El sitio de los que perduran
Recibe el nombre del arroyo que nace en el departamento Tacuarembó, atraviesa casi todo Salto, pasa por el arroyo Las Cañas y desemboca en el rio Arapey, en el remoto noroeste de la actual República Oriental del Uruguay. Una superficie de 181.106 hectáreas que se caracteriza por un ecosistema de praderas naturales. El término tiene dos posibles significados. Uno en charrúa, que se traduce como “lugar de los que perduran”, y otro en guaraní: “los recién llegados”. Es un sitio histórico y arqueológico, inexplicablemente olvidado: fue un punto estratégico para José Artigas,en su lucha por la utópica Provincia Oriental creada en 1815, luego del triunfo de Guayabo. Allí convivieron mujeres y hombres libres, charrúas, guaraníes, gauchos, héroes anónimos que defendieron ideales de Independencia, República y Federación. Allí se desarrolla el Proyecto Producción Responsable MGAP-GEF y una experiencia de conservación del venado de campo, en libertad protegida, premiada por la Fundación británica Whitley Awards.
Sobre la
base del fascículo Nº 3 de la serie Áreas Protegidas del Uruguay (Trocadero Gabinete D Diseño para El País, julio
de 2010), actualizado para el libro Uruguay Manual del Visitante 2013 (Naón & Praderi).
Diseño y concepto visual: Alejandro Sequeira
Diseño y concepto visual: Alejandro Sequeira
Fotos: Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), Proyecto Producción Responsable MGAP-GEF.
Era la
“tierra de nadie”, donde no había ni ley ni orden. El remoto refugio de quienes
que en la época colonial y en los primeros años del Uruguay independiente se
consideraban “hombres mal entretenidos”. Fugitivos de la justicia que buscaban
un lugar libre de autoridad, que se dedicaban a la producción ganadera, bovina
y equina. Las vacas eran fuente de comercio con destino al alimento y el cuero,
y los caballos para el transporte. Sus principales clientes, y muchas veces
patrones, eran los ricos hacendados argentinos de las provincias de Entre Ríos,
Santa Fe y Buenos Aires.
El venado de campo es una especie en extinción, protegida en las tierras de Arerunguá. (PPR-MGAP-GEF) |
Ese
trabajo arriesgado, de “gente sin ley”, denominado vaquería, con el paso del
tiempo evolucionó hacia “grandes invernadas” que permitían el desarrollo del
ganado en las condiciones climáticas más adversas. Todavía perduran vestigios,
en una estancia que era conocida como la “Tapera de Evaristo”. El local de
producción estaba constituido por tres habitaciones; en dos de ellas se
conserva la madera del marco de las ventanas. Las vaquerías eran realizadas a
pocas cuadras de la rinconada que forman los arroyos Vera y Arerunguá. Allí se
hallaron piezas de elevado valor arqueológico: desgarradores, cuchillos curvos
que servían para cortarle el garrón al animal, y así caía al piso.
Aquellos
“hombres mal entretenidos” eran los únicos capacitados para realizar ese
trabajo. “Ellos fueron los padres del gaucho oriental, hace más de tres siglos,
y el génesis de un proceso que se extiende hasta hoy. Fueron los primeros
habitantes de un hábitat lejano, que se adaptaron a las condiciones de vida más
adversas que podía presentar el territorio oriental, y que adoptaron su
personalidad inhóspita”, afirma Mario Trindade, director del Museo de Arqueología y
Ciencias Naturales de Salto.
El arroyo de los que perduran, visto desde los cielos artiguistas. (SNAP) |
Creado
el Virreinato del Río de la Plata, en 1776, se iniciaba un proceso de
civilización y orden colonial en Arerunguá. Así nació el Cuerpo de Blandengues,
la primera noción de institución organizada que tuvo la zona. Una vez en
funciones, hubo varias amnistías a los contrabandistas de ganado. Allí se
acogió al perdón y se sumó a la unidad, un gaucho llamado José Artigas.
El
poder virreinal también decretó un reparto de tierras “sin dueño”, entre los
blandengues. Una pequeña porción de Arerunguá fue denunciada por Artigas, y
entregada en 1805, en forma de gratitud por haber participado en la expulsión
de los portugueses. Cuatro años después compartía la mitad de la hacienda con
su compadre, Luis de la Serra, radicado entre los arroyos Valentín y Cañas. En
la otra mitad, el caudillo oriental creó un digno refugio para los indios charrúas
y guaraníes, gauchos que escapaban de la ley, muchos transformados luego en
héroes, y negros rebeldes dispuestos a dar su vida por la libertad.
La mayor parte de los caminos vecinales del Área Prioritaria de Arerunguá son de piedra basáltica, típica de la región. (PPR-MGAP-GEF) |
Desde
entonces, la presencia charrúa fue tan poderosa como la guaraní o la criolla, y
fundamental para el triunfo Fructuoso Rivera en la batalla de Guayabo, del 10
de enero de 1815. El legendario enfrentamiento militar, conocido también
Arerunguá, permitió la expulsión de las tropas porteñas del territorio y dio lugar
a la Provincia Oriental, núcleo ideológico y humano de la Liga Federal
artiguista. El potrero salteño era el centro de un campamento que albergó las
mayores utopías de José Artigas: Independencia, República, Federación. Fue el sitio elegido por Artigas, anterior y muy distinto a Purificación, como su primer centro de adoctrinamiento, entrenamiento, operaciones del Ejército Oriental durante su revolución popular, la más igualitaria del Río de la Plata y América del Sur.Así fue
hasta 1820, cuando el Protector de los Pueblos Libres cruzó
el río Paraná, hacia el exilio de Paraguay, dejando su patria, su familia, y a
sus leales soldados charrúas de Arerunguá.
El desierto y El Caciquillo
Arerunguá fue refugio de las familias charrúas expulsadas de sus territorios originales por la expansión colonial española, fue un sitio estratégico en el período de la Revolución Oriental y un área de protección de miles de sus héroes anónimos en las primeras décadas del Uruguay independiente, hasta la Matanza del Salsipuedes, de 1831. Según relata Carlos Maggi en su libro El Caciquillo, pudo haber sido uno de los sitios de permanencia de Artigas durante sus “años en el desierto”, así suele denominarse a la etapa de su vida entre los 14 y 33 años. Maggi indaga la posibilidad de que la primera pareja de Artigas fuera una charrúa, con quien tuvo su primogénito, Manuel Artigas, apodado El Caciquillo.
Área Prioritaria Arerunguá
El desierto y El Caciquillo
Arerunguá fue refugio de las familias charrúas expulsadas de sus territorios originales por la expansión colonial española, fue un sitio estratégico en el período de la Revolución Oriental y un área de protección de miles de sus héroes anónimos en las primeras décadas del Uruguay independiente, hasta la Matanza del Salsipuedes, de 1831. Según relata Carlos Maggi en su libro El Caciquillo, pudo haber sido uno de los sitios de permanencia de Artigas durante sus “años en el desierto”, así suele denominarse a la etapa de su vida entre los 14 y 33 años. Maggi indaga la posibilidad de que la primera pareja de Artigas fuera una charrúa, con quien tuvo su primogénito, Manuel Artigas, apodado El Caciquillo.
Área Prioritaria Arerunguá
Pasturas y ganado en Arerunguá. (PPR-MGAP-GEF) |
Allí se
realiza una consultoría a cargo de la organización no gubernamental Instituto
de Conservación Neotropical (ICN), para promover la protección de los recursos
naturales en Uruguay y la región, con un rol activo en la divulgación y
educación ambiental. Las actividades en el área comenzaron en octubre de 2008,
con talleres de sensibilización y capacitación con los productores y actores
locales de los pueblos Arerunguá y Cerros de Vera. “El objetivo fue diseñar un proyecto demostrativo que incluyera una serie de
subproyectos en acuerdo con los productores y pobladores locales, que
incorporen prácticas de manejo de la producción agropecuaria conjuntamente con
la biodiversidad, así como indicadores económicos que permitan evaluar iniciativas
como la certificación de productos y otras actividades como el ecoturismo”
señala la ingeniera agrónoma Carolina Sans, responsable del proyecto, junto con
la bióloga Susana González, en el Diagnóstico del Área Prioritaria
Arerunguá.
Capuchino, Sporophila spp. (Vida Silvestre) |
En la
región se han registrado especies indicadoras del estado de conservación de los
pastizales como los capuchinos (Sporophila spp), de distribución
restringida como el pecho colorado mediano (Sturnella defilippi), o el
venado de campo (Ozotoceros bezoarticus arerunguaensis). El área alberga
una población de este cérvido, que tuvo una amplia distribución en el pasado
reciente y que actualmente es una de las especies de la familia más amenazada
del planeta.
También
encierra importantes valores arqueológicos e históricos, ligados a la antigua
tierra charrúa y zona de influencia de las misiones jesuíticas; aún se
conservan construcciones y cercos de piedra. Es notable también su valor
cultural, por ser uno de los lugares del país donde mejor se conservan tradiciones
gauchescas ligadas a llanuras de horizontes abiertos.
Pecho colorado, Sturnella defilippi. (Vida Silvestre) |
El
Instituto de Conservación Neotropical está integrado por un equipo
multidisciplinario que incluye aspectos biológicos, ecológicos,
agronómicos, económicos y sociales. “El diagnóstico nos permitió determinar que
entre 10 y 20% de los productores están comprometidos con la conservación y
realizan actividades productivas en forma amigable y sustentable con los
recursos naturales y la diversidad biológica. Estos establecimientos son los
que contienen las especies indicadoras de biodiversidad tanto a nivel botánico
como de fauna, constituyendo el núcleo focal de conservación. El área presenta
un potencial de desarrollo basado en el estado de conservación de sus especies
emblemáticas, el venado de campo, las aves de pastizal, el campo natural de
basalto y los recursos históricos asociados”, afirma Sans.
La
experta puso énfasis en otra especie amenazada, al igual que el venado de
campo. “La loica pampeana o pecho colorado mediano, está en serio riesgo de
extinción, por el avance sin equilibrio de la ganadería y sus actividades
asociadas, uso de perros, sobrecarga de ovinos, la caza furtiva”.
Potreros de Arerunguá
Departamento: Salto.
Rutas: Entre la 26 y la 31.
Cómo llegar: Desde Salto por la ruta 3, tomar la 31 y a la altura del kilómetro 238 ingresar el camino vecinal que lleva a los pueblos Arerunguá –Paso Las Piedras y Cerros de Vera. Desde Tacuarembó la ruta 26 en el km 174.
La
primera bandera
Bandera de los Pueblos Libres, 1814. |
Arerunguá
es símbolo charrúa y artiguista. “Desde allí, Artigas dijo: yo estoy en el
centro de mis recursos”, recuerda el escritor Carlos Maggi. Era un sitio muy
conocido en su época. Algunos aristócratas cordobeses, aterrorizados por el
fervor artiguista de los jóvenes universitarios, decían de ellos: “Se mezclan
con la plebe, y si por ellos fuera llevarían nuestra Universidad y hasta
nuestra hermosa Catedral a la bárbara corte de Arerunguá”.
Bandera de la Unión de los Pueblos Libres. |
“Es
sintomático que la primera bandera artiguista se haya levantado en el corazón
de la tierra charrúa, en los potreros de Arerunguá, entre Salto y Tacuarembó”,
afirma el maestro e investigador Gonzalo Abella, en su ensayo Artigas
el resplandor desconocido.
En la
obra Breve Historia de Salto, de Jorge Fernández Moyano y Raquel
Vique de Bourdin, hay una referencia fundamental: “El mes de setiembre de 1814
lo encontrará en Arerunguá, lugar donde por primera vez hace flamear la bandera
de los pueblos libres de acuerdo a la disposición que establece que en todos
los pueblos libres de aquella opresión se levantará una igual: blanca en medio,
azul en los dos extremos y en medio de éstos unos listones colorados”.
Riqueza y
diversidad
Vista aérea de Arerunguá y su arroyo. (PPR-MGAP-GEF) |
Leguisamo en una de sus tantas tardes de gloria en el Hipódromo de Palermo. (Turf Argentino) |
¡Leguisamo solo!
Legui,
Maestro, Pulpo, Eximio, Manos
de seda. Fueron los apodos que recibió el jockey más famoso de América,
nacido en Arerunguá, el 20 de octubre de 1903, y que compitió durante más de 57
años, en hipódromos de Uruguay y Argentina. De origen humilde, su vida hizo
honor al nombre de su pueblo que en lengua charrúa significa: “lugar de los que
perduran”. Aprendió a montar siendo niño, cuando trabajaba de peón rural para
ayudar a su madre viuda de un personaje del pueblo: Tomás Leguisamo.
A la edad
de 13 años, con 35 kilos, corrió su primera carrera como aprendiz en el
hipódromo del Salto; que ganó para el asombro del público, montando a la yegua Mentirosa.
En 1919 fue llevado al Hipódromo de Maroñas, donde perdió sus primeras
carreras. Al poco tiempo fue a buscar suerte al Hipódromo de Florida, ahora
llamado “Irineo Leguisamo”, donde consiguió un récord tal de triunfos que
retornó a Maroñas por la puerta grande.
En 1922
fue llevado a Buenos Aires, por el entrenador Francisco Maschio y debutó en Palermo
el 15 de agosto, perdiendo con la yegua Mina de Plata. Cinco días
más tarde lograría su primer triunfo en tierras argentinas montando a Caid,
en el Gran Premio de Honor. En 1935, ganó la carrera inaugural del Hipódromo de
San Isidro.
Escuela Rural N° 33 Irineo Leguisamo. (Gobierno de Salto) |
Corrió
12.700 carreras, con 3.200 triunfos en hipódromos argentinos (Palermo y San
Isidro), además de otras 300 disputadas en Maroñas, y en circos hípicos de
Chile, Perú, Venezuela, Panamá, Ecuador, Colombia, México y Brasil. En sus
últimas carreras argentinas montó a Bablino en Palermo, y a Mac
Honor en San Isidro, en 1973.
Al año
siguiente se retiró con un triunfo en Maroñas, guiando a Fortimbrás,
a los 70 años. El “jockey de todos los tiempos” falleció el 2 de diciembre de
1985 en Buenos Aires, a los 82 años. En 2003, por decreto parlamentario, la
Escuela Rural Nº 38 de Arerunguá cambió de nombre, pasando a llamarse Irineo
Leguisamo.
Leguisamo
fue uno de los grandes amigos de El Mago, y en 1927 consiguió
varias victorias con su inolvidable caballo Lunático. Su nombre
está asociado al tango, con temas como Leguisamo solo, compuesto en
1925 por Modesto Papavero, popularizado Gardel, quien además grabó Palermo y Por
una cabeza. Leguisamo está mencionado en Se dice de mí, la
milonga de Francisco Canaro e Ivo Pelay, grabada en 1956 por Tita Merello.
Susana González, preservadora del venado de campo y el pecho colorado
Susana González, preservadora del venado de campo y el pecho colorado
“Si una
especie conserva diversidad genética
es muy
posible salvarla de la extinción”
"Los estudios de ADN revelan que los venados presentan aún altos niveles de variación genética." (PPR-MGAP-GEF) |
-Acaba de
ganar un premio internacional por la preservación del venado de campo. ¿Cómo se
desarrolla esa tarea?
-Un
programa de conservación de especies amenazadas de extinción siempre debe
incluir objetivos prioritarios: incrementar el número poblacional, asegurar la
calidad del habitat y mantener o aumentar la diversidad genética. Trabajamos en
las dos poblaciones que hay en la naturaleza uruguaya: en Arerenguá, y en la
localidad rochense Los Ajos. Pudimos descubrir aspectos de la vida de los
venados que hasta el momento eran desconocidos. Hemos logrado un leve
incremento en el número de individuos de una especie que está en peligro de
extinción, con la ayuda y dedicación de los propietarios de los
establecimientos que aplican pautas de manejo agropecuario amigables con la
biodiversidad.
-Un
aspecto fundamental del proyecto es la investigación genética, su especialidad.
El arroyo que besa al pueblo. (Gobierno de Salto) |
-¿Hay una
descripción histórica de la extinción del venado de campo?
Camino a la diversidad cultural y biológica. (Gobierno de Salto) |
¿Cómo
reconocer un venado de campo?
-Por ser
hoy tan escasa y restricta, es común que se lo confunda con los ciervos Axis y
Dama, pero, estos ejemplares introducidos de Eurasia, se diferencian claramente
del venado de campo por tener mayor porte y por la coloración del pelaje de los
adultos que es marrón con pintas blancas.
El venado
de campo fue declarado Monumento Natural del Uruguay, por decreto gubernamental
del 9 de enero de 1985, sin embargo la protección de la especie y su hábitat es
iniciativa de los vecinos de Arerunguá.
Venado de
campo (Ozotoceros bezoarticus)
Venado de campo, siempre atento. (PPR-MGAP-GEF) |
Es un
cérvido de tamaño mediano: unos 70 centímetro de altura a la cruz. El color del
pelaje es bayo claro, en toda la zona dorsal, y blanco en el vientre, parte inferior
del cuello, alrededor de ojos y labios. Los machos adultos poseen un par de
astas de unos 30 centímetros de longitud compuestas por tres puntas, que se
caen y renuevan anualmente. Las hembras son de menor tamaño diferenciándose de
los machos por la ausencia de astas.
Entre los
dos y los tres años de edad alcanzan la capacidad reproductiva. La gestación
tiene una duración de siete meses y la cría al nacer presenta una librea,
pelaje con manchas blancas, que mantienen hasta los tres meses. Los jóvenes,
hasta los siete meses tienen el aspecto de adultos, excepto por su menor
tamaño. El público puede apreciar ejemplares en el Parque Lecocq de Montevideo,
en los Zoológicos de Flores, Durazno, Salto y en la Estación de Cría del Cerro
Pan de Azúcar.
AGRADECIMIENTOS
Ing. Agr. Daniel Jaso (ex-director del Parque Nacional Esteros de Farrapos
e Islas del Río Uruguay), Ing. Agr. Mercedes Figari (Departamento de Ciencias
Sociales de la Estación Experimental Mario Alberto Cassinoni de Facultad de
Agronomía), Prof. Carlos Urruty (Club Queguay Canoas y Grupo Creativos), Dra.
Susana González e Ing. Agr. Carolina Sans (Instituto de Investigaciones
Biológicas Clemente Estable, Facultad de Agronomía e Instituto de Conservación
Neotropical), Mario Trindade (director del Museo de Arqueología y Ciencias
Naturales de Salto), Laura Modernell (SNAP).