graduación alcohólica. El
Pegulo no perduró, porque se preparaba con grafión una fruta
similar a la cereza que dejó de conseguirse en el país e importarla
era demasiado costoso. El Miguelito, también desaparecido, era una
bebida corta y suave para el consumo de los niños que acompañaban a
sus padres.
La bebida de Gardel
Así le llaman muchos
clientes a la Uvita, en honor a un momento sublime del Fun Fun y su
sabor emblemático. Cuentan que El
Mago
fue admirador incondicional de Augusto López, desde la primera vez
que probó su creación. Hasta le dedicó un tango cantado a
cappella, acodado en el mostrador. Una fotografía que se exhibe en el
Baar dice: “Al
campeón del Pegulo y de la Uvita, sinceramente, Carlos Gardel 1933.”
“Mi bisabuelo
abrió el boliche por la insistencia de clientes y amigos que
deseaban tomar copas a toda hora. Pero al principio sintió temor por
el riesgo de tamaño emprendimiento. Era tartamudo, y cuando se ponía
nervioso peor todavía. Cada vez que alguien se lo reclamaba,
respondía lo mismo ¿Fun… fun...cionará? De tanto repetirlo,
quedó el nombre Fun Fun.”
Gonzalo Acosta López,
propietario del Baar Fun Fun (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Noviazgos,
casamientos, divorcios
“Entré en 1996 y nunca me fui,
porque este boliche posee una mezcla única de familia, noche y
seducción. Aquí vienen señoras de 80 años con amigas, con las
hijas y las nietas. Aquí se celebran los noviazgos, los casamientos,
pero también se festejan los divorcios.
Me iré cuando Gonzalo me diga hasta aquí llegamos, pero seguiré
viniendo como parroquiana y oyente.”
Edith Ábalos, cantante
del Fun Fun (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Una noche de tango, amor y amistad. (Archivo Fun Fun) |
Gonzalo Acosta López (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
La Casa de Caprario (antigua calle Soriano N° 99) continúa siendo
propiedad de Nacional y desde hace tres años fue cedida en régimen
de comodato, por un período de quince años a la Intendencia de
Montevideo a cambio de "la restauración total de las sala de la planta superior donde se realizó la
primera asamblea de socios y jugadores del Uruguay Athletic y el
Montevideo Football Club que fundaron la primera institución
criolla del deporte sudamericano. También se recuperarán los muebles para recrear un
recorrido cultural histórico de la ciudad", explica el
arquitecto Ricardo Supparo, integrante de la Comisión de Patrimonio
y Obras de Nacional.
En el Barrio de las Artes
En
2014 el Fun Fun se mudó a otro edificio histórico de la ciudad, la
antiga casa de la familia Caprario, Soriano 922, a metros de la calle
Convención, en el céntrico Barrio de las Artes. Por un acuerdo con
el Club Nacional de Football, el bar que evoca al gallego Augusto
López permanecerá tres años en la planta baja del edificio donde
fue fundado el decano del fútbol uruguayo y primer club criollo de
América, el 14 de mayo de 1899. Allí funcionará mientras duren las
obras de remodelación del Mercado Central, a donde regresará en
2017.
¿Fun... funcionará en el Barrio de las Artes? (Intendencia de Montevideo). |
Bachelet
“Nunca me olvidaré
su visita cuando era presidenta de Chile. Primero iba a cenar algo
común, pero alguien le recomendó que pidiera una parrillada.
Gonzalo iba a sacar una parrilla a la calle, pero no daba el tiempo,
entonces la hizo adentro. ¡Lo que se ahumó el Mercado! Todo para
complacer a Michelle Bachelet, que bailó hasta con los mozos.”
Mabel López,
Lula,
nieta de Augusto, hija de Coco,
ex propietaria (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
“¡Cómo lo extrañamos! Fue
nuestro mozo histórico, al que recordamos a cada momento.. Trabajó
aquí 51 años, con mi abuelo, con mi padre, con mi madre, conmigo.
Se llamaba Mario Remedios, pero para todos era Marito.
El compañero y amigo que siempre está, porque lo sentimos en la
piel.”
Gonzalo Acosta López (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Paredes que ven
“Marquitos,
un amigo muy querido de San José, siempre quería traerme al Fun
Fun.
Marquitos se
me fue sin darse el gusto, pero una noche sentí la necesidad de
estar con él y me vine al boliche después de una actuación. De
entrada sentí una profunda vibración tanguera. Sentí que muchos
ojos sin cuerpo me miraban desde las paredes. Siempre digo que en Fun
Fun hay mucha más gente que la que viene cada noche.”
Malena Muyala, cantante
y compositora de tangos, valses, milongas y milongones (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
“El Fun Fun es un templo de la
cultura uruguaya. Un sitio que evoca a una Montevideo repleta de
espacios democráticos de socialización. Nuestra ciudad cambió
cuando empezaron a cerrar los boliches, porque se perdieron aquellos
lugares donde todos éramos iguales: el médico, el chorro, el
albañil, el periodista, el político, el más rico y el más pobre,
el más famoso y el más ignoto. Hasta el cuidacoches formaba parte
de aquella gran comunidad del boliche, acomodado en una ventana donde
le servían una.”
Julio Toyos, periodista (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Tibio y fraterno
“El boliche es una simbología uterina del placer de la placenta. Para muchos, entre los que me incluyo, es el hogar tibio donde uno puede compartir un sueño de fraternidad.”
Tibio y fraterno
“El boliche es una simbología uterina del placer de la placenta. Para muchos, entre los que me incluyo, es el hogar tibio donde uno puede compartir un sueño de fraternidad.”
Ignacio Suárez, periodista, escritor y productor (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Música y letra
"Si venís solo te das cuenta que los objetos del Fun Fun tienen alma, porque están repletos de recuerdos vivos, los de Don Coco, los del mozo Marito y los de tantos y tantos amigos que nunca nos dejaron en la calle aún en tiempos muy duros."
Uvita para servir. (Archivo Fun Fun) |
“En el Fun Fun ves
clarito como el tango te marca los años de la vida. Cuando sos joven
venís a bailar, sólo escuchás la música, pero a medida que vas
cumpliendo años vas atendiendo cada vez más las letras.”
Nelson Pino, cantor de
tangos (Boliches, El Corazón del barrio, Canal 10).
Ciudad Vieja
Es
el
núcleo urbano original de Montevideo, creado alrededor del puerto
marítimo casi tricentenario. Su
primer trazado fue definido en 1724, según plano del ingeniero
Domingo Petrarca con la tradicional forma de damero español:
manzanas a medios rumbos y en ángulos rectos.
Prontas para salir del exhibidor. (Archivo Fun Fun) |
Polo Bamba y Tupí
Nambá
El Hacha, Gran Café y
Restaurante del Oriente, El perro que fuma, 42/43, Roldós, Café
Brasilero, Tasende, Iberia, la sucursal del Sorocabana y los
legendarios Polo Bamba y Tupì Nambá del gallego Francisco San
Román, son algunos de los más notables boliches que han existido o
existen en la Ciudad Vieja.
Bíos
Tito Cabano (1918-1988)
Cantor y compositor de tangos, escenógrafo y actor teatral.
"Su
historia es la del viejo Montevideo bohemio y noctámbulo. Y
en este abril se cumplen 21 años de que Tito Cabano se piantara a
escribir sus versos allá arriba. Aunque
su delgadísima silueta acompañada de la infaltable gorrita siempre
andaba en la noche, el Tito no era amante de las copas.
Cuenta
la leyenda que fue en ese sitio donde se inspiró para hacer la letra
de su tango más famoso, titulado Un Boliche. Las
pocas veces que se lo veía de día, lo encontraban en la esquina de
Sierra y Miguelete, principalmente los domingos después de la feria
de Tristán Narvaja.
Bíos
Tito Cabano (1918-1988)
Cantor y compositor de tangos, escenógrafo y actor teatral.
Primera página de la partitura original de Un Boliche. (Todo Tango) |
Sus
bebidas habituales fueron los cortados y el café con leche largo
llamado capuchino. El cigarro es su compañero mientras garabatea
algún verso en las servilletas del bar Libertad de la Plaza
Cagancha.
Nació
en el bravo barrio Guruyú de la Ciudad Vieja y sus añejas veredas
lo tuvieron de incansable caminante.El
Tito fue una constante presencia en el almacén y bar Del Hacha. Sus
pasos lo llevaron a conocer íntimamente la Aduana y en toda la zona
de El Bajo fue muy respetado. Por
el Mercado del Puerto, lo veíamos en el pequeño bar de Carlitos,
donde era el único que tomaba un cafecito mientras los demás le
daban a la cerveza de barril y a los tradicionales chorizos al vino
blanco.
Cuando
entraba en el boliche El Globo de Yacaré y la rambla, los bagayeros
y los estibadores decían: '¡Salú Tito!' y se sentaba solo en
una mesa del fondo a escribir sus poemas.
Además
de las musas tangueras, su otra pasión fue el Carnaval. Era un gran
hincha del mítico Coro de la Aduana y además hizo las
escenografías y los libretos de parodistas como Los Crema y Los Chevaliers. Amó
al teatro y colaboraba con los elencos de El Tinglado y el viejo
Teatro Victoria. Trabajó de mozo en el antiquísimo cafetín de
Ibicuy y Durazno.
Segunda página y letra de Tito Cabano. (Todo Tango) |
También
tuvo una barra de amigos en un bar de Sierra y Paysandú donde se
encontraba con el carnavalero Chiquito Roselló, que vivía en
el conventillo más famoso del Cordón. Ya
siendo más veterano se volvió muy callado y continuó con su
nocturna bohemia pero como una persona introvertida.
Lo
que nunca cambió fue su calidez para la camaradería de los estaños
y las mesas donde hizo un culto de la amistad. Como
un ser romántico y melancólico comenzó a frecuentar muy seguido el
barrio Goes. Ahí
lo esperaba El Gordo Alonso en su pintoresco almacén y bar de
General Flores y Vilardebó.
Sentado
en una mesita y rodeado de bolsas de alpiste y maíz, el Tito tomaba
un cortado y escribía bellos versos. Los
taximetristas de las madrugadas del bar El Faro sabían que ese flaco
de gorrita era el conocido Tito Cabano. No
les extrañaba cuando los artistas que actuaban en la cercana
parrillada Sud América lo saludaban con gran afecto.
Compuso
hermosos versos que dieron origen a tangos de antología por su aguda
visión costumbrista. La
memoria popular recuerda: En la madrugada, Pincelada del
Puerto, Mishiadura y Mi Peñarol, dedicado al cuadro
de sus amores.
Su
máxima creación, titulada Un boliche, fue interpretada por
los más famosos cantores y se destaca la versión de El Polaco Goyeneche. Por
todos los barrios, por el Guruyú, Goes, Palermo y el Cordón “Un
boliche como tantos, una esquina como hay muchas…”. Con más
recuerdos y música los esperamos en la 40 Radio Fénix todos los
sábados a las 18 horas."
Tito Cabano y un boliche, artículo de Luis Grene, diario La República, Montevideo, 19 de abril de 2009.
http://www.lr21.com.uy/comunidad/360633-tito-cabano-y-un-boliche
"Es traspasar un límite existencial, el que separa la
vida común de los mortales —los que viven en las ciudades,
transitan sus calles y trabajan en oficios u oficinas—, de la vida
de aquellos que habitan el parnaso singular de los bohemios, de los
artistas surgidos con los duendes de la noche en estaños y
cafetines, entre pungas, prostitutas, curdas y cantores.
Lágrima Ríos (1924-2006)
http://www.lr21.com.uy/comunidad/360633-tito-cabano-y-un-boliche
Hablar
de Tito
Tapa de la partitura original de Un Boliche. (Todo Tango) |
Él
era uno de esos personajes y ¡vaya si estaba rodeado de duendes y
musas! Según Federico Silva era el prototipo del bohemio ¡Hasta
la pinta lo delataba!
Las
personas que lo conocieron son coincidentes en su descripción.
Flaco, alto y un poco desgarbado, con su gorra con visera y su manera
de relacionarse, siempre amena, participaba en las charlas,
especialmente relacionadas al tango, o se recluía al fondo del bar a
escribir versos en las servilletas. Alguna vez confesó, que gran
parte de su obra la escribió en los diversos cafés que frecuentaba."
Introducción de una biografía escrita por Ricardo García Blaya en Todo Tango, de Buenos Aires.
Lágrima Ríos (1924-2006)
Lida
Melba Benavídez Tabárez fue una cantante y gestora de la cultura afrouruguaya, llamada la Perla Negra del Tango y la Dama del Candombe.
"Nació
en un hogar humilde de la ciudad de Durazno, y al poco tiempo su
familia se trasladó al Barrio Sur montevideano. Su padre
era un jornalero del puerto, y su madre empleada doméstica. Como
muchas jovencitas, Lágrima cantaba en su casa hasta que alguien que
la escuchó se interesó por ella y con permiso de sus padres comenzó
en 1945 a cantar en compañía de un guitarrista.
Formó
parte de Brindis de Sala grupo coral integrado por los hermanos
Ramos, Luis Alberto Gómez y Juan Sequeira, que era un conocido
integrante de conjuntos de carnaval. Este grupo interpretaba
canciones a capella. En 1956 ganó un concurso de canto en una
emisora de la ciudad de Montevideo, hecho que la transformó en
vocalista de la orquesta de Orosmán Gato Fernández. Sin
embargo, perdió su trabajo por el color de su piel, inconveniente
que se repetiría varias veces a lo largo de su vida.
Ha
cantado con Danny Glover, actor norteamericano que estuvo hace pocos
años en la organización no gubernamental uruguaya Mundo Afro. También con Mary Wilson cantante
norteamericana. Actuó en Madrid Londres y fue la primera cantante
uruguaya y afro descendiente que actuó en La Sorbona de París. Hizo
presentaciones con Celia Cruz, Aníbal Troilo, Roberto Goyeneche ,
Hector Maure y Alberto Castillo.
Dijo
Lágrima:
'Soy
una mujer a quien Dios le quitó muchas cosas, pero también le dió
una garganta que a través de los años fue manteniendo su pureza y
hoy puede presentarse frente al público y recibir el aplauso. No
sólo en mi país sino también fuera de él. Mi nombre es conocido
en lugares donde yo ni siquiera tenía la idea de que ellos supieran
que existía alguien llamada Lágrima Ríos. Soy una mujer agradecida
a Dios, pero estrella no.'
En
1972 editó el disco larga duración La Perla Negra del Tango que dedicó en parte a su
maestro Alberto Lastra. En 1982 viajó a Europa y vivió en España
por tres años. En 1993 fue embajadora del tango a la primera cumbre
mundial realizada en Granada. En 1995 se le otorgó la presidencia de
Mundo Afro. En 1996 cantó para la tercera cumbre mundial del tango
realizada en Montevideo y en varias ciudades del interior de Uruguay.
Editó su primer disco compacto en 1997, titulado Cantando Sueños, y
en 1999 filmó el videoclips del tema Danza Sur.
Actuó
en la película documental Café de los maestros (2008) dirigida por
Miguel Kohan y en el álbum Café de los maestros Vol.1 y 2 (2005)
producido por Gustavo Santaolalla en el que registró Vieja viola
acompañada por Aníbal Arias y Un cielo para los dos acompañada por
Gustavo Santaolalla.
En 2005 hizo una presentación en vivo de la canción Un
cielo para los dos, junto a Gustavo Santaolalla en el concierto
brindado por el artista Luciano Santaolalla en el Teatro Solís de
Montevideo. Previamente se editó un DVD con el concierto Supervielle en Solís, que finalizó con el público de pie y aplaudiendo a
este icono de la música uruguaya. Murió
con 82 años y 3 meses tras una prolongada enfermedad cardíaca.
Su nombre artístico se debe al uruguayo Alberto Mastra, guitarrista, cantante y compositor de tangos que cuando la intregró a uno de sus célebres tríos, le advirtió: 'Vamos
a cambiarte el nombre, elige entre Armonía o Lágrima.'
Ella eligió
Lágrima, porque las lágrimas no siempre son de tristeza, las
grandes alegrías también nos hacen llorar. Esta tarde, en su casa
de la calle Durazno, bien al Sur, las lágrimas fueron esa mezcla
incierta al recordar a su madre, con la devoción que sólo un hijo
criado en el amor puede profesar. Hace años que Lidia del Río
primero y Lágrima Ríos después se constituyó en la voz femenina
del candombe."
Biografía publicada en la página web de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (DAECPU).
Simplemente excelente el artículo!!! Los dos lugares son parte de mi vida, uno más que el otro. Pero ambos me generan un viaje a la historia de esta ciudad.
ResponderEliminarGRACIAS, GRACIAS y más GRACIAS!!!
Felicitaciones!!!
Le falto nombrar al maestro Germán Reyna que fue el que reviviö el Fun Fun en 1992 cuando solo abria los viernes y venia siempre la misma gente y quien le escribe Rossana Reyna junto a un montón de cantantes aficionados instruidos por German Reyna donde estaba esta sra edith ábalos, hasta 2005.Saludos
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