Una crónica del matutino La
Mañana describe la inauguración de un espacio
industrial y comercial único en la historia económica del país. Fue el 21 de
diciembre de 1926, cuando la Sociedad Anónima Cervecería Oriental comenzó a
funcionar en un predio de 30.000 metros cuadrados, equivalentes a cuatro
manzanas limitadas por el camino Burgues, el bulevar Artigas, Espinillo, que ya
existía, y un callejón luego transformado en la calle Andrés Cheveste. Por más
de tres décadas, la antigua quinta de Agustín Carbonell, referencia geográfica
del barrio Atahualpa, fue un sitio familiar que convocaba a los uruguayos de
todo el país. El punto de encuentro era un clásico de la Suiza de América, en una esquina inexistente: Burgues y Asencio.
Al principio fue el Parque Múnich, también conocido como
Recreo, concebido por iniciativa del emprendedor Numa Pesquera, líder de la
agroindustria nacional de principios del
siglo pasado, propietario de la Granja Melilla y los Almacenes Libertad. Para
concretar el proyecto, su nueva empresa adquirió la quinta Carbonell, también llamada
de los Alemanes. La antigua propiedad fue transformada en el más innovador
complejo productivo de la región, diseñado por los ingenieros alemanes H. y G
Keller, dos reconocidos expertos en infraestructura cervecera que trabajaron
con su colega uruguayo Juan Tarragó.
El
gerente de la firma, Francisco Graffigna, le contó al vespertino El Plata, poco antes de la inauguración,
como estaban organizada la planta. “La residencia original de don Agustín
Carbonell, fue adaptada para su utilización como oficinas administrativas, y
las caballerizas ahora serán garajes y talleres mecánicos”, explicaba el
vocero. En la celebración de apertura estuvo presente Luis Alberto de Herrera,
presidente del Consejo Nacional de Administración, además de Manuel V.
Rodríguez, secretario del gobierno colegiado y Carlos María Prando, ministro
de Instrucción Pública.
En
el camino Burgues quedaba el frente de la cervecería, a la que se accedía por
una calle interna que finalizaba en una explanada. A la derecha estaba la
Administración, y a la izquierda se encontraba la fábrica de cerveza y hielo equipada
con la más avanzada tecnología alemana, suiza y estadounidense. El complejo
productivo continuaba en dirección oeste, hacia los fondos que limitaban con el
bulevar Artigas. A ambos lados de un amplio corredor al aire libre, estaban
ubicadas las secciones: Frío, Tonelería, Botellería, Mecánica, Herrería, Tornería,
Carpintería, Atracadero, Comercialización.
El Parque Múnich y su colega el Palacio de la Cerveza, de la calle Yatay, eran dos sitios de reunión familiar. Se abría al público a fines de noviembre todos los días, a partir de las seis de la tarde, y se cerraba antes de la medianoche. Durante las fiestas, mucha gente iba a celebrar la Nochebuena y Fin de Año, fechas especiales donde cerraba un poco más tarde.
El Parque Múnich y su colega el Palacio de la Cerveza, de la calle Yatay, eran dos sitios de reunión familiar. Se abría al público a fines de noviembre todos los días, a partir de las seis de la tarde, y se cerraba antes de la medianoche. Durante las fiestas, mucha gente iba a celebrar la Nochebuena y Fin de Año, fechas especiales donde cerraba un poco más tarde.
La
entrada estaba ubicada en la esquina de Burgues y el bulevar Artigas, en el actual
edificio del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Se ingresaba a
través de portones de hierro grandes que afuera, a los costados, tenía bancos
recubiertos de baldosas cuadriculadas muy pequeñas. Era un gran patio al aire
libre limitado por un callejón que hoy es la calle Guardia Oriental, que en aquel
entonces no estaba abierta, con fondos sobre Andrés Cheveste y Espinillo.
El
camino estaba bordeado por enormes cubos de mayólica alemana donde predominaba
el color verde, verde esmeralda, con unos arabescos bellísimos y en cada uno de
ellos estaban plantados arbustos y árboles, autóctonos y exóticos, que también se
distribuían en el parque. El camino terminaba en la glorieta que actualmente se
conserva, que aquellos montevideanos llamaban “de los novios” o “de los
enamorados”. Tenía rosales y plantas con flores y unos bancos donde se sentaban
las parejas, que rodeaban una fuente con arena donde jugaban los niños.
El Pabellón de la Música era el escenario donde se presentaban las orquestas en las fiestas populares del Parque Múnich. (Foto Archivo FNC, circa 1940) |
Frente
a la glorieta estaba el Pabellón de la Música,
con sus columnas recubiertas de azulejos, y una escalera por donde las
orquestas subían al escenario. Una cancha de bochas techada atraía a muchos
vecinos que concurrían asiduamente, y unos sapos grandes de hierro con bocas
grandes donde los jóvenes tiraban fichas para embocar.
Área de Carga y Descarga de la Cervecería Oriental, en la planta de la calle Burgues (circa 1930). |
La
residencia del gerente estaba donde ahora se encuentra la administración del
Colegio Poveda, al lado de las oficinas administrativas; también había una
cancha de bowling, en el mismo sitio del gimnasio liceal. Los muros altos de
ladrillo que se ven por detrás de las casas de la calle Guardia Oriental y el
bulevar Artigas, eran parte de un galpón antiguo donde se guardaban mesas, sillas
y banco.
El espacio del antiguo Parque Oriental es ocupado por la Plaza Pedro Poveda, que conserva parte de la biodiversidad original. Al fondo se mantiene en pie la histórica chimenea de la Cervecería. |
En
1940, el Parque Munich cambió su nombre por el de Oriental, luego que el
gobierno uruguayo rompió relaciones con la Alemania nazi e ingresó formalmente
en la Segunda Guerra Mundial. Aunque la dirección ejecutiva de la empresa nacional,
por entonces todos sus técnicos eran austríacos y alemanes, que fueron
despedidos y sustituidos por cerveceros de otras nacionalidades: ingleses,
franceses, argentinos. Luego de cierre de la Cervecería Oriental y su parque,
en 1953, las instalaciones industriales pasaron a propiedad de las Fábricas
Nacionales de Cerveza.
Vista de la Oriental en 1926. |
Rubia, Morocha, Negra
Las mujeres bebían en vasos anchos con las iniciales de la marca Doble Uruguaya. Para ellas, la rubia y malta. |
Eran los productos estelares de Cervecería Oriental, equivalentes a Pilsen, Vienna y Stout. “La Rubia, para disfrutar el verano. La Morocha, compañera del otoño. La Negra, pasión para el invierno.” Así decía un aviso publicado en el diario El Plata, del 25 de setiembre de 1930. También era muy promocionado el Extracto de Malta, que recomendaba el prestigioso médico Juan Bautista Morelli por sus “ricas vitaminas”. La empresa importaba la marca británica Bulldog, vendida en porrones de barro.
En la cervecería se podía comprar hielo y levadura, además de la cerveza en botella, en porrón o barril, todo repartido en carros tirados por caballos y pequeños camiones.
Chanchito
Chancho era una cerveza negra, con mucho cuerpo, que se dejó de elaborar en 1968. |
La fábrica Oriental producía más de 100.000 kilos de hielo por día.
Nostalgias
“Mi
padre trabajaba en el Palacio de la Cerveza de Yatay, pero los grandes
banquetes de la empresa se hacían acá, en el parque Munich. Una vez al año había
una fiesta en honor del Centro de Almaceneros minoristas. Me acuerdo que mi madre llevaba todo para
cocinar allí, porque había una barbacoa muy amplia, cerca de la calle Cheveste,
con techo de teja, de como 30 metros de
largo por 20 de ancho. Allí hacíamos los pollos al spiedo. Nos juntábamos
siempre con parientes, vecinos y amigos. Mi madre era la cocinera, mi padre el maître, yo el mozo, y siempre había
algún fotógrafo amigo.”
Juan
Manuel Rodríguez, vecinos del barrio Atahualpa, hijo de un obrero de Cervecería
Oriental.
Los hombres tomaban en jarra y las mujeres en vasos anchos que tenían grabados las iniciales de la cervecería. Ellas consumían la Rubia y malta.
Mi padre y mi tío tenían la concesion del la pizzería (otorgada por el sr.Parpall, pte del directorio de la fca nal.de cerveza, año aprox.1948)Se vendía figazza, fainá y pizza ( aún no se comía muzzarella.Nuestra familia festejaba los cumpleaños de la familia, los de verano.Se solia llevar para comer: milanesas de lomo, torta de jamon y queso y de postre helados, que alli mismo vendian.En el pabellón donde se hacian los pollos espiedos, tambien habia asado de tira.
ResponderEliminarRecuerdo los baños con cuidadora, impecables, todo en su lugar.La gente cuidaba las mesas y las sillas, el jardin siempre inmaculado, daba gusto pasar esas tardecitas inolvidables.
Miriam Judith (1940)
Muy interesante todo el articulo.en este barrio naci.frente a LA ORIENTAL .YO NACI EN EL 1948 ,recuerdo vagamente los encuentros sociales que alli se daban pero si de haber participado y mas que nada por los cuentos de mis padtes y familia.
ResponderEliminarQue epocas preciosas.ahora vivo a 2 cuadras de alli.mis nietos disfrtan de la Plaza del Poveda.
PARA MI EL MEJOR BARRIO.VIVI 12 AÑOS EN EL CENTRO PERO NADA IGUALA ESTA ZONA.GRACIAS POR LA PUBLICACION
Yo nací en el 50, vivíamos enfrente.
ResponderEliminarMe acuerdo vagamente porqué el Parque Oriental cerró, no recuerdo en que año.
Tambien me acuerdo del tranvía y del aserradero que de Oromí donde actualmente está el Banco de Seguros.
Muy bueno el artículo. Mi familia por el lado materno, eran músicos. Conformaron al llegar de España la Orquesta Chaín o Los Chaín como eran conocidos entre los años 30. Tocaban violín, cello, piano y guitarra. Uno de los lugares populares en los que presentaran fue en la "Cervecería" como era de llamarse en la época. Dentro de las anécdotas comentadas por mi abuelo, era que la concurrencia podía llevar la comida de su casa, a pesar de venderse allí pizzas, faina, frankfurters y sandwiches, la única condición era consumir una de sus deliciosas cervezas.
ResponderEliminarQue tremendo impacto histórico, embebido de la más positiva historia!!
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