sábado, 28 de enero de 2012

Desfile de Llamadas, cuando el tambor convoca a una fiesta mayor del Candombe, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

¡Borocotó, chás, chás!

“Los ancestros africanos que llegaron por la brutal imposición de la trata de esclavos, trajeron ritmos y lenguajes que, con el tiempo, se incorporaron a las fiestas del carnaval reinterpretando sus significados originales. En África nacen, trabajan, adoran, danzan y mueren con el tambor. El instrumento sirve para comunicarse con todo lo que existe: pasado, presente o futuro. Su sonido domina los actos de la vida de la aldea, desde el amanecer hasta la puesta del sol. El alma del tambor une culturas a ambos lados del Atlántico, y encuentra en el Carnaval Uruguayo un vuelo propio.”
Julio Olivera (19392005) pintor, investigador, difusor del patrimonio de la cultura afrouruguaya.

–Sobre la base de los artículos publicados en La Diaria (Montevideo, 2006), en el semanario Brecha (Montevideo, 2009) y en la revista Ábaco (Gijón, España, 2010).

El Candombe identifica al Uruguay como el samba a Brasil; la rumba, el chachachá y el son a Cuba; la bomba y la plena a Puerto Rico; el merengue y la bachata a la República Dominicana. Estas cadencias africanas basadas en la percusión fueron traídas a tierras de América Latina y el Caribe desde el siglo XVII por mujeres y hombres arrancados de reinos ancestrales: Yoruba de Nigeria, Bantú del Congo y Angola, EweFon y Ashanti de Dahomey y Mali o Mandinga de Sudán.
Los candombes fueron concebidos dentro de los muros de la Montevideo colonial, desde 1750 en adelante, en el territorio que ocupa el actual barrio Ciudad Vieja donde se ejecutaban como danzas dramáticas y religiosas que congregaban a los esclavos y sus descendientes.
Se celebraban cada 6 de enero, en el Día de Reyes católico, como recordatorio sincrético de la coronación de los Reyes Congos. Sus rasgos culturales, añoranza, gesticulación, permanente vivir en el presente, pensar que todo va a cambiar mañana, se mezclaron con la cultura europea dominante.
La danza ritual se realizaba al aire libre o en salas religiosas y los instrumentos que la acompañaban eran marimabas, chócalos y zambombas y tamboriles con un solo parche clavado al casco del tambor y percutido con palo y mano o solamente manos.
En los albores del siglo XIX, era un rito musical perseguido por el Cabildo de Montevideo, llamado indistintamente “tambó” o “tangó”. Las autoridades hispanas castigaban a sus cultores, por considerar que la danza era un atentado a la moral pública.
El Candombe tal cual ejecuta en la actualidad fue concebido en los históricos barrios montevideanos Sur y Palermo, entre fines del siglo XIX y principios del XX. Allí todavía viven descendientes de las familias que crearon el ritmo ancestral y que lo convirtieron en emblema de la comunidad afro–uruguaya, de todo el país y por extensión del Río de la Plata. 
Es un bien cultural vivo, en creciente desarrollo y difusión, recreado e interpretado por artistas de diferentes épocas: el inolvidable cantante argentino Alberto Castillo, y los compatriotas Romeo Gavioli, Pintín Castellanos, Lágrima Ríos, Pedro Ferreira, Alfredo Zitarrosa, José Carbajal El Sabalero, Eduardo Mateo, Jorginho Gularte, Hugo Fattoruso, Ruben (así, a la uruguaya, sin tilde en la e) Rada, Jaime Roos, Jorge Drexler entre tantos y tantos.
–En 2009 el ritmo nacional uruguayo y su pariente cercano el Tango (compartido con Buenos Aires) fueron declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 
En la Ciudad Vieja montevideana también fue concebida La Cumparsita, el himno de los tangos. Una fusión inimitable que le entrega a Montevideo el privilegio de ser la única ciudad del mundo que preserva dos bienes culturales intangibles reconocidos por UNESCO. La pregunta ahora es: ¿cómo darle sustentabilidad material a tanto honor?

En 1808 los vecinos montevideanos solicitaron al gobernador Francisco Javier de Elío, que reprimiera severamente los candombes y “prohibiera los tangós de los negros”.

El Origen
–El Candombe es mucho más que un género musical, para los montevideanos en particular, y los uruguayos en general, es una forma de vivir, un estado de ánimo, una cultura. 
–El ritmo es original de la actual Angola, de donde fue traído entre los siglos XVII y XVIII por mujeres y hombres "cazados" por los esclavistas portugueses y españoles en los reinos de Kongo, Anziqua, Nyongo, Luango.
–Millones de seres humanos fueron arrancados a la fuerza de su tierra y transportados en galeones al servicio de tratantes que los vendían como mano de obra de ingenios, haciendas o para el servicio doméstico en los territorios coloniales de América del Sur y parte del Caribe, en aquel tiempo divididos entre España y Portugal.
–Los mismos grupos culturales africanos que llegaron al Río de la Plata, también fueron llevados a Brasil, con una marcada presencia en la zona de Salvador de Bahía, y a Cuba.
–Las historias que se desarrollaron en cada región, con sus diferentes escenarios y ambientes, provocaron que el tronco africano original, al principio común, se separara en tradiciones y ritmos muy diversos, hoy muy distintos, aunque similares.

–La mayoría de los negros que arribaron al Río de la Plata se mezclaron con las culturas europeas, sincretizaron las suyas, mantuvieron sus sonidos y fueron la fuente original de los más apreciados ritmos criollos (tango, milonga, malambo).
–El caso del Candombe fue, quizá, el más original de todos, se desarrolló como una práctica exclusiva de la negritud que se reunía en espacios especiales denominados tangós, y adquirió su actual fisonomía entre los siglos XIX y XX, en los barrios Sur y Palermo de Montevideo.
–En los conventillos montevideanos las extensas familias afro–uruguayas de origen ancestral crecieron y se fortalecieron alrededor de su música, y en menor medida por otros ritmos como el Afro y la Macumba.
–La palabra Candombe resulta de la combinación de dos ideas: Ka y Ndongue. No hay dudas sobre el término Ndongue, quiere decir negro. Pero Ka recibe muchas interpretaciones. Para unos significa “sí”, para otros “lugar de reunión”, también hay quienes creen que es una onomatopeya, y algunos se atreven a describirlo como un diminutivo: “negrito”.
–El más antiguo registro escrito de la palabra candombe data del 27 de noviembre de 1834, cuando en el periódico El Universal de Montevideo, las sociedades africanas publicaban el Canto patriótico de los negros, celebrando a la ley de vientres y a la Constitución.
–La expresión "negros lubolos", blancos pintados de negros, data de 1876, como informa el diario La Tribuna, del 26 de febrero de aquel año. El cronista no ocultaba su sorpresa por aquellos blancos que “bailan y cantan con la misma perfección que hemos visto más de una vez a los propios negros ejecutar en sus sitios o candombes”.

–En los albores del siglo XIX, el candombe era perseguido por el Cabildo de Montevideo, llamado indistintamente "tambó" o "tangó". Las autoridades hispanas castigaban a sus cultores, por considerar que la danza era un atentado a la moral pública.

Las Llamadas
–El nombre de la fiesta fue conocido en el siglo XIX cuando la población de raza negra utilizaba los tambores para comunicarse. Luego de abolida la esclavitud en el Uruguay, igualmente se mantuvo esta tradición de llamarse entre las diferentes familias para salir y compartir momentos juntos acompañados del tambor.
–El historiador Isidoro de María, en su libro Montevideo Antiguo,  narra cómo desde 1750 “los amos permitían a sus esclavos que fueran a sus canchitas alineadas a lo largo de la muralla que cerraba y cuidaba la ciudad”.
–En aquellos espacios mínimos de tierra apretada y nivelada a mano, suavizados con una capa de arena, se reunían los africanos de acuerdo a su nación. Cada grupo iba “llamando” desde la calle a sus compañeros que salían de las casas de sus amos para reunirse en las “canchitas”
–“Y así los cabindas, benguelas, marises, casanchez, moyolos, ukolos, etcétera, se reunían los Domingos para sus cantos y bailes entonando sus cadenciosos yé, yé, yé, Calunga yé, eeé llumbá”, contaba el erudito Isidoro de María en su obra de culto.
–El abogado Francisco Merino entre fines del siglo XIX y comienzos del XX fue un notorio impulsor de la cultura afrouruguaya que dividía su tiempo entre un prestigioso puesto como Fiscal de la Nación y la gestión del Teatro Negro Independiente, que él mismo financiaba.
–“Los negros de cada barrio se ‘llamaban‘ para visitar a otros barrios, así se formaban las comparsas de los de Ansina (Barrio Reus al Sur) que iban hasta el conventillo de la calle Gaboto (entre Cerro Largo y Paysandú), o los de Gaboto iban hasta el Medio Mundo en la calle Cuareim”, narraba el Fiscal Merino, tal como lo conocían los montevideanos.
–De esta forma eran percibidos los diversos matices de sonoridad o ritmo según el barrio al que pertenece la “llamada”: la cadencia de los tambores de Ansina, el repique apurado de las lonjas de Cordón o el toque más “acompasado” de Cuareim.
–Una tercera versión es aportada por el cronista Oscar Montaño. “Las antiguas llamadas afrouruguayas tenían por finalidad ‘citar‘ a los ‘tamboreros‘ que no habían concurrido con puntualidad a la ‘sala‘ para, luego de la ceremonia, visitar a las autoridades nacionales. Llama la atención que esa práctica pervive en África con idéntico sentido convocatorio, por ejemplo, los yorubas, de Nigeria, en la zona occidental del inmenso continente, poseen no sólo llamadas de tambores sino también vocales.”
–Antes que el rito cultural se transformara en el Desfile con forma de espectáculo, las comparsas se juntaban de manera espontánea en esquinas emblemáticas de cada zona, por ejemplo, en Palermo la cita era en Isla de Flores y Minas, en el Barrio Sur la referencia era la puerta del conventillo Medio Mundo, en Cuareim 1080, entre Durazno e Isla de Flores (actual calle Carlos Gardel). Allí se quemaban unos diarios para templar las lonjas y el “toque” arrancaba al ritmo del “chico”.
–Lo interesante de las Llamadas anteriores al desfile fijado en febrero era que podían salir en cualquier día, no era necesario salir un jueves de Carnaval, podía ser el 6 de Enero, por San Baltasar, el 1º de Mayo, el 18 de Julio o el 25 de Agosto. Cualquier fecha era buena para batir el parche y no se solicitaba autorización oficial.
–El moderno Desfile de Llamadas se realiza desde febrero de 1956, a impulso de Oscar Larraura y Ruben Galloza, como la expresión máxima de la cultura afrouruguaya. Su escenario original era el conventillo Medio Mundo, los barrios Sur y Palermo, y la tan particular calle Ansina.
Morenada y Fantasía Negra, adversarias de toda la vida, se enfrentaban “pico a pico”, a pura lonja y madera, y entre ellas Añoranzas Negras, con la inigualable Martha Gularte y los Esclavos de Nyanza, por años ganadores del concurso oficial. En aquellos tiempos memorables también brillaba el recordado Carlos  Albín, Pirulo y su heredero, Julio  Sosa, Kanela, la última leyenda viviente del carnaval.
–Tras aquellas comparsas gloriosas, siguieron otros nombres: Miscelánea Negra, Serenata Africana, Lonjas del Cordón, Marabunta, Kanela y su Barakutanga, Raíces, Sarabanda, Concierto Lubolo, Sierra Leona y las muy actuales Yambo Kenia, Cuareim 1080, que evoca la memoria del Medio Mundo, La Chilinga, La Gozadera, La Figari, La Zabala, entre tantas.
Las comparsas participan en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas en la categoría Negros y Lubolos. 
–Fuera del Desfile de Llamadas, el diálogo rítmico del candombe se reproduce cada sábado, domingo y feriados, en muchas esquinas montevideanas, también fuera de los barrios originales. Un vecino es el encargado del ritual de encendido del fuego, a eso de las cinco de la tarde, para templar las lonjas de sus instrumentos. A medida que van pasando por las calles, su ritmo contagioso invita a sumarse al recorrido hasta reunirse todos en improvisadas –o no tanto– fiestas populares.

–En 1879 las Sociedades Filarmónicas fueron las primeras comparsas, y Raza Africana, fue la primera que vendió sus letras entre el público.

Chico, Repique, Piano
–Son los tres sonidos de una cuerda (conjunto) de tambores que en su formato tradicional está integrada por entre 20 y 40 ejecutantes.
–El Chico, el más agudo,  se denomina así por su tamaño, por tener la lonja más fina, y por ser el más alto en afinación. Su lonja mide en promedio 22 centímetros en diámetro. En la estructura de la cuerda es el que mantiene la métrica, y se le asigna la tarea de mantener el pulso constante y parejo. Este tambor tiene dos formas básicas de toque: "Liso" y "Repicado".
–El Repique, de tamaño intermedio, su lonja mide unos 30 centímetros de diámetro, lleva la creatividad y aporta la improvisación que necesitan el Chico y el Piano para unir sus ritmos entre sí. 
–El Piano es el más grande del trío, de sonido más grave, su lonja mide 40 centímetros en diámetro, aporta un sonido ubicado en la base del ritmo, su función es similar al del bajo acústico o eléctrico. 
–De la ejecución de los tres surge el ritmo del candombe. Antes también se utilizaba el bombo, más grave aun que el piano, hoy en desuso.
–Los tambores poseen una membrana de cuero animal (lonja) que produce las vibraciones, y una caja una caja de resonancia construida con tiras alargadas de madera pegadas entre si (duelas) que se encuentran abrazadas por unos aros metálicos que le proporcionan estabilidad (flejes).
–Existen dos formas de unir la lonja al tambor, la tradicional es clavarla con tachuelas (clavado) y la moderna consiste en colocar la lonja entre un par de aros que templan la lonja mediante un mecanismo compuesto por tensores y torres metálicas. 

Afinación 
–Hay dos formas de afinar el tambor que dependen de cómo está unida la lonja. El tambor "clavado" se debe “templar” con calor para quitarle la humedad a la membrana, de esta forma se tensa y se le sube la tonalidad. Si esta sujeta con tensores se afina ajustando las tuercas de manera paulatina y alternada.
–El punto de afinación es diferente según se trate del chico, el piano o el repique, una tarea fundamental en la que no se debe templar excesivamente los tambores clavados.
–En el caso de los tambores con tensores, los expertos aconsejan destensarlo luego de ejecutarlo y no golpear con el palo el borde de encuentro entre la lonja y la madera. 

–“El instrumento de percusión desde su origen es un medio de comunicación. Los tambores dicen cosas. El problema es que estamos perdiendo el conocimiento de esa clave morse que encierra el tambor, que se usaba para trasmitir de una aldea a otra. El tambor es un medio de diálogo.”
Fernando Lobo Núñez, luthier montevideano, ejecutante del tambor, investigador de la cultura afro–uruguaya.

Mamma Vieja, Gramillero, Escobero
–Son las figuras típicas de la comparsa, con sus indumentarias características que los distinguen de sus compañeros. Cada personaje evoca antiguas tradiciones afrouruguayas. 
La Mamma Vieja es el ama de llaves, la esclava de confianza, o también la nodriza negra que amamantaba a los hijos de los amos.
–El Gramillero es el brujo de la comunidad, el curandero de barba blanca que carga un maletín lleno de yuyos o gramilla, mientras camina ayudado por un bastón.
El Escobero es el heredero del bastonero, el encargado de dirigir y animar el candombe, y para ordenar empleaba un palo adornado con grandes cintajos de colores. Con el correr del tiempo, el instrumento original fue sustituido por una escoba, de ahí deriva su nombre.

Gloria Pérez Bravo, La Negra Johnson,
la primera vedette que brilló en la
historia del carnaval uruguayo,
antecesora de Martha Gularte y Rosa Luna.
(Museo del Carnaval)






Bailarinas y vedettes
–Son las coreógrafas de la comparsa. Las Bailarinas forman pequeños conjuntos que se complementan con similares hombres en un número mucho menor.
–La Vedette no forma parte de las tradiciones africanas. Es un personaje que se incluyó a mediados del siglo pasado, por influencia de Martha Gularte, y de otros carnavales y espectáculos internacionales de la época, para destacar a las grandes figuras femeninas de entonces.

Trofeos
–Son símbolos ancestrales que van delante de la comparsa, para identificarla y entregarle una imagen coreográfica. El Estandarte, llevado por el porta–estandarte, identifica el nombre del conjunto, es quien lo presenta y representa. Es el baluarte, el signo más importante.
–Las grandes Banderas ejecutan su propia danza, mostrando diferentes diseños, con los colores característicos las naciones.
Las Estrellas de cinco puntas y la Medias Lunas, son trofeos son que evocan el respeto que los antepasados africanos tenían por las figuras astrales.

Cuareim, Ansina, Cordón
–Son estilos definidos de percusión, "toques" cuya diferencia está basada en la figura rítmica del tambor piano y el tempo en que se ejecuta el ritmo. 
–Sus nombres surgen de las dos calles de los barrios Sur y Palermo donde nacieron las más importantes comparsas del candombe y al barrio del Cordón, el tercer reducto de la cultura afrouruguaya.
–El estilo Cuareim, el más tradicional, es ejecutado a un tempo moderado en el que el ritmo se arma con los pianos que alternan sutiles variaciones entre los fraseos de los repiques.
–El estilo Ansina es tocado a un tempo más rápido que el anterior, y en su juego rítmico los pianos combinan golpes repicados, contestando (dialogando) a los repiques.
–El conocido como Cordón es un estilo más moderno, definido como una síntesis de los anteriores, creado por antiguas familias de los barrios Sur y Palermo que se mudaron a la zona a principios del siglo pasado.

–En Buenos Aires no se desarrolló una cultura afro similar a la montevideana debido a la falta de comunidades negras significativas desde mediados del siglo XIX. No obstante numerosos investigadores concuerdan que el candombe, a través del desarrollo de la milonga es un componente esencial en la génesis del Tango. 

Borocotó, chás, chás
Aunque el nombre más usual es “comparsa lubola”, en realidad son Sociedades de Negros y Lubolos, tal como se denominaban las primeras agrupaciones afrouruguayas concebidas la rebelde memoria de los hijos de la esclavitud y los vecinos solidarios con su lucha.
En el Museo del Carnaval de Montevideo se expone la maqueta de Morenada, la histórica sociedad creada en 1953 por el magistral Juan Ángel Silva. Un homenaje al Candombe, a las instituciones que lo cultivan y a la calle Cuareim.
Morenada es recordada por su música y por su plástica; es la agrupación del pintor Carlos Páez Vilaró, que la integraba tocando el piano. La alineación evoca un triunfo memorable en el Desfile de Llamadas de 2002 y los festejos por medio siglo de vida fecunda.
Están todos representados: Mamma Vieja, Gramillero, Escobero, portadores de símbolos y trofeos, vedette, bailarines, percusionistas. Ellos le dan vida a un ritmo que suena a cultura ancestral. Al compás del borocotó, chas, chas.

BIOS
Martha Gularte (1919-2002)
En la ruta, vida
Fue la primera vedette que brilló en el carnaval uruguayo y en la porteña calle Corrientes. En su pueblo tacuaremboense de Paso del Novillo se llamaba Fermina, descendiente de esclavos brasileños que vivió una infancia entre orfanatos, el último, el asilo Dámaso Antonio Larrañaga del barrio Palermo.
Con el tiempo adoptó el seudónimo Martha, desde entonces unido a su vocación artística: candombe, charleston, zapateo americano.
Debutó en 1949 en la comparsa Añoranzas Negras. Esa primera vez fue contada por el escritor y periodista Nelson Laco Domínguez, en una crónica del diario El País. “Para dar una idea del impacto que causó, solo basta con mencionar que la figura de la vedette la creó ella. Antes de Gularte, había bailarinas, pero no vedettes.” Desde ese año y hasta el último carnaval de su vida, jamás faltó a un desfile oficial, ni a una Llamada.
En 1982 fundó la comparsa Tanganika, con sus hijos: la bailarina y cantante Kathy y el músico Jorginho, que recorrieron los teatros del país, desde el clásico Solís al veraniego y carnavalero Ramón Collazo. Cuando cumplió medio siglo en el baile, en 1997, protagonizó un espectáculo memorable con la comparsa Kanela y su Barakutanga, de su colega y amigo Julio Sosa, Kanela.
Su autobiografía fue de los libros más vendidos de 1999, por el irresistible atractivo de su título: Martha Gularte. También escribió poemas y hasta tuvo tiempo para ser actriz de cine, en la película uruguaya En la puta vida, de Beatriz Flores Silva.
Ella reivindicaba sus raíces africanas con orgullo y también con cierto dolor. Mirando a su entorno, fue capaz de preguntar: "¿Por qué tiraron abajo los conventillos? ¿Acaso no hay casas de pobres en todas partes del mundo? Fue un ataque a los negros." Así se refería a la demolición del recordado Medio Mundo, en tiempos de la última dictadura.
Martha Gularte Bautista falleció a los 83 años, comprometida con el Barrio Sur, despedida con plumas y tambores. 

Rosa Luna (1939-1993)
La flor del candombe
Nació llamándose Rosa Amelia Luna, un 20 de junio, en una pieza del conventillo Mediomundo, del barrio Palermo, cuna simbólica de la cultura afrouruguaya y sitio emblemático de la comunidad negra del Uruguay. Desde niña se vinculó al carnaval, al lado de su padre Luis Alberto Fino Carvallo, y a los 14 años debutó en la comparsa Granaderos del Amor.
Con el tiempo formó parte de las agrupaciones: Zorros Negros, Morenada, Farándula Negra, Serenata Africana, La Candombera, Piel Morena, Festival Carnavalero, Fantasía Negra, Esclavos de Nyanza, Raíces, Marabunta, Kanela y su Barakutanga, Palán Palán y Añoranzas Negras.
Su amor por el baile creció en la cantina Yacumenza, del Barrio Sur, desde donde salía la memorable comparsa Morenada. En la década de 1960 era la Eva de Ébano, que rivalizaba con otra leyenda de la negritud: Martha Gularte.
La comparsa continuadora de Morenada se llama Cuareim 1080, que evoca la dirección del conventillo Mediomundo, cruelmente demolido por la dictadura militar en 1978. En casi cuatro décadas de vida artística consiguió más de 20 primeros premios y realizó giras por Estados Unidos, Australia, Europa y casi toda América Latina.

Compuso canciones, entre ellas: Candombera de mi raza, Recuerdos de mi barrio, Te saludo Cuareim, Chás, chás borocotó, África mi corazón, No calles nunca moreno.
Publicó una autobiografía en la que miró su infancia y juventud llamada: Sin tanga y sin tongo. Como muchas mujeres negras de este país, tuvo una vida difícil, pero no dejó de desbordar vitalidad hasta su último día. Una paradoja del destino quiso que muriera a miles de kilómetros de su amada calle Cuareim, en una lejana ciudad de la fría Canadá. Ella, que era puro fuego.

Julio Sosa (1933)
Kanela, ritmo y sabor
–Nacido en la localidad de Nico Pérez, departamento de Florida, en una familia numerosa. A los 16 años se mudó con su madre y 16 hermanos a Montevideo, al mismo barrio Cerrito de la Victoria donde vive.
–En 1949 comenzó su carrera de bailarín en un cabaret con Salvador Granata, creador y fundador de la memorable "troupe" Un Real al 69. Actuó en los teatros Embassy, Royal, Pigalle, Bonanza y Sevilla Colmao.
–Al año siguiente tuvo sus primeras experiencias en carnaval en Los Granaderos del Amor, La Candombera y Acuarelas del Candombe, acompañado por dos leyendas de la fiesta popular uruguaya: Gloria Pérez Bravo, La Negra Johnson, y Carlos Albín, Pirulo.
–Entre 1951 y 1954 participó en Llamadas barriales con Los Mariscales, entre 1955 y 1957 salió en Fantasía Negra, con Pirulo Albín, hasta 1959 fue bailarín de las revistas Palán Palán y Majary Bembé dirigido por Hugo Alberto Balle. Poco después creó su propio conjunto: Se va la Comparsa.
–Entre 1960 y 1962, y en 1972 salió en Fantasía Negra, con los hermanos Giménez, Pedro Ferreira y La Negra Johnson. Desde 1963 hasta 1971 integró Acuarelas del Candombe, y entre 1973 y 1974 fue director de  Piel Morena, acompañado por Carlos Modernell y Rosa Luna.
–Sus participaciones desde 1975 hasta la actualidad demuestran toda su vigencia: fundó Kanela 75Kanela y su Barakutanga, y desde 2005 es la máxima figura de Tronar de Tambores
–En su multipremiada carrera compartió el escenario con grandes figuras del carnaval de todos los tiempos: Martha Gularte, Rosa Luna, La Negra Johnson, Lágrima Ríos, los hermanos Giménez, Pedro Ferreira, Hugo Alberto Balle, Pirulo Albín, entre tantos.
–En 1953 representó a Uruguay en Quito en el Festival de las Naciones de América, donde obtuvo el primer premio como bailarín. En 1997 recibió el primer premio como bailarín internacional y el quinto lugar en vestuario, entre 23 países postulados en el Festival de Aruba. En 2015 ganó el primer premio en el Desfile Festival de la Hispanidad en Nueva York.
El 27 de noviembre de 2002 la Junta Departamental de Montevideo le otorgó un reconocimiento a su trayectoria artística, cuando cumplió 50 años de participación en el carnaval, en una emotiva ceremonia popular realizada en el Santuario Nacional del Cerrito de la Victoria. En 2015 fue declarado Ciudadano Ilustre de Montevideo. 
–Julio Sosa suele recordar con nostalgia y mucho sentido del humor el origen de su nombre artístico. "En 1949 fui convocado para suplantar a un bailarín de una compañía mexicana que se presentaba en Montevideo. Salía al escenario cantando la canción Piel Canela de Bobby Capó, fue (el gran cantante mexicano) Agustín Lara que me llamó Canela, así cambié el nombre que tenía entonces, Tabú, que quedó en el pasado."

Afrouruguayas
Tres notables mujeres fueron recordadas en la edición 2007 del Día del Patrimonio. Las vedettes Rosa Luna y Martha Gularte, y la cantante Lágrima Ríos, fueron tres figuras históricas del candombe. A ellas se suma la inolvidable Gloria Pérez Bravo, más conocida como la Negra Johnson, primera vedette del carnaval uruguayo.

viernes, 27 de enero de 2012

Candombe, murga, parodia, humor, revista

Mucho más que una diversión de febrero
Berta Slepovivh en las Llamadas de 2008. La 
recordada vedette de la comparsa Generación 
Lubola de Maldonado falleció en 2011.
(Ministerio de Educación y Cultura)

Son las agrupaciones carnavaleras características del Uruguay que participan en el Concurso Oficial que en cuarenta noches convoca a más de un cuarto millón de espectadores en el Teatro de Verano del Parque Rodó.

Los ancestros africanos que llegaron por la brutal imposición de la trata de esclavos, trajeron ritmos y lenguajes que, con el tiempo, se incorporaron a las fiestas del carnaval reinterpretando sus significados originales. En África nacen, trabajan, adoran, danzan y mueren con el tambor. El instrumento sirve para comunicarse con todo lo que existe: pasado, presente o futuro. Su sonido domina los actos de la vida de la aldea, desde el amanecer hasta la puesta del sol. El alma del tambor une culturas a ambos lados del Atlántico, y encuentra en el Carnaval Uruguayo un vuelo propio.”
Julio Olivera (1939-2005) pintor, investigador, difusor del patrimonio de la cultura afrouruguaya.

Dominó, traje tradicional de las comparsas.
(Museo del Carnaval)
Tangó, Tambor
El Candombe es mucho más que un género musical: es un bien cultural.
Es una forma de vivir, un estado de ánimo, un gesto cultural, traído al Río de la Plata, entre mediados del siglo XVIII y principios del XIX, por hombres esclavizados, en su mayoría arrancados desde los reinos bantúes de Africa Oriental y Ecuatorial, aunque también los hubo de origen no bantú, de Africa Occidental: Guinea, Senegal, Gambia, Sierra Leona y Costa de Oro, hoy Ghana.
Entre 1751 y 1810 Montevideo recibió grandes contingentes de africanos en barcos ingleses, portugueses y españoles. Su dignidad humana fue sojuzgada pero no su necesidad de expresión, que se liberaba a través del tambor.
El Candombe es la supervivencia del acervo ancestral de esa población multiétnica y culturalmente muy variada. El término, es genérico para todos los bailes de negros: sinónimo de danza y evocación del ritual de la raza. Su espíritu musical trasunta las añoranzas de los desafortunados seres humanos, que de súbito se vieron transplantados a América, para ser vendidos y sometidos a duras faenas. Eran almas doloridas, que guardaban nostalgias incurables de su tierra. En época de colonia, los africanos recién llegados llamaban a sus tambores con el nombre de tangó, y con ese mismo vocablo señalaban el espacio donde realizaban sus danzas. Con la palabra Tangó se designaba el lugar, el instrumento y por extensión el baile de los negros.
Un día al año era para ellos: San Valentín o San Baltasar. En esa fecha, estaban autorizados por sus patrones a gozar de vacaciones, descansar y divertirse disfrazándose como sus amos e imitarlos. Sus rasgos culturales -añoranza, gesticulación, permanente vivir en el presente, pensar que todo va a cambiar mañana- se mezclaron con la cultura europea de Montevideo.
La expresión "Negros Lubolos", blancos pintados de negros, data de 1876, como informa el diario La Tribuna, del 26 de febrero de ese año. El cronista no ocultaba su sorpresa por aquellos blancos que “bailan y cantan con la misma perfección que hemos visto más de una vez a los propios negros ejecutar en sus sitios o candombes”.

En los barrios Sur, Palermo y Cordón, el ritmo se convirtió en una fiesta cultural, por la fusión con otros ritmos africanos: tango, milonga, malambo. En los antiguos conventillos montevideanos las familias vivían en torno al Candombe, el emblema de su negritud.

Las Sociedades Filarmónicas fueron las primeras comparsas, y Raza Africana, fue la primera que vendió sus letras entre el público, en 1879.

El Origen
La palabra Candombe resulta de la combinación de dos ideas: "Ka" y "Ndongue". No hay dudas sobre el término "Ndongue", quiere decir negro. Pero "Ka" recibe diversas interpretaciones. Para unos significa “sí”, para otros “lugar de reunión”, también hay quienes creen que es una onomatopeya, y algunos se atreven a describirlo como un diminutivo: “negrito”. El más antiguo registro escrito de la palabra Candombe data del 27 de noviembre de 1834, cuando en el periódico El Universal de Montevideo, las sociedades africanas publicaban el “Canto patriótico de los negros, celebrando a la ley de vientres y a la Constitución”.

Las Llamadas
El nombre de la fiesta fue conocido en el siglo XIX cuando la población de raza negra utilizaba los tambores para comunicarse. Luego de abolida la esclavitud en Uruguay, igualmente se mantuvo esta tradición de llamarse entre las diferentes familias para salir cada semana y compartir momentos juntos acompañados por el tambor.
El moderno Desfile de Llamadas se realiza desde febrero de 1956, a impulso de Oscar Larraura y Ruben Galloza, como una gran expresión festiva  de la cultura afro–uruguaya. Su escenario original era el conventillo Medio Mundo, los barrios Sur y Palermo, y la tan particular calle Ansina. Morenada y Fantasía Negra, adversarias de toda la vida, se enfrentaban “pico a pico”, a pura lonja y madera, y entre ellas Añoranzas Negras, con la inigualable Martha Gularte y los Esclavos de Nyanza, por años ganadores del concurso oficial. En esos tiempos memorables también brillaba el recordado Carlos Pirulo Abín y su heredero, Julio Kanela Sosa, la última leyenda viviente del Candombe.
Borocotó chás chás, sonido
de tambor, pasión de Llamadas.
(Museo del Carnaval)
Tras aquellas comparsas gloriosas, siguieron otros nombres: Miscelánea Negra, Serenata Africana, Lonjas del Cordón, Marabunta, Kanela y su Barakutanga, Raíces, Sarabanda, Concierto Lubolo, Sierra Leona y las muy actuales, Yambo Kenia, Cuareim 1080, que evoca la memoria del Medio Mundo, La Chilinga, La Gozadera, La Figari, La Zabala, entre tantas.

Perseguidos
En los albores del siglo XIX, al Cabildo de Montevideo reprimió el Candombe, llamado "Tambó" o "Tangó". Las autoridades hispanas castigaban a sus cultores, por considerar que la danza era un atentado a la moral pública. En 1808 los vecinos de Montevideo solicitaron al gobernador Francisco Javier de Elío, que reprimiera más severamente los candombes y "prohibiera los tangós de los negros".

Borocotó, chas, chas
Aunque el nombre más usual es “comparsa lubola”, en realidad son Sociedades de Negros, tal como se denominaban las primeras agrupaciones afrouruguayas nacidas por la rebelde memoria de los hijos de la esclavitud. En el Museo del Carnaval de Montevideo se expone la maqueta de Morenada, la histórica sociedad creada en 1953 por el magistral Juan Ángel Silva. Un homenaje al Candombe, a las instituciones que lo cultivan, y a la calle Cuareim.
Morenada es recordada por su música y por su plástica; es la agrupación del pintor Carlos Páez Vilaró, que la integraba tocando el "piano". La alineación evoca un triunfo memorable en el Desfile de Llamadas de 2002 y los festejos por medio siglo de vida fecunda. Están todos representados:
Ilustración de Nico Barcia para el
fasciculo 27 de Paseos que Enseñan.
(El País, 2008)
Mamma Vieja, gramillero, escobero, portadores de símbolos y trofeos, vedette, bailarines, percusionistas. Ellos le dan vida a un ritmo, que suena a cultura ancestral. Al compás del borocotó, chas, chas.
Chico, repique, piano
Son los tres sonidos de una cuerda de tambores. El "chico", el más agudo, mantiene la métrica, el "repique" lleva la creatividad y la improvisación dentro del conjunto, el "piano" es el más grave, responsable de mantener el ritmo. De la ejecución de los tres surge el ritmo del Candombe. Antes también se usaba el bombo, más grave aun que el piano, hoy en desuso.

Mamma Vieja, Gramillero, Escobero
Cada personaje de la comparsa evoca
antiguas tradiciones afrouruguayas.
El Gramillero es el brujo de la comunidad,
la Mamma Vieja, la esclava de confianza.
(Museo del Carnaval)
Son las figuras típicas de la comparsa, con sus indumentarias características que los distinguen de sus compañeros. La Mamma Vieja es el ama de llaves, la esclava de confianza, o también la nodriza negra que amamantaba a los hijos de los amos. El Gramillero es el curandero de barba blanca, que carga un maletín lleno de yuyos o gramilla, mientras camina ayudado por un bastón. El Escobero es el heredero del bastonero, el encargado de dirigir y animar el Candombe, y para ordenar empleaba un palo adornado con grandes cintajos de colores. Con el correr del tiempo, el instrumento original fue sustituido por una escoba, de ahí deriva su nombre de escobero.

Bailarinas y vedettes
Son las coreógrafas de la comparsa, al paso típico del candombe. Las bailarinas forman pequeños conjuntos que se complementan con bailarines hombres, en un número mucho menor. La vedette no forma parte de las tradiciones africanas. Es un personaje que se incluyó a mediados del siglo pasado, por influencia de Martha Gularte, y de otros carnavales y espectáculos internacionales de la época, para destacar a las grandes figuras femeninas de entonces.

Trofeos
Son símbolos ancestrales que van delante de la comparsa, para identificarla y entregarle una imagen coreográfica. El estandarte, llevado por el porta-estandarte, identifica el nombre del conjunto, es quien lo presenta y representa. Es el baluarte, el signo más importante. Las grandes banderas ejecutan su propia danza, mostrando diferentes diseños, con los colores característicos las naciones. Las estrellas de cinco puntas y la medias lunas, son trofeos son que evocan el respeto que los antepasados africanos tenían sobre estos símbolos astrales.

“Quizá la palabra murga es española, y una determinada expresión asociada a ella sea española, pero la murga es uruguaya, sin lugar a dudas."
Milita Alfaro, historiadora.

La murga es una expresión teatral de 
la  fiesta más larga del mundo.
(Museo del Carnaval)
Con las voces pintadas
Como el mate o el fútbol, la murga es una huella de la identidad cultural uruguaya.
Murga. Diecisiete personas disfrazadas, sus caras coloreadas con diseños llamativos, que actúan, cantan y bailan al ritmo de bombo, platillos y redoblante. Su repertorio describe la realidad, pleno de humor, crítica punzante, sátira y emoción. Es un espectáculo cargado de color, imaginación y alegría, con silencios que juegan como recursos expresivos.
Los temas murgueros son heredados de generación en generación, en un género que ha evolucionado con el paso del tiempo, pero que mantiene incambiada su esencia desafiante y transgresora. Son cantados en cuatro timbres de voz: primos, sobreprimos, segundos y bajos.
El carnaval uruguayo, teatral por excelencia, históricamente ha expresado el sentir de las capas sociales menos privilegiadas; aunquer eso también ha cambiado. Lo sigue expresando, pero ahora en colectivos repletos de diversidad, que emprenden espectáculos artísticos de la mejor calidad.
Falta y Resto, la "Murga de la cuatro estaciones",
la primera que llevó el género por todo el mundo,
desde  la década de 1980.useo del Carnaval)
La actuación de una murga tiene cuatro momentos. En la Presentación, comunica brevemente su historia y su propósito en un nuevo carnaval. Luego vienen los dos momentos histriónicos, que a su vez son de humor crítico: el Popurrí y el Cuplé. Finaliza con la Retirada, cargada de sentimiento, mezcla de nostalgia y esperanza, que cuando conmueve, perdura en la memoria colectiva y es evocada por el público.
Curtidores de Hongos,
una murga fundacional,
creada en 1912.
(Museo del Carnaval)

Pepino, Pamento, Cachela
La murga fue reconocida como una nueva categoría carnavalera en 1917, al tiempo que eran sustituidos los instrumentos de las orquestas primitivas, por el bombo, el platillo y el redoblante. Una innovación propuesta por José Ministeri, el célebre Pepino. Un mito eternamente ligado a sus legendarios Patos Cabreros, que impuso la vestimenta del director, ataviado con un elegante frac, levita y... ¡championes!, bailando alegremente al son de la batería, mientras su batuta trazaba piruetas en el aire. Otro innovador fue Domingo Espert, El Loco Pamento, líder de Los Saltimbanquis, que adicionó la mímica, el maquillaje artístico y la presentación hablada. A la gloriosa galería se suman: Antonio Casaravilla, Cachela, histórico director de los Asaltantes con Patente; Cipriano Castro, Pianito, de Araca la Cana y Rómulo Pirri, Tito Pastrana, con su Nueva Milonga. El carnaval comenzaba a proyectarse como "el más largo del mundo”.

Agarrate Catalina 2008 fue la ganadora del Concurso Oficial
de Agrupaciones Carnavalescas, en la categoría murgas.
La máscara que satirizaba
al presidente venezolano
Hugo Chávez fue utilizada
por "La Catalina" 2007.
(Museo del Carnaval)
Agarrate
La crisis social de la década de 1960 fue reflejada por las letras murgueras. La máxima expresión de este movimiento fue La Soberana, liderada por José Alanís, Pepe Veneno, quién además escribió para La Bohemia, Diablos Verdes, Momolandia, Don Timoteo. El golpe de Estado de 1973 silenció las críticas, por lo menos en apariencia, con una censura tantas veces eludida con creatividad. Falta y Resto, La Reina de la Teja o las renovadas Araca la Cana (La Bruta) y Diablos Verdes, fueron voces de la resistencia contra la dictadura y emergentes de una nueva sensibilidad artística.
El fin de siglo encontró a las murgas uruguayas en plena evolución: dejaron de ser solo masculinas y adquirieron además excelentes voces y un carisma teatral: A Contramano, Colombina Che, Contrafarsa, Curtidores de Hongos, El Gran Tuleque, La Gran Muñeca, La Gran Siete, Los Arlequines, son algunas de las que mantienen vigencia. Del encuentro de Murga Joven, que se realiza en noviembre, provienen destacados títulos del carnaval mayor: La Mojigata, Queso Magro, Demimurga, Japilong. Y la notable Agarrate Catalina, que ahora marca tendencia en el carnaval uruguayo. 

Integrante de la murga Queso Magro
maquillado por Valentina Bukoviner.
(Museo del Carnaval)
Marcha camión 
En el Carnaval 2000, la murga Contrafarsa ganó en su categoría con un espectáculo memorable: “El tren de los sueños”. Una maqueta del Museo del Carnaval describe la formación del grupo creado en el barrio Sayago, y permite explicar cómo sus voces estaban organizadas en cuatro grupos o “cuerdas”: cinco primos (agudos), dos sobreprimos (medios), tres segundos (graves), tres bajos (más graves que los segundos).
Un recurso fundamental de la murga es la gestualidad, sus expresiones faciales, movimientos de brazos (de apertura y cierre sobre el pecho), posiciones corporales, y su característico paso en el lugar. Los directores de murga son personajes populares que marcan la personalidad y el estilo del espectáculo.Comenzaron por distinguirse con levita y galera, su clásica vestimenta, y aunque ha cambiado su apariencia, siguen siendo quienes lideran la fantasía de la fiesta, sin perder destaque ante el coro.
Contrafarsa 2000, un título
murguero que hizo historia.
(Museo del carnaval)
En la maqueta, Edu Pitufo Lombardo, director de Contrafarsa, aparece en postura dinámica, empujando El Tren de los sueños, que se cantó en diez temas: Presentación; Invitación; primera estación: popurri Locomotor; segunda estación: Hiperestación (cuplé); tercera estación: La Primera Vez; Cuarta estación: La Revuelta (cuplé); Quinta estación: La Navidad (cuplé); Sexta estación: El Recreo (cuplé); Séptima estación: Alquimia; Última estación: El Loco de la Estación (retirada).
En el ala derecha de la alineación están los instrumentos de la batería: redoblante, bombo y platillo. Sus ejecutantes son respondables del ritmo murguero característico que se llama "Marcha camión", porque, justamente, desde siempre se hace oir durante el traslado de un barrio a otro.

LETRAS MURGUERAS
Asaltantes con Patente (retirada, 1932)
Como el día más glorioso
hoy queremos festejar
la alegría bulliciosa
que nos brinda el carnaval.
Entre aplausos y serpentinas
se despide con dolor
la murga que siempre ha dado
a la fiesta un buen color.
Un saludo cordial
brindan los Asaltantes
a su paso triunfal
de caballero andante.
Y en las horas más tristes
que recuerda la orgía
pensará en los días
que gozosos reían
y era todo alegría.
(Letra de Huesito Pérez)

Falta y Resto (retirada, 1982)
Dicen que la murga es
un bombo y un redoblante,
la murga es viento de voces
que te impulsa hacia delante.
Un verso que surge claro
y que queda entre la gente
es mucho más importante
que un cantar grandilocuente.
...
El canto de barrio en barrio
razón de nuestra existencia
es la verdadera forma
de lograr la permanencia.
Por eso en la despedida
queremos hacer presente
que la Falta no se marcha
porque es parte de la gente.
(Letra de Raúl Castro, música
basada en canción tradicional
de la Revolución Española.)

Milonga Nacional (1968)
Fue en noches de carnavales
que escuchamos al pasar
la pregunta de aquel niño:
¿qué es una murga, Mamá?
Murga es una golondrina
que en su romántico vuelo
barriletes de ilusión
va recortando en el cielo.
Murga es el imán fraterno
que al pueblo atrae y lo hechiza
Murga es la eterna sonrisa
en los labios de un Pierrot.

La Soberana (despedida 1970)
Decir adiós, será tal vez mañana
futuro, incertidumbre, lejanía
pueblo, de ti nació La Soberana
prodígale calor, día tras día.

La Gran Muñeca (1958)
Cuando en la noche serena
se escuche en algún bodegón
un coro de alegres muchachos
no los critiquen por Dios.
Son ellos los viejos murgueros
que viven para el Carnaval
y elevan sus cantos al viento
soñando que pronto vendrán.
Gracias pueblo querido
agradecemos las atenciones
que nos brindaron
y al marchar les dejemos
nuestras canciones
que con el alma cosecharnos. Olé.
Serpentina y papelitos
cubrirá nuestro pesar
y una estela en el espacio
nuestro rumbo marcará.
Silencio que en la partida
queremos hacer notar
que para el año que viene
de nuevo vamos a estar.
Pues aquí lo esperamos
y entre risas y cantos
lo festejamos. Olé.
(Letra de Peito Sánchez)

Contrafarsa (2001)
MURGA...
QUE TE LLEVO ACÁ PRENDIDA
QUE SOS PARTE DE MI VIDA
DE MI AMOR Y MIS PASIONES.
MURGA.
TANTOS AÑOS HAN PASADO
DE AQUÉL NIÑO DEL TABLADO
QUE VIAJABA EN TUS CANCIONES.
MURGA...
GOLONDRINA DE FEBRERO
YO QUIERO SEGUIR TU VUELO
PERSEGUIR TUS ILUSIONES.
ES HORA...
GAMBETEANDO PLATILLASOS
DE EXPLOTAR EN UN ABRAZO
CONTRAFARSA Y CARNAVAL.
LLEGÓ LA HORA, SE VA EL CAMIÓN
MUDANZA CON DESTINO A OTRO TABLADO
LA MURGA VA REVIVIENDO LA EMOCIÓN
PROMESA ETERNA QUE HIZO PARA REGRESAR
LLEGÓ LA HORA DE NUESTRO ADIÓS.
LA VIDA ESTÁ HECHA DE MOMENTOS
DE UN TIEMPO QUE PARA SIEMPRE YA SE FUE
Y DE OTRO TIEMPO QUE VUELVE A COMENZAR.
ES HORA...
GAMBETEANDO PLATILLAZOS
DE EXPLOTAR EN UN ABRAZO
CONTRAFARSA Y CARNAVAL.
LLEGÓ LA HORA, SE VA EL CAMIÓN
MUDANZA CON DESTINO A OTRO TABLADO
LA MURGA VA REVIVIENDO LA EMOCIÓN
PROMESA ETERNA QUE HIZO PARA REGRESAR
LLEGÓ LA HORA DE NUESTRO ADIÓS.
LA VIDA ESTÁ HECHA DE MOMENTOS
DE UN TIEMPO QUE PARA SIEMPRE YA SE FUE
Y DE OTRO TIEMPO QUE VUELVE A COMENZAR.
(Letra de Alvaro García, ex-ministro de Economía de Uruguay 2005-2009).

"Un sociólogo español dice que crear un país es de alguna manera teatralizarlo. Si esto es así, uno podría decir que en alguna manera, en Uruguay ha sido el carnaval y la murga la encargada de plasmar esa representación de lo nacional."
Milita Alfaro, historiadora.

En 1874, en la Plaza Matriz, se organizó el primer concurso oficial de comparsas de carnaval.

Humor, parodia, color
La historia de la categoría Humoristas recoge seis décadas desde la Escuelita del Crimen y sus rivales Humoristas del Betún, Los Charoles, Jardineros de Harlem, Los Chocolates, Los Favios, Los Chevalier's, Los Jocker´s, Los Bubbys, Los Carlitos, hasta la exitosa actualidad de los maragatos de Sociedad Anónima.
Parodistas desfilando en 18 de Julio.
(Museo del Carnaval)
En Parodistas, la primera rivalidad fue entre Chocolate y Los Negros Melódicos, pero no menos recordados fueron: Fígaros Anónimos, Los Sandros, Los Tamberitos, Los Gaby's, Los Klaper's, Los Walkers, Adams, hasta los actuales Momosapiens, Zíngaros, entre tantos, dentro de un rubro muy competitivo.
Finalmente, la historia de la Revista, el quinto género del carnaval uruguayo, fue escrita por Momento Musical, Palán-Palán, Fantasías, Tropicana Show, Uruguay Show, Rebelión, Magazine, Milenio.

Escuelita del Crimen
Humorismo memorable. Escuelita del Crimen 
1958, con Ruben Urrutia como "La Maestra".
(Museo del Carnaval)
La inolvidable agrupación creada en 1949 dio forma a la categoría de humoristas, haciendo reír a grandes y chicos con un estilo inigualado, que forma parte de la mejor historia de nuestro carnaval. Sus personajes emblemáticos, “La Maestra” y “El Niño Calatrava”, eran interpretados por los “hermanos” Ruben y Jaime Urrutia. Dos carnavaleros de ley, que recorrieron los tablados del país, por más de cincuenta años, y que a partir de 1959 también incorporaron muñecos que hicieron reflexionar a los uruguayos.
Una imagen histórica. Servando Ruíz,
El Boyero, recordado locutor del
Teatro de Verano del Parque Rodó,
y el legendario Tito Pastrana.
(Museo del Carnaval)
De memoria
Desde principios del siglo pasado, en el carnaval han desfilado cientos de personajes inolvidables. Cachela, Pepino, Pianito, El Loco Pamento, Pepe Veneno, La Negra Johnson, Martha Gularte, Juan Ángel Silva, Rosa Luna, Lágrima Ríos, Pirulo, Tucho Orta o "El Niño Calatrava". Fueron artistas populares con un lugar de honor en la memoria colectiva de los montevideanos.